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18 de marzo de 2021

Siete visitantes interestelares se acercan a la Tierra cada año


Recreación de Oumuamua, el primer objeto llegado de otro sistema solar conocido por la humanidad - NASA

Investigadores calculan cuántos objetos como Oumuamua llegan de otros sistemas planetarios, incluso de otras galaxias

En octubre de 2017 una roca espacial en forma de puro de 300 metros de longitud acaparó la atención mundial al convertirse en el primer objeto interestelar detectado. Su auténtica naturaleza aún provoca ríos de tinta, especialmente por las insólitas declaraciones de Avi Loeb, astrofísico de la Universidad de Harvard, quien está convencido de que se trata de una especie de baliza creada por una civilización extraterrestre. Ni siquiera pasaron dos años de esa primera aparición cuando un segundo cuerpo llegó de otro sistema planetario. Se le llamó 2I/Borisov y resultó ser un cometa.

El segundo intruso confirmó lo que los científicos sospechaban desde hacía tiempo: que este tipo de visitas se repiten. En ocasiones, cometas o asteroides interestelares pueden entrar en el sistema solar, siguiendo órbitas muy diferentes de las de los objetos de su interior. Sin embargo, ¿cuál es la frecuencia de estas incursiones?

Según la Iniciativa de Estudios Interestelares (i4is), una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación de futuros vuelos interestelares, aproximadamente siete objetos llegados de otras estrellas ingresan cada año en nuestro sistema solar. Sus órbitas, dicen, son predecibles mientras se encuentran en nuestro vecindario cósmico. En el estudio, publicado en el contenedor de prepublicaciones científicas Arxiv.org, han participado también investigadores de la Universidad de Texas en Austin, la de Harvard y el Instituto de Tecnología de Florida, entre otras instituciones.

De otra galaxia

El físico Marshall Eubanks, autor principal del estudio, cree que los descubrimientos de Omuamua y Borisov tienen un gran valor. «El mero hecho de probar su existencia ha tenido un impacto profundo, creando un campo de estudio casi de la nada», afirma en declaraciones a 'Universe Today'.

[Retrato de cabeza a cola del segundo viajero interestelar]


El equipo calculó las velocidades esperadas de los visitantes interestelares y cuánto tiempo deberían permanecer en nuestro sistema solar, a partir de datos sobre el movimiento y la velocidad de estrellas cercanas del telescopio Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA). De esta forma, concluyeron que siete viajeros de otro sistema solar de un tamaño similar al de Oumuamua, de al menos cien metros de ancho, pasan a una unidad astronómica (la distancia entre la Tierra y el Sol) de nuestra estrella cada año. Sin embargo, los cometas como Borisov serían mucho más raros, apareciendo una vez cada diez o veinte años.

Además, estimaron que muchos de estos objetos se moverían a velocidades de hasta 100 km por segundo, mayores que las de Oumuamua, que se desplazaba a más de 26 km por segundo, y llegarían de algún punto de nuestra galaxia. En cambio, solo tres objetos por siglo superarían los 530 km por segundo, lo que significa que incluso podrían llegar de otra galaxia. Para los investigadores, esto podría suponer una oportunidad única de estudiar un objeto llegado de otro sistema e incluso de fuera de la Vía Láctea, algo absolutamente asombroso.

Busca y captura

Existen numerosas propuestas de naves espaciales que podrían encontrarse con este tipo de objetos, como el proyecto Lyra, presentado en 2017 por i4iS, que pretendía enviar una nave a Oumuamua para conocer sus secretos, aunque la roca abandonó el sistema solar poco después de ser descubierta. De hecho, los astrónomos tuvieron solo once días para realizar observaciones mientras la roca se despedía. Por su parte, el Comet Interceptor de la Agencia Espacial Europea (ESA) planea lanzar un nave en 2029 que quedaría 'estacionada' en un punto entre el Sol y la Tierra a la espera del paso de un cometa de largo recorrido.

Estas misiones darían a los científicos la oportunidad de estudiar de cerca objetos formados en otro sistema estelar y tener una idea de las condiciones que pueden encontrarse allí. «Los objetos interestelares nos brindan la oportunidad de estudiar, y en el futuro tocar literalmente, exocuerpos décadas antes de las primeras misiones posibles incluso a las estrellas más cercanas, como Proxima Centauri», dice Eubanks.

Para los autores, es la mejor alternativa al envío de sondas a sistemas estelares vecinos. Eso es lo que proyecta la iniciativa 'Breakthrough Starshot', que en su día obtuvo el respaldo científico del astrofísico británico Stephen Hawking y el económico del multimillonario ruso Yuri Milner, para enviar en el futuro, por primera vez, una nave espacial a Alfa Centauri, el sistema más cercano al Sol. Por su parte, i4iS ha comenzado a explorar la posibilidad de enviar una pequeña vela ligera, apodada Dragonfly.

Como todavía queda mucho tiempo hasta que una nave construida por el hombre logre alcanzar otro sistema planetario, estos visitantes interestelares pueden ponérselo en bandeja a los científicos.

Fuentes: ABC

24 de septiembre de 2020

Descubren material exógeno en la superficie de los asteroides Ryugu y Bennu

Los asteroides Ryugu y Bennu, principales objetivos de las misiones espaciales Hayabusa2 (JAXA) y OSIRIS-REx (NASA), continúan sorprendiéndonos. En dos artículos publicados de forma simultánea en Nature Astronomy, investigadores de ambos equipos han encontrado material brillante de origen exógeno disperso por las superficies de estos objetos. Miembros del Grupo de Sistema Solar del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han participado en este descubrimiento, en particular la investigadora Eri Tatsumi, autora principal del artículo en el que se presentan los hallazgos en Ryugu (Hayabusa2).

Ryugu y Bennu son asteroides oscuros y carbonáceos con un brillo o albedo no superior al 4-5%. Ambos son los objetivos principales de las misiones Hayabusa2 (JAXA) y OSIRIS-REx (NASA), con el propósito de recoger material de sus superficies y traerlo de vuelta a la Tierra. Al obtener las imágenes de alta resolución necesarias para la selección de las zonas idóneas de recogida de material, ambas naves encontraron rocas extremadamente brillantes en la superficie de ambos objetos, en contraste con el terreno oscuro de los alrededores. 

Estas rocas brillantes fueron analizadas por los equipos de cada misión y los resultados han sido presentados en dos artículos simultáneos publicados en Nature Astronomy. Julia de León, Juan Luis Rizos Garcia, Javier Licandro y Eri Tatsumi, investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y miembros del Grupo de Procesamiento de Imágenes (Image Processing Working Group, IPWG) de OSIRIS-REx, están entre los autores de ambos artículos. La doctora Eri Tatsumi es además la autora principal del artículo en el que se presentan los resultados de Ryugu y es miembro del equipo de la Cámara de Navegación Óptica (Optical Navigation Camera, ONC) de Hayabusa2.

“El equipo de Hayabusa2 encontró numerosas rocas brillantes en Ryugu a medida que las maniobras de aproximación se llevaban a cabo y se tomaban imágenes con ONC”, explica Eri Tatsumi. “Analizamos los colores en el visible de un total de 21 rocas brillantes, mayores de 10 cm, utilizando imágenes multibanda y clasificándolas en dos grupos espectrales: carbonáceas y rocosas. Seis de las rocas pertenecientes al segundo grupo eran significativamente brillantes y presentaban un espectro similar al que vemos para las condritas ordinarias, confirmado mediante datos obtenidos con el espectrómetro NIRS3, también a bordo de la nave”, añade la investigadora. 

Los meteoritos condritas carbonáceas están compuestos principalmente por silicatos anhídridos y brillantes, como los piroxenos y los olivinos. “Existe una familia de asteroides numerosa en la zona más cercana al Sol del cinturón principal de asteroides, el complejo Nysa-Polana-Eulalia, compuesto por una mezcla de asteroides carbonáceos (o primitivos) y rocosos. Creemos que Ryugu se originó en la familia Polana (primitiva), por lo que es probable que haya habido impactos entre asteroides de ambos tipos en esa región. Esto explicaría la presencia de material brillante en la superficie de Ryugu”, aclara Tatsumi.

De forma similar, las rocas anómalas en la superficie de Bennu llamaron primeramente la atención del equipo de OSIRIS-REx en las imágenes del instrumento OCAMS. Encontraron seis rocas muy brillantes, con tamaños entre 1,5 y 4,3 metros. Analizaron la luz proveniente de dichas rocas con el Espectrógrafo Visible e Infrarrojo (OSIRIS-REx Visible and Infrared Spectrometer, OVIRS) para tener más información sobre su composición. 

El espectro de las rocas era similar al de los piroxenos, y similar al que se observa en la superficie de Vesta y los vestoides, asteroides más pequeños que son fragmentos originados por colisiones en la superficie de Vesta.

Estos son los primeros descubrimientos de material de tipo exógeno en asteroides como Ryugu o Bennu, considerados “pilas de escombros” o rubble-pile. “Los asteroides de tipo rubble-pile son el resultado de colisiones catastróficas de objetos parentales más grandes y de la posterior reacumulación de esos fragmentos más pequeños por el efecto de la gravedad”, explica Julia de Léon. Esto implica que los materiales del cuerpo originario y el asteroide que impacta pueden mezclarse durante el proceso que da lugar a los asteroides de tipo rubble-pile. El equipo de OSIRIS-REx encontró basaltos exógenos en Bennu, mientras que el equipo de Hayabusa2 encontró material de tipo condrita ordinaria en Ryugu. 

“Estos dos tipos de materiales son difícilmente producidos en el mismo asteroide, lo que sugiere objetos progenitores e historias colisionales diferentes para Ryugu y Bennu, aunque ambos asteroides se originaran en la región más interior del cinturón de asteroides de acuerdo a sus órbitas”, comenta Tatsumi.

La misión Hayabusa2 llevó a cabo con éxito dos maniobras de contacto el 21 de febrero y el 11 de julio de 2019 para recoger material de la superficie de Ryugu, y la nave se encuentra actualmente en su viaje de retorno a la Tierra, a la que llegará con las muestras en diciembre de este año. La misión OSIRIS-REx realizará un primer intento de recogida de muestras en Bennu en octubre de este año, y está previsto que regrese a la Tierra en el 2023. “Las muestras recogidas podrían incluir pequeñas cantidades del material exógeno encontrado en estas rocas brillantes y su análisis revelará con detalle las historias de estos dos asteroides tan asombrosos”, sentencia Tatsumi.

Fuente: Instituto de Astrofísica de Canarias • IAC

25 de enero de 2020

El asteroide que impactó con la Tierra hace 2.200 millones de años y "acabó" con una Edad de Hielo





GETTY CREATIVE El impacto de un asteroide hace 2.200 millones de años pudo haber producido cambios significativos en nuestro clima.

Un grupo de científicos determinó que el cráter dejado por la colisión de un asteroide en lo que es hoy Australia es el más antiguo del mundo, y cree que esto explicaría cómo nuestro planeta superó la primera Edad de Hielo.

Cayó en Australia Occidental, uno de los seis estados que conforman el país oceánico, hace cerca de 2.200 millones de años; es decir, cuando la Tierra tenía la mitad de la edad que tiene ahora, según los investigadores.

El equipo de científicos de la Curtin University de Australia dice que se trata de un hallazgo "fascinante" que podría explicar el calentamiento global que tuvo lugar en aquella época.

El estudio fue publicado en la revista especializada Nature Communications este miércoles y sus autores llegaron a esta conclusión tras examinar minerales hallados en el famoso cráter de Yarrabubba.

¿Cómo fue posible descubrir su edad?

El cráter fue descubierto en el interior remoto y semiárido de Australia en 1979, pero hasta la fecha los geólogos no habían podido determinar su edad.

Después de miles de millones de años de erosión, el cráter ya no es visible a simple vista.

GETTY IMAGES Se cree que antes del impacto del asteroide la mayoría de las tierras de nuestro planeta estaban cubiertas de hielo.

Por eso, los científicos tuvieron que hacer el mapa de las cicatrices del impacto en el campo magnético de la región para determinar su diámetro de 70 kilómetros.

"El paisaje en realidad es muy plano porque es muy viejo, pero las rocas de allí son peculiares", le explicó el investigador Chris Kirkland a la BBC.

Para determinar cuándo impactó el asteroide con la Tierra, el equipo de científicos examinó pequeños cristales de circón y de monacita en las rocas, que resultaron "sacudidos" después del golpe y ahora pueden verse como los "anillos de los árboles", de acuerdo a Kirkland.

Estos cristales contienen pequeñas cantidades de uranio y como este se transforma en plomo de manera constante, fue posible determinar cuánto tiempo había pasado.

CURTIN UNIVERSITY Uno de los cristales de circón utilizados para saber cuándo ocurrió el impacto.

El cráter es al menos 200 millones de años más antiguo que el próximo impacto que ocurrió en la Tierra: el de Vredefort que fue descubierto en la provincia del Estado Libre, en el centro de Sudáfrica.

"Estábamos interesados ​​en el área porque el paisaje de Australia Occidental es muy antiguo, pero no esperábamos que (el cráter) fuera tan viejo", explicó el investigador Kirkland.

"Es totalmente posible que haya uno más viejo esperando ser descubierto, pero la dificultad está en encontrar la corteza antes de que se erosione".

¿Pudo haber acabado con una Edad de Hielo?

Según los investigadores, el impacto también podría explicar por qué hubo un aumento de las temperaturas en esa época.

Se cree que el planeta estaba en uno de sus períodos de "Tierra bola de nieve" (Snowball Earth, en inglés) y la mayoría de la superficieestabacubierta de hielo.

Pero en algún momento, las capas de hielo se derritieron y la Tierra comenzó a calentarse rápidamente.

INTERNATIONAL SPACE STATION Yarrabubba se encuentra a unos 600 kilómetros al noreste de la ciudad de Perth.

Para Kirkland, la edad del cráter "corresponde con bastante precisión con el final de lo que fue posiblemente una glaciación global".

"Por lo tanto, el impacto puede haber producido cambios significativos en nuestro clima", prosigue.

Utilizando modelos computacionales, el equipo calculó que el asteroide golpeó una capa de hielo de kilómetros de espesor que cubría la Tierra.

Una historia contada por las rocas

El evento habría liberado volúmenes enormes de vapor de agua, un gas de efecto invernadero, en la atmósfera.

Esto habríagenerado un calentamiento global en el Proterozoico, una era en la que el oxígeno acababa de aparecer en la atmósfera y aún no habían aparecido formas de vida complejas.

TIMMONS ERICKSON El cráter visto desde Barlangi Rock.

"Obviamente estábamos muy emocionados con la edad misma", asegura Kirkland. "Pero colocar eso en contexto con otros eventos ocurridos en la Tierra hace que sea realmente muy interesante".

No hay suficientes modelos del momento para comprobar exhaustivamente esta teoría, pero "las rocas cuentan una historia sobre este impacto masivo".

Otra teoría existente que podría explicar el calentamiento global de la época es que las erupciones volcánicas enviaron dióxido de carbono a la atmósfera.


Fuentes: BBC

19 de enero de 2020

Confirmado: el impacto de un asteroide acabó con los dinosaurios

Solo el impacto de un asteroide hace 66 millones de años pudo provocar la extinción masiva de los dinosaurios. / Pixabay

La comunidad científica ha debatido una y otra vez desde hace décadas la causa de la extinción de los dinosaurios no solo por la colisión de un asteroide, sino también por la actividad volcánica. Un nuevo estudio pone fin a este debate y rechaza el vulcanismo como detonante de la extinción del 70 % de las especies a finales del Cretácico.

Hace 66 millones de años, un asteroide de 10 km de diámetro impactó en la península de Yucatán en México y acabó con la mayoría de las especies de nuestro planeta al emitir una gran cantidad de material fundido y gases a la atmósfera y provocando lluvia ácida, acidificación de las aguas superficiales de los océanos y un calentamiento repentino que duró años. A esto le siguió un invierno nuclear durante décadas.

La actividad volcánica y el calentamiento asociado se produjeron antes y después del impacto y no durante las extinciones
Sin embargo, los científicos no siempre han estado de acuerdo sobre el origen de esta extinción masiva. Una parte de la comunidad investigadora ha apoyado que la intensa actividad volcánica producida por el impacto en el área llamada traps de Decán en India también contribuyó a desaparición de la fauna. Los expertos discuten así si el vulcanismo se produjo a finales del Cretácico, coincidiendo con el evento de extinción conocido como K-Pg, o durante el Paleógeno inicial.   
“El hecho de que hubiera dos eventos de importancia planetaria que coinciden más o menos en el tiempo ha creado este debate sobre cuál de los dos mecanismos provocó las extinciones: si el vulcanismo pudo debilitar a los ecosistemas y el impacto de un meteorito dio la última puntilla o si fue únicamente el meteorito”, aclara Laia Alegret, coautora del estudio que publica ahora Science y paleontóloga en la Universidad de Zaragoza.

Tras décadas de controversia, el nuevo trabajo cierra el debate al demostrar que la actividad volcánica no desempeñó un papel directo en la desaparición masiva de los dinosaurios. Según el equipo liderado por la Universidad de Yale (EE UU), el único causante fue el asteroide.

“Los volcanes pueden provocar extinciones masivas porque liberan muchos gases, como el SO2 y el CO2, que pueden alterar el clima y acidificar el planeta”, explica Pincelli Hull, autor principal del trabajo y profesor de geología y geofísica en la universidad estadounidense. Sin embargo, la actividad volcánica y el calentamiento asociado se produjeron antes y después del impacto y no durante las extinciones.

La nueva investigación muestra que únicamente el impacto del asteroide coincidió con las desapariciones. Posteriormente, nuevas fases volcánicas ralentizaron la recuperación de los ecosistemas.

La investigadora de la Universidad de Zaragoza, Laia Alegret. / UNIZAR

Por qué no afectó el vulcanismo

“La actividad volcánica en el Cretácico causó un evento de calentamiento global gradual de unos 2 ºC, pero no una extinción masiva”, apunta Michael Henehan, antes en la Universidad de Yale. “Varias especies se movieron hacia los polos norte y sur, pero lo hicieron mucho antes del impacto del asteroide”, detalla el experto.

“Mucha gente ha especulado que los volcanes fueron importantes para el K-Pg, y estamos diciendo que no lo fueron”, recalca Hull
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron sondeos y afloramientos de todos los océanos y latitudes, combinaron registros climáticos, bióticos y del ciclo del carbono, obtenidos a partir de sedimentos y fósiles marinos como dientes de pez y conchas, y los compararon con diversos escenarios de erupciones volcánicas e impacto.

El resultado fue la creación de la reconstrucción más detallada de la temperatura global de aquel periodo. “Los modelos que mejor se ajustaron a nuestra curva de la temperatura son aquellos en los que la principal fase del vulcanismo se produjo a finales del Cretácico y que terminó 200.000 años antes de las extinciones y del impacto del asteroide”, añade Alegret.

Los investigadores demuestran de este modo que la mayor parte de la liberación de gas ocurrió mucho antes del impacto del asteroide, y que este fue el único impulsor de la extinción.

“Mucha gente ha especulado que los volcanes fueron importantes para el K-Pg, y estamos diciendo que no lo fueron”, recalca Hull. Además, los científicos rechazan la hipótesis de que se produjeran erupciones masivas en la región de Decán en India después de la extinción porque “no hay un evento de calentamiento que coincida”.

“La extinción de K-Pg alteró profundamente el ciclo global del carbono. Estos cambios pudieron permitir que el océano absorba una enorme cantidad de CO2 en escalas de tiempo prolongadas, tal vez ocultando los efectos del calentamiento del vulcanismo tras el evento”, concluye Donald Penman, coautor del trabajo e investigador postdoctoral en Yale.

Fuentes: Agencia Sinc

20 de agosto de 2019

Seleccionados Cuatro Lugares Candidatos Para el Aterrizaje de OSIRIS-REx en Bennu

Los cuatro sitios de muestra candidatos en Bennu se llaman ruiseñor, martín pescador, águila pescadora y lavandera, todas aves nativas de Egipto. Image Credit: NASA/Universidad de Arizona

Después de meses luchando con la rugosa realidad de la superficie del asteroide Bennu, el equipo principal de la misión OSIRIS-REx de la NASA ha seleccionado cuatro sitios potenciales para poder aterrizar.






















Desde su llegada en Diciembre de 2018, la nave espacial OSIRIS-REx ha cartografiado todo el asteroide para identificar los lugares más seguros y accesibles para que la nave espacial recolecte una muestra. Estos cuatro sitios ahora se estudiarán con más detalle para seleccionar los dos sitios finales, uno primario y uno secundario, en Diciembre.



El equipo originalmente había planeado elegir dos sitios finales para este punto de la misión. El análisis inicial de las observaciones basadas en la Tierra sugirió que la superficie del asteroide probablemente contiene grandes "estanques" de material de grano fino. Sin embargo, las primeras imágenes de la nave espacial revelaron que Bennu tiene un terreno especialmente rocoso. Desde entonces, la topografía llena de rocas del asteroide ha sido un desafío para el equipo al identificar áreas seguras que contengan material de muestra, que debe ser lo suficientemente fino (menos de 2,5 centímetros de diámetro) para que el mecanismo de muestreo de la nave espacial pueda ingerirlo.

"Sabíamos que Bennu nos sorprendería, así que vinimos preparados para lo que pudiéramos encontrarnos", dijo Dante Lauretta, investigador principal de OSIRIS-REx en la Universidad de Arizona, Tucson. “Como con cualquier misión de exploración, lidiar con lo desconocido requiere flexibilidad, recursos e ingenio. El equipo de OSIRIS-REx ha demostrado estos rasgos esenciales para superar lo inesperado durante todo el encuentro con Bennu "

El programa original de la misión incluyó intencionalmente más de 300 días de tiempo extra durante las operaciones de asteroides para abordar tales desafíos inesperados. En una demostración de su flexibilidad e ingenio en respuesta a las sorpresas de Bennu, el equipo de la misión está adaptando su proceso de selección de sitios. En lugar de seleccionar a los dos sitios finales este verano, la misión pasará cuatro meses adicionales estudiando los cuatro sitios candidatos en detalle, con un enfoque particular en la identificación de regiones de material de grano fino, muestreable de las próximas observaciones de alta resolución de cada sitio. Los mapas de rocas que los contadores de ciencia ciudadana ayudaron a crear a través de observaciones a principios de este año se usaron como uno de los muchos datos considerados al evaluar la seguridad de cada sitio. Los datos recopilados serán clave para seleccionar los dos sitios finales más adecuados para la recolección de muestras.

Para adaptarse aún más a la robustez de Bennu, el equipo de OSIRIS-REx ha realizado otros ajustes en su proceso de identificación de sitios de muestra. El plan original de la misión preveía un sitio de muestra con un radio de 25 m. No existen sitios libres de rocas de ese tamaño en Bennu, por lo que el equipo ha identificado sitios que varían de 5 a 10 m en radio. Para que la nave espacial apunte con precisión a un sitio más pequeño, el equipo reevaluó las capacidades operativas de la nave espacial para maximizar su rendimiento. La misión también ha reforzado sus requisitos de navegación para guiar la nave espacial a la superficie del asteroide, y desarrolló una nueva técnica de muestreo llamada "Bullseye TAG", que utiliza imágenes de la superficie del asteroide para navegar la nave espacial hasta la superficie real con alta precisión. El desempeño de la misión hasta ahora ha demostrado que los nuevos estándares están dentro de sus capacidades.

Los cuatro sitios de muestra candidatos en Bennu se llaman ruiseñor, martín pescador, águila pescadora y lavandera, todas aves nativas de Egipto. El tema de los nombres complementa las otras dos convenciones de nombres de la misión: las deidades egipcias (el asteroide y la nave espacial) y las aves mitológicas (características de la superficie en Bennu).

Los cuatro sitios son diversos tanto en ubicación geográfica como en características geológicas. Si bien la cantidad de material de muestra en cada sitio aún no se ha determinado, los cuatro sitios se han evaluado exhaustivamente para garantizar la seguridad de la nave espacial a medida que desciende, toca y recoge una muestra de la superficie del asteroide.

Ruiseñor es el sitio más al norte, situado a 56 grados de latitud norte en Bennu. Hay varias regiones de muestreo posibles en este sitio, que se encuentra en un pequeño cráter rodeado por un cráter más grande de 140 m de diámetro. El sitio contiene principalmente material oscuro de grano fino y tiene el albedo y la temperatura de la superficie más baja de los cuatro sitios.

Martín Pescador se encuentra en un pequeño cráter cerca del ecuador de Bennu a 11 grados de latitud norte. El cráter tiene un diámetro de 8 m y está rodeado de rocas, aunque el sitio en sí no tiene rocas grandes. Entre los cuatro sitios, Martín Pescador tiene la firma espectral más fuerte para minerales hidratados.

Águila Pescadora se encuentra en un pequeño cráter de 20 m de diámetro, que también se encuentra en la región ecuatorial de Bennu a 11 grados de latitud norte. Hay varias regiones de muestreo posibles dentro de este sitio. La diversidad de tipos de rocas en el área circundante sugiere que el regolito dentro de Águila Pescadora también puede ser diverso. Águila Pescadora tiene la firma espectral más fuerte de material rico en carbono entre los cuatro sitios.

Lavandera se encuentra en el hemisferio sur de Bennu, a 47 grados de latitud sur. El sitio está en un área relativamente plana en la pared de un gran cráter de 63 m de diámetro. Los minerales hidratados también están presentes, lo que indica que Lavandera puede contener material rico en agua sin modificar.

Este otoño, OSIRIS-REx comenzará los análisis detallados de los cuatro sitios candidatos durante la fase de reconocimiento de la misión. Durante la primera etapa de esta fase, la nave espacial ejecutará pases altos sobre cada uno de los cuatro sitios a una distancia de 1.29 km para confirmar que son seguros y contienen material de muestra. Las imágenes de primer plano también asignarán las características y puntos de referencia necesarios para la navegación autónoma de la nave espacial a la superficie del asteroide. El equipo utilizará los datos de estos pases para seleccionar los sitios de recolección de muestras primarios y de reserva a finales de Diciembre.

La segunda y tercera etapa de reconocimiento comenzarán a principios de 2020 cuando la nave espacial realizará pases sobre los dos sitios finales a altitudes más bajas y tomará observaciones de la superficie con una resolución aún mayor para identificar características, como agrupaciones de rocas que se utilizarán para navegar a la superficie para la recogida de muestras. La recolección de muestras de OSIRIS-REx está programada para la segunda mitad de 2020, y la nave espacial devolverá las muestras del asteroide a la Tierra el 24 de Septiembre de 2023.




Fuentes: Nasa en Español

7 de abril de 2019

El 9 de abril será visible el asteroide Pallas ☄️ (uno de los más grandes)

ASTEROIDE PALLAS, DE UN DIÁMETRO DE 500 KILÓMETROS/ FOTO: INTERNET.

Entre los muchos eventos astronómicos que podremos contemplar este mes, hay uno particularmente llamativo: la oposición del asteroide Palas, uno de los más grandes de nuestra galaxia.

Tal es la magnitud de este asteroide que en 2006, cuando la Unión Astronómica Internacional propuso su nueva definición de planetas, Palas se encontraba entre los candidatos para ser un nuevo planeta. No obstante, la discusión en torno a este tema sigue siendo objeto de polémica, lo que ha mantenido a Palas en su estatus original, aunque en un futuro podría ser reclasificado como un planeta enano.

NASA

Este 9 de abril, Palas estará en oposición.
Esto significa que, desde la perspectiva terráquea, se encontrará en completa oposición al sol. Tal acontecimiento astronómico nos permitirá contemplarlo con binoculares o un telescopio, incluso en condiciones poco favorables, ya que su oposición también significa que estará en su punto más cercano a la Tierra.

El asteroide Palas será visible desde cualquier lugar.
Estará en su punto a partir de la media noche, tiempo local.

Palas se encuentra en la constelación de Boötes, cerca de Virgo.
"(2) Palas o Pallas es uno de los asteroides más grandes del sistema solar. Su órbita está situada en la parte central del cinturón de asteroides, y tiene la particularidad de ser algo inclinada y excéntrica para un objeto de su tamaño. La composición de Palas es única pero bastante similar a la de los asteroides de tipo C.
Palas fue el primer asteroide descubierto tras Ceres. Fue encontrado por Heinrich Wilhelm Olbers el 28 de marzo de 1802, mientras realizaba observaciones para localizar y determinar la órbita de Ceres, usando las predicciones del gran matemático Carl Friedrich Gauss. Olbers lo bautizó en honor a Atenea, diosa griega de la sabiduría; un año después, en 1803, el elemento químico paladio sería descubierto y nombrado así en referencia al asteroide."


Los fanáticos y amantes de los fenómenos astronómicos podrán disfrutar de observación del asteroide Pallas, uno de los "cuatro grandes" de nuestro vecindario.

El cinturón de asteroides es una región del Sistema Solar ubicada entre las órbitas de Marte y Júpiter. En ella se concentran asteroides o planetas menores.

EL CINTURÓN DE ASTEROIDES SE UBICA ENTRE LAS ÓRBITAS DE MARTE Y JÚPITER/ IMAGEN: INTERNET.

Los objetos más importantes del cinturón son Ceres(planeta enano), Pallas(asteroide), Vesta(asteroide), Higia(asteroide) y Juno(asteroide). Ceres, el más grande de todos y el único planeta enano del cinturón, posee un diámetro de 950 km y una masa el doble que Palas y Vesta juntos.

Pallas con un diámetro de más de 500 Kms. Es el segundo objeto más grande del cinturón.

ES A TRAVÉS DE HYDRA Y SEXTANTE POR DONDE SE TRANPORTARÁ PALLAS/ IMAGEN: INTERNET.

La roca se deslizará hacia el norte a través de las Constelaciones de Hydra y Sextante y podrá ser observado con claridad tanto desde el Hemisferio Norte como desde el Sur.

FUENTE: E
coosfera, Wikipedia

19 de marzo de 2019

La mayor bola de fuego desde Chelyabinsk explota en el mar de Bering sin previo aviso


El asteroide de varios metros impactó contra la atmósfera en diciembre con una energía diez veces mayor que la bomba atómica de Hiroshima
Recreación de una bola de fuega - Archivo
Un sistema de detección de infrasonidos desplegado durante la Guerra Fría para vigilar ensayos nucleares descubre el estallido de un meteoro que había pasado inadvertido
Imagen de la bola de fuego que se vio sobre Cheliábinsk (Rusia), un objeto algo mayor que el que produjo el impacto sobre el mar de Bering. En vídeo, varios momentos previos al impacto del meteorito.UNIVERSIDAD DE VIRGINIA | REUTERS

Una gran bola de fuego impactó en la atmósfera de la Tierra el pasado diciembre provocando la mayor explosión desde el meteorito de Chelyabinsk en Rusia hace seis años y la segunda más grande en 30 años. Sin embargo, el evento pasó desapercibido para la opinión pública al producirse sobre el mar de Bering, frente a la península rusa de Kamchatka, sin previo aviso. Satélites militares estadounidenses y redes de sismógrafos recogieron el impacto, que ahora ha sido dado a conocer por científicos de la NASA en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria en The Woodlands, cerca de Houston, Texas (EE.UU.).

Todos los días, entre 1.000 y 10.000 toneladas de material llegan a la Tierra desde el espacio. La cantidad es grande, pero cae muy repartida y la Tierra está prácticamente deshabitada. Solo el 1% del planeta está poblado, así que es normal que no percibamos que están lloviendo piedras. En nuestra experiencia, de toda esta materia solo quedan los destellos que producen cuando se desintegran contra la atmósfera en forma de estrellas fugaces.

Pero de vez en cuando llega una roca mayor con potencial catastrófico. En 2013, un meteoro explotó sobre la región rusa de Cheliabinsk liberando 30 veces más energía que la bomba atómica de Hiroshima. Aquel fue el mayor impacto registrado del siglo y dejó cristales rotos y algunos heridos leves. Hace unos días, según informaba Newscientist, Peter Brown, de la Universidad de Ontario Occidental (Canadá), anunció que el pasado mes de diciembre otro gran impacto, provocado por un objeto de 10 metros de diámetro, sacudió la Tierra, pero lo hizo en una región tan remota que nadie lo vio.

El estallido del meteoro en la atmósfera se produjo sobre el mar de Bering, cerca de la península de Kamchatka, y liberó 10 veces más energía que la bomba de Hiroshima. El descubrimiento de aquel estallido ha sido posible meses después gracias a un sistema de monitorización global de infrasonidos, indetectables para el oído humano, desplegado por todo el mundo durante la Guerra Fría para vigilar pruebas nucleares secretas.

El descubrimiento de este gran impacto vuelve a llamar la atención sobre la dificultad para detectar objetos de pocos metros de diámetro que, si caen o estallan sobre una población, pueden tener consecuencias catastróficas. La NASA tiene un mandato del Congreso para identificar el 90% de los asteroides con órbitas cercanas a la Tierra de 140 metros de diámetro o más. Hace 15 años se estimaba que sería posible tener listo ese catálogo para 2020, pero con la tecnología actual es probable que sean necesarias tres décadas más.

Josep María Trigo, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), explica que pese a que la mayoría de objetos de ese tamaño son todavía desconocidos, "para esas dimensiones de 10 metros ya existen diversos proyectos de seguimiento que pueden localizarlos con unos pocos días de antelación”. El telescopio Joan Oró del Observatori Astronòmic del Montsec, que contribuye a diversos programas internacionales de monitorización de asteroides, colabora en este tipo de búsquedas internacionales. Trigo recuerda cómo en 2008 “el asteroide 2008TC3 fue, con 4 metros de diámetro, el primer asteroide de ese tamaño en ruta de colisión directa con la Tierra detectado con un margen de unas veinte horas”.

Salvador Sánchez, director del Observatorio Astronómico de Mallorca y miembro de uno de los equipos que más objetos con órbitas cercanas a la Tierra ha descubierto en el mundo, plantea que este tipo de impactos son relativamente frecuentes. “Son metralla ligera que la Tierra recibe cada mes. En EE UU registran gran cantidad de estos objetos en el momento, pero no dicen nada porque caen en el mar o en los polos y los rusos, aunque igual no con tanta precisión, también los detectan, pero no dicen nada”, señala. “La Tierra es un planeta hostil y los asteroides que llegan se desintegran al entrar en la atmósfera o rebotan”, continúa. Después de muchos años detectando objetos de mayor tamaño, Sánchez explica que ahora cuentan con un sistema de telescopios que observa de forma continua un sector del cielo 24 horas al día (sistema conocido como ojo de dios) para captar la llegada de objetos de menor tamaño y poder calcular sus órbitas en el momento.

Además de este tipo de proyectos terrestres, en EE UU ya se está analizando la posibilidad de construir un telescopio bautizado como NeoCam que sería lanzado al espacio para completar con precisión el catálogo de los asteroides de más de 140 metros. Entre los más pequeños ya ha sido posible detectar con solo ocho horas de margen el impacto de un asteroide de poco más de tres metros de diámetro. La proeza fue posible gracias al observatorio Catalina Sky Survey situado en Arizona el 7 de octubre de 2008. Poco después, el centro para el estudio de NEO (objetos cercanos a la Tierra, de sus siglas en inglés) del Jet Propulsion Laboratory de la NASA calculó su órbita y el lugar probable donde caería. Con esos datos, fue posible encontrar fragmentos del objeto en Botsuana, justo donde los científicos habían predicho.

INFRASONIDOS PARA CAZAR ASTEROIDES

D. M.

Nadie presenció el estallido del último gran meteoro en el extremo oriental ruso, pero meses después ha sido posible reconstruir cómo ocurrió gracias a una red de vigilancia instalada por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO, por sus siglas en inglés) para hacer cumplir los acuerdos de no proliferación nuclear durante la Guerra Fría. Se trata de 45 estaciones distribuidas por el mundo capaces de detectar ondas sonoras demasiado débiles para que el oído humano las capte y que viajan mucho más lejos y mucho más rápido que las frecuencias habituales.

En ocasiones, estas ondas pueden dar varias vueltas al mundo y eso hace que sean tan interesantes para saber si se ha producido un suceso de gran intensidad energética en algún lugar del mundo por escondido que esté. A partir de los sonidos registrados, los científicos son capaces de saber si es una explosión en un lugar fijo, como un test nuclear, o una en movimiento, como la que produce un meteoro. También se puede calcular la energía liberada, el tamaño del asteroide o su velocidad.


Fuentes: El Pais, ABC

OSIRIS-Rex Observa una Región del Hemisferio Norte del Asteroide Bennu

Crédito de la imagen: NASA/Goddard/Universidad de Arizona

Este trío de imágenes captadas por la nave espacial OSIRIS-REx de la NASA muestra un plano general y dos primeros planos de una región en el hemisferio norte de Bennu. La imagen gran angular (izquierda), obtenida por la cámara MapCam de la nave espacial, muestra un área de 180 metros con muchas rocas, incluidas algunas rocas grandes, y un "estanque" de regolito que en su mayoría carece de grandes rocas. Las dos imágenes más cercanas, obtenidas por la cámara PolyCam de alta resolución, muestran detalles de las áreas de la imagen de MapCam, concretamente una roca de 15 metros (arriba) y el estanque de regolitos (abajo). Los marcos de PolyCam tienen 31 metros de ancho y la roca representada tiene aproximadamente del mismo tamaño que una ballena jorobada.

Las imágenes fueron tomadas el pasado 25 de Febrero mientras la nave espacial estaba en órbita alrededor de Bennu, aproximadamente a 1.8 kilómetros de la superficie del asteroide. El plan de observación para este día proporcionó una imagen de MapCam y dos de PolyCam cada 10 minutos, lo que permitió esta combinación de contexto y detalle de la superficie de Bennu.

19 de mayo de 2018

¡OMG! Astrónomos le pierden la pista a 900 asteroides

Los astrónomos desconocen la trayectoria de 900 asteroides cercanos a la Tierra - Archivo
Son objetos de distintos tamaños detectados en su día pero cuya trayectoria no se ha podido seguir
Según un estudio recién publicado en arxiv.org los astrónomos han "perdido la pista" de más de 900 asteroides cercanos a la Tierra. Se trata de cuerpos de tamaños muy variados, detectados puntualmente en algún momento pero cuyas trayectorias no fue posible seguir. Por eso, ahora los investigadores no tienen ni idea de dónde pueden estar esos objetos, ni tampoco si alguno de ellos sigue ahora un rumbo de colisión frontal con nuestro planeta.

Entre los años 2013 y 2016, 17.030 nuevos objetos espaciales se añadieron a la creciente lista de Asteroides Cercanos a la Tierra (NEAs por sus siglas en inglés) que mantiene el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional.

Sin embargo, el 11% de esos objetos están clasificados como "no confirmados", lo cual significa que las pocas observaciones que se hicieron de ellos no fueron suficientes para determinar sus órbitas. En otras palabras, los astrónomos no saben dónde mirar para volver a localizarlos.



Peter Vereš, investigador del Centro de Planetas Menores, ha analizado junto a un grupo de colegas todos los datos disponibles sobre esos objetos, con el fin de averiguar por qué se perdió la pista de tantos de ellos. Y descubrió que el factor principal es el tiempo de observación.

De hecho, para determinar la trayectoria de un asteroide (y tenerlo, por tanto, localizado en todo momento), es necesario observarlo más de una vez en un periodo de unas pocas horas. "Tenemos que actuar rápido -afirma Vereš-. Mañana, ese objeto podría estar ya en el otro lado del cielo y nadie sabrá ya dónde se encuentra".

Pero algunos telescopios tardaron 20 horas o más antes de informar del avistamiento de un posible NEA, lo que hace que sea prácticamente imposible encontrarlos de nuevo y confirmarlos. A veces, la culpa es del mal tiempo, que impide hacer las observaciones necesarias en el plazo requerido. Para cuando los cielos se han despejado, el objeto, que se mueve a varias decenas de km por segundo, puede estar ya en cualquier parte.

Rocas peligrosas

Al no poder calcular sus órbitas, resulta imposible determinar lo cerca que esas rocas pasarán de la Tierra en el futuro, ni lo peligrosas que podrían llegar a ser para nosotros. Para saber mejor a qué nos enfrentamos, Vereš y su equipo utilizaron las mediciones iniciales del brillo de esos "asteroides perdidos" para hacer una estimación de sus tamaños. Y resulta que el mayor de ellos tiene varios km de diámetro, un tamaño suficiente para provocar una devastación a escala planetarfia si finalmente impactara contra la Tierra.

Los investigadores determinaron que otros 102 de esos asteroides extraviados tienen diámetros superiores a los 140 metros, justo en la línea que se usa para definir a los asteroides como "potencialmente peligrosos". La mayoría de los restantes tienen solo unas pocas decenas de metros de diámetro o menos.

Según Vereš, esos 900 asteroides perdidos pueden ser un serio problema para las estimaciones de cúantos NEAs hay en total. "Si los modelos no tienen en cuenta estos objetos no confirmados -asegura el investigador- podemos estar subestimando la población total de asteroides cercanos a la Tierra en un 10 o un 20 por ciento".

Vereš, sin embargo cree que no existe motivo para preocuparnos en exceso, ya que según las estadísticas incluso un objeto peligroso, pero no letal, de unos 20 metros solo alcanza la Tierra una vez entre cada 50 y 100 años. "Yo diría -concluye- que el verdadero peligro procede de objetos que aún no hemos descubierto".

Furntes: ABC

25 de enero de 2018

El Asteroide 2002 AJ129 se Acercará a la Tierra el 4 de Febrero

El asteroide 2002 AJ129 pasará cerca de la Tierra el 4 de Febrero de 2018 a las 21:30 GMT. En el momento del acercamiento más próximo, el asteroide estará a menos de 10 veces la distancia entre la Tierra y la Luna (aproximadamente 4.2 millones de kilómetros).


2002 AJ129 es un asteroide cercano a la Tierra de tamaño intermedio, entre 0,5 y 1,2 kilómetros de ancho. Fue descubierto el 15 de Enero de 2002 por el proyecto de seguimiento de asteroides cercanos a la Tierra auspiciado por la NASA en el sitio de vigilancia espacial Maui en Haleakala, Hawai. La velocidad del asteroide en el momento del máximo acercamiento, 34 kilómetros por segundo, es más alta que la mayoría de los objetos cercanos a la Tierra durante un sobrevuelo en la Tierra. La alta velocidad de sobrevuelo es el resultado de la órbita del asteroide, que se acerca mucho al Sol:18 millones de kilómetros. Aunque el asteroide 2002 AJ129 está categorizado como un asteroide potencialmente peligroso, no representa una amenaza real de colisión con nuestro planeta en el futuro previsible.

"Hemos estado siguiendo este asteroide durante más de 14 años y conocemos su órbita con mucha precisión", dijo Paul Chodas, gerente del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California. "Nuestros cálculos indican que el asteroide 2002 AJ129 no tiene posibilidad de colisionar con la Tierra el 4 de Febrero ni en ningún momento durante los próximos 100 años".

21 de enero de 2018

Meteorito en Míchigan

El pasado 17 de enero, a las 1:09 horas UT (20:09 hora local del día 16) un espectacular bólido fue observado en el firmamento del estado de Míchigan (EE.UU.). Según el USGS (Servicio Geológico de los Estados Unidos) este cuerpo chocó contra la superficie terrestre a unos 8 kilómetros al oeste-suroeste de la localidad de New Haven ocasionando un terremoto de intensidad 2 (ver artículo "M 2.0 Meteorite - 0km N of Walled Lake, Michigan"). No hay reportado ningún daño por parte de las autoridades.







Por otro lado y según datos publicados por la American Meteor Society se estima que el cuerpo entró a 45.000 kilómetros por hora en nuestra atmósfera (Ver artículo "Bright Fireball spotted over Michigan").

Aquí os compartimos algunos vídeos de este espectacular fenómeno. Podéis descubrir la diferencia entre meteoro, meteorito y meteroide en el siguiente artículo "Meteoritos: 
Cuerpos menores del Sistema Solar".

Fuentes: astrofisicayfisica

19 de octubre de 2017

La Tierra tiene un nuevo compañero en su viaje: un asteroide

El pequeño cuerpo 2016 HO3 es un asteroide que viaja con la Tierra alrededor del Sol. JPL
  • Descartan que el diminuto 2016 HO3 que rodea la Tierra sea basura espacial
  • Es un asteroide de 100 metros y orbita el Sol como un cuasi-satélite terrestre
Uno de los diminutos compañeros de la Tierra en su viaje alrededor del Sol -2016 HO3- ha resultado ser, definitivamente, un pequeño asteroide que parece rodear el planeta y no basura espacial en órbita.

Un equipo de astrónomos dirigido por Vishnu Reddy, profesor asistente en el Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona, utilizó uno de los telescopios más grandes del mundo, el Gran Telescopio Binocular (LBT), en el monte Graham en el sudeste de Arizona, para aprender la verdadera naturaleza de este objeto cercano a la Tierra.

2016 HO3 es un pequeño objeto cercano a la Tierra (NEO) que mide no más de 100 metros de diámetro. Mientras orbita el Sol, también parece rodear la Tierra como un "cuasi satélite". Sólo se han descubierto cinco cuasi-satélites, pero 2016 HO3 es el más estable de ellos. La procedencia de este objeto es desconocida. En escalas de tiempo de algunos siglos, 2016 HO3 permanece dentro de 38-100 distancias lunares de nosotros.

"Aunque HO3 está cerca de la Tierra, su pequeño tamaño lo convierte en un objetivo desafiante para el estudio", señala Reddy. Nuestras observaciones muestran que el HO3 gira una vez cada 28 minutos y está hecho de materiales similares a los asteroides".




NASA Jet Propulsion Laboratory.

A small asteroid has been discovered in an orbit around the sun that keeps it as a constant companion of Earth, and it will remain so for centuries to come. Full story at http://go.nasa.gov/1UdQoAF


Poco después de su descubrimiento en 2016, los astrónomos no estaban seguros de dónde provino este objeto, pero en una presentación reciente en la Conferencia anual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana en Provo, Utah, Reddy y sus colegas muestran que el nuevo compañero de viaje de la Tierra es un asteroide y no basura espacial. Las nuevas observaciones confirman que 2016 HO3 es un objeto natural de procedencia similar a otros pequeños NEO que pasan cerca de la Tierra cada mes.

"En un esfuerzo por limitar su período de rotación y la composición de la superficie, observamos el HO3 2016 el 14 y 18 de abril con el Telescopio Binocular Grande y el Telescopio Discovery Channel", indica Reddy. "El período de rotación derivado y el espectro de luz emitida no son infrecuentes entre los pequeños NEO, lo que sugiere que el HO3 2016 es un objeto natural de procedencia similar a otros pequeños NEO", añade.

La luz reflejada en la superficie de 2016 HO3 es similar a los meteoritos que tenemos en la Tierra.

No está vinculado a la Tierra como un satélite

Una forma de visualizar la órbita de HO3 es imaginando a un bailarín de hula-hoop -el Sol en esta analogía- haciendo girar dos aros alrededor de las caderas al mismo tiempo, ligeramente fuera de sincronización. Mientras orbita alrededor del Sol, el objeto hace bucles anuales alrededor de la Tierra. Como resultado, el objeto parece orbitar la Tierra, pero no está ligado gravitacionalmente a nuestro planeta.

"De los objetos cercanos a la Tierra que conocemos, estos tipos de objetos serían los más fáciles de alcanzar, de modo que podrían potencialmente ser blancos adecuados para la exploración", asegura Veillet, director del Observatorio LBT.

"Con su disposición binocular de dos espejos de 8,4 metros, junto con un par muy eficiente de imágenes y espectrógrafos como MODS, LBT es ideal para la caracterización de estos compañeros de la Tierra", concluye.

Fuentes: RTVE, EUROPA PRESS

21 de septiembre de 2017

El Hubble descubre un objeto único en el Sistema Solar

Impresión artística del asteroide binario - ESA
Se trata de dos asteroides que orbitan entre sí y tienen características de un cometa, como una cabellera brillante y una larga cola
El Telescopio Espacial Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) ha observado un objeto único en el Sistema Solar, dos asteroides que orbitan entre sí y exhiben características semejantes a un cometa, como una larga cola y una cabellera (coma) brillante. Resulta el primer asteroide binario conocido que también ha sido clasificado como un cometa. La investigación se presenta en un artículo publicado en la revista Nature esta semana.

Imagen del asteroide binario 288P- ESA


En septiembre de 2016, justo antes de que el asteroide 288P hiciera su aproximación más cercana al Sol, se situó lo suficientemente cerca de la Tierra como para permitir a los astrónomos una visión detallada gracias al Hubble.

Las imágenes de 288P, que se encuentra en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, revelaron que en realidad no era un solo objeto, sino dos asteroides de casi la misma masa y tamaño, orbitando entre sí a una distancia de unos 100 kilómetros. Ese descubrimiento fue en sí mismo un hallazgo importante. Debido a que se orbitan entre sí, se pueden medir las masas de los objetos en esos sistemas.

Pero las observaciones también revelaron actividad en curso en el sistema binario. «Detectamos indicaciones fuertes de la sublimación del hielo de agua debido al aumento del calor del Sol, similar a cuando se crea la cola de un cometa», explica Jessica Agarwal, del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar , Alemania y autora principal de la investigación. Esto convierte a 288P en el primer asteroide binario conocido que también se clasifica como un cometa del cinturón principal.

Entender el origen y la evolución de los cometas del cinturón principal -asteroides orbitando entre Marte y Júpiter que muestran actividad similar a un cometa - es un elemento crucial en nuestra comprensión de la formación y evolución de todo el Sistema Solar. Estos objetos pueden ayudar a contestar cómo llegó el agua a la Tierra. Dado que sólo se conocen unos pocos objetos de este tipo, para los científicos 288P se presenta como un sistema extremadamente importante para futuros estudios

.Desde hace 5.000 años

Las características de 288P, como la separación de los dos componentes, el tamaño prácticamente igual de ambos, la elevada excentricidad y la actividad similar a un cometa, lo hacen único entre los pocos asteroides binarios conocidos en el Sistema Solar. La actividad observada de 288P también revela información sobre su pasado, señala Agarwal: «El hielo superficial no puede sobrevivir en el cinturón de asteroides para la edad del Sistema Solar, pero puede ser protegido durante miles de millones de años por un manto de polvo refractario».

A partir de esto, el equipo llegó a la conclusión de que 288P ha existido como un sistema binario desde hace solo unos 5.000 años. «El escenario de formación más probable de 288P es una ruptura debido a la rotación rápida. Después de eso, los dos fragmentos pueden haber sido separados aún más por la rotación de sublimación».

El hecho de que 288P sea tan diferente de todos los otros asteroides binarios conocidos plantea algunas preguntas acerca de si no es sólo una coincidencia que presenta tales propiedades únicas. Como encontrar 288P incluyó mucha suerte, es probable que siga siendo el único ejemplo de su tipo durante mucho tiempo. «Necesitamos más trabajo teórico y observacional, así como más objetos similares al 288P, para encontrar una respuesta a esta pregunta», concluye la investigadora.

Fuentes: ABC

28 de agosto de 2017

Un gran asteroide pasará cerca de la Tierra en septiembre

El asteroide más grande observado en la historia de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), de 4.4 kilómetros de diámetro, pasará el próximo 1 de septiembre a una distancia cercana a la Tierra, informó hoy la agencia estadounidense.

El gerente del Centro de Estudios de Objetos Próximos a la Tierra (CNEOS) de la NASA, Paul Chodas, indicó que “Florence es el mayor asteroide en pasar tan cerca de nuestro planeta desde que se estableció el programa de la NASA de detección y seguimiento de asteroides”.


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Añadió que aunque “muchos asteroides conocidos han pasado más cerca de la Tierra que Florence, eran más pequeños”, y precisó que Florence pasará a una distancia de siete millones de kilómetros, equivalente a 18 veces la distancia entre la Tierra y la Luna.

La NASA publicó este domingo un video en el que se puede ver la trayectoria del asteroide, descubierto en 1981, y que pasará a la distancia más cercana a la Tierra desde 1890. Será visible con telescopios pequeños durante varias noches al atravesar las constelaciones de Piscis Austrinus, Capricornus, Aquarius y Delphinus.


Fuentes: El noticiero

30 de junio de 2017

¿Por qué el 30 de junio se celebra el Día del Asteroide?

Los astrónomos aseguran que "el peligro de impacto es real" y la tecnología e investigación son las únicas vías para evitarlo. | Foto: NASA

La fecha fue elegida para recordar el "evento Tunguska", cuando un asteroide impactó violentamente en Siberia el 30 de junio de 1908.

El viernes 30 de junio se celebrará por primera vez, oficialmente, el Día Internacional del Asteroide, que pretende concientizar el peligro del impacto de los asteroides en la Tierra según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La iniciativa, además, pretende sensibilizar sobre la importancia de seguir invirtiendo para estudiar y rastrear estos cuerpos celestes, que de los más de 750.000 que existen en el sistema solar, 1.800 tienen órbitas "cercanas" a la Tierra, y según astrónomos "el peligro de impacto es real".

La fecha elegida recuerda el "evento Tunguska", cuando un asteroide impactó violentamente en Siberia el 30 de junio de 1908, causando graves incendios de árboles en un área de 2.150 kilómetros cuadrados, rompiendo ventanas y haciendo caer a personas a 400 kilómetros de distancia.

Tras el "evento Tunguska" las noches eran tan brillantes en partes de Rusia y Europa que se podía leer tras la puesta de sol sin necesidad de luz artificial.



Para conmemorar el Día Internacional del Asteroide se celebrarán actos este viernes en decenas de lugares del mundo, donde habrá charlas y talleres para aumentar la concienciación del público sobre el peligro del impacto de los asteroides en nuestro planeta, informó el astrofísico y uno de los coordinadores del Día del Asteroide en España, Josep María Trigo.

En el marco de la conmemoración, un grupo de astrónomos del Observatorio de Turín, Italia, alertó la necesidad de seguir rastreando el curso del asteroide Apofis, una mole rocosa de 370 metros de largo que pasará solo a 30.000 kilómetros de distancia del planeta, por lo que la gravedad de la Tierra influirá en el curso de esta roca y no se descarta la posibilidad de que choque contra la Tierra.

La decisión de aprobar el Día del Asteroide fue tomada durante el 71 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, que fue respaldada por la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre (COPUOS), durante su 59 período de sesiones en junio de 2016. Aunque se celebra desde 2015, es en 2017 cuando este Día se conmemora oficialmente por primera vez.

Fuentes: telesurtv