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20 de noviembre de 2019

Científicos de la NASA Confirman la Existencia de Vapor de Agua en Europa

A la izquierda, una vista de Europa tomada desde 2,9 millones de kilómetros de distancia el 2 de Marzo de 1979 por la nave espacial Voyager 1. A continuación se muestra una imagen en color de Europa tomada por la nave espacial Voyager 2 durante su encuentro cercano el 9 de Julio de 1979. A la derecha hay una vista de Europa hecha a partir de imágenes tomadas por la nave espacial Galileo a fines de la década de 1990. Crédito de la imagen: NASA/JPL

Hace cuarenta años, una nave espacial Voyager tomó las primeras imágenes de primer plano de Europa, una de las 79 lunas de Júpiter. Estas revelaron grietas marrones que cortan la superficie helada de la luna, lo que le da a Europa la apariencia de un globo ocular venoso. Las misiones al sistema solar exterior en las décadas posteriores han acumulado suficiente información adicional sobre Europa para convertirlo en un objetivo prioritario de investigación en la búsqueda de vida de la NASA.

Lo que hace que esta luna sea tan atractiva es la posibilidad de que posea todos los ingredientes necesarios para la vida. Los científicos tienen evidencias de que uno de estos ingredientes, el agua líquida, está presente debajo de la superficie helada y que a veces puede irrumpir en el espacio en enormes géiseres. Pero nadie ha podido confirmar la presencia de agua en estos penachos midiendo directamente la propia molécula de agua. Ahora, un equipo de investigación internacional dirigido por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, ha detectado el vapor de agua por primera vez sobre la superficie de Europa. El equipo midió el vapor mirando a Europa a través de uno de los telescopios más grandes del mundo en Hawai.

Confirmar que hay vapor de agua en Europa ayuda a los científicos a comprender mejor el funcionamiento interno de la luna. Por ejemplo, ayuda a apoyar una idea, en la que los científicos confían, de que hay un océano de agua líquida, posiblemente el doble de grande que el de la Tierra, que se derrama debajo de la capa de hielo de esta luna de kilómetros de espesor. Algunos científicos sospechan que otra fuente de agua para los penachos podría ser depósitos poco profundos de hielo de agua derretida no muy por debajo de la superficie de Europa. También es posible que el fuerte campo de radiación de Júpiter esté eliminando partículas de agua de la capa de hielo de Europa, aunque la investigación reciente argumentó en contra de este mecanismo como la fuente del agua observada.

“Elementos químicos esenciales (carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre) y fuentes de energía, dos de los tres requisitos para la vida, se encuentran en todo el sistema solar. Pero el tercero, el agua líquida, es algo difícil de encontrar más allá de la Tierra ", dijo Lucas Paganini, científico planetario de la NASA que dirigió la investigación de detección de agua. "Si bien los científicos aún no han detectado el agua líquida directamente, hemos encontrado la siguiente mejor opción: el agua en forma de vapor".

Paganini y su equipo detectaron suficiente liberación de agua de Europa (2.360 kilogramos, por segundo) para llenar una piscina olímpica en cuestión de minutos. Sin embargo, los científicos también descubrieron que el agua aparece con poca frecuencia, al menos en cantidades lo suficientemente grandes como para detectarla desde la Tierra, dijo Paganini: “Para mí, lo interesante de este trabajo no es solo la primera detección directa de agua sobre Europa, sino también la falta de ella dentro de los límites de nuestro método de detección ".

De hecho, el equipo de Paganini detectó una señal débil pero distinta de vapor de agua solo una vez durante 17 noches de observaciones entre 2016 y 2017. Al observar la luna desde el Observatorio WM Keck en la cima del volcán inactivo Mauna Kea en Hawai, los científicos vieron moléculas de agua en el hemisferio principal de Europa, o el lado de la luna que siempre está orientado en la dirección de la órbita de la luna alrededor de Júpiter. (Europa, como la luna de la Tierra, está gravitacionalmente bloqueada por su planeta anfitrión, por lo que el hemisferio principal siempre mira hacia la dirección de la órbita, mientras que el hemisferio posterior siempre mira hacia la dirección opuesta).

Utilizaron un espectrógrafo en el Observatorio Keck que mide la composición química de las atmósferas planetarias a través de la luz infrarroja que emiten o absorben. Las moléculas como el agua emiten frecuencias específicas de luz infrarroja a medida que interactúan con la radiación solar.

"Esta primera identificación directa del vapor de agua en Europa es una confirmación crítica de nuestras detecciones originales de especies atómicas, y destaca la aparente escasez de grandes columnas en este mundo helado", dijo Lorenz Roth, astrónomo y físico del KTH Royal Institute of Technology en Estocolmo.

La investigación de Roth, junto con otros hallazgos previos de Europa, solo han medido componentes del agua sobre la superficie. El problema es que detectar vapor de agua en otros mundos es un desafío. Las naves espaciales existentes tienen capacidades limitadas para detectarlo, y los científicos que usan telescopios terrestres para buscar agua en el espacio profundo deben tener en cuenta el efecto distorsionador del agua en la atmósfera de la Tierra. Para minimizar este efecto, el equipo de Paganini utilizó modelos matemáticos y computacionales complejos para simular las condiciones de la atmósfera de la Tierra para poder diferenciar el agua atmosférica de la Tierra de los datos de Europa devueltos por el espectrógrafo Keck.

"Realizamos diligentes controles de seguridad para eliminar posibles contaminantes en observaciones terrestres", dijo Avi Mandell, científico planetario de Goddard en el equipo de Paganini. "Pero, eventualmente, tendremos que acercarnos a Europa para ver qué está pasando realmente".

Los científicos pronto podrán acercarse lo suficiente a Europa para resolver sus preguntas persistentes sobre el funcionamiento interno y externo de este mundo posiblemente habitable. La próxima misión Europa Clipper, que se lanzará a mediados de la década de 2020, completará medio siglo de descubrimiento científico que comenzó con una foto modesta de un globo ocular misterioso y venoso.


Water Vapor Plumes on Europa

Cuando llegue a Europa, el orbitador Clipper realizará un estudio detallado de la superficie de Europa, el interior profundo, la atmósfera delgada, el océano subsuperficial y los respiraderos activos potencialmente incluso más pequeños. Clipper intentará tomar imágenes de cualquier penacho y tomar muestras de las moléculas que encuentra en la atmósfera con sus espectrómetros de masas. También buscará un sitio fructífero del que un futuro módulo de aterrizaje pueda recolectar una muestra. Estos esfuerzos deberían desbloquear aún más los secretos de Europa y su potencial para la vida.


Fuentes: Nasa en EspañolNASA Goddard

Voyager 2 Ilumina la Frontera del Espacio Interestelar

Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech

Hace un año, el 5 de Noviembre de 2018, la Voyager 2 de la NASA se convirtió en la segunda nave espacial de la historia en abandonar la heliosfera: la burbuja protectora de partículas y campos magnéticos creados por nuestro Sol. A una distancia de aproximadamente 18.000 millones de kilómetros de la Tierra, mucho más allá de la órbita de Plutón, la Voyager 2 había ingresado al espacio interestelar, o la región entre las estrellas. Hoy, cinco nuevos trabajos de investigación en la revista Nature Astronomy describen lo que los científicos observaron durante y desde el histórico cruce de Voyager 2.

Cada artículo detalla los resultados de uno de los cinco instrumentos científicos operativos de la Voyager 2: un sensor de campo magnético, dos instrumentos para detectar partículas energéticas en diferentes rangos de energía y dos instrumentos para estudiar el plasma (un gas compuesto de partículas cargadas). Tomados en conjunto, los hallazgos ayudan a pintar una imagen de esta costa cósmica, donde termina el entorno creado por nuestro Sol y comienza el vasto océano del espacio interestelar.

La heliosfera del Sol es como un barco que navega por el espacio interestelar. Tanto la heliosfera como el espacio interestelar están llenos de plasma. El plasma dentro de la heliosfera es caliente y escaso, mientras que el plasma en el espacio interestelar es más frío y más denso. El espacio entre las estrellas también contiene rayos cósmicos, o partículas aceleradas por estrellas en explosión. La Voyager 1 descubrió que la heliosfera protege a la Tierra y a los otros planetas de más del 70% de esa radiación.

Cuando la Voyager 2 salió de la heliosfera el año pasado, los científicos anunciaron que sus dos detectores de partículas energéticas notaron cambios dramáticos: la tasa de partículas heliosféricas detectadas por los instrumentos se desplomó, mientras que la tasa de rayos cósmicos (que generalmente tienen energías más altas que las partículas heliosféricas) aumentó dramáticamente y se mantuvo alta. Los cambios confirmaron que la sonda había entrado en una nueva región del espacio.

Antes de que la Voyager 1 llegara al borde de la heliosfera en 2012, los científicos no sabían exactamente qué tan lejos estaba este límite del Sol. Las dos sondas salieron de la heliosfera en diferentes lugares y también en diferentes momentos en el ciclo solar de aproximadamente 11 años que se repite constantemente, en el transcurso del cual el Sol atraviesa un período de alta y baja actividad. Los científicos esperaban que el borde de la heliosfera, llamada heliopausa, pueda moverse a medida que cambia la actividad del Sol, algo así como un pulmón expandiéndose y contrayéndose con la respiración. Esto fue consistente con el hecho de que las dos sondas encontraron la heliopausa a diferentes distancias del Sol.

Los nuevos documentos ahora confirman que la Voyager 2 aún no se encuentra en el espacio interestelar sin perturbaciones: al igual que su gemela, la Voyager 1, la Voyager 2 parece estar en una región de transición perturbada más allá de la heliosfera.

VOYAGER | Un viaje interestelar (Historia de las Voyager)


Voyager Finds Magnetic Foam at Solar System's Edge

Voyager 2 ¿Qué hay más allá en el Espacio Interestelar? La NASA y los Misterios de la Heliosfera

Conseguido! La NASA anuncia que la Voyager 2 entró en el espacio interestelar

El Increíble Descubrimiento de la Voyager 2 y el Fenómeno que no Veremos Hasta 2032

VOYAGER 2: PRIMER SEÑAL DESDE FUERA DEL SISTEMA SOLAR (A VER SI AHORA LOS "ET" ENCUENTRAN LA SONDA)

"Las sondas Voyager nos muestran cómo nuestro Sol interactúa con las cosas que llenan la mayor parte del espacio entre las estrellas en la galaxia de la Vía Láctea", dijo Ed Stone, científico del proyecto Voyager y profesor de física en Caltech. "Sin estos nuevos datos de la Voyager 2, no sabríamos si lo que estábamos viendo con la Voyager 1 era característico de toda la heliosfera o específico solo de la ubicación y la hora en que se cruzó".

Las dos naves espaciales Voyager ahora han confirmado que el plasma en el espacio interestelar local es significativamente más denso que el plasma dentro de la heliosfera, como esperaban los científicos. La Voyager 2 ahora también midió la temperatura del plasma en el espacio interestelar cercano y confirmó que es más frío que el plasma dentro de la heliosfera.

En 2012, la Voyager 1 observó una densidad de plasma ligeramente superior a la esperada justo fuera de la heliosfera, lo que indica que el plasma está algo comprimido. La Voyager 2 observó que el plasma fuera de la heliosfera es ligeramente más cálido de lo esperado, lo que también podría indicar que se está comprimiendo. (El plasma exterior está aún más frío que el plasma interno). La Voyager 2 también observó un ligero aumento en la densidad del plasma justo antes de salir de la heliosfera, lo que indica que el plasma está comprimido alrededor del borde interior de la burbuja. Pero los científicos aún no entienden completamente qué está causando la compresión en ambos lados.

Si la heliosfera es como un barco que navega por el espacio interestelar, parece que el casco tiene alguna fuga. Uno de los instrumentos de partículas de la Voyager mostró que un goteo de partículas del interior de la heliosfera se desliza a través del límite hacia el espacio interestelar. La Voyager 1 salió cerca del "frente" de la heliosfera, en relación con el movimiento de la burbuja a través del espacio. La Voyager 2, por otro lado, se encuentra más cerca del flanco, y esta región parece ser más porosa que la región donde se encuentra la Voyager 1.

Una observación del instrumento del campo magnético de la Voyager 2 confirma un resultado sorprendente de la Voyager 1: el campo magnético en la región más allá de la heliopausa es paralelo al campo magnético dentro de la heliosfera. Con la Voyager 1, los científicos solo tenían una muestra de estos campos magnéticos y no podían decir con certeza si la alineación aparente era característica de toda la región exterior o solo una coincidencia. Las observaciones del magnetómetro de la Voyager 2 confirman el hallazgo de la Voyager 1 e indican que los dos campos se alinean, según Stone.

Las sondas Voyager se lanzaron en 1977, y ambas volaron junto a Júpiter y Saturno. La Voyager 2 cambió de rumbo en Saturno para volar por Urano y Neptuno, realizando los únicos sobrevuelos cercanos de esos planetas en la historia. Las sondas Voyager completaron su Gran Recorrido por los planetas y comenzaron su Misión Interestelar para alcanzar la heliopausa en 1989. La Voyager 1, la más rápida de las dos sondas, se encuentra actualmente a más de 22.000 millones de kilómetros del Sol, mientras que la Voyager 2 está a 18.200 millones de kilómetros del Sol. La luz tarda aproximadamente 16,5 horas en viajar de la Voyager 2 a la Tierra. En comparación, la luz que viaja desde el Sol tarda unos ocho minutos en llegar a la Tierra.


Fuentes: NASA en Español

4 de septiembre de 2019

Se Cumplen 30 Años del Sobrevuelo de Neptuno Realizado por la Voyager 2

Hace treinta años, el 25 de Agosto de 1989, la nave espacial Voyager 2 de la NASA sobrevoló Neptuno, dando a la humanidad su primer acercamiento al octavo planeta de nuestro Sistema Solar. Marcar el final del Gran Recorrido de la misión Voyager por los cuatro planetas gigantes del Sistema Solar - Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno - representó un gran logro: ninguna otra nave espacial ha visitado Neptuno desde entonces.

Esta foto de Neptuno fue tomada por la sonda espacial Voyager 2 a menos de cinco días antes del sobrevuelo más cercano de la sonda al planeta el 25 de Agosto de 1989. La imagen muestra la "Gran Mancha Oscura" - una tormenta en la atmósfera de Neptuno - y la luz brillante y luminosa mancha azul de nubes que acompaña a la tormenta. Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech

"El programa planetario Voyager realmente fue una oportunidad para mostrarle al público de qué se trata la ciencia", dijo Ed Stone, profesor de física en Caltech y científico del proyecto Voyager desde 1975. "Todos los días aprendimos algo nuevo".

Envuelto en bandas de nubes de color verde azulado y cobalto, el planeta que la Voyager 2 reveló parecía un hermano de color azul para Júpiter y Saturno, donde el azul indicaba la presencia de metano. Una tormenta masiva de color pizarra se bautizó como la "Gran Mancha Oscura", similar a la Gran Mancha Roja de Júpiter. Se descubrieron seis lunas nuevas y cuatro anillos.

Durante el encuentro, el equipo de ingeniería cambió cuidadosamente la dirección y la velocidad de la sonda para poder hacer un sobrevuelo cercano a la luna más grande del planeta, Tritón. El sobrevuelo mostró evidencias de superficies geológicamente jóvenes y géiseres activos que arrojan material hacia el cielo. Esto indicaba que Tritón no era simplemente una bola sólida de hielo, a pesar de que tenía la temperatura superficial más baja de cualquier cuerpo natural observado por la Voyager: - 235 grados ºC.

La conclusión del sobrevuelo de Neptuno marcó el comienzo de la Misión Interestelar Voyager, que continúa hoy, 42 años después de su lanzamiento. La Voyager 2 y su gemela, la Voyager 1 (que también había volado por Júpiter y Saturno), continúan enviando información desde los confines de nuestro Sistema Solar. En el momento del encuentro con Neptuno, la Voyager 2 se encontraba a unos 4.700 millones de kilómetros de la Tierra; hoy está a 18.000 millones de kilómetros de nosotros. La Voyager 1, que se mueve más rápido, está a 21.000 millones de kilómetros de la Tierra.

27 de noviembre de 2018

Señales de la 'Voyager 2' indican que podría estar saliendo del Sistema Solar













El control en la Tierra de la misión Voyager 2 de la NASA ha recibido más pistas de que la nave está saliendo de la heliosfera, la burbuja gigante llena de partículas empujadas por el viento solar.

En octubre, se apreció un aumento en la tasa de conteo de partículas detectadas por el Telescopio de Alta Energía del subsistema de rayos cósmicos de la Voyager 2, o CRS. El telescopio de alta energía CRS detecta partículas de alta energía que provienen de fuera de nuestra heliosfera. Un rápido aumento en el número de partículas contadas con el tiempo, es decir, su tasa de conteo, nos dio la primera pista de que nos estábamos acercando al límite de nuestra heliosfera, donde se filtran estos rayos cósmicos interestelares. Según informa la NASA, los nuevos datos de los que hablan los científicos provienen del Telescopio de Baja Energía, otro instrumento CRS tanto en el Voyager 1 como en el 2. Muestra la tasa de conteo de partículas de menor energía que típicamente se originan dentro de la heliosfera. 

La tasa de conteo de estas partículas disminuye a medida que se acercan a la heliopausa y finalmente caen a cerca de cero en ese límite, donde las partículas pueden escapar al espacio interestelar.
En el gráfico de datos de principios de noviembre del Telescopio de Baja Energía se nota un cambio bastante dramático: De repente, la tasa de recuento de partículas de baja energía del Voyager 2 se redujo, aunque aún no ha cayó a casi cero como lo hizo cuando la Voyager 1 entró en el espacio interestelar. Los científicos vigilarán estos gráficos como uno de los varios indicadores para determinar cuándo la Voyager 2 realmente pasa fuera de la heliosfera. Una vez allí, la Voyager estará lista para compartir todos los datos nuevos sobre la naturaleza del espacio entre las estrellas.

La sonda espacial Voyager 2 fue lanzada el 20 de agosto de 1977 desde Cabo Cañaveral, en un cohete Titán-Centauro. Es idéntica a su sonda hermana, la Voyager 1. A diferencia de su hermana, la Voyager 2 adoptó una trayectoria diferente en su encuentro con Saturno, sacrificando la cercanía a Titán, pero adoptando un mayor impulso gravitacional en su viaje hacia Urano y Neptuno. La sonda alcanzó su mayor cercanía con estos planetas en los años 1986 y 1989, respectivamente. 

Fuente: NASA

10 de noviembre de 2018

¿Quién fue Carl Sagan?

El astrónomo Carl Sagan fue el científico más importante de los Estados Unidos en los años 80 y a principios de los 90
FOTO POR EVELYN HOFER, TIME LIFE PICTURES/GETTY
IMAGEN CORTESÍA DE EVELYN HOFER, TIME LIFE PICTURES/GETTY

"A pesar de ser famoso por sus apariciones televisivas, este científico hizo mucho más de lo que mucha gente piensa."
Carl Edward Sagan (Nueva York, Estados Unidos, 9 de noviembre de 1934-Seattle, Estados Unidos, 20 de diciembre de 1996) fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astrobiólogo, escritor y divulgador científico estadounidense. Fue un defensor del pensamiento escéptico científico y del método científico, pionero de la exobiología, promotor de la búsqueda de inteligencia extraterrestre a través del Proyecto SETI. Impulsó el envío de mensajes a bordo de sondas espaciales, destinados a informar a posibles civilizaciones extraterrestres acerca de la cultura humana. Mediante sus observaciones de la atmósfera de Venus, fue de los primeros científicos en estudiar el efecto invernadero a escala planetaria. En la Universidad Cornell, Carl Sagan fue el primer científico en ocupar la Cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias del Espacio, creada en 1976, y fue director del Laboratorio de Estudios Planetarios.

Carl Sagan ganó gran popularidad gracias a la galardonada serie documental de TV Cosmos: Un viaje personal, producida en 1980, de la que fue narrador y coautor. También publicó numerosos artículos científicos,​ y fue autor, coautor o editor de más de una veintena de libros de divulgación científica, siendo los más populares sus libros Cosmos, publicado como complemento de la serie, y Contacto, en el que se basa la película homónima de 1997. En 1978 ganó el Premio Pulitzer de Literatura General de No Ficción por su libro Los dragones del Edén.

A lo largo de su vida, Sagan recibió numerosos premios y condecoraciones por su labor como comunicador de la ciencia y la cultura. Hoy es considerado uno de los divulgadores de la ciencia más carismáticos e influyentes, gracias a su capacidad de transmitir las ideas científicas y los aspectos culturales al público no especializado con sencillez no exenta de rigor.




Era casi como una llamada de otro planeta: la invitación al joven astrónomo a dejar Brooklyn y visitar los lagos y desfiladeros del estado de Nueva York.

"Cuando apareció una carta de Carl Sagan en mi buzón," dijo Neil deGrasse Tyson, recordando la invitación que recibió en 1975 en una reciente charla en la Biblioteca del Congreso. "Yo no me lo podía creer. La gente famosa no escribe algo a un extraño sin motivo alguno".

Pero la invitación era real. Era la respuesta a su solicitud para entrar en la universidad de Cornell, y Tyson se reunió con el famoso profesor en una visita poco después. Sagan le ofreció, a los 17 años de edad, la oportunidad de poder ir al campamento de astronomía, pero Tyson finalmente terminó en Harvard en lugar de Cornell.

De todos modos, tanto la visita como las formas o la invitación eran algo típico de Carl Sagan.

La vida en el Cosmos

"Trabajó muy duro por sus estudiantes, para que ellos consiguieran trabajo, se preocupó por su educación, y muchos de ellos están muy bien situados ahora", dice William Poundstone, autor de Carl Sagan: Una vida en el cosmos. "Si hablas con la gente a la cual él inspiró, con los que lo conocieron, su respuesta será uniforme y efusiva."

"Sagan fue sin duda el científico estadounidense más famoso de la década de 1980 y principios de 1990", dice el experto en periodismo científico Declan Fahy de la American University en Washington, DC. "Después de que Cosmos llegase a medio mundo, y su fama llegó a otro nivel, y el libro de la serie pasó más de 70 semanas en la lista de los más vendidos. "

Pero ¿quién era Carl Sagan? Científico, celebridad, escritor, profesor, escéptico, y librepensador, él era mucho más que el narrador de una serie de televisión.

"Parte de lo que lo hizo grande fue el número de objetivos que perseguía", dice David Morrison, director del Centro Carl Sagan para el Estudio de la Vida en el Universo, en el Instituto SETI en Mountain View, California. Morrison estaba alucinado con la dimensión de los logros de Sagan y su falta de ego.



Sagan, en 1974 en la Universidad de Cornell, en Nueva York, donde desempeñó gran parte de su carrera.
FOTO POR SANTI VISALLI INC., GETTY

Científico

"Trabajaba muy duro, 18 horas al día. Tenía una enorme ambición en su trabajo", dice Poundstone. "Tenía un don para la televisión, estaba muy seguro, y se le veía muy relajado con sus pantalones vaqueros, cuando otros científicos no podrían haberlo hecho. A pesar de ello, había algo más grande reservado para el"

Como científico, Sagan marcó un cambio en la ciencia planetaria en la década de 1970 como el joven profesor de Harvard que era, "en un momento en el cual la ciencia planetaria estaba en un remanso," dice Poundstone.

Sagan predijo por primera vez que el efecto invernadero hacía que la atmósfera de Venus estuviese lo suficientemente caliente como para derretir el plomo, en un momento en el que algunos científicos especularon que sus nubes podrían ocultar océanos, dijo Morrison.

Sagan también identificó las regiones sombreadas en Marte como tierras altas e identificó las áreas más claras como las llanuras del desierto marcadas por las tormentas de polvo.

En las dos misiones Voyager lanzadas en 1977 para explorar Júpiter, Saturno, Urano, y Neptuno, Sagan era uno de los miembros del equipo. "Eso fue realmente antes de alcanzar la fama", dice Morrison, un antiguo alumno de Sagan. "No era una superestrella entonces, sólo uno más entre nosotros."

Celebridad

Sagan dirigió el equipo que armó los "discos de oro" de las dos naves espaciales de la misión Voyager. Los registros (enviados junto con las agujas de fonógrafo) incluyen canciones de todo tipo, desde Bach a "Johnny B. Goode", junto con saludos y sonidos naturales de la Tierra.

Los periodistas se dirigieron a Sagan en esas misiones, dice Poundstone. "Sabían que podía explicar las cosas." Sagan terminó como un habitual en el Tonight Show(como Tyson ahora en Comedy Central), como uno de los invitados favoritos de Johnny Carson.

Sagan hizo una ponencia en el congreso sobre los efectos de la energía nuclear en 1985
FOTO POR KARL SCHUMACHER, TIME LIFE PICTURES/GETTY


Escéptico

Posteriormente llegarían las amenazas de muerte. Estas, en parte, derivan del trabajo de Sagan en el “Proyecto Libro Azul” de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que investigó los ovnis en los años 1950 y 1960. "Empezó con la mente abierta, pero llegó a la conclusión de que no había ninguna evidencia de extraterrestres que visitasen la Tierra", dice Poundstone. Sin embargo, Sagan fue un gran defensor de la probabilidad de que existiese vida en otros lugares del universo.

Sagan también entró en el debate sobre el calentamiento global, como el autor principal de un estudio en 1983 de la revista Science sobre el "invierno nuclear”. En él hablaba de cómo podía cambiar el clima por culpa de las nubes de polvo levantadas por culpa de las pruebas nucleares de las superpotencias.

No se sabe si enfadó más a los fans de los OVNIS o a los detractores del invierno nuclear, pero Morrison recuerda que después de ambas publicaciones Sagan recibió amenazas. "Se tenía quer esconder en su oficina de Cornell y utilizaba la puerta trasera para llegar al trabajo". En la era de los "Unabomber" explosivos contra los profesores, las amenazas fueron tomadas en serio.

"La ciencia es más que un conjunto de conocimientos. Es una manera de pensar, una manera de interrogar con escepticismo al universo con la delicada comprensión de la falibilidad humana", dijo Sagan en su última entrevista con Charlie Rose de PBS en 1996. Murió ese mismo año de cáncer.

El poder del pensamiento escéptico se muestra en su libro de 1995, El mundo y sus demonios: La ciencia como una vela en la oscuridad, en el que trató de explicar el método científico para los lectores en general. Sagan no era escéptico sobre todo: también fue un defensor de la marihuana, y abogó por ella en usos medicinales en los años previos a su muerte.



Sagan habla sobre el Voyager 2 en Pasadena, California, en 1986.
FOTO POR LENNOX MCLENDON, AP


Orador

"Hacer algo significativo, eso fue en el centro de toda su vida", dijo Ann Druyan, la tercera esposa de Sagan, al hablar en la Biblioteca del Congreso, donde los papeles de Sagan fueron donados a sus colecciones.

Druyan, la tercera esposa y frecuente colaboradora de Sagan, fue la coguionista del Cosmos original y forma parte del equipo de producción de la nueva serie. Sagan escribió 20 libros y cientos de estudios científicos. Sin embargo, su fama le trajo críticas de otros científicos, y un desaire de la Academia Nacional de Científicos, a la cual fue nominado para ser miembro, pero no aceptó.

"Eso es sólo parte de la naturaleza humana: la envidia y el resentimiento", dice Poundstone

Hoy en día, Cosmos es recordado por su difusión sobre el espacio y por ser la inspiración de muchos jóvenes científicos. Según Fahy, “necesitamos más gente como Carl Sagan”.


Curiosidades sobre Carl Sagan
Carl Sagan fue un incansable divulgador científico que falleció el 20 de diciembre de 1996 a los 62 años.
Carl Sagan fue un astrónomo, astrofísico y cosmólogo, más que comprometido con la divulgación científica. Era su pasión y conseguía transmitirla en cada una de las tareas que llevaba a cabo.

Su vinculación con el programa espacial estadounidense arrancó desde sus comienzos, ya que trabajó como asesor de la NASA desde la década de 1950. Aparte de instruir a los astronautas o preparar experimentos, también fue el responsable del llamado“Disco de Oro” de las Voyager, un mensaje universal, con contenido de la Tierra y dirigido a posible vida extraterrestre, que sería enviado fuera del sistema solar con las sondas espaciales Voyager en 1977.

La serie de documentales “Cosmos: Un viaje personal” emitida en 1980 y creada y presentada por Sagan, fue todo un hito. Gracias a su sencillez y simpatía a la hora de divulgar ciencia, la serie documental acabó ganando un Premio Emmy y un Peabody y fue vista por más de 400 millones de personas de más de 60 países.


La serie “Cosmos” daría lugar a un posterior libro, continuación de los 13 capítulos. Además, publicó numerosos libros y artículos en revistas y diarios. Una de sus creaciones, “Los Dragones del Edén: Especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana”, fue reconocida con un Premio Pulitzer en 1978.

Algunas de sus contribuciones a la astronomía fueron cruciales, como por ejemplo, para el descubrimiento de las altas temperaturas superficiales del planeta Venus.

Entre sus cargos y nombramientos, fue cofundador de la Sociedad Planetaria, editor de la Revista Icarus, miembro del Consejo de Administración del Instituto SETI, Presidente de la Sección de Astronomía de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia o Presidente de la División de Ciencia Planetaria (DPS) de la Sociedad Astronómica Americana. Como curiosidad, ejerció de asesor en la película de Stanley Kubrick “2001: Una odisea del espacio”.

Carl Sagan ganó el Premio Pulitzer en 1978 con “Los Dragones del Edén”
Sagan consumía -y defendía- el uso de la marihuana. De hecho, bajo el pseudónimo Mr. X, escribió un ensayo sobre este tema: “Marihuana Reconsidered” en 1971, donde exponía que el consumo de cannabis le ayudaba o inspiraba en algunos de sus proyectos o iniciativas.

Aparte de censurar a las grandes potencias por producir armamento nuclear, el astrónomo también mantuvo una oposición y crítica y muy constante contra las pseudo-ciencias.

El escritor de ciencia ficción Isaac Asimov comentó una vez que Martin Minsky y Carl Sagan eran las dos únicas personas que había conocido cuyo intelecto superaba al suyo.

Sagan falleció de neumonía en el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson de Seattle, Washington (EE.UU.), el 20 de diciembre de 1996. Tenía 62 años.


10 de diciembre de 2017

La Nave Espacial Voyager 1 Enciende sus Motores Después de 37 Años



Si intentaras arrancar un coche que hubiera permanecido en un garaje durante décadas, no esperarías que el motor respondiera. Pero un conjunto de propulsores de la nave espacial Voyager 1 se encendió con éxito el pasado miércoles, tras 37 años sin ser utilizados.

Voyager 1, la nave espacial más lejana y rápida de la NASA, es el único objeto hecho por la humanidad que se encuentra en el espacio interestelar, el espacio entre las estrellas. La nave espacial, que ha estado viajando durante 40 años, utiliza unos pequeños instrumentos llamados propulsores que le permiten orientarse y de este modo poder comunicarse con la Tierra. Estos propulsores disparan pulsos diminutos, que apenas duran milisegundos, para girar sutilmente la nave espacial de forma que su antena apunte hacia nuestro planeta. Ahora, el equipo de la Voyager ha podido utilizar un conjunto de cuatro propulsores de reserva, inactivos desde 1980.

“Con estos propulsores todavía funcionando después de 37 años sin uso, podremos extender la vida de la nave Voyager 1 en dos o tres años”, dijo Suzanne Dodd gerente de proyecto de Voyager en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California.

Desde 2014, los ingenieros habían notado que los propulsores de la Voyager 1 que habían estado siendo utilizados para orientar la nave se iban degradando. Con el tiempo, los propulsores necesitaban más pulsos para proporcionar la misma cantidad de energía. A 21 mil millones de kilómetros de la Tierra, no hay un mecánico cerca para hacer una puesta a punto.

El equipo de la Voyager reunió un grupo de expertos en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en Pasadena para estudiar el problema. Chris Jones, Robert Shotwell, Carl Guernsey y Todd Barber analizaron las opciones y predijeron cómo respondería la nave en diferentes escenarios. Acordaron una solución inusual: intentar dar el trabajo de orientación a un conjunto de propulsores que habían estado dormidos durante 37 años.

“El equipo de vuelo de la Voyager estudió datos de varias décadas de antigüedad y examinó el software programado en un desfasado lenguaje ensamblador para cerciorarse de que podíamos probar los propulsores con seguridad”, dijo Jones, ingeriero jefe del JPL.

En los primeros días de la misión, la Voyager 1 voló por Júpiter, Saturno y lunas importantes de cada uno. Para volar con precisión y apuntar los instrumentos de la nave a una mezcla heterogénea de objetivos, los ingenieros utilizaron una maniobra de corrección de trayectoria o TCM, propulsores idénticos en tamaño y funcionalidad a los impulsores de control de actitud, que están ubicados en la parte posterior de la nave espacial. Pero debido a que el último encuentro planetario de la Voyager 1 fue con Saturno, el equipo de la Voyager no necesitó usar los propulsores TCM desde el 8 de Noviembre de 1980. En aquel entonces, los propulsores TCM se usaban en un modo de disparo más continuo; nunca habían sido utilizados en los breves estallidos necesarios para orientar la nave espacial.

Todos los propulsores de la Voyager fueron desarrollados por Aerojet Rocketdyne. El mismo tipo de propulsor, llamado MR-103, voló en otras naves espaciales de la NASA también, como Cassini y Dawn.

El martes 28 de Noviembre de 2017, los ingenieros de la Voyager encendieron los cuatro propulsores TCM por primera vez en 37 años y probaron su capacidad de orientar la nave con pulsos de 10 milisegundos. El equipo esperó ansiosamente mientras los resultados de la prueba viajaban por el espacio, tardando 19 horas y 35 minutos para llegar a una antena en Goldstone, California, que forma parte de la Red de Espacio Profundo de la NASA.

Así, el miércoles 29 de Noviembre, recibieron que los propulsores TCM funcionaban perfectamente, y tan bien como los impulsores de control de actitud.

"El equipo de la Voyager está más entusiasmado con cada hito en la prueba de propulsión. El estado de ánimo fue de alivio, alegría e incredulidad después de presenciar cómo estos propulsores bien descansados se encendieron como si no hubiera pasado el tiempo", dijo Barber, un ingeniero de propulsión de JPL.

El plan ahora es cambiar a los propulsores TCM en Enero. Para hacer el cambio, la Voyager tiene que encender un calentador por impulsor, que requiere potencia, un recurso limitado para la longeva misión. Cuando ya no haya suficiente potencia para operar los calentadores, el equipo volverá a los impulsores de control de actitud.

La prueba del propulsor fue tan buena que es probable que el equipo haga una prueba similar en los propulsores TCM de la Voyager 2, la nave espacial gemela de la Voyager 1. Sin embargo, los propulsores de control de actitud actualmente utilizados para la Voyager 2 aún no están tan degradados como los de la Voyager 1.

La nave espacial Voyager 2 también está en camino de ingresar al espacio interestelar, probablemente en los próximos años.

Los ingenieros de la nave espacial Voyager 1 han conseguido encender los motores de la nave después de permanecer 37 años apagados. Image Credit: NASA/JPL-Caltech


6 de septiembre de 2017

(las Voyagers) Los planetas, historias de los descubrimientos

Excelente documental de la BBC, que nos relata con detalles la historia de como la humanidad conoció de cerca por primera vez los planetas, gracias a la nave Voyager, la cuál marcó época. Antes de la Voyager los planetas que flotaban alrededor de nuestro sistema solar estaban fuera del alcance de los ojos de los astrónomos, de los planetas los cientí­ficos solo poseí­an imágenes borrosas pero en diciembre de 1973 la humanidad tuvo su primer encuentro con Júpiter. El documental nos relata la historia paso a paso de los descubrimientos de estos planetas, desde la mirada de Galileo a las lunas de Júpiter en 1610 hasta los viajes a Urano y Neptuno realizados a finales del siglo XX. Admira el papel que los planetas jugaron al formarse el vasto disco de estrellas dentro de nuestro sistema solar tal como lo conocemos. Anillos de radiación, lunas de magnetosferas, cada una forma parte del corazón de nuestro sistema solar revelando sus secretos sólo a las valientes misiones que se han realizado.

Fuentes: documaniatv

¿Qué música enviarías al espacio?

Uno de los discos de las Voyager - NASA

Un programa de la radio estadounidense ha lanzado una campaña para elegir el contenido de una supuesta sonda enviada con los sonidos del mundo, como en su día hicieron las Voyager
La NASA envió en 1977 dos naves espaciales Voyager en direcciones diferentes, cada una con un disco de oro con los sonidos, los saludos y la música de la gente de la Tierra. Ahora, esos registros se encuentran a 16.000 millones y 20.000 millones de kilómetros de distancia de la Tierra, respectivamente (la Voyager 1 incluso ha salido del ámbito del Sistema Solar). Con esa inspiración, el programa de radio pública estadounidense 'Science Friday' ha lanzado una campaña denominada 'The Golden Record'para elegir nuevos contenidos de audio acordes con el mundo de hoy.

El programa, que emite un episodio semanal centrado en la ciencia, se asoció con el programa de radio 'Studio 360' el 27 de septiembre para reimaginar los recuerdos de audio de la Tierra que tal registro podría contener si se enviase hoy. El evento lanzó una campaña de recogida de sugerencias del público y producir una versión «remasterizada» del artefacto. Los contenidos seleccionados serán dados a conocer el 7 de octubre.



El disco de oro original fue responsabilidad del astrónomo y divulgador científico Carl Sagan, y se enviaron copias en la Voyager 1 y Voyager 2 de la NASA.

Los discos de cobre de 30 centímetros de diámetro y chapados en oro incluyen sonidos de la naturaleza, saludos en 55 idiomas y 27 melodías que abarcan el planeta y la historia humana, además de algunas entradas más peculiares, como una grabación de una hora de duración de las ondas cerebrales de la esposa de Sagan (la escritora y productora Ann Druyan) y el sonido de un beso. La nave también lleva esquemas de los seres humanos y el ADN, mapas de localización del sistema solar, y vistas desde la Tierra codificadas.

Fuentes: ABC

Misión Voyager, el viaje de 40 años que ha llevado al hombre a los confines del Sistema Solar

Dos pequeñas naves espaciales de los setenta han revolucionado los límites de lo conocido. Hoy siguen enviando datos a la Tierra, a pesar del «alzhéimer» y de estar a decenas de miles de millones de kilómetros de distancia









Las sondas espaciales Voyager (que significa «viajero») son probablemente los artefactos humanos que han emprendido el viaje más increíble de todos los tiempos. Ambas son los objetos humanos más lejanos y en su historial está haber explorado por primera vez planetas gigantes y lunas exóticas, que hoy en día aparecen en cualquier libro de texto. Su incansable viaje las ha llevado hasta las afueras del Sistema Solar e incluso hasta el vacío insondable más allá. Desde 2012, y por primera vez en todos los tiempos, una nave, la Voyager 1, surca el espacio interestelar, el «hueco» que hay entre las estrellas de la Vía Láctea.

Desde este martes, la Voyager 1 es, junto a la Voyager 2, lanzada el 20 de agosto de 1977, una nave con 40 años de historia. En ese tiempo ha batido récords y ha hecho innumerables descubrimientos. Su épico viaje la ha convertido en un icono esencial de la exploración espacial, y su historia ha inspirado a generaciones de astronautas,científicos y apasionados. A pesar de su vetusta tecnología y de estar a decenas de miles de millones de kilómetros de la Tierra, las Voyager 1 y 2 siguen explorando y cosechando ciencia.


«Si alguien me hubiera dicho por entonces que, después de 40 años, las naves iban a estar funcionando, le hubiera dicho que estaba loco», ha reconocido a ABC Stamatios M. Krimigis, investigador principal de uno de los cinco instrumentos de las Voyager desde su lanzamiento.

Una nave con alzhéimer
Krimigis cree que es «excepcionalmente afortunado» que las Voyager hayan durado tanto tiempo en el espacio. Paradójicamente, detrás de su resistencia hay un ingrediente que queda fuera del alcance de las naves espaciales actuales. «Uno de los secretos de las Voyager es que no hay ningún ordenador real a bordo», ha dicho el investigador. «Nuestras naves modernas tienen cientos o miles de ordenadores. Son maravillosos, pero es imposible que podamos asegurarnos de que no acaben fallando».
Voyager 2 fue la primera nave en fotografiar Neptuno- NASA

Aún así, el tiempo siempre hace mella. «En los últimos años hemos comprobado que la nave tiene un poco de alzhéimer», opina Krimigis. Los sucesores de los informáticos de los años setenta deben programar el funcionamiento de las sondas, sin usar las células de memoria que van muriendo. Y no tienen mucho margen de maniobra. Si un «smartphone» actual puede alcanzar unos 160 gigabytes de memoria, las Voyager tienen una capacidad dos millones de veces menor.

Pero el problema más acuciante de las naves está en sus reservas de energía. Desde hace 40 años, las sondas se alimentan gracias a tres generadores de radioisótopos, basados en el plutonio-238. Estos suministran energía a los instrumentos científicos y caldean los circuitos en el frío espacio. Pero su duración es limitada. Se espera que en algún momento, entre 2025 y 2030, los científicos deban comenzar a apagar sistemas para prolongar la duración de las Voyager al máximo.

Este empeño en aumentar el tiempo de la misión no es infundado. Cada segundo, la Voyager 1 envía 160 preciados bits de información a través de su antena, y además recorre 17 kilómetros en dirección a lo desconocido. Todo lo que pueda observar en los límites del Sistema Solar, en el espacio interestelar, es información valiosa sobre una región inexplorada y extraña. Allí, la influencia del Sol y del viento solar han quedado atrás, y en el vacío aparente se dispersa la radiación que proviene de la Vía Láctea. Parece que allí el reino del Sol queda aplastado por los fenómenos que ocurren en la galaxia.

Adiós, Sol

Precisamente, el mayor logro de la misión ocurrió en 2012, cuando la Voyager 1 hizo historia y atravesó una región llamada heliopausa, que es el límite a partir del cual el viento solar deja de tener influencia. Krimigis y otros investigadores han descubierto que en esa región el espacio no es tan tranquilo como se pensaba. Han detectado interesantes perturbaciones y «tsunamis» de energía, cuyo comportamiento es aún un enigma.

La heliosfera (en amarillo) es la zona de influencia de la radiación solar. Voyager 1 salió de la misma, al atravesar la heliopausa- WIKIPEDIA

Donald Burnett, investigador principal de otro de los instrumentos de la Voyager, y que acumula más de 50 años de carrera científica, es especialista en oír este tipo de fenómenos en el espacio. Su instrumento a bordo de la nave detecta las ondas de radio y su interacción con el viento solar.

«Podemos traducir las ondas que detectamos en sonido, y con un amplificador podemos llegar a oírlo», explica Burnett a ABC. Gracias a esto, se puede conseguir el sonido característico del espacio interestelar o el de cada planeta.

Burnett ha dedicado su vida a la física del plasma, un estado de la materia en que el gas está cargado y muy caliente. Esto no solo le ha permitido entender el comportamiento de los planetas y de sus campos magnéticos, sino aprender sobre el diseño de los futuros reactores nucleares de fusión, en teoría limpios e inagotables.
Las pioneras de los planetas

Sin embargo, para Burnett la importancia de las Voyager no se limita a haber podido asomarse al espacio interestelar: «Son las que hicieron las primeras medidas y observaciones de cerca de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno», sentencia. Además, el investigador hace hincapié en que fueron estas naves las que permitieron ver los satélites de estos planetas.

De hecho, las Voyager fueron las primeras en descubrir volcanes activos más allá de la Tierra, en Ío, la luna de Júpiter. Obtuvieron pruebas de que hay un océano subterráneo en Europa, otro satélite de Júpiter, y analizaron de cerca Titán, una exótica luna de Saturno, cuya atmósfera está cargada de nitrógeno como la terrestre, y que hoy en día se sabe que podría albergar vida basada en hidrocarburos. Como profesor de Astronomía, Burnett recuerda los años previos: «Antes de las Voyager, los planetas exteriores del Sistema Solar ocupaban 20 páginas en los libros. Después, hubo que añadir muchos capítulos con todo tipo de detalles».

Hoy, las Voyager siguen viajando hacia el espacio insondable. Pasarán siglos hasta que salgan de la nube de Oort, la última frontera del Sistema Solar, y decenas de miles de años hasta que pasen a más de un año luz de la estrella más próxima. Para Krimigis, lo más importante de las Voyager es que expandieron los horizontes de la humanidad. Solo así pudo mirar atrás y ver el pequeño punto azul que es la Tierra. «Cuando te das cuenta de lo aislados y solos que estamos, ves lo preciosa que es nuestra nave espacial, la Tierra, y lo importante también que es protegerla», culmina.

Stamatios M. Krimigis- Johns Hopkins/Applied Physics Laboratory

Dos vidas dedicadas al espacio: Stamatios M. Krimigis

Stamatios M. Krimigis es conocido como Tom en el laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, donde es miembro emérito. Era un estudiante en Minesota cuando los soviéticos lanzaron el Sputnik. «Era impensable saber que a miles de kilómetros, encima de nosotros, había una nave y que no podíamos hacer nada», dice.

Krimigis estudió y su trabajo le hizo llegar a ser el investigador principal más joven de la misión Voyager. Se convirtió en el único científico en enviar instrumentos a los nueve planetas del Sistema Solar. Ha publicado casi 600 artículos, pero para él su mayor logro es haber contribuido al «mensaje de la Humanidad para la galaxia». «La Voyager es esencialmente un mensaje que la Tierra manda al Universo y que dice: ¡Hey! Estamos aquí», asegura.

Donald Gurnett- Tom Jorgensen/Universidad de Iowa


Dos vidas dedicadas al espacio: Donald Gurnett

Donald Gurnett lleva más de 50 años dedicándose a la exploración del espacio. Estudió Física en la Universidad de Iowa, ha publicado 450 artículos y participado en el proyecto de treinta naves espaciales.

Este científico está especializado en oír ciertas formas de radiación en el espacio y a través del teléfono reproduce algunas grabaciones conseguidas por las Voyager. También recuerda la importancia de la exploración de las lunas del Sistema Solar. «El 5 de marzo de 1979 estábamos acercándonos a Júpiter. Desde el descubrimiento de Galileo, sus lunas eran puntos de luz (...). Por la noche, vimos un punto anaranjado. Al cabo de horas, tuvimos increíbles imágenes de Ío. Parecía una pizza». Nadie lo esperaba, pero acababan de descubrir los primeros volcanes activos más allá de la Tierra.

Fuentes: ABC

El increíble viaje de las Voyager, los artefactos humanos que han llegado más lejos

"La pareja de naves fue lanzada hace ahora cuarenta años y todavía envía datos puntualmente. Una de ellas ya ha abandonado el Sistema Solar para adentrarse en el espacio interestelar"
Vídeo: Las Voyager cumplen 40 años llamando diariamente a Tierra - NASA

Cuando fueron lanzadas hace cuarenta años desde Cabo Cañaveral en Florida (EE.UU.) muy pocos habrían apostado que hoy permanecerían en activo, enviando información a la Tierra puntualmente, durante tanto tiempo. Las Voyager 1 y 2 de la NASA se han convertido en dos naves míticas. La primera ya se encuentra en el espacio interestelar y la segunda está a punto de cruzar la frontera del Sistema Solar, convirtiéndose en los objetos creados por el hombre que han llegado más lejos.

«Nadie sabía, cuando las lanzamos (las sondas) hace 40 años, que todo seguiría funcionando y que íbamos a continuar este viaje de pioneros», afirmaba con orgullo Ed Stone, líder científico del proyecto.

La Voyager 2 emprendió su camino el 20 de agosto de 1977, seguida por su gemela el 5 de septiembre. Pero la 1 fue colocada en una trayectoria más corta y rápida, lo que le permitió tomar ventaja. Ahora se encuentra en el espacio interestelar volando a casi 17 kilómetros por segundo, mientras la 2 lo hace a poco más de 15, lo que las convierte también en las naves más rápidas jamás construidas.


La misión Voyager no sólo tuvo que hacer frente a los rigores del espacio para sobrevivir. El presupuesto era escaso y la tecnología de exploración todavía muy limitada. Por ejemplo, para evitar que los cables se quedará fritos bajo el efecto de la radiación, un científico los envolvió en un vulgar papel de aluminio para cocinar.



Logros inmensos

A pesar de estos inconvenientes, la pareja cósmica ha logrado mostrar el Sistema Solar con una precisión sin precedentes. Las primeras imágenes de la Gran Mancha Roja de Júpiter, una tormenta gigantesca más grande de la Tierra, entusiasmaron a los científicos. «En ese momento eran mejores imágenes de las que cualquier telescopio terrestre podía ofrecer», recuerda Alan Cummings, un investigador que trabajó en el proyecto en 1973.

La misión Voyager también reveló la existencia de volcanes en Io, luna de Júpiter, la existencia de un océano bajo la superficie de la luna Europa, y mostró que los géiseres escupen hielo en Tritón, satélite de Neptuno. En definitiva, los libros de astronomía fueron reescritos gracias a las sondas. «Han revolucionado la astronomía planetaria», dice la NASA.

Además la Voyager 1 es la autora de una foto única, tomada el Día de San Valentín de 1990, en la que la Tierra aparece como un pequeño punto, una mota de polvo en un rayo de luz, menos de un píxel en la inmensidad del espacio. «Esta perspectiva subraya nuestra responsabilidad de preservar y apreciar este pequeño punto azul claro, la única casa que hemos conocido», dijo entonces astrónomo y divulgador Carl Sagan, que participó en el proyecto.

Adiós Sistema Solar

La Voyager 1 es, de las dos naves, la que se encuentra más lejos. Entró en el espacio interestelar el 25 de agosto de 2012, aunque la hazaña no fue confirmada hasta un año después porque los expertos de la NASA querían estar completamente seguros de los datos antes de darlos a conocer. Ahora, la nave estaba a casi 20.900 millones de kilómetros de la Tierra. Si pudiéramos viajar a la velocidad de la luz, tardaríamos 19 horas y 20 minutos en llegar allí.

Ambas naves pueden producir suficiente energía para sobrevivir y comunicarse hasta 2020, según estimaciones de la NASA, momento en el que sus generadores termonucleares de plutonio 238 se agoten por completo. Dentro de casi 40.000 años todavía no habrán alcanzado otra estrella y se encontrarán a 1,7 años luz de una en la constelación de la Osa Menor. Entonces, serán objetos inertes pero seguirán portando información sobre la civilización que las envió al espacio.

Rock y nuestra dirección

Gracias al disco de oro que llevan encima, si algún día unas criaturas inteligentes descubren las sondas podrán conocer información esencial sobre la humanidad e incluso pistas para encontrarnos, datos que compiló Sagan.

Los discos incluyen sonidos grabados como el canto de las ballenas, música como el «Johnny B. Goode» de Chuck Berry, las composiciones de Sebastian Bach, y ritmos de los aborígenes de Australia, Perú, Zaire y Japón. También hay imágenes, desde fórmulas matemáticas al cuerpo humano, y cosas más triviales como comida china, un aeropuerto o el interior de una fábrica. Información para decirle a otros quién vive en esa pequeña mota de polvo que un día nos mostraron las Voyager.

Fuentes: ABC

15 de septiembre de 2013

El Voyager 1 sale del sistema solar

Nunca algo hecho por el hombre había llegado tan lejos. El Voyager 1 ha salido del sistema solar. Científicos de la NASA, tras analizar los datos recibidos de la sonda espacial, han podido constatar que abandonó la conocida como burbuja solar en torno al 25 de agosto de 2012, aunque hasta la fecha no habían podido corroborarlo.

“Hemos llegado al espacio interestelar, es algo que todos esperábamos que ocurriese cuando empezamos hace 40 años aunque ninguno de nosotros sabía lo grande que esta burbuja era y ninguno sabía que algo pudiese durar tanto como lo han hecho las sondas Voyager”, explicaba entusiasmado Ed Stone, ciéntifico del proyecto Voyager. Gary Stark, otro de los científicos participantes, remarcaba la importancia de lo ocurrido: “Hemos salido del material creado por el sol y estamos totalmente en un entorno alienígena. El material en el que el Voyager se encuentra no fue creado por el sol, sino por otras estrellas vecinas, restos de supernovas y demás”.


 

La sonda espacial fue lanzada junto con una gemela en 1977 con la misión inicial de visitar Júpiter y Saturno. Se estima que en la actualidad está a algo menos de 19.000 millones de kilómetros de la tierra y las señales de radio que emite tardan unas 17 horas en llegar a nuestro planeta.

 
Fuentes : euronews

29 de junio de 2013

La Voyager 1 se adentra en la última frontera

NASA/JPL-Caltech
Las sondas Voyager 1 y Voyager 2, cerca del borde del Sistema Solar


Tres investigaciones distintas confirman en Science que la nave, el artefacto humano que ha llegado más lejos, atraviesa una región desconocida en el borde del Sistema Solar 

La nave espacial Voyager 1, lanzada al espacio por la NASA hace más de 35 años, se ha adentrado en una región desconocida del Sistema Solar, en el límite del espacio interestelar, según confirman tres investigaciones independientes publicadas esta semana en la revista Science. Esta región inesperada de la heliosfera, la burbuja de partículas cargadas que emite el Sol en todas direcciones y envuelve nuestro sistema planetario, puede ser la última frontera que le quede a la sonda por cruzar para volar por fin hacia las estrellas.

La Voyager 1, el artefacto humano que ha llegado más lejos, se movió hacia una región turbulenta de la heliosfera, conocida como heliofunda, en 2004. Desde entonces, los astrónomos esperaban ansiosamente la ocasión en que entrara en el espacio abierto, un hito que, cuando se produzca, será señalado en los libros de historia. Pero no ha ocurrido así, de momento. La Voyager 1 parece haberse desviado a través de una frontera previamente no identificada de esa gran burbuja protectora, en una sección que los investigadores han bautizado como «región de agotamiento de la heliofunda». Por allí la sonda se ha paseado hasta en cinco ocasiones distintas en el último año.


Los investigadores han llegado a esta conclusión tras realizar varias lecturas y mediciones tomadas por la nave. El equipo de Leonard Burlaga, del centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, comprobó que cada vez que la Voyager 1 entraba en ese territorio inexplorado, la fuerza del campo magnético de la heliosfera aumentaba abruptamente, mientras que el número de partículas cargadas caía con fuerza.

Otro equipo de investigación, dirigido por Stamatios Krimigis, del laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, informa de la existencia de un aumento repentino de los rayos cósmicos que vienen del espacio abierto junto con una notable disminución de las partículas del Sol. El tercer grupo, encabezado por Edward Stone, del Instituto Tecnológico de California, también observó que los iones de baja energía de la heliosfera se desvanecían repentinamente y eran reemplazados por una entrada de rayos cósmicos cuando la Voyager 1 se aventuraba en la nueva zona, aunque precisan que las lecturas del campo magnético de la nave indicaban que esta ha permanecido en todo momento dentro de la burbuja invisible del Sistema Solar. Tomados en su conjunto, estos hallazgos sugieren que esta nueva región desconocida podría ser parte de una zona de contacto más grande entre la heliosfera y el resto del espacio cósmico.





Hasta 2025

La Voyager 1 fue lanzada en septiembre de 1977 pocos días después de que lo hiciera su gemela, la Voyager 2, ambas con la misión de explorar el Sistema Solar. La primera se desplaza a 17 km por segundo y sus datos tardan más de 16 horas en llegar a la Tierra. La segunda se encuentra ahora a más de 15.000 millones de km del Sol. Entre las dos han «visitado» Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y 48 de sus satélites. Sus baterías de plutonio están diseñadas para funcionar hasta 2025, momento en que dejarán de enviar datos a nuestro planeta. Ambas llevan una grabación en un disco de cobre con sonidos e imágenes de la vida y la cultura terrestres seleccionados por un comité de expertos presidido por el científico Carl Sagan.


Fuentes : ABC.es