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24 de julio de 2020

Una lluvia de meteoritos gigantes bombardeó la Tierra y la Luna hace 800 millones de años

La ilustración muestra el bombardeo de una lluvia de asteroides sobre el sistema Tierra-Luna - Murayama/Osaka Univ
Fue provocada por la rotura de un gran asteroide de cerca de 100 km de diámetro en millones de fragmentos de todos los tamaños
Un equipo de investigadores de la universidad japonesa de Osaka ha estudiado a fondo 59 cráteres lunares de más de 20 km de diámetro y ha llegado a una sorprendente conclusión: todos ellos se formaron después de que un gran asteroide de más de 100 km de diámetro se desintegrara hace unos 800 millones de años, «regando» con sus fragmentos tanto la Luna como la Tierra. Los resultados de este trabajo se acaban de publicar en Nature Communications.

El análisis de los científicos, basado en los datos de las cámaras de la sonda lunar Kaguya, de la agencia espacial japonesa JAXA, indica que por lo menos 4 ó 5 por 10 elevado a la 16 fragmentos del asteroide terminaron cayendo sobre nuestro planeta y su satélite natural. Un número enorme de rocas cuyos efectos combinados fueron entre 30 y 60 veces mayores que los del impacto de Chicxulub, que hace 65 millones de años, durante el Cretácico, provocó en la Tierra la extinción masiva de cerca del 70% de las especies vivas, entre ellas los dinosaurios.

Se cree que aquél asteroide tenía entre 10 y 15 km de diámetro, y la probabilidad de que una roca de esas dimensiones golpee la Tierra se ha estimado en una vez cada 100 millones de años. Algo, sin embargo, que resulta difícil de comprobar en nuestro planeta, donde la gran mayoría de los cráteres de más de 600 millones de años de antigüedad han sido borrados por la erosión, el vulcanismo y otros procesos geológicos. Por eso, para estimar cuántos impactos de grandes meteoritos ha habido en el pasado de la Tierra, los investigadores decidieron fijarse en la Luna, que casi no tiene erosión y donde los cráteres pueden perdurar durante tiempos enormes.

De este modo, los científicos estudiaron las edades de formación de 59 grandes cráteres lunares de más de 20 km de diámetro, y examinaron también el número, la distribución y la densidad de los cráteres secundarios más pequeños (entre 100 metros y un km), formados por la eyección de materiales de los 59 cráteres principales.

Uno de ellos fue Copérnico, un enorme cráter de 93 km de diámetro y que cuenta por lo menos con 860 cráteres secundarios. Examinando la densidad y la distribución de esos pequeños cráteres, los investigadores pudieron determinar su edad. Utilizando el mismo método, los científicos hallaron que 8 de los 59 cráteres analizados se formaron al mismo tiempo, algo que no se sabía y que tiene profundas implicaciones también para la Tierra.

El estudio demuestra que hace unos 800 millones de años, que es la edad de los 8 cráteres coetáneos, tanto la Luna como la Tierra fueron golpeadas por una auténtica «lluvia de meteoritos gigantes», causada por la rotura de un asteroide mucho mayor.

Según los investigadores resulta muy probable, dadas las características de las distintas familias de asteroides conocidas, que el cuerpo principal, de unos 100 km de diámetro, fuera un pariente del asteroide del tipo C Eulalia, «padre» de toda una pila de escombros cercanos a la Tierra y que sería muy capaz de provocar una lluvia de asteroides similar sobre nuestro planeta.

A partir de estas consideraciones, los investigadores concluyeron que la disrupción de un asteroide de 100 km hace unos 800 millones de años tuvo las siguientes consecuencias: algunos de los fragmentos resultantes cayeron sobre los planetas terrestres y el Sol; otros se quedaron formando «familias», como sucede con Eulalia; y los restantes pasaron a ser asteroides cercanos a la Tierra.

Fuentes: ABC

30 de abril de 2020

Ecuador confirma caída de meteorito; SCAN verificó ausencia de radioactividad

SCAN verificó ausencia de radioactividad en el meteorito que cayó en El Empalme, Guayas. Fotos: SCAN

Las imágenes de personas manipulando con sus manos un cuerpo rocoso se hicieron vírales la noche del miércoles 22 de abril del 2020 en redes sociales. En videos, moradores del recinto Los Naranjos, en El Empalme, Guayas, narraban que el objeto había caído del cielo. 

La mañana de este jueves 23 de abril el Gobierno de Ecuador confirmó que se trató de un meteorito. “La Policía acordonó el área y la SCAN evidenció que el cuerpo no es radiactivo, lo que nos tranquiliza, por el bienestar de los pobladores”, dijo entrevistado por EL COMERCIO Rodrigo Salas, subsecretario de Control y Aplicaciones Nucleares (SCAN) del Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables de Ecuador.

Ingeniero del SCAN con el identificador portátil de radionucleidos.

“La Policia nos llamó; ellos habían acordonado el área. Siempre que cae un meteorito la gente lo manipula o se lleva fragmentos para tener un recuerdo, pero si es radiactivo puede ser muy peligroso, requiere analizarse el tipo de radioactividad”. 

La Subsecretaría desplazó hasta el lugar un identificador portátil de radionucleidos para evaluar la dosis de radiación. “Afortunadamente se evidenció que no es radiactivo. Criminalística se llevó el meteorito; nuestra preocupación es la gente, saber si había un problema”.

Perito policial que recogió el objeto para llevarlo a Criminalística.

Según la información oficial, el ingeniero químico Holger Naranjo, de la Subsecretaría, identificó el objeto espacial en un agujero de 60 centímetros de diámetro y 30 centímetros de profundidad. El meteorito, de 20 cm de alto y 17 cm de ancho, arrojó 0,9 de radiación, lo cual, según el perito, es normal y “no representa ningún riesgo para la vida”, reza en un parte policial.

Registro de medición de radiación del objeto espacial.

La caída del cuerpo celeste coincidió con la lluvia de estrellas Líridas, uno de los 38 grupos de lluvias de estrellas que se observan a simple vista, que tenía previsto alcanzar su máxima intensidad la noche de este miércoles 22 de abril.

La caída del cuerpo celeste (meteorito) se produjo sobre las 00:45 en la parroquia Guayas de El Empalme, según un parte policial de la Sub Zona Guayas de la Policía.

El sector sufrió varios cortes del fluido eléctrico, lo que en un primer momento hizo especular a los habitantes de la zona rural con la caída de un objeto volador no identificado.




Para Ronnie Nader, director de operaciones espaciales de la Agencia Espacial Civil Ecuatoriana (AECE), el objeto no tiene las características de este tipo de cuerpo espacial.

«De lo que puedo ver en las redes sociales, que es la única información que existe, la geometría y la textura son incompatibles con los efectos de reentrada atmosférica, lo que significa que no sería un meteorito», señaló a Efe el responsable de la AECE.

El que fuera el primer astronauta ecuatoriano apuntó a que podría tratarse de «un fenómeno geológico, resultado de alguna explosión local», que debería analizarse para detectar su procedencia.

Y recuerda que en Perú, hace algunos años, cayó una roca similar al objeto reportado en El Empalme, lo que causó problemas a la población ya que estos cuerpos tienen minerales y gases tóxicos, por lo que se recomienda una cuidadosa manipulación.

En las grabaciones del suceso se puede observar a personas trasladando el supuesto meteorito en un vehículo.

Al respecto, Nader sugirió que la roca fuera conducida a un laboratorio de investigación geológico.

«Tal vez es algo que cayó del cielo, pero está metido dentro de esa masa que se ve en las redes, pero esa masa es incompatible con la de un meteorito», insistió.

Esta no es la primera vez que sucede un avistamiento similar, en marzo del 2008, cuatro rocas envueltas en llamas cayeron en el cantón Daule, también en la provincia del Guayas.

Los cuerpos habrían conformado un meteorito que se desintegró, de acuerdo con las investigaciones del Observatorio Astronómico de Quito.

Entre el 16 y 25 de abril se produce la conocida como lluvia de estrellas Líridas, cuya máxima actividad tuvo lugar en la noche del miércoles.

Se trata de un fenómeno con una actividad media de 18 meteoros por hora, y una velocidad de 49 kilómetros por segundo durante varios días, informó el Observatorio Astronómico de Quito en su página de Facebook.

La entidad precisa que «los meteoros de las Líridas, son fragmentos del cometa C/1861 G1 (Thatcher), de largo período, que orbita alrededor del Sol una vez cada 415 años».



Mira el meteorito que cayó en Ecuador y que provocó conmoción entre sus habitante
¿Qué pasó?

Luego de difundirse en redes sociales múltiples fotos y videos, finalmente la Subsecretaria de Control y Aplicaciones Nucleares de Ecuador (SCAN) confirmó la caída de un pequeño meteorito en la provincia costera de Guayas.

En declaraciones con la prensa, el subsecretario de ese despacho, Rodrigo Sala, confirmó los detalles del objeto espacial que cayó a suelo ecuatoriano.


El meteorito, que cayó la noche del miércoles en la zona de El Empalme, tiene una dimensión de 20 cm de alto y 17 cm de ancho, emitiendo una radiación de 0.9, y que ocasionó un agujero de 60 cm de diámetro y 30 cm de profundidad, a causa de la caída.


Horas antes el suministro de electricidad presentaba problemas

De acuerdo a medios ecuatorianos, vecinos señalaron que el objeto iluminó el cielo por un largo tiempo y horas después descubrieron que se trataba de una roca espacial. Además, tras sufrir cortes eléctricos, los vecinos de esa zona llegaron a pensar que se trataba de un OVNI.
No es la primera vez que ocurre

El diario La Opinión recordó la caída de cuatro rocas envueltas en llamas en cantón Daule, también provincia del Guayas, en el año 2008.

En ese momento, los científicos señalaron que se trató de un meteorito que se desintegró.

Por otra parte, grupos astronómicos ya habían advertido la presencia de un fenómeno espacial para el día 16 de abril que se denominaba lluvia de Estrellas Líridas, que consiste en una actividad media de 18 meteoros por hora, y una velocidad de 49 kilómetros por segundos que orbita alrededor del Sol una vez cada 415 años.








 




 

 


Fuentes: El Universo, El Comercio, Teleamazonas, Meganoticias

20 de noviembre de 2019

Primera Detección de Azúcares en Meteoritos da Pistas Sobre el Origen de la Vida

Esta es una imagen del asteroide Bennu creada a partir de varias imágenes captadas por la nave espacial OSIRIS-REx de la NASA. El descubrimiento de azúcares en meteoritos respalda la hipótesis de que las reacciones químicas en los asteroides, los cuerpos principales de muchos meteoritos, pueden producir algunos de los ingredientes de la vida. Crédito de la imagen: NASA/Goddard/Universidad de Arizona
Un equipo internacional ha encontrado azúcares esenciales para la vida en meteoritos. El nuevo descubrimiento se suma a la creciente lista de compuestos biológicamente importantes que se han encontrado en meteoritos, lo que respalda la hipótesis de que las reacciones químicas en los asteroides, los cuerpos principales de muchos meteoritos, pueden producir algunos de los ingredientes de la vida. Si es correcto, el bombardeo de meteoritos en la antigua Tierra puede haber ayudado al origen de la vida con un suministro de componentes básicos de la vida.

El equipo descubrió ribosa y otros azúcares bioesenciales, incluyendo arabinosa y xilosa en dos meteoritos diferentes que son ricos en carbono, NWA 801 (tipo CR2) y Murchison (tipo CM2). La ribosa es un componente crucial del ARN (ácido ribonucleico). En gran parte de la vida moderna, el ARN sirve como una molécula mensajera, copiando las instrucciones genéticas de la molécula de ADN (ácido desoxirribonucleico) y entregándolas a las fábricas moleculares dentro de la célula llamadas ribosomas que leen el ARN para construir proteínas específicas necesarias para llevar a cabo procesos vitales.

"Otros componentes básicos importantes de la vida se han encontrado anteriormente en meteoritos, incluidos aminoácidos (componentes de proteínas) y nucleobases (componentes de ADN y ARN), pero los azúcares han sido una pieza faltante entre los principales componentes básicos de la vida", dijo Yoshihiro Furukawa, de la Universidad de Tohoku, Japón, autor principal del estudio. "La investigación proporciona la primera evidencia directa de ribosa en el espacio y la entrega del azúcar a la Tierra. El azúcar extraterrestre podría haber contribuido a la formación de ARN en la Tierra prebiótica que posiblemente condujo al origen de la vida ".

"Es notable que se pueda detectar una molécula tan frágil como la ribosa en un material tan antiguo", dijo Jason Dworkin, coautor del estudio en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. "Estos resultados ayudarán a guiar nuestros análisis de muestras prístinas de los asteroides primitivos Ryugu y Bennu, que serán devueltos por Hayabusa2 de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón y la nave espacial OSIRIS-REx de la NASA".

Un misterio perdurable con respecto al origen de la vida es cómo la biología podría haber surgido de procesos químicos no biológicos. El ADN es la plantilla para la vida, y contiene las instrucciones sobre cómo construir y operar un organismo vivo. Sin embargo, el ARN también transporta información, y muchos investigadores piensan que evolucionó primero y luego fue reemplazado por ADN. Esto se debe a que las moléculas de ARN tienen capacidades de las que carece el ADN. El ARN puede hacer copias de sí mismo sin "ayuda" de otras moléculas, y también puede iniciar o acelerar las reacciones químicas como catalizador. El nuevo trabajo proporciona algunas pruebas para respaldar la posibilidad de que el ARN coordinara la maquinaria de la vida antes que el ADN.

"El azúcar en el ADN (2-desoxirribosa) no se detectó en ninguno de los meteoritos analizados en este estudio", dijo Danny Glavin, coautor del estudio en la NASA Goddard. "Esto es importante ya que podría haber un sesgo de entrega de ribosa extraterrestre a la Tierra primitiva, lo cual es consistente con la hipótesis de que el ARN evolucionó primero".

El equipo descubrió los azúcares analizando muestras en polvo de los meteoritos utilizando la espectrometría de masas por cromatografía de gases, que clasifica e identifica las moléculas por su masa y carga eléctrica. Descubrieron que la abundancia de ribosa y otros azúcares oscilaba entre 2,3 y 11 partes por mil millones en NWA 801 y entre 6,7 y 180 partes por mil millones en Murchison.

Como la Tierra está inundada de vida, el equipo tuvo que considerar la posibilidad de que los azúcares en los meteoritos simplemente provengan de la contaminación por vida terrestre. Múltiples líneas de evidencia indican que la contaminación es poco probable, incluido el análisis de isótopos. Los isótopos son versiones de un elemento con diferente masa debido a la cantidad de neutrones en el núcleo atómico. Por ejemplo, la vida en la Tierra prefiere usar la variedad más ligera de carbono (12C) sobre la versión más pesada (13C). Sin embargo, el carbono en los azúcares de meteoritos se enriqueció significativamente en el pesado 13C, más allá de la cantidad observada en la biología terrestre, lo que respalda la conclusión de que proviene del espacio.


9 de agosto de 2019

Un meteoro acaba de explotar en Júpiter, y un astrofotógrafo lo captó en video.

Un observador de estrellas consiguió el disparo de su vida el Miércoles después de capturar imágenes extremadamente raras de un misterioso destello de luz sobre Júpiter, que pudo haber sido una elusiva explosión de meteorito.

El astrofotógrafo de Texas Ethan Chappel capturó la increíble vista el 7 de Agosto de 2019, a las 4:07 UTC, mientras filmaba el planeta y dijo que el evento en el Cinturón Ecuatorial del Sur (South Ecuatorial Bands, SEBs) de Júpiter «se ve terriblemente como un destello de impacto». Se puede ver un punto brillante que aparece de la nada antes de que se desvanezca rápidamente.


«¡Después de ver el video y ver el flash, mi mente comenzó a correr! Sentí urgentemente la necesidad de compartirlo con personas que encontrarían útiles los resultados», dijo Chappel a ScienceAlert. El astrónomo Jonti Horner dijo que «nunca había visto algo así antes», y describió el destello como «simplemente totalmente impresionante». «Muchas veces estas cosas pasarán desapercibidas y sin ser observadas» , explicó. «La mitad de ellos sucederá en el otro lado del planeta. Así que hay muchas cosas que funcionan en contra de ver estos eventos».
La explosión parece ser de un bólido, un meteorito que explota al entrar en la atmósfera. Son bastante comunes en la Tierra, que es un planeta más pequeño y menos gravitacionalmente intenso que Júpiter. Júpiter también está rodeado de objetos como cometas y asteroides que pueden ser absorbidos por su gravedad. Un estudio de 1998 encontró que la tasa de grandes impactos en Júpiter es entre 2,000 y 8,000 veces la tasa de impactos en la Tierra. Sin embargo, la captura con cámara de los impactos es rara. Uno fue capturado en 2009 y nuevamente en 2010.

Pequeños impactos de asteroides en la atmósfera de la Tierra durante un período de 20 años.
Crédito: NASA / Ciencia Planetaria .


El impacto puede haber dejado una cicatriz que podría ser detectada por la sonda Juno de Júpiter u otros instrumentos.

El cometa Shoemaker-Levy 9 en 1994, se rompió debido a las fuerzas de marea de Júpiter y produjo una serie de impactos. En realidad, estaban en el lado más alejado del planeta, pero el telescopio de 2.2 metros en Hawai fotografió las firmas de calor de estos sitios de impacto mientras orbitaban a la vista, y Hubble capturó las manchas oscuras que quedaron en las nubes , conocidas como una cicatriz.

Otros impactos fueron capturados en 2009, en 2010, en 2012 y 2017. Pero a pesar de su frecuencia estimada, verlos en el momento es muy raro.



«Es un evento muy fugaz, son unos segundos», dijo Horner a ScienceAlert.

«No sería tan obvio, si estuvieras mirando a través del ocular del telescopio. Muchas veces estas cosas pasarán desapercibidas y sin ser observadas. La mitad de ellas sucederá en el otro lado del planeta. Así que hay muchas cosas que funcionan en contra de ver estos eventos «.

El hecho de que tengamos un video del evento en tiempo real y que podamos verlo brillar y desvanecerse claramente es la parte más emocionante, dijo. Significa que podemos comparar el impacto con otros bólidos, como el meteorito de Chelyabinsk de 2013 , para ver cómo varía el tiempo que tardó cada evento en iluminarse y desvanecerse.

«Creo que estaba mirando hacia el cielo en busca de meteoros de las Perseidas cuando sucedió, por lo que no vi el flash mientras grabé», dijo Chappel a ScienceAlert.

«Solo lo noté después gracias a un gran software llamado DeTeCt de Marc Delcroix, que está diseñado específicamente para encontrar estos flashes».

También es posible que el impacto haya dejado una cicatriz que puede ser estudiada por otros instrumentos, por ejemplo, la sonda Júpiter de Juno. Los primeros informes sugieren que el impacto fue demasiado pequeño para producir una cicatriz, pero podemos tener suerte.

Todavía no sabemos qué tan grande era el objeto, pero tendría que ser relativamente grande para producir un evento visible desde la Tierra.

Si quieres probar tu propia suerte con la fotografía de Júpiter, Chappel ha proporcionado amablemente una lista de su equipo en Twitter . También promete una imagen limpia, así que esté atento a su feed de Twitter.

Qué logro tan fantástico. No podemos esperar para ver la ciencia que surge de ello.
Fuente: Science Alert.

Artículo original: «A Meteor Just Exploded On Jupiter, And A Photographer Actually Caught It On Video«. Michelle Starr. Aug. 8, 2019.

Material relacionado:

Sobre la tasa de impactos en Júpiter:

Asteroids Smack Jupiter More Often Than Astronomers Thought. David Dickinson. Universe Today. April 16, 2018.

Otros impactos en Júpiter:

New Impact Flash Seen on Jupiter.Bob King. Sky & Telescope. May 28, 2017 .

Flash de luz en Júpiter captado por aficionados. Fue un nuevo impacto en Júpiter? Carlos Costa. Asociación de Aficionados a la Astronomía de Uruguay. Abril 4, 2016.

Updated Images: Jupiter Swallows an Asteroid – or a Comet? SOTT. Sept. 12, 2012.


2010 Jupiter impact event. Wikipedia.

What hit Jupiter. NASA Science. Aug. 3, 2009.

Sobre el Impacto del Cometa Shemaker – Levy 9:

Los impactos del cometa SL9 son de importancia histórica. Esta fue la primera vez en la historia humana en la que se predijo un impacto importante en un cuerpo planetario antes del evento. SL9 es el primer cometa que se ha detectado orbitando el planeta Júpiter. También es el primer cometa que se ha observado que se divide en más de unos pocos fragmentos individuales.

Durante el período de 1 semana del 16 al 22 de julio de 1994, más de 20 fragmentos del cometa P / Shoemaker-Levy 9 (SL9) se estrellaron contra el planeta Júpiter a velocidades de aproximadamente 60 km s −1 . Estos impactos produjeron una variedad de efectos.

Se espera que se produzcan impactos cometarios significativos en Júpiter aproximadamente una vez cada mil años más o menos, por lo que el evento se describió como » el evento astronómico del siglo «.
Comet Shoemaker-Levy 9 collision with Jupiter.
Shoemaker-Leevy 9: Comet’s impact left its mark on Jupiter.
Jovian Armagedon + 20.
Jupiter Swallows Comet Shoemaker Levy 9.
Comet’s collision with Jupiter; still detectible 19 years later.

Sobre el impacto en Júpiter del cometa Shoemaker – Levy 9 y el surgimiento del concepto de Defensa Planetaria:

How Historic Jupiter Comet Impact Led to Planetary Defense. Karl Hille. NASA Headquarters. June 30, 2019. Last updated: July 8, 2019.

Videos:
Cosmic collision: The impact of comet Shoemaker-Levy 9 with Jupiter destroyer of comets.
On Jupiter-Destroyer of Comets.
Collision: Comet Shoemaker-Levy 9.

Curiosidades:

Sobre el rol de Júpiter como escudo protector de la Tierra.

No sólo no es cierto el concepto de » Júpiter como escudo «, lo que implica que el planeta protege a la Tierra de los impactos de cometas, sino todo lo contrario, tal vez el papel más importante de Júpiter en la promoción del desarrollo de la vida en la Tierra fue – la entrega de los materiales volátiles necesarios para que la vida apareciese, desde el Sistema Solar Exterior:

Nuevo estudio cuestiona el rol de Júpiter como escudo protector de la Tierra contra los impactos de Cometas. Carlos Costa. Asociación de Aficionados a la Astronomía de Uruguay. Feb. 5, 2016.

Cabe preguntar qué sucede en los sistemas exoplanetarios con los Júpiters calientes y los planetas que los acompañan, ¿sucederá los mismo?; aquí tienes la respuesta:

Hot Jupiters Are Very Bad Neighbors.Jaime Green | Astrobites, Mar 4, 2015.

Hot Jupiters prefer long distance relationships. Leonardo dos Santos. Astrobites. July 5, 2016.

GIANT PLANETS: GOOD NEIGHBORS FOR HABITABLE WORLDS? Nikolaos Georgakarakos et al. April 9, 2018.

Fuentes: Asociación de Aficionados a la Astronomía Uruguay

8 de noviembre de 2018

Siete evidencias científicas sobre las bolas de fuego que están apareciendo en el cielo



La semana pasada, algunos grandes fragmentos del cometa Encke han creado varios de estos fenómenos. Dos expertos explican si esto supone algún riesgo en algún caso y con qué frecuencia los fragmentos pueden llegar a la superficie
La madrugada del pasado domingo, 4 de noviembre, apareció una impresionante bola de fuego en los cielos del sureste de Castilla-La Mancha. El fenómeno pudo verse desde lugares tan distantes como Almería, Albacete y Sierra Nevada, y en algunos puntos el destello fue tan intenso que por un momento pareció que se hacía de día. Unas 24 horas antes se registró un fenómeno similar, cuando se detectó otro intenso destello en Toledo. En aquella misma noche, algo parecido se observó en varias cámaras situadas muy lejos de allí, en los estados de Arkansas y Alabama (Estados Unidos).



En España, estos fenómenos fueron captados por varios observatorios adscritos al Proyecto SMART (siglas en inglés de «Spectroscopy of Meteoroids in the Atmosphere with Robotic Technologies»), cuya finalidad es monitorizar continuamente el cielo para estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes del espacio.

José María Madiedo, profesor de la Universidad de Huelva e investigador principal de este proyecto ha explicado a ABC que las bolas de fuego registradas están causadas por la entrada en la atmósfera de varios fragmentos o meteoroides procedentes del cometa Encke. Este científico, junto a Miquel Serra-Ricart, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), han explicado cuándo esas bolas de fuego suponen un peligro real y con qué frecuencia las rocas espaciales impactan contra la Tierra y se convierten en meteoritos o bien amenazan con destruir ciudades enteras.


1. ¿Por qué están apareciendo?
Bola de fuego avistada desde Almería durante el pasado 4 de noviembre - Observatorio de Calar Alto

Las bolas de fuego observadas las últimas noches forman parte del mismo fenómeno que origina la lluvia de estrellas de las Táuridas. Tal como ha explicado José María Madiedo, esta se origina cuando la Tierra atraviesa un enjambre o corriente de meteoroides –grupo de restos y pequeños fragmentos– formada tras el paso del cometa Encke.

Cada año por las mismas fechas la Tierra atraviesa varios enjambres de meteoroides dejados por distintos cuerpos progenitores, ya sean estos cometas o asteroides. Por ese motivo, cada año ocurren lluvias de estrellas por las mismas fechas –por ejemplo, las Perseidas ocurren en agosto–. Y, por ello también, esta semana han aparecido a la vez varias bolas de fuego.


2. ¿Qué son esos meteoroides?
El bólido de Cheliabinsk (Rusia). Una roca de hasta 20 metros estalló en la atmósfera en el año 2013. No fue detectada con antelación - ABC

Hemos dicho que las bolas de fuego provienen de la entrada en la atmósfera de fragmentos o meteoroides procedentes del cometa Encke. Pero, ¿qué son concretamente estos meteoroides?

Se trata de partículas sólidas o rocas que tienen un tamaño que oscila entre unos pocos micrómetros y el metro de diámetro. Proceden de asteroides, cometas, satélites o planetas. Se estima que cada año llegan a nuestro planeta entre 40.000 y 80.000 toneladas de estas partículas.


Velocidades de hasta 260.000 km/h

Estas impactan contra nuestra atmósfera a velocidades comprendidas entre los 20 y los 72 km/s (es decir, de 72.000 a 259.200 km/h) de forma que la fricción dispara su temperatura hasta llegar a los miles de grados centígrados.

Esto provoca que entren en ignición y que se desencadenen una serie de procesos químicos y físicos, como la ablación térmica, a alturas que suelen estar entre los 80 y 100 kilómetros. Es entonces cuando se generan unas estelas luminosas que reciben el nombre de meteoros, y que también se conocen con el nombre de estrellas fugaces.

La mayoría de los meteoros son causados por meteoroides que tienen tamaños similares a los de una piedra o un grano de arena, y que pesan menos de uno o dos gramos.

Imagen captada por la sonda Cassini en las cercanías de Saturno de un cometa de tipo Centauro - NASA

Normalmente, la desintegración de las partículas o la deceleración de los cuerpos más grandes provoca que el proceso de ablación, por el cual emiten su intenso brillo, acabe antes de que toquen tierra.

Bólidos y bolas de fuego

Cuando en vez de partículas entran fragmentos más grandes, a veces auténticas rocas y bloques, el brillo en el cielo es mucho mayor. Si este supera al del planeta Venus, por la noche, el fenómeno recibe el nombre de bola de fuego. Si el objeto estalla en el aire, pasa a llamarse bólido.

Si el meteoroide es lo suficientemente grande y consigue sobrevivir a su paso por la atmósfera, éste impacta con la Tierra en forma de meteorito.

Curiosamente, el proceso de frenado en la atmósfera permite que la mayoría de los meteoritos llegue al suelo a temperatura ambiente. Esto puede ocurrir incluso con los meteoritos más pesados, por lo que muchas veces no generan grandes cráteres de impacto.

El bólido de Cheliábinsk

Hay que tener en cuenta que un fragmento de tamaño importante puede atravesar todas estas etapas. Algo así pasó con el bólido de Cheliábinsk. El 15 de febrero de 2013 una roca de 17 a 20 metros de diámetro atravesó la atmósfera a unos 19 km/s, y estalló a 30 kilómetros de altura, liberando una energía equivalente a 500 kilotones, unas 30 veces más que la bomba atómica de Hiroshima. No pudo ser detectada con antelación a causa de su «pequeño» tamaño.




La explosión generó un brillo mayor que el del Sol y una potente onda de choque que dañó puertas, ventanas y cristales de multitud de edificios. Resultaron heridas leves unas 1.500 personas y se recuperaron unos 5.000 kilogramos de materiales procedentes del bólido. Entre otros, se localizó un pedazo de 650 kilogramos en el fondo del lago Chebarku.


¿De dónde vienen?

José María Madiedo ha señalado que «en la mayoría de los casos se desconoce cuál es el cuerpo progenitor –cometa o asteroide– de los meteoroides». Muchas de estas partículas, señala, quedan en el espacio y se ven muy influidas por la gravedad de Júpiter –el planeta que acumula el 70% de la masa de todos los planetas del Sistema Solar–. Por ello resulta muy difícil trazar su origen.

Cada día ocurren miles de meteoros y bolas de fuego en la atmósfera, sobre todo en las regiones deshabitadas y en los océanos, que cubren la mayor extensión del planeta. Muchos de estos quedan enmascarados por la luz del día. Siempre se cumple la regla de que cuanto mayores son los meteoroides más infrecuentes resultan.


3. ¿Por qué se estudian los meteoros?

Los meteoros son más conocidos por el nombre de estrellas fugaces. No son estrellas, sino partículas muy pequeñas ardiendo en la atmósfera - ABC

José María Madiedo ha dicho que estudiar los meteoros tiene interés porque «al analizarlos podemos averiguar la composición que tienen los cuerpos del Sistema Solar de los que proceden». Ha añadido que «también permite establecer las condiciones fisicoquímicas que existían en la nube de material a partir de la cual se formó nuestro sistema planetario». Además, estudiar los impactos «nos ayuda a hacernos una idea de cuál es el peligro de que caigan objetos mayores».

Su estudio también proporciona valiosas claves sobre los mecanismos químicos que condujeron a aparición de la vida en nuestro planeta, dado que se piensa que los meteoroides aportaron parte de las moléculas necesarias para que ésta pudiese surgir.


4. ¿Son un peligro para las naves espaciales?
Impacto en el cristal blindado de la cúpula, a bordo de la EEI - ESA/NASA

Para el científico de la Universidad de Huelva, los meteoroides son un peligro para las naves espaciales: «Son partículas que viajan a velocidades muy altas y que, por tanto, tienen una energía cinética muy grande. Una partícula tan grande como un grano de arena puede producir un cráter en una superficie metálica», ha detallado.

Los satélites y las naves van protegidos con escudos para amortiguar los impactos de las más partículas más pequeñas, que son también las más abundantes. Sin embargo, las mayores pueden provocar daños de importancia. De hecho, una partícula de basura espacial golpeó contra uno de los cristales blindadosde la Estación Espacial Internacional (EEI) hace un par de años. Un objeto mayor podría haber comprometido la seguridad de la nave.

5. Y, ¿qué son los meteoritos?
Meteorito de 12 centímetros de largo hallado en Siberia - H. Raab/Wikimedia Commons

Cuando los meteoroides son lo suficientemente resistentes y grandes, pueden llegar a impactar contra la superficie y a convertirse en un pedazo más de nuestro planeta. Son los llamados meteoritos.

Según datos de la American Meteor Society, cada día caen entre 10 y 50 meteoritos en la Tierra, aunque solo de 2 a 12 de estos suelen ser detectados por la población, ya que la mayoría cae en océanos y zonas despobladas. En principio, cada kilómetro cuadrado del planeta recibe la visita de un meteorito una vez cada 50.000 años.

Los meteoritos pueden tener una masa que va de los gramos a las toneladas. El mayor es el meteorito de Hoba, que fue hallado en Sudáfrica en 1920 y que alcanza los 54.000 kilogramos. Como pasa con el resto de partículas del espacio, cuanto mayores sean más infrecuentes resultan.


Lititas y sideritas

El 94% de los meteoritos encontrados son rocosos y reciben el nombre de lititas. Estas se subdividen en condritas (86%) y acondritas (8%). El 5% de los meteoritos son metálicos y se llaman sideritas, mientras que el 1% tienen una composición mixta y se llaman litosideritas.

El 99,8% por ciento de los meteoritos provienen del cinturón de asteroides o cinturón principal, un anillo de material rocoso situado entre las órbitas de Marte y Júpiter. Allí existen unos pocos asteroides grandes, unos 200 millones de cuerpos de más de un kilómetro y miles de millones de objetos más pequeños. Todos ellos están rodeados por incontables motas de polvo.

Los científicos han detectado meteoritos que provienen de Vesta, el tercer mayor cuerpo del cinturón de asteroides. También han podido trazar el origen de meteoritos procedentes de Marte y de la Luna.


6. ¿Puede caer en la Tierra algo más peligroso?
Los cometas y asteroides descubiertos no suponen un riesgo inminente, pero se desconoce una gran cantidad de ellos - ABC

Los asteroides y los cometas pueden dejar rastros de restos que entran en la atmósfera y generan meteoros y meteoritos. Pero, ¿qué son estos cuerpos progenitores?

Ambos son restos pequeños generados a la vez que nacieron los planetas del Sistema Solar. Los asteroides son objetos metálicos, rocosos o helados cuyo tamaño oscila entre el metro y los cientos de kilómetros de diámetro que viajan por el espacio. Los cometas son cuerpos más frágiles y menos pesados compuestos de hielo, polvo apelmazado y gases congelados. Su cuerpo puede alcanzar las decenas de kilómetros y la acción del viento solar sobre ello genera enormes colas de gases ionizados que pueden medir millones de kilómetros y que pueden ser visibles desde la Tierra.

¿En algún momento alguno de estos grandes objetos, progenitores de los meteoroides y meteoritos, podría impactar contra la Tierra? La respuesta es que podría ocurrir en cualquier momento, pero que es muy improbable.

Madiedo explica que, «ninguno de los cometas y asteroides clasificados y catalogados supone un riesgo de colisión en los próximos 100 años». Sin embargo, apunta a que el peligro también puede venir de objetos no encontrados hasta ahora.


Los objetos no descubiertos todavía

Además, recuerda a que «las órbitas de estos cuerpos puede ir cambiando con el tiempo», a causa de la influencia gravitatoria de Júpiter, lo que puede cambiar los riesgos de colisión pasados esos 100 años. Además, las colisiones de cuerpos que se producen regularmente en el cinturón de asteroides puede provocar cambios abruptos en las trayectorias de algunos de estos objetos.

Por último, señala que algunos científicos consideran que en las afueras del Sistema Solar, en el cinturón de Kuiper y la nube de Oort, puede haber objetos no descubiertos hasta ahora que se aproximen cada mucho tiempo al interior del Sistema Solar y que supongan un riesgo de impacto.

Por todo esto, señala la importancia de catalogar y sguir estos objetos de forma continua.


¿Cuándo ocurrirá?

Al igual que hay erupciones volcánicas y terremotos, cada cierto tiempo se produce el impacto de un asteroide o cometa de tamaño importante. Buena prueba de ello es el impacto que acabó con los dinosaurios. Por fortuna, los mayores impactos son extremadamente raros. Con todo, las frecuencias de impacto son las siguientes:

-Objetos de unos dos metros de diámetro: uno al año.

-Similares al de Cheliabinsk (unos 20 m de diámetro): uno cada 15 años.

-De 100 metros: uno cada 5.000 años (similar al que provocó el evento Tunguska, que arrasó 2.000 kilómetros cuadrados de tundra en Siberia y que derribó a ciudadanos, carruajes y caballos a más de 500 kilómetros de distancia).

-De un kilómetro de diámetro: uno cada medio millón de años.

-De cinco kilómetros de diámetro: uno cada 20 millones de años.

-De 10 kilómetros de diámetro (como el que produjo la extinción de los dinosaurios): uno cada 66 millones de años.

7. Los asteroides asesinos de ciudades
Un impacto como el de la imagen acabaría con la vida en la Tierra. Por suerte, este tipo de eventos son muy infrecuentes - ABC

Tal como ha explicado Miquel Serra-Ricart, «la mayoría de los objetos mayores de un kilómetro ya se han detectado», pero «todavía desconocemos muchos cuyo tamaño está entre el kilómetro y los 150 metros». Estos son lo suficientemente pequeños como para ser difíciles de detectar pero a la vez tienen un poder destructivo muy considerable.

Según ha dicho, los cercanos al kilómetro podrían provocar daños a escala planetaria, pero son más infrecuentes. Los situados en las decenas y los cientos de metros, sin embargo, son más abundantes, y están en la categoría de «city killers»,ya que tienen la capacidad de arrasar ciudades enteras si caen en el lugar adecuado.

En estos casos, «lo que realmente hace daño es la onda de presión que genera. Es una bomba, que presiona de forma súbita el aire», ha explicado Serra-Ricart.

Pero, ¿qué hay ahí fuera? En la actualidad se considera que solo se conocen el uno por ciento de todos los asteroides del Sistema Solar, aunque por suerte ya se ha descubierto el 90 por ciento de los cuerpos más masivos. En total, hasta septiembre de 2018 se han descubierto 779.736 asteroides, y cada mes se descubren 2.000 más.




Objetos cercanos a la Tierra

La situación cambia cuando algunos de estos asteroides y cometas son empujados por la gravedad del Sol y se acercan a menos de 1,3 Unidades Astronómicas (UAs) de la Tierra (una UA es la distancia que hay entre el Sol y nuestro planeta). Entonces entran en la categoría de «Near Earth Object» (NEO), u objetos próximos a la Tierra. Hasta enero de 2018 se conocían 18.819 NEOs, y cada mes se detectan unos 150 más.

Los asteroides que miden más de 150 metros de largo y se acercan a 7,5 millones de kilómetros de la Tierra (en comparación, la distancia mínima a la que se encuentran la Tierra y Marte es de 53 millones de kilómetros), se convierten en asteroides potencialmente peligrosos (PHAs, en inglés). Por término medio, solo el cuatro por ciento de los NEOs son además objetos potencialmente peligrosos. Hasta septiembre de 2018 se conocían 1.929 PHAs.


Órbitas de cerca de mil PHAs en el Sistema Solar interior. El trazo de las órbitas exagera su tamaño e importancia - NASA/JPL-CaltechPor si acaso, los astrónomos están en todo momento rastreando el cielo en busca de objetos brillantes que pudieran ser asteroides o cometas con rumbo a la Tierra. Este trabajo es desempeñado por múltiples observatorios terrestres y espaciales, como Pan-STARRS 1, Catalina Sky Survey, Spacewatch , LINEAR, De Cam Neo Survey o NEOWISE.

Además, los científicos tratan de asesorar a los gobiernos para prepararse en caso de grandes contingencias.

Sin embargo, según Serra-Ricart, con los medios actuales no se puede predecir la mayoría de los impactos de objetos de decenas de metros, aunque por suerte se trate de eventos poco frecuentes.

En cuanto a los mayores impactos, provocados por rocas de un kilómetro de largo, cree que actualmente no se podría hacer nada para evitarlo. Sin embargo, aboga por resolver problemas terrenales, como redistribuir la riqueza y combatir la pobreza, antes que hacer las inversiones que harían falta para evitarlo. «Sí que apostaría por invertir más recursos en tener controlada a la población de NEOs», ha opinado.

En ese momento, la NASA prepara la misión DART («Double Asteroid Redirection Test») para probar la tecnología de los impactadores cinéticos, cuyo fin es desviar asteroides de su trayectoria para evitar choques contra la Tierra.



Fuentes: ABC

21 de enero de 2018

Meteorito en Míchigan

El pasado 17 de enero, a las 1:09 horas UT (20:09 hora local del día 16) un espectacular bólido fue observado en el firmamento del estado de Míchigan (EE.UU.). Según el USGS (Servicio Geológico de los Estados Unidos) este cuerpo chocó contra la superficie terrestre a unos 8 kilómetros al oeste-suroeste de la localidad de New Haven ocasionando un terremoto de intensidad 2 (ver artículo "M 2.0 Meteorite - 0km N of Walled Lake, Michigan"). No hay reportado ningún daño por parte de las autoridades.







Por otro lado y según datos publicados por la American Meteor Society se estima que el cuerpo entró a 45.000 kilómetros por hora en nuestra atmósfera (Ver artículo "Bright Fireball spotted over Michigan").

Aquí os compartimos algunos vídeos de este espectacular fenómeno. Podéis descubrir la diferencia entre meteoro, meteorito y meteroide en el siguiente artículo "Meteoritos: 
Cuerpos menores del Sistema Solar".

Fuentes: astrofisicayfisica

1 de octubre de 2017

Qué ver en el Cielo de Octubre 2017



Durante este mes nos encontramos ya con un cielo plenamente otoñal, pese a que durante las primeras semanas de octubre todavía será posible disfrutar de las constelaciones del triángulo de verano relativamente altas en el cielo éstas cada vez van a perder predominancia a favor de Pegasus, Andromeda, Cassiopeia y Perseus.

Es en este grupo donde destaca con carácter propio la galaxia de Andrómeda, nuestra galaxia vecina a tan sólo unos 2,5 millones de años luz. Es tan grande que pese a su enorme distancia puede llegar a apreciarse a simple vista como una pequeña nubecilla en cielos excepcionalmente oscuros y con unos prismáticos podemos percibir sin problema el brillo de su núcleo. La foto de portada fue capturada por Christoph Kaltseis.

Junto a Andrómeda el otro protagonista de octubre no es en realidad un objeto celeste, sino el cambio de horario estival a horario invernal que se producirá el domingo 29 a las 3:00 A.M, pasando a ser las 2:00 A.M. Además de la hora de sueño extra que nos regalan para el siguiente lunes lo más importante para los aficionados a la astronomía es que el anochecer se adelanta una hora, por lo que tendremos que esperar menos para comenzar a observar nuestros objetos favoritos.

VISIBILIDAD PLANETARIA

A continuación os dejamos una imagen con la posición relativa de los planetas a primeros de octubre. Recordad que tiene sólo una finalidad ilustrativa, por lo que no se respeta ningún tipo de escala.

Los horarios reflejados a lo largo del post están calculados para un observador situado en Madrid (latitud 40ºN y longitud 3ºO) y están expresados en hora local, se incluyen por tanto tan sólo a modo de referencia.

Por último os adjuntamos las gráficas de visibilidad planetaria de este mes para aquellos que necesitéis información más detallada.

Posición de los planetas del sistema solar a 1 de octubre de 2017. No a escala

Mercurio. Prácticamente imposible de observar dada su cercanía al Sol

Venus. Visible desde aproximadamente dos horas antes del amanecer en el horizonte Este.

Marte. Visible antes del amanecer. A primeros de mes a algo menos de dos horas antes que el Sol, esta distancia se irá alargando conforme avanza el mes hasta comenzar a ser visible tres horas menos cuarto antes de la salida del Sol.

Júpiter. Visible al atardecer pero ya muy cerca del Sol y por tanto muy bajo en el horizonte. A primeros de mes tendremos tan sólo media hora para observarlo una vez se ponga el Sol y a mediados de mes ya quedará completamente oculto por el brillo del mismo.

Saturno. Será visible desde el atardecer, cada vez va a aparecer más bajo en el horizonte conforme avance el mes. Su ocaso se producirá entre cuatro horas menos cuarto y dos horas y media después de la puesta del Sol, desde el primer al último día de mes respectivamente.

Urano. Comenzará a asomar por encima del horizonte en torno a la puesta de Sol y alcanzará su altura máxima pasada la media noche.

Neptuno. Visible desde el atardecer, a primeros de mes alcanzará su máxima altura en el paso por el meridiano a la media noche e irá acortando horario hasta culminar en torno a las nueve y media.

COMETAS

Recientemente ha sido descubierto un nuevo cometa que pasa a denominarse C/2017 S3 (PANSTARRS), con magnitud actual 22 se ha estimado su perihelio el próximo agosto a tan sólo 0,2 UA, por lo que podría alcanzar una magnitud bastante grande, con un máximo cercano a 4. Es importante recalcar que aún no se ha determinado bien su órbita, por lo que toda esta información es bastante provisional.

Por otro lado el cometa C/2017 O1 (ASASSN) presenta una estructura completa, con coma y cola desarrolladas. Alcanzará el perihelio el día 14 de octubre y su máxima aproximación a la tierra se producirá el 18 del mismo mes, momento en el que puede alcanzar un brillo máximo cercano a la magnitud 8.

Toda esta información se ha obtenido en la web de Cometografía.es

A continuación os adjuntamos la carta de localización del cometa para este mes.

Carta de localización de C/2017 O1 ASASSN en octubre de 2017

LLUVIAS DE METEOROS
Octubre es un mes poco favorable respecto a las lluvias de meteoros, la única lluvia de interés es la de las Oriónidas, Con actividad entre el 2 de octubre y el 7 de noviembre y el máximo previsto el 21 de octubre con THZ de 23 y radiante en la constelación de Orión.

Radiante de la lluvia de meteoros de las Oriónidas

Fuentes: Astroaficion