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30 de abril de 2015

El carguero espacial Progress M-27M desciende a la Tierra de manera descontrolada

Fotografía de Roscosmos, la agencia espacial rusa, que muestra la nave de carga Progress M-27M tras ser lanzada. EFE/ROSCOSMOS
  • El carguero, lanzado el martes, se situó en una órbita errónea
  • Desciende gradualmente y no se sabe dónde caerán sus fragmentos
  • No se han podido encender los propulsores ni hacer maniobra de corrección
La nave espacial de carga rusa Progress M-27M, lanzada este martes rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI), ha comenzado a caer a la Tierra de manera descontrolada, ha comentado hoy una fuente de la industria aeroespacial de Rusia.

"Como no se han podido encender los propulsores ni realizar una maniobra de corrección, el carguero está descendiendo gradualmente de su órbita", ha a añadido la fuente a la agencia oficial RIA Nóvosti.

La velocidad del descenso dependerá del estado de la atmósfera y del viento solar, pero ha recalcado que "en las últimas 24 horas la nave de carga ya ha perdido decenas de metros de altitud".

"Pronosticar con exactitud la fecha y lugar donde caerán los fragmentos del Progress que no se desintegren en la capas densas de la atmósfera solo será posible unas horas antes de que esto ocurra", subrayó. 


Intento de recuperar el mando de la nave

Antes de conocerse que el carguero estaba descendiendo de su órbita, el Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE) ruso lo dio por perdido, aunque ha realizado diversos intentos de recuperar el mando de la nave para sacarla de la órbita de forma controlada.

"El acoplamiento del carguero a la EEI ya no es posible. Lo importante ahora es garantizar una salida más o menos controlada de la nave de la órbita", explicó el experto.

Ha agregado que los especialistas del CCVE tienen muy poco tiempo para lograrlo, porque en pocas horas "la nave empezará a abandonar la órbita por su cuenta". El coste de la pérdida se estima en hasta 81 millones de euros (90 millones de dólares). 


La nave, basura espacial

Otro experto del sector aeroespacial ruso consultado por la agencia RIA Nóvosti ha descartado incluso la posibilidad de recuperar el mando de la Progress y ha señalado que en las próximas horas "la nave de transporte será recalificada como basura espacial".

El carguero seguirá "en vuelo descontrolado al menos durante una semana, tras lo cual entrará en la atmósfera y se quemará", ha añadido.

En este caso, "los restos que no se quemen a su paso por la atmósfera caerán en cualquier punto entre el paralelo 52 norte y el paralelo 52 sur", ha subrayado a su vez el interlocutor de Interfax.

Órbita errónea

El carguero se lanzó con éxito desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) a las 08.10 hora peninsular española del martes. Aunque estaba previsto que seis horas después se acoplara a la estación, hubo un fallo a la hora de situarlo en su órbita y se tuvo que retrasar la operación.

La nave, que transportaba 2,5 toneladas de suministros para la EEI, dejó de enviar datos telemétricos. Desde el CCVE se introdujeron comandos para estabilizar el carguero, que estaba girando con mucha fuerza alrededor de su eje, pero los esfuerzos han sido en balde. 


Carga de la Progress

En su bodega, además de combustible, oxígeno, alimentos, equipos científicos y regalos para los tripulantes de la EEI. La tripulación cuenta a bordo con suministros suficientes, incluidos agua y oxígeno, para continuar con normalidad su vida en el espacio.

Además, la nave llevaba una réplica de la bandera que los soldados soviéticos izaron sobre el Reichstag en mayo de 1945 cuando capturaron Berlín.

Con esa bandera de fondo, los tripulantes rusos la EEI, Antón Shkaplerov, Guennadi Padalka y Mijaíl Kornienko, tenían previsto felicitar por videoconferencia a sus compatriotas con motivo del 70 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi, que Rusia celebra el próximo 9 de mayo.

La actual tripulación de la plataforma orbital la completan la astronauta italiana Samantha Cristoforetti y los estadounidenses Terry Virts y Scott Kelly.

Tras esta pérdida, el próximo carguero podría lanzarse a la estación espacial antes del 8 de agosto previsto inicialmente en el gráfico de vuelos de la agencia espacial rusa.

La Estación Espacial Internacional es un proyecto en el que participan 16 países y que tiene un coste estimado en 100.000 millones de dólares.
La plataforma, con tripulantes a bordo de manera continuada desde 2000, tiene una masa de cerca de 450 toneladas y orbita a una distancia de entre 335 y 460 kilómetros de la Tierra, con una velocidad de unos 27.000 kilómetros por hora. 



Fuentes: Rtve.es, EFE

15 de febrero de 2015

Las estrellas ayudan a rastrear basura espacial

Un equipo de investigadores del Real Instituto y Observatorio de la Armada (ROA), en Cádiz, ha desarrollado un método para seguir el movimiento de objetos geoestacionarios basándose en la posición de las estrellas, lo que puede ayudar a monitorizar la basura espacial. La técnica se puede aplicar con pequeños telescopios y desde lugares poco oscuros.


Fuentes: SINC

22 de febrero de 2014

Meteoritos y basura espacial, toda una amenaza



¿Qué posibilidades reales hay de que caiga algún meteorito en la Tierra o de que dos satélites choquen en el espacio?

Basta recordar las imágenes del dramático momento de la caída de un meteorito en los Urales, cerca de la ciudad de Cheliábinsk, hace ahora un año.

La explosión provocó 1.500 heridos y 7.000 edificios sufrieron daños como explica el científico coordinador, Alan Harris, del Instituto de Investigación Planetaria en Berlín (Alemania): “Fue un incidente desagradable, afortunadamente no se registraron víctimas mortales, pero fue una muestra de la magnitud de estos fenómenos”.

Una sorpresa que nadie esperaba. Afortunadamente no era muy grande, unos 20 metros de diámetro, como máximo, que entró en la atmósfera iluminado por el Sol. En el espacio hay muchas amenazas, de mayor tamaño, más densidad y capaces de causar grandes daños.

“Por ejemplo, un objeto de un centenar de metros de diámetro, que todavía no es muy grande, hablamos de un objeto que cabe en un campo de fútbol y que, en la actualidad, podría destruir un área metropolitana, en el peor de los supuestos. Son cosas a las que tenemos que prestar atención y adoptar medidas para evitar que ocurran”, comenta Alan Harris.

Ya hay medidas para hacer frente a la amenaza de un meteorito. En esta reunión, celebrada hace unos días, se dieron cita expertos, científicos y políticos, de todos los países implicados en la estrategia operativa.

“El año pasado todavía no estábamos en disposición de responder a una amenaza por el impacto de un meteorito porque no habíamos puesto en marcha el procedimiento de respuesta. Establecer este grupo de trabajo ha sido un primer paso”, señala el director del Segmento NEO de la Agencia Espacial Europea (ESA), Detlef Koschny.

Mientras los astrónomos trabajan para localizar los asteroides que pasan más cerca de la Tierra, este grupo —que cuenta con el respaldo de Naciones Unidas— evalúa cuáles suponen una amenaza más seria.

“Así que vamos a fijar un umbral de tamaño, o una magnitud de energía, algo así, a la hora de decidir la puesta en marcha de una misión espacial. Creo que habría que empezar por diámetros de entre 50 y 100 metros, si hablamos en términos de tamaño. Pero como le digo esto está por definir y esta es exactamente una de las tareas de este grupo, trabajar con las magnitudes correctas”, comenta Detlef Koschny.

Se calcula que, en las proximidades de la Tierra, habría unos 20.000 meteoritos con diámetros que van desde los cien metros hasta los centenares de kilómetros.

Especialistas como Alan Harris desarrollan protocolos para detener a un meteorito si se dirige hacia la Tierra: “Una de las principales ideas que barajamos es bien simple. Se trata de hacer colisionar el meteorito con una nave espacial, vaya como si fuera un billar cósmico”. Si queremos modificar la órbita de un meteorito, lo que haremos básicamente es intentar lanzar una nave espacial contra el objeto”.




Otro problema es la basura espacial. Aunque hay casi la certeza de que no provocará muertos ni heridos en la Tierra, podría sembrar el caos entre nuestra actual flota de satélites.

Heiner Klinkrad es el jefe de la oficina de basura espacial de la ESA, uno de los mayores expertos europeos en la materia: “La carrera espacial ha generado una gran cantidad de basura. De los 16.000 o 17.000 objetos que podemos monitorizar desde las estaciones terrestres, un millar son naves espaciales operativas, el resto son remanentes de antiguas misiones, y más de la mitad de esos objetos son, de hecho, fragmentos de colisiones y de explosiones que se han producido en órbita”.

En la actualidad, las misiones se han diseñado para no dejar basura en el espacio. Para resolver este problema los ingenieros están aplicando técnicas similares a las que podrían utilizarse para dejar a los meteoritos fuera de combate.

“El principal objetivo para paliar esta situación es reducir la masa de los objetos que gravitan en órbita. Esto se puede hacer instalando motores en esos objetos para forzar su reentrada inmediata” —y su destrucción al contacto con la atmósfera—.
“Otra técnica más sutil, es aumentar artificialmente la fuerza de arrastre del objeto para reducir lentamente la altura de su órbita, aunque en la mayoría de ocasiones sería de forma incontrolada”, añade Heiner Klinkrad.

De momento tenemos dos conclusiones: la misma tecnología nos puede ayudar a deshacernos de la basura especial y mantener alejados a los meteoritos. Son fenómenos que preocupan y mucho a los expertos.

Afortunadamente las primeras medidas para prevenir este escenario catastrófico ya están en marcha.

Más información:

http://cosmos.esa.int/web/smpag

Fuentes:  Euronews

25 de abril de 2013

¿Cómo limpiar la basura espacial de la órbita terrestre?

http://static.euronews.com/images_news/img_606X341_130423SCSU171A0SPACEDEBRIS.jpg

Los restos de cohetes y satélites viejos forman la llamada “basura espacial”. Una chatarra que orbita la Tierra sin utilidad alguna y cuyas colisiones a velocidades orbitales pueden ser altamente perjudiciales para los satélites en funcionamiento.

Además pueden producir más basura espacial por el llamado síndrome de Kessler

El Director del tratamiento de residuos de la Agencia Espacial Europea calcula que alrededor de la Tierra orbitan unos 30.000 objetos y millones de fragmentos y partículas.

“Un objecto de un centímetro con una velocidad típica de colisión de más de 50.000 km/h podría alcanzar una energía cinética en el impacto equivalente a una explosión de una granada de mano o de un automóvil chocándo contra el satélite a 60km/h. Imagínese el efecto.”

La exploración espacial, sin duda un gran paso para la Humanidad, conlleva un grave problema en la órbita terrestre. La Conferencia Europea de Basura Espacial ha abordado en Darmstadt, Alemania, las posibles soluciones 


 

“La única manera de resolver el problema es ir allí y eliminar activamente esa chatarra espacial recogiendo cada año los objetos de mayor tamaño. Solo de esta manera podremos controlar el medioambiente”, asegura Heiner Klinkrad, director de tratamiento de residuos en la agencia europea espacial.

Las agencias espaciales estudian diferentes métodos como la utilización de láser de alta.

La cuestión de la basura espacial revela consideraciones legales y políticas sobre el problema de la eliminación de residuos, de elevado coste y gran dificultad técnica.




Fuentes : euronews