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25 de julio de 2016

Bajo las nubes una nueva vision de la superficie de Venus

Ondas de gravedad en Venus

Gracias a las observaciones del satélite Venus Express de la ESA, los científicos han demostrado por primera vez cómo los patrones meteorológicos vistos en las gruesas capas de nubes de Venus están directamente relacionados con la topografía de la superficie que cubren. En lugar de impedirnos la observación, las nubes de Venus podrían ofrecernos información de lo que hay debajo.

Las altas temperaturas de Venus, debidas al extremo efecto invernadero que calienta su superficie hasta alcanzar los 450 grados Celsius, son bien conocidas. El clima en la superficie del planeta resulta opresivo: además del calor, recibe poca luz debido a la gruesa capa de nubes que rodea completamente el planeta. Los vientos superficiales son muy lentos, soplando a un metro por segundo, apenas la velocidad de un tranquilo paseo.

Sin embargo, lo que vemos al observar nuestro planeta gemelo desde las alturas es un enorme manto nuboso, liso y brillante, formado por una gruesa capa de 20 km de espesor. Al situarse entre 50 y 70 km por encima de la superficie del planeta, presenta unas temperaturas menores y similares a las temperaturas en la cima de las nubes terrestres, de unos -70 grados Celsius. La capa superior también sufre una meteorología más extrema, con vientos cientos de veces más rápidos que en la superficie del planeta (e incluso más rápidos que su velocidad de rotación, en un fenómeno denominado ‘superrotación’).

Aunque estas nubes suelen impedirnos ver la superficie venusiana, ya que solo podemos atravesarlas mediante radares o luz infrarroja, es probable que sean la clave para desvelar algunos de los secretos del planeta. Los científicos sospechan que los patrones meteorológicos producidos en la cima de las nubes son consecuencia de la topografía del terreno que se halla debajo. Aunque ya habían obtenido indicios de ello en el pasado, no habían sido capaces de desvelar completamente su funcionamiento... Hasta ahora.

Cima de las nubes de Venus




Gracias a las observaciones del satélite Venus Express de la ESA, los científicos han podido mejorar enormemente la precisión del mapa de Venus explorando tres aspectos del clima nuboso del planeta: la velocidad de circulación de los vientos, cuánta agua alojan las nubes y qué brillo presentan estas nubes en el espectro (y específicamente en luz ultravioleta).

“Los resultados muestran que estos aspectos —vientos, contenido acuático y composición de las nubes— se relacionan de algún modo con las propiedades de la propia superficie de Venus”,admite Jean-Loup Bertaux del laboratorio francés LATMOS (Laboratorio de atmósferas, medios y observaciones espaciales) y autor principal del nuevo estudio de Venus Express. “Hemos utilizado observaciones de la sonda recopiladas a lo largo de seis años, de 2006 a 2012, lo que nos ha permitido estudiar los patrones meteorológicos del planeta a largo plazo”.

Aunque Venus es un planeta muy seco en comparación con la Tierra, su atmósfera contiene ciertas cantidades de vapor de agua, especialmente por debajo de su capa de nubes. Bertaux y sus colegas estudiaron la cima de las nubes de Venus en la banda infrarroja del espectro, lo que les ha permitido captar la absorción de luz solar por el vapor de agua y detectar su nivel de presencia en cada punto de la cima de las nubes (70 km de altitud).

Detectaron un área concreta de nubes, cerca del ecuador venusiano, que albergaba más vapor de agua que sus alrededores. Esta región ‘húmeda’ se encontraba justo encima de una cadena de montañas de 4.500 metros de altitud denominada Aphrodite Terra. Este fenómeno parece deberse a que el aire rico en agua de la atmósfera más baja se ve empujado hasta ascender por encima de las montañas de Aphrodite Terra, lo que ha llevado a los científicos a bautizarlo como la ‘Fuente de Afrodita’.

Como explica Wojciech Markiewicz, del Instituto Max-Planck para la investigación del sistema solar en Göttingen, Alemania, y coautor del estudio: “Esta ‘fuente’ estaba confinada dentro de un remolino de nubes descendentes que atravesaban Venus de este a oeste. Nuestra primera pregunta fue: ¿por qué? ¿A qué se debía toda esa agua localizada en ese punto concreto?”

Al mismo tiempo, los científicos utilizaron Venus Express para observar las nubes con luz ultravioleta y registrar su velocidad. Así, descubrieron que las nubes que descendían de la ‘fuente’ reflejaban menos luz ultravioleta que las demás, y que los vientos por encima de la región montañosa de Aphrodite Terra eran un 18% más lentos que en las regiones colindantes.

Estos tres factores pueden explicarse por un único mecanismo provocado por la densa atmósfera de Venus, proponen Bertaux y sus colegas.

“Cuando los vientos atraviesan las pendientes montañosas de la superficie, generan las llamadas ondas de gravedad”, añade Bertaux. “A pesar de su nombre, no tienen nada que ver con las ondas gravitacionales, que son ondulaciones en el tejido espacio-temporal; las ondas de gravedad son un fenómeno atmosférico que puede verse a menudo en las áreas montañosas de la superficie terrestre.Por así decirlo, se forman cuando el aire se arremolina sobre una superficie irregular. Las ondas se propagan verticalmente hacia arriba, aumentando de tamaño hasta que rompen justo debajo de la cima de las nubes, como sucede con las olas en la costa”.

A medida que esas ondas rompen, empujan los veloces vientos que soplan a gran altitud, reduciendo su velocidad. Eso explicaría por qué los vientos por encima de la altiplanicie de Aphrodite Terra son más lentos que en otras regiones.

No obstante, estos vientos recuperan sus velocidades cuando descienden desde esta cordillera venusiana, con un movimiento que actúa como una bomba de aire. La circulación del viento provoca un movimiento ascendente en la atmósfera del planeta que empuja hacia arriba aire rico en agua y material oscuro en luz ultravioleta desde las capas inferiores de las nubes, llevándolo hasta su cima y creando tanto la ‘fuente’ observada como una amplia columna de vapor descendente.

Venus Express



“Sabemos desde hace años que la atmósfera de Venus alberga un misterioso fenómeno que absorbe la luz ultravioleta, pero aún no sabemos de qué puede tratarse”, confiesa Bertaux. “Este descubrimiento nos ayuda a comprenderlo un poco mejor y a entender su comportamiento: por ejemplo, ahora sabemos que se produce por debajo de la cima de las nubes y que el material oscuro en luz ultravioleta se ve empujado por la circulación del aire, atravesando en su ascenso la cima de las nubes de Venus”.

Los científicos ya sospechaban que se producían movimientos ascendentes en la atmósfera de Venus a lo largo de su ecuador, provocados por los mayores niveles de radiación solar. El descubrimiento que nos ocupa ahora revela que la cantidad de agua y material oscuro localizados en las nubes de Venus también aumenta en puntos concretos alrededor del ecuador del planeta. “Esto se debe a las montañas en la superficie de Venus, que provocan la formación de ondas ascendentes y la circulación de vientos que arrastran materiales desde niveles inferiores”, explica Markiewicz.

Además de ayudarnos a conocer mejor a Venus, descubrir que la topografía superficial puede afectar significativamente la circulación atmosférica tiene consecuencias para nuestra comprensión de la superrotación planetaria y del clima en general.

“Es evidente que este descubrimiento desafía nuestros actuales modelos de circulación generales”,admite Håkan Svedhem, científico de la ESA para Venus Express. “Mientras que nuestros modelos reconocen una relación entre la topografía y el clima, normalmente no producen patrones meteorológicos persistentes relacionados con figuras topográficas superficiales. Esta es la primera vez que vemos este vínculo claramente en Venus, y eso es un resultado de gran importancia”.

Venus Express estuvo operativa en Venus entre 2006 y 2014, cuando concluyó su misión y la nave comenzó su descenso a través de la atmósfera del planeta.

En el estudio realizado por Bertaux y sus colegas se han empleado varios años de observaciones captadas por la cámara VMC (Cámara de Monitorización de Venus), que explora las velocidades de los vientos y el brillo ultravioleta de las nubes, y por el espectrómetro SPICAV (Espectroscopio para la investigación de las características de la atmósfera de Venus), que estudia la cantidad de vapor de agua que contienen las nubes.

“Esta investigación no habría sido posible sin la monitorización continua y fiable del planeta por parte de Venus Express en varias bandas del espectro. Los datos utilizados en este estudio han sido recopilados a lo largo de muchos años”, añade Svedhem. “Un aspecto fundamental es que saber más sobre los patrones de circulación de Venus nos puede ayudar a identificar cada vez mejor el misterioso fenómeno que absorbe la luz ultravioleta en el planeta, lo que a su vez nos permitirá comprender aún más la atmósfera y el clima del planeta en general”.

Fuentes: ESA

26 de junio de 2016

Marte y los satélites de Júpiter son los mejores candidatos a albergar vida en el Sistema Solar

Imagen de Júpiter y sus satélites. NASA
  • Astrobiólogos del CSIC creen que puede haber vida en el subsuelo marciano 
  • Existen evidencias de que cuevas de ese planeta albergan agua líquida
  • Entre los satélites de Júpiter, Europa es el que más condiciones reúne
El subsuelo de Marte y los satélites de Júpiter son los principales candidatos de los científicos para albergar vida en el Sistema Solar, según han destacado investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

En una rueda de prensa al concluir la decimocuarta edición de la Escuela Internacional de Astrobiología "Josep Comas i Solá" en Santander, el director del Centro de Astrobiología del CSIC, José Miguel Mas Hesse, ha explicado las investigaciones que se llevan a cabo en algunos lugares de la Tierra por sus condiciones similares a ciertos planetas para conocer como ha evolucionado la vida.

En España, ha destacado las que se lleva a cabo en Riotinto (Huelva), con unas condiciones extremas similares a las que se pueden encontrar en Marte y donde se ha localizado vida a más de 600 metros bajo tierra. Esto lleva a pensar a los científicos que si Marte tuvo agua y desarrolló vida, ésta puede haberse mantenido en su subsuelo. De hecho, Mas Hesse ha recordado que existen evidencias de que cuevas de ese planeta albergan agua líquida y, por lo tanto, podrían acoger vida.

En este sentido, Ricardo Amils, miembro del Departamento de Planetología y Habitabilidad del CSIC, ha detallado que la vida que se ha encontrado en el subsuelo de Riotinto, son metabolismos unicelulares que se han penetrado por las fisuras de la roja y ha logrado desarrollarse a gran profundidad.

"Esto es muy positivo para nosotros porque, si alguna vez hubo vida en la superficie marciana, que probablemente ya se habría esterilizado a lo largo de los años, pudo haber migrado hacia el interior e incluso estar todavía activa, con lo cual la podríamos encontrar", ha puntualizado Mas Hesse.

"Semillas de vida" en cometas

El director del Centro de Astrobiología del CSIC ha abundado en que una de las hipótesis que se baraja es que "buena parte" de las "semillas de la vida" que llegaron a la Tierra lo hizo en cometas, que "si chocaron contra este planeta también lo hicieron contra Marte y contra todos los demás planetas".

Entre esos planetas que se baraja que puedan albergar vida, para Carlos Briones, miembro del Departamento de Evolución Molecular del CSIC, un candidato "muy bueno" es Europa, uno de los satélites de Júpiter, con su "enorme" océano bajo una capa de hielo de 20 kilómetros, que se cree que podría ser "rico" en sales y moléculas. "No tenemos ninguna evidencia, pero sería en principio un buen laboratorio para que la vida haya emergido ahí", ha aclarado Briones, quien también ha señalado como candidatos a otros satélites de Júpiter.

Ha destacado Ganímedes con sus capas de hielo y agua líquida en los que podría haber vida, al igual que en Titán que por su composición "se puede parecer a como era la Tierra en su origen" y al que se ha referido como una "especie de laboratorio de química prebiótica".
"Probablemente no haya vida ahora, pero si tenemos paciencia y esperamos unos cientos de millones de años y volvemos a Titán probablemente haya vida allí", ha apuntado Briones.

Estos serían los candidatos dentro del Sistema Solar, mientras que fuera, Mas Hesse ha detallado que se conocen unos 3.000 planetas, de los que se cree que un centenar podrían tener características "análogas" a las de la Tierra, aunque todavía no se ha localizado ninguno, ha puntualizado.

Fuentes: Rtve.es

13 de febrero de 2016

Un satélite capta la desaparición de un gigantesco lago en Bolivia

La Imágenes de 100 m de resolución tomadas el 27 de abril de 2014, el 20 de julio de 2015 y el 22 de enero de 2016, respectivamente - ESA
Las imágenes desde el espacio confirman la evaporación completa del Poopó, el segundo lago más grande del país, cerca del tamaño de Mallorca

El minisatélite Proba-V de la Agencia Espacial Europea (ESA), encargado de monitorizar la superficie de la Tierra diariamente, ha captado la desaparición del segundo lago más extenso de Bolivia, el Poopó. Las imágenes desde el espacio confirman la evaporación completa del lago en los últimos meses.

El lago salado Poopó ocupaba una depresión de la cordillera del Altiplano y cubría una superficie de 3.000 kilómetros cuadrados, cercano al de la isla de Mallorca. Sin embargo, la naturaleza superficial del lago, que poseía una profundidad media de solo 3 metros, unida al entorno árido montañoso, provocaban que fuese muy sensible a las fluctuaciones en el clima.

Su evaporación oficial se declaró en diciembre. Aunque no es la primera vez que el lago Poopó se evapora (la última fue en 1994), existe el temor de que tarde muchos años en rellenarse, en caso de que llegara a hacerlo. Mientras tanto, los pescadores locales se han quedado sin sustento y el ecosistema del lago se muestra enormemente vulnerable. El Lago Poopó está reconocido como humedal conservado bajo la Convención internacional Ramsar.

La evaporación se ha relacionado con varias causas, entre ellas las extracciones de las fuentes de agua de lago para minería y agricultura, la constante sequía provocada por el calentamiento del océano Pacífico a causa de El Niño y el cambio climático, según informa la ESA en un comunicado. La región azulada en la imagen de Proba-V de enero de 2016 muestra claramente salinas secas en la parte sur del lago.

Proba-V, lanzado el 7 de mayo de 201,3 es un satélite en miniatura de la ESA que desempeña una tarea a gran escala: cartografiar la cubierta terrestre y el crecimiento de la vegetación en todo el planeta cada dos días. El ancho de barrido transcontinental de 2.250 km que posee su cámara principal recoge la luz en las bandas de frecuencia azul, rojo, infrarrojo cercano e infrarrojo medio a 300 m de resolución y hasta 100 m de resolución en su campo de visión central.


Fuentes: ABC

15 de febrero de 2015

Las estrellas ayudan a rastrear basura espacial

Un equipo de investigadores del Real Instituto y Observatorio de la Armada (ROA), en Cádiz, ha desarrollado un método para seguir el movimiento de objetos geoestacionarios basándose en la posición de las estrellas, lo que puede ayudar a monitorizar la basura espacial. La técnica se puede aplicar con pequeños telescopios y desde lugares poco oscuros.


Fuentes: SINC

27 de enero de 2015

Calisto la luna de Jupiter con mas crateres

Jupiter’s cratered moon, Callisto

Calisto, es la segunda mayor luna de Júpiter, en una imagen tomada en mayo de 2001 por el satélite Galileo, de la NASA, que estudió el sistema de Júpiter de 1995 a 2003.

De aspecto similar a una pelota de golf, la superficie de Calisto está cubierta de marcas y cráteres, prueba de un pasado lleno de colisiones. De hecho Calisto es el cuerpo más craterizado de todo el sistema solar. Está hecho de roca y hielo a partes iguales: se cree que las zonas más brillantes son sobre todo hielo de agua, mientras que las manchas más oscuras son regiones más erosionadas de material rocoso con poco hielo.

Calisto es aproximadamente del mismo tamaño que el planeta Mercurio, pero con solo un tercio de su masa. Es la más externa de las cuatro lunas galileanas de Júpiter, que son Io, Europa, Ganímedes y Calisto. Su órbita está relativamente lejos de Júpiter en comparación con la de las otras tres lunas: a alrededor de 1,88 millones de kilómetros, unas 26 veces el radio del planeta mismo. Aunque esto no es inusual -nuestra Luna órbita la Tierra a una distancia 60 veces el radio de la Tierra-, lo importante es que Calisto está aislada de sus compañeras. Su vecina más próxima es Ganímedes, que está 800.000 Km más cerca de Júpiter.

Esta circunstancia hace que Calisto no experimente fuerzas de marea significativas por la influencia de Júpiter. Tampoco muestra signos algunos de procesos geológicos como volcanismo o tectónica de placas, como vemos claramente en las demás lunas galileanas. Calisto permanece relativamente intacta y es un testigo del sistema solar primigenio: su superficie es el terreno más antiguo del sistema solar, con una edad de 4.000 millones de años.

Esta imagen es la única completa, a todo color, de Calisto obtenida por el satélite Galileo, que ha proporcionado una gran cantidad de información sobre el sistema joviano. Además de enviar la primera sonda en la atmósfera de Júpiter, y medir la composición y dinámica de este gigante gaseoso, el satélite observó el volcanismo de Io, y envió a la Tierra datos que indican la existencia de un océano líquido en Europa, y estudió las propiedades de Ganímedes y Calisto. También fue testigo de la espectacular colisión del cometa Shoemaker–Levy 9 con Júpiter 1994.

El sistema joviano será visitado de nuevo dentro de no mucho tiempo. En 2016 el satélite de la NASA Juno llegará a Júpiter y empezará a enviar imágenes de los polos del planeta. Más tarde, la misión Juice de la ESA -JUpiter ICy moons Explorer-, que será lanzada en 2022, recorrerá el sistema para profundizar en nuestro conocimiento del sistema y en especial de las lunas.


Fuentes: ESA

17 de enero de 2015

CleanSat nuevas tecnologias para mantener limpias las orbitas bajas

El creciente problema de la basura espacial

Se suele decir que todo lo que sube tiene que bajar, pero cuando se trata de satélites, este principio se ha convertido en un requisito legal. Si no fuese así, las órbitas bajas podrían terminar siendo inutilizables a medida que se van llenando de fragmentos de basura espacial.

El próximo mes de marzo la industria espacial europea se reunirá para discutir cómo modificar el diseño de las misiones en órbita baja para cumplir con los requisitos que pretenden minimizar la generación de nuevos fragmentos de basura espacial.

Este encuentro está organizado por la iniciativa Clean Space de la ESA, dedicada a salvaguardar el medio ambiente terrestre y espacial. A lo largo de dos días los expertos evaluarán nuevas tecnologías que pretenden disminuir el número de satélites que terminan abandonados, mitigar el riesgo de chocar en órbita con fragmentos de basura espacial y reducir la amenaza que podría suponer una reentrada no controlada en la atmósfera terrestre.

Objetos detectables en órbita a la Tierra

“Este taller es un paso fundamental para involucrar a todo el sector espacial europeo en la definición de las estrategias a seguir para con los satélites en órbita baja”, explica Jessica Delaval, organizadora del evento por parte de la ESA.

“Las empresas tendrán la oportunidad de presentar sus desarrollos para mitigar la producción de basura espacial”.

Actualmente se pueden contar más de 12.000 fragmentos de basura espacial de más de 10 centímetros de diámetro en órbita a la Tierra, entre los que se encuentran satélites abandonados, etapas superiores agotadas y fragmentos de antiguas misiones – y todos ellos suponen un riesgo para la actividad espacial.

Los polos de la Tierra presentan el mayor riesgo de colisión en órbita

El número de fragmentos más pequeños, y por lo tanto imposibles de detectar, está en el orden de los millones: cientos de miles de trozos de 1 a 10 centímetros de diámetro y literalmente millones de partículas más pequeñas. A velocidad orbital, una tuerca de 1 centímetro puede golpear a un satélite con la fuerza de una granada de mano.

Las normas internacionales especifican que se debe minimizar el número de fragmentos que se abandonan en órbitas con alta densidad de tráfico, y especialmente en las órbitas bajas, fundamentales para las misiones de observación de la Tierra y para algunos tipos de satélites de telecomunicaciones, sin olvidar las naves tripuladas y la Estación Espacial Internacional.

En estas órbitas, que se extienden hasta una altitud de 2.000 kilómetros, los satélites se deben retirar en un plazo de 25 años tras el fin de su misión. Para ello, pueden descender hasta una altitud a la que la resistencia atmosférica fuerce su reentrada en la atmósfera o se pueden elevar hasta una ‘órbita cementerio’ con menor actividad.


En cualquier caso, estas medidas de mitigación tienen importantes repercusiones en el diseño de las nuevas misiones en órbitas bajas – cualquier elemento que se añada a la plataforma del satélite reduce la capacidad de transportar carga útil, que son los componentes encargados de cumplir los objetivos de la misión.

Esto significa que los satélites de menor tamaño son los que encontrarán más dificultades para cumplir con los requisitos de mitigación.

El encuentro que se celebrará en el centro tecnológico ESTEC de la ESA los días 17 y 18 de marzo de 2015 impulsará una postura común europea ante la mitigación de la basura espacial. A lo largo de estos dos días se repasarán los últimos avances en sistemas tanto activos como pasivos para retirar a los satélites de sus órbitas operacionales y se presentará el nuevo programa CleanSat de la ESA, que tiene como objetivo implementar las nuevas técnicas de mitigación en las plataformas de satélite convencionales.

En el siguiente enlace pueden encontrar más información sobre este evento, así como el formulario de inscripción.


Fuentes: ESA

19 de octubre de 2014

Lanzado el primer satélite artificial diseñado y ensamblado en Argentina

La ESA lanza el Airane 5 con el satélite Arsat-1 desde la Guayana Francesa. AFP PHOTO/ESA/ JM GUILLON
  • Se trata de un satélite de telecomunicaciones
  • Algunos componentes fueron fabricados en otros países
  • Su vida útil se estima en 15 años
Un cohete Ariane 5 ponía en la madrugada de este viernes en órbita el Arsat-1, el primer satélite artificial diseñado y ensamblado íntegramente en Argentina, aunque algunos de sus componentes han sido fabricados en otros países.

Se trata de un satélite de telecomunicaciones que desde una órbita geoestacionaria dará servicios de televisión, acceso a Internet, transmisión de datos, y telefonía vía Internet.




Esto hace que Argentina se haya convertido en el octavo país de todo el mundo capaz de construir satélites geoestacionarios; es el segundo, junto con los Estados Unidos, en toda América.

Los satélites geoestacionarios se sitúan a unos 36.000 kilómetros de la superficie de la Tierra, de tal forma que permanecen siempre sobre el mismo punto; en el caso del Arsat-1 su posición final será sobre Argentina, para dar servicio a este país y a algunos países vecinos como Chile, Paraguay y Uruguay, aunque su cobertura alcanza también las Islas Malvinas y la Antártida argentina.

Tiene 3,9 metros de alto por 16,4 de ancho con sus paneles solares extendidos, y una masa de casi tres toneladas.

Se espera que su vida útil sea de al menos quince años, aunque no sería de extrañar que durara más.


Carga científica

Aparte de los repetidores de radio para recibir, amplificar, y volver a transmitir las señales de comunicaciones, Arsat-1 disponía al final de algún espacio sobrante, que ha sido utilizado para tres experimentos científicos.

Estos son el MARE, Medidor Argentino de Radiación Espacial, que medirá electrones, protones y partículas alfa; el FOG, de Fluorescencia de Órbita Geoestacionaria, para medir la fluorescencia atmosférica; finalmente, el Arsat-1 medirá la degradación de sus propios paneles solares con el tiempo.

Aprovechando el lanzamiento

Junto con el Arsat-1 viajaba a bordo del Ariane 5 el Intelsat-30/DLA-1, otro satélite de telecomunicaciones que dará servicio a Latinoamérica.

Este ha sido el quinto lanzamiento de un Ariane 5 este año y el lanzamiento número 76 en toda su carrera.

Arianespace tiene como objetivo realizar un total de 12 lanzamientos este año sumando lanzamientos de Ariane 5, Soyuz, y Vega.


Fuentes: Rtve.es

25 de septiembre de 2014

Informe sobre el estado de los Galileo 5 y 6

Las órbitas de los Galileo, vistas desde arriba

Los satélites quinto y sexto de Galileo llevan en modo seguro desde el 28 de agosto, controlados desde el centro de la ESA en Darmstadt, Alemania, a pasar de haber sido colocados tras su lanzamiento el 22 de agosto en órbitas distintas de las esperadas -más bajas y elípticas en lugar de circulares-.

Pese a encontrarse en órbitas de inyección distintas de las planeadas se está investigando cómo explotar al máximo los satélites, dentro de su limitada capacidad de propulsión.

Vista lateral de las órbitas de los Galileo

Los distintos especialistas de la ESA, apoyados por la industria y por la agencia espacial francesa, CNES, están analizando los escenarios que permiten obtener el máximo valor del programa, y mantener tanto como sea posible los objetivos originales de la misión.

Los análisis y las consultas a la industria prosiguen. Se estudia una potencial 'órbita mejorada' en la que ambos satélites podrían proporcionar servicios operacionales.


Fuentes: ESA

29 de agosto de 2014

El centro espacial de Francia da por perdidos los satélites Galileo colocados en una órbita errónea

Impresión artística de un satélite Galileo en órbita.
Arianespace/ESA
  • No servirán para el sistema de navegación vía satélite
  • "Su órbita no es circular y no están en buena situación en un plano orbital", dice
  • Podrán servir para "efectuar pruebas de órbita y validar su funcionamiento"
Los satélites 5 y 6 del sistema de posicionamiento europeo Galileo, situados en una órbita errónea, no servirán para el mismo, según ha informado el representante francés en el proyecto y presidente del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) de Francia, Jean-Yves Le Gall.

Mientras la Agencia Espacial Europea (ESA) se muestra prudente sobre el uso de esos dos aparatos, posicionados el pasado viernes en una órbita errónea y con los que se tiene contacto desde Tierra, Le Gall fue mucho más taxativo al indicar que no servirán para el sistema de navegación vía satélite con el que Europa quiere hacer la competencia al GPS de Estados Unidos.

"No serán recuperables (para la navegación) porque su órbita no es circular como debería haber sido y por lo tanto no están en buena situación en un plano orbital. No podrán, por tanto, servir a la misión Galileo", ha indicado el exastronauta en una entrevista que este viernes publica la revista Usine Nouvelle.

Su órbita no es circular como debería haber sido y por lo tanto no están en buena situación
Asimismo, Le Gall ha señalado que, sin embargo, Doresa y Milena, que es como fueron bautizados, podrán servir para "efectuar pruebas de órbita y validar su funcionamiento".

Las consecuencias "serán limitadas"

El responsable del centro espacial francés ha indicado que "las consecuencias" de este error "serán limitadas", aunque puede provocar un retraso en los siguientes envíos de satélites de la constelación Galileo.

Para ello, ha señalado, es preciso que se conozcan lo antes posible los motivos del error, para poder continuar inmediatamente con el programa de lanzamiento, que prevé uno nuevo en diciembre próximo.

Galileo prevé estar constituido por 24 satélites, de los cuales seis son de repuesto, ha recordado Le Gall.

Primeras hipótesis

A la espera de conocer las primeras conclusiones de la comisión de investigación creada para analizar este error, previstas para el próximo día 8, Le Gall, que durante años presidió el consorcio de lanzaderas espaciales Arianespace, responsable del mismo, emitió sus primeras hipótesis.

"Los más probable es que la disfunción se produjera en el cuarto piso del Soyuz, llamado Fregat, que sitúa los satélites en su órbita definitiva tras dos impulsiones consecutivas. Por un motivo todavía desconocido, el segundo impulso no se dio en la buena dirección", ha explicado.
El segundo impulso no se dio en la buena dirección


Le Gall ha afirmado que el cohete ruso Soyuz no es el culpable del error, sino el sistema Fregat, concebido conjuntamente por rusos y europeos.

Para el presidente del CNES se trata "de un error de producción" que puede estar ligado a los problemas que atraviesa la industria espacial rusa en los últimos años.

"La comisión de investigación debe determinar si se trata de un elemento mal programado o de un equipamiento defectuoso", ha dicho.

Un enorme gasto de cosbustible

Ambos satélites, los primeros de serie del sistema tras los seis lanzados para pruebas iniciales, llevan combustible a bordo destinados a mantener su posición órbita, pero si cambiar la altura de una órbita ya exige un enorme gasto de combustible, cambiar la inclinación de esta aún tiene un consumo mayor.

No obstante, aunque lleven combustible suficiente, probablemente no merecería la pena, pues luego no tendrían forma de mantener su posición en la órbita deseada, o al menos no durante mucho tiempo.

Por eso lo más probable es que haya que construir y lanzar otros dos satélites que sustituyan a los lanzados el pasado viernes.


Fuentes: Rtve.es

24 de agosto de 2014

Los dos satélites Galileo lanzados el viernes presentan una anomalía en la órbita

Fotografía cedida por la Agencia Espacial Europea (ESA) que muestra el momento del lanzamiento del cohete Soyuz.

EFE




Hay "una diferencia entre la órbita alcanzada y la prevista" para Galileo FOC M1

Podría ser un fallo de propulsión del cohete o de su sistema de navegación

Son los dos primeros satélites operativos del dispositivo Galileo




Los dos satélites del sistema de navegación europea Galileo lanzados el viernes con un cohete Soyuz presentan una anomalía en la órbita con implicaciones todavía por determinar para su misión, según ha anunciado la Agencia Espacial Europea (ESA).

Arianespace, responsable del lanzamiento y puesta en órbita de los satélites, reconoció en un comunicado la pasada madrugada que las "observaciones complementarias recogidas tras la separación" del Soyuz "ponen en evidencia una diferencia entre la órbita alcanzada y la prevista" para Galileo FOC M1.

El consorcio europeo de cohetes había señalado horas antes que 3 horas y 47 minutos después del despegue de la lanzadera de la base de Kurú (en la Guayana francesa) a las 12:27 GMT, los satélites habían entrado en su órbita y que todo había transcurrido de acuerdo con lo programado.

La ESA, en otro comunicado, explicó que a la vista de la anomalía constatada la pasada noche, los equipos de los industriales y de las agencias implicadas "investigan las potenciales implicaciones para la misión".

El satélite bautizado como Milena, uno de los dos lanzados este viernes para el sistema Galileo. EFE

Ambos satélites están controlados

Asimismo, insistió en que ambos satélites están controlados de forma segura por su centro de operaciones en Darmstadt, en Alemania, y que habrá información sobre su estado "tras los análisis preliminares de la situación".

Un portavoz de Arianespace precisó a Efe que están "en una órbita más baja de la prevista" y, al ser interrogados sobre si eso respondía a un problema de falta de potencia de la lanzadera, lo negó.

El portavoz, en espera de explicaciones suplementarias que puedan ofrecerse al término de una reunión extraordinaria de analistas que debe celebrarse este sábado en Kurú, se limitó a ofrecer una comparación: "es como si un avión tuviera que aterrizar en París y aterrizara en Londres".
Es como si un avión tuviera que aterrizar en París y aterrizara en Londres


El astronauta de la ESA Jean-François Clervoy, en una entrevista con la emisora France Info, barajó dos posibilidades como origen del problema: un fallo de propulsión del cohete o de su sistema de navegación, que no lanzó los satélites en el momento apropiado.

Clervoy dijo que es un tipo de incidentes que ocurren: "hemos tenido problemas similares en el pasado. En todos los casos, eso no altera la función de navegación", puesto que esa función se regula a partir de la situación precisa del satélite y su reajuste es una cuestión de "días, semanas o meses".

Son los primeros satélites operativos

Con un peso de 714,3 y 715,3 kilos, respectivamente, y cuatro relojes atómicos cada uno, de los más precisos entre los enviados al espacio, son los dos primeros satélites operativos del dispositivo Galileo, que se vienen a sumar a cuatro experimentales puestos en órbita en 2011 y 2012.

Tendrían que haber sido puestos en órbita el pasado año, pero los numerosos retrasos que ha sufrido el programa pospuso esa operación hasta ahora. Y las anomalías actuales podrían posponer su entrada en servicio a partir del otoño, según lo anticipado.

La constelación final de este sistema europeo de navegación por satélite comprenderá 24 que, de acuerdo con el programa de la ESA, tendrían que estar listos en 2017 y a los que se sumarán otros seis de repuesto.

Para que eso ocurra, otros cuatro cohetes Soyuz debían lanzar dos satélites cada uno en los próximos meses. Además, a partir de 2015, tres cohetes Ariane-5 se debían encargar de lanzar cuatro satélites cada uno.

Una inversión de 13.000 millones de euros

La Comisión Europea (CE) ha invertido unos 13.000 millones de euros en el programa Galileo (ideado en 1998, pero que desde entonces ha sufrido retrasos y sobrecostes), aunque parte de ese presupuesto le corresponde al predecesor, Egnoss, que entró en servicio en 2009 y perfecciona la exactitud del GPS.

Con esta inversión estratégica, Europa pretende dotarse de un sistema de navegación propio que permita una señal de uso civil más precisa que la que ofrece el GPS estadounidense (con un detalle de un metro, en lugar de cinco).

Para el usuario corriente que recurre a los servicios gratuitos, eso no tendrá muchas consecuencias, más allá de una mejor señal en zonas de sombra.

Sin embargo, con Galileo se pretende dar pie a nuevas aplicaciones profesionales que necesitan mayor precisión (como el posicionamiento de aviones, trenes o coches de conducción automática) y que, al ser de pago abren la perspectiva para rentabilizar la inversión.


Fuentes: Rtve.es

4 de julio de 2014

Lanzado con Éxito el Satélite OCO-2 de la NASA

Momento del despegue del cohete Delta II con el satélite OCO-2 a bordo. Image Credit: NASA

La primera nave espacial de la NASA dedicada a medir los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera de la Tierra fue lanzado el 2 de Julio a las 9:56 GMT desde la Base de la Fuerza Aérea de Vandenberg, en California. El Observatorio Orbital de Carbono-2 (OCO-2) proporcionará una imagen más completa y global de las fuentes de dióxido de carbono naturales y humanas, así como sus "sumideros", los procesos naturales del océano y de la tierra por los que este gas sale fuera de la atmósfera y queda almacenado. El dióxido de carbono, un componente crítico del ciclo del carbono de la Tierra, es el principal gas de efecto invernadero de origen humano.

"El dióxido de carbono juega en la atmósfera un papel fundamental en el equilibrio energético de nuestro planeta y es un factor clave en la comprensión de cómo está cambiando nuestro clima", dijo Michael Freilich, director de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA en Washington. "Con la misión OCO-2, la NASA contribuye a una nueva e importante fuente de observaciones globales para el reto científico de comprender mejor nuestra Tierra y su futuro."

OCO-2 será lanzado a bordo de un cohete United Launch Alliance Delta II y operará a 705 kilómetros de altitud en una órbita casi polar. Se convertirá en el satélite principal de una constelación de otros cinco satélites internacionales de vigilancia de la Tierra que orbitarán cada 99 minutos, cruzando el ecuador cada día, permitiendo así una amplia gama de observaciones casi simultáneas de la Tierra. OCO-2 está diseñado para funcionar durante al menos dos años.

La nave espacial mostrará la distribución geográfica mundial de fuentes y sumideros de dióxido de carbono y permitirá a los científicos estudiar los cambios en el tiempo de manera más completa que se pueden hacer con los datos existentes. Desde 2009, los científicos han estado preparando el terreno para OCO-2 mediante el aprovechamiento de las observaciones del satélite japonés GOSAT. OCO-2 sustituye a una nave espacial de la NASA casi idéntica perdida a causa de un fallo del cohete en febrero de 2009.

Con aproximadamente 400 partes por millón, el dióxido de carbono en la atmósfera se encuentra ahora en su nivel más alto en al menos los últimos 800.000 años. La quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas están actualmente añadiendo cerca de 40.000 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera cada año, produciendo una acumulación sin precedentes en este gas de efecto invernadero.

Los gases de invernadero atrapan el calor del sol dentro de la atmósfera de la Tierra, calentando la superficie del planeta y ayudando a mantener las temperaturas habitables desde los polos al ecuador. Los científicos han concluido que el aumento de dióxido de carbono de las actividades humanas, por la quema de combustibles fósiles y la deforestación en particular, ha desvirtuado el ciclo natural del carbono de la Tierra, provocando un aumento de las temperaturas superficiales globales y el cambio climático de nuestro planeta.


Fuentes: La NASA

21 de junio de 2014

Satélites confirman el debilitamiento del campo magnético de la Tierra

Los primeros resultados de la misión Swarm, el grupo de tres satélites lanzados en noviembre por la Agencia Espacial Europea (ESA), confirman la tendencia general sobre el debilitamiento del campo magnético terrestre.

Los primeros resultados de la misión Swarm, el grupo de tres satélites lanzados en noviembre por la Agencia Espacial Europea (ESA), confirman la tendencia general sobre el debilitamiento del campo magnético terrestre.

Según aseguraron este jueves los responsables del proyecto en una conferencia organizada por la ESA en Copenhague, el debilitamiento es mayor en el hemisferio occidental, aunque en otras áreas como el Índico sur se ha producido el fenómeno contrario.

Las medidas registradas por Swarm desde enero pasado confirman también el desplazamiento progresivo del Polo Norte magnético hacia Siberia.

Los expertos reunidos en Copenhague estimaron que en un plazo de entre 5.000 y 10.000 años habrá una inversión en el campo magnético, un fenómeno que se ha producido varias veces antes en la historia del planeta, la última hace 780.000 años.

Nils Olsen, uno de los científicos al frente del proyecto, calificó de "excelentes" los datos preliminares aportados por la misión, aunque resaltó a Efe que ha pasado "demasiado poco tiempo" para sacar conclusiones más amplias sobre las mediciones de la operación, que durará cuatro años, y sus aplicaciones.

Las alteraciones detectadas en los primeros resultados de Swarm están basadas en señales magnéticas del núcleo terrestre.

Para las próximas observaciones se incluirán también otras fuentes de medición como el manto, la corteza, los océanos, la ionosfera y la magnetosfera, lo que permitirá un mayor conocimiento de diversos procesos naturales.

La misión Swarm despegó del cosmódromo de Plesetsk (Rusia) en noviembre para estudiar los procesos en el interior de la Tierra, comprender mejor su campo magnético y por qué se está debilitando esta burbuja que protege el planeta de la radiación cósmica y las partículas cargadas que llegan a través del viento solar.

La misión, que usa tecnología europea y canadiense, tiene también como objetivo aplicaciones prácticas, como mejorar la precisión de los sistemas de navegación por satélite y la predicción de terremotos o hacer más eficaz la extracción de recursos naturales.

Los datos científicos -abiertos a toda la comunidad investigadora- se descargarán a través de la estación de seguimiento de Kiruna (Suecia) y se procesarán, distribuirán y archivarán en el Centro para la Observación de la Tierra de la ESA en Frascati (Italia).

Fuentes: El Universo, EFE

El Mundial en directo desde el espacio

El Mundial de Fútbol es un evento planetario. Millones de aficionados podrán disfrutar de este acontecimiento en directo. Se calcula que unos 3.200 millones de personas seguirán el Mundial a través de la televisión.
Eso significa que casi la mitad del planeta estará pendiente de lo que pase en los 12 estadios que Brasilha habilitado para la ocasión.




Martin Halliwell, director General de Tecnología, SES asegura que “el Mundial es un reto para los operadores de satélites.”

Xavier Lobão, jefe de proyectos en Telecomunicaciones, ESA, dice que “poco importa la tecnología que usen los hogares para recibir la señal, los satélites son ineludibles.”

El Mundial es retransmitido a través de lo que los operadores de satélites como SES denominan “transmisión ocasional”.

Es el nombre que recibe el ancho de banda asignado para la cobertura de eventos en directo, en paralelo a la capacidad de difusión habitual.

“El Mundial domina toda la capacidad de transmisión satelital en países como Brasil. Con una buena planificación podríamos haber aumentado esa capacidad, hace dos años, pero, en realidad, las posibilidades actuales son muy limitadas, teniendo en cuenta, además, que toda esa capacidad es absorbida por el Mundial a diario”, explica Richard Lamb, jefe de Operaciones ocasionales, SES.

El hecho de que los campos de fútbol se encuentren en zonas remotas de Brasil ha incrementado esta demanda de tecnología satelital.

Martin Halliwell, director General de Tecnología, SES asegura que “cada una de las etapas lleva medio segundo. Transcurren unas décimas de segundo antes cuando se comienza a procesar la señal. Así que si alguien mete un gol en Río, los telespectadores de Siberia lo verán con uno o dos segundos de desfase.”

Entre los más importantes se encuentran dos europeos, Eutelsat que opera 37 satélites y SES, con una flota de 55.

El Satélite Amazonas 1 de Hispasat es un eslabón clave en la cadena de difusión de este Mundial.

La Agencia Espacial Europea, también, ha aportado su tecnología para la retransmisión de este evento.

Xavier Lobao asegura que “están trabajando con satélites más ligeros, satélites más eficientes, que permiten trabajar con más equipos, más antenas, antenas más grandes. Así que, básicamente, sin tener que cambiar los televisores, por muy básicos que sean, y con un mínimo de antenas, solo cambiando el descodificador, tal vez, estemos en condiciones de recibir las imágenes con la mayor calidad posible.”

Por primera vez, algunos partidos de este Mundial serán grabados con tecnología Ultra HD.

Thomas Wrede trabaja en ello para el operador luxemburgués SES: “Estamos probando receptores satélites nuevos, una tecnología puntera, así como guías electrónicas de programas. La última adquisión de nuestra sala de pruebas es esta pantalla plana de 84” donde probamos, básicamente, la calidad y recepción de señales Ultra HD”.

Thomas Wrede, responsable de sistemas de recepción, SES: “Hemos desarrollado un protocolo denominado conexión a internet satelital que permite visualizar el directo en tu tableta, por ejemplo, incluso en tu portátil, conectándose a través de la red wifi de casa.”

Poco importa el dispositivo con el que veamos el Mundial, estaremos conectados a satélites situados a 36.000 kilómetros, en el espacio.

Ellos siguen una órbita geoestacionaria, dirigidos hacia un área específica del planeta y se nutren de energía solar para amplificar las señales.

“La vida del satélite en órbita es difícil. Vive en un entorno muy hostil, el espacio es muy frío, hay una gran cantidad de radiación, de efectos gravitatorios que le afectan. Así que todo tiene que ser tomado en cuenta”, explica Martin Halliwell. “Los satélites en posición geoestacionaria dirigidos hacia Europa, al seguir su órbita, son arrastrados hacia el norte por los efectos gravitacionales de la Luna y, hacia el este, debido a la atracción que supone la concentración de masa del Himalaya”, explica.

A pesar de este ambiente adverso, los satélites tienen una media de vida de 15 años.

Pueden transmitir cualquier tipo de imagénes de televisión.

Xavier Lobão, ESA: “Creo que con los avances en la tecnología portátil, en el futuro, los futbolistas serán equipados con cámaras.En ese caso podremos ver como juega un delantero desde su punto de vista cuando esté atacando o si hay un penalti o un tiro libre, podré verlo tal y como lo ve el portero.”

Enlaces de interés:
Fuentes: Euronews

4 de junio de 2014

Aficionados logran contactar con una nave espacial perdida durante 15 años

NASA
La sonda fue lanzada hace 36 años para estudiar el viento solar

El grupo ya ha recibido las primeras señales e intentará tomar el control de la sonda de la NASA en los próximos días

Un grupo de aficionados ha logrado ponerse en contacto con una vieja nave de la NASA lanzada al espacio en 1978 y abandonada a su suerte desde hace más de quince años tras terminar su misión. El objetivo del grupo es conseguir tomar el control de la sonda y traerla a la vida útil cuando pase cerca de la Tierra el próximo agosto.

El equipo ha realizado ya el primer contacto con la nave, llamadaExplorador Internacional Sol-Tierra (ISEE-3), tras enviar una señal desde el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico. «Sabíamos que podíamos hacerlo, es una reivindicación», dice Keith Cowing, codirector del proyecto, en la web de la revista Science. «Es algo así como viajar hacia atrás en el tiempo para recuperar algo que de otro modo se habría perdido», añade.

Los voluntarios, entre los que se encuentran amantes de la ciencia, estudiantes y jubilados de la NASA, pretenden ahora conseguir los datos de telemetría de la nave espacial. En los próximos días, tratarán de conocer cuál es el auténtico estado de la nave y sus trece instrumentos científicos. Si todo va bien, intentarán utilizar el combustible restante para mover la sonda a una nueva órbita. Entonces emplearán un segundo radiotelescopio, un antena de 21 metros en la Universidad Estatal de Morehead en Kentucky, para seguir la nave con más facilidad a medida que se acerca a la Tierra.

La ISEE-3 fue lanzada en 1978 para estudiar cómo la corriente de partículas cargadas que fluye desde el Sol, el viento solar, actúa sobre el campo magnético de la Tierra. Tras completar su misión, la sonda vigiló al famoso cometa Halley en su visita de 1986. Después, se dedicó a investigar las eyecciones de masa coronal, las más intensas que se producen en el Sol.

La NASA desactivó la nave en 1997, dejándola a su suerte, aunque su transmisor no fue desconectado, lo que ha permitido volver a encontrarla a pesar de su débil señal. Entonces, su órbita cementeriola situaba a unos 45 millones de km de nuestro planeta. Se acerca poco a poco, produciéndose el máximo el próximo 10 de agosto. Ese día la señal será 10.000 veces más fuerte.

Para realizar el proyecto, los aficionados han recurrido alcrowdfunding, una forma alternativa de financiación colectiva, con la que han recaudado más de 150.000 dólares.


Fuentes: ABC.es

18 de abril de 2014

El satélite de la ESA Sentinel-1A envía sus primeras imágenes de la Tierra

Sentinel-1A ha captado una imagen de 80 km de Bruselas. ESA
- Las imágenes son de Bruselas, Namibia y la Antártida- El Sentinel-1A enviará información completa dentro de tres meses- El satélite de la ESA forma parte de una misión de observación de la Tierra
El satélite de la Agencia Espacial Europea Sentinel-1A, que fue lanzado con éxito el pasado 3 de abril, ha enviado sus primeras imágenes de radar de la Tierra. Concretamente, imágenes de Bruselas (Bélgica), de inundaciones en Namibia (África) y de la Antártida.

La primera imagen, de Bruselas, fue captada el 12 de abril, un día después de que el satélite alcanzara su altitud operacional, en la que demuestra el potencial de su radar de 12 metros, según ha informado la ESA.

Asimismo, la agencia espacial ha informado de que el Sentinel-1A aún no se encuentra en su órbita de operaciones ni está calibrado para proveer datos reales. Estas tareas se llevarán a cabo los próximos tres meses, aunque las primeras imágenes son un adelanto de la información que llegará en un futuro.

Península antártica vista desde Sentinel-1A ESA







Primeras imágenes

Sentinel-1A captó un radio de 80 kilómetros del entorno urbano de Bruselas, hasta Amberes. Este tipo de imágenes, indica la ESA, se pueden utilizar para hacer el planeamiento de las ciudades, entre otros.

La imagen correspondiente a Namibia muestra las inundaciones provocadas por el río Zambezi. Aunque es una primera incursión en este tipo de instantáneas, los satélites de la ESA proveerán mapas detallados en caso de situaciones de emergencia y desastres.

La misión europea también monitorizará glaciares como los captados de la Antártida, en los que se observan las condiciones del hielo marino.

Programa de observación de la Tierra

El proyecto Copérnico es un programa conjunto entre la UE y la ESA formado por seis satélites coordinados y sensores en tierra y en aviones que observarán el medio ambiente en todas sus facetas.

Imágenes de inundaciones en Namibia.ESA






De momento se ha puesto en órbita el primero de ellos, a 693 kilómetros de la Tierra, mientras que está previsto que el Sentinel-1B se lance en 2015.

Esta misión tiene previsto mejorar numerosos servicios, como medir la extensión de hielo en el Ártico; el mapeo rutinario del hielo marino; la vigilancia del medio marino -incluyendo derrames de crudo y detección de navíos-; la monitorización de movimientos en la superficie terrestre; la gestión del suelo, el agua y las selvas.

Los satélites también serán decisivos para facilitar las labores de los equipos de ayuda humanitaria y de respuesta ante desastres naturales, distribuyendo mapas actualizados de las zonas afectadas y el apoyo en emergencias humanitarias.

Cuando el resto de satélites esté en órbita, cubrirán el planeta completo cada seis días, y transmitirán sus datos a estaciones de tierra distribuidas por todo el mundo.


Fuentes: Rtve.es

1 de marzo de 2014

El primer satelite del programa Copernico ya se encuentra en el centro de lanzamiento

Llegada de Sentinel-1 a la Guayana Francesa

El satélite radar Sentinel-1A ya se encuentra en el Puerto Espacial Europeo, en la Guayana Francesa, donde se preparará para su lanzamiento el próximo día 3 de abril.

Este satélite comenzará una nueva era en el campo de la observación de la Tierra, dando prioridad a las misiones operacionales de apoyo a los usuarios durante las próximas décadas.

Esta primera misión transporta un radar avanzado que permite observar la superficie de la Tierra a través de las nubes y de la lluvia, sin importar si es de día o si es de noche.

Sentinel-1




El satélite llegó al aeropuerto de Cayena a bordo de un avión de transporte Antonov y fue recibido por una intensa lluvia – algo bastante simbólico, ya que las precipitaciones no afectarán a la capacidad de observación de este satélite.

A pesar del mal tiempo, los técnicos del Puerto Espacial Europeo y de Thales Alenia Space y la tripulación del Antonov descargaron los contenedores en la Guayana Francesa.

“Fue fantástico ver a nuestro ‘bebé’ llegar sano y salvo, y todo el equipo trabajó de forma eficiente para desembarcar el preciado cargamento”, comenta Svein Lokas, responsable de la campaña de lanzamiento para la ESA.

Descargando a Sentinel-1




“Ahora estamos deseando desembalar el satélite y empezar a prepararlo para su viaje al espacio dentro de unas pocas semanas”.

Tras desembarcar del avión, el convoy fue escoltado a través de Cayena hasta el complejo de lanzamiento en Kourou.

Lanzamiento de Sentinel-1 a bordo de un Soyuz







Sentinel-1A permanecerá en su contenedor varios días para estabilizarse tras su largo viaje. Luego se trasladará al edificio conocido como ‘High Bay’, donde se desembalará y se someterá a una campaña de ensayos antes de su integración con el lanzador Soyuz que lo llevará al espacio.

Una vez en órbita, esta nueva misión proporcionará datos fundamentales para una larga serie de servicios, que abarcan desde el estudio del hielo en los océanos polares a la monitorización de la subsidencia del terreno.

Sentinel-1 también ha sido diseñado para responder de forma rápida en caso de emergencia o catástrofe natural, monitorizando inundaciones o terremotos.


Fuentes: ESA

22 de febrero de 2014

Plato, el telescopio espacial de la ESA que descubrirá planetas extrasolares a partir de 2024

Impresión artística del nuevo telescopio espacial Thales Alenia Space
- Observará estrellas brillantes para encontrar los planetas que orbiten a su alrededor- Trabajará en colaboración con telescopios terrestres- Con toda probabilidad será capaz de detectar planetas similares a la Tierra
La Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de confirmar que su tercera misión de tipo medio, también conocida como M3, será el telescopio espacial Plato.

Con un lanzamiento previsto para 2024 a bordo de un Soyuz desde el puerto espacial de Kourou el objetivo de Plato es descubrir planetas extrasolares, con especial énfasis en planetas similares a la Tierra, tomando en cierta medida el relevo del Corot.

Tres métodos de detección
Para ello contará con 34 telescopios y otras tantas cámaras que le permitiránobservar hasta un millón de estrellas repartidas por nuestra galaxia.

A diferencia del Kepler, otro observatorio espacial dedicado a la detección de planetas extrasolares, que durante toda su misión miró el mismo segmento del cielo, Plato observará hasta siete segmentos distintos, aunque dos de ellos serán los principales a los que dedique tres y cinco años respectivamente; los otros segmentos serán observados durante periodos de entre dos y cinco meses.

El método que usará Plato, cuyo nombre viene de PLAnetary Transits and Oscillation of stars, Tránsitos Planetarios y Oscilaciones de las Estrellas, será el de detectar las bajadas en el brillo de las estrellas que provoca el paso por delante de ellas de los planetas que las orbitan, conocido como el método de los tránsitos.

Pero Plato será también capaz de analizar la sismología de las estrellas que observe, algo que permite determinar con bastante certeza su radio, su masa, y su edadestudiando las variaciones en su brillo que producen las ondas que recorren su superficie.

Poder determinar las características de la estrella con mucha precisión permite a su vez determinar con mucha precisión el tamaño de los planetas que la orbitan.

Plato se centrará además en estrellas muy brillantes que podrán ser observadas por telescopios terrestres, con lo que combinando sus observaciones con las que estos telescopios obtengan mediante el método de velocidades radiales se podrá afinar aún más el cálculo de la masa y radio de los exoplanetas que detecten, lo que a su vez permitirá inferir su densidad y composición.

Plato estará en órbita alrededor del punto de Lagrange L2, igual que el recientemente lanzado Gaia.

Visión Cósmica
La misión Plato se integra dentro del programa de ciencia conocido como Visión Cósmica de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Forman ya parte de este CHEOPS, la misión S1; el Solar Orbiter y Euclid, que son las misiones M1 y M2; y JUICE, de Jupiter Icy Moons Explorer, que es la misión L1, y las misiones L2 y L3, que aunque aún no han sido bautizadas se sabe que serán un observatorio de rayos X y uno de ondas gravitatorias. respectivamente.

Como el presupuesto no da para todo, por el camino se van quedando otras misiones candidatas, como en este caso EChO, que habría sido un telescopio para analizar la atmósfera de los planetas extrasolares de gran tamaño; LOFT, un telescopio de rayos X menos ambicioso que el que ha sido escogido para la misión L2; Marco-Polo-R, una sonda que traería a la Tierra muestras tomadas en un asteroide, y STE-QUEST, una misión para el estudio del misterio de los sobrevuelos planetarios.


Fuentes: Rtve.es