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22 de julio de 2017

Descubren un exoplaneta gigante orbitando una estrella variable

Crédito: Universidad de Keele

Un grupo de investigadores de la Universidad de Keele (Reino Unido) ha descubierto un exoplaneta gigante, perteneciente a una clase conocida como “Júpiter Caliente”. El descubrimiento se realizó con observaciones realizadas por el sistema de observación astronómica KELT y el programa de detección WASP.

El exoplaneta, nombrado WASP-167b/KELT-13b, es varias veces más masivo que Júpiter y orbita a su estrella una vez cada dos días. La estrella anfitriona, WASP-167/KELT-13, es una de las estrellas más calientes que se conoce que albergue un exoplaneta de este tipo. Está ubicada a una distancia de 381 años luz de la Tierra.

Entre el 2006 y el 2013 se realizaron observaciones de la estrella, utilizando los equipos de detección de WASP y KELT. Durante este periodo se detectaron pulsaciones estelares, que son esencialmente expansiones y contracciones de las capas exteriores de la estrella. Observaciones posteriores en el 2016 y 2017 confirmación la existencia del exoplaneta gigante.

WASP-167-KELT 13 es una estrella delta-Scuti o gamma-Dor variable. Se piensa que sus pulsaciones podrían estar siendo provocadas por el exoplaneta WASP-167b/KELT-13b, debido a la distancia reducida que existe entre los dos objetos.
Fuente: Keele University

Descubren a la estrella más pequeña que se conoce



Un grupo de astrónomos de la Universidad de Cambridge ha descubierto la estrella más pequeña que se conoce. Es un poco más grande que Saturno y su atracción gravitacional es 300 veces más fuerte que la de la Tierra.

Este tipo de estrellas pequeñas y tenues son las mejores candidatas para albergar exoplanetas del tamaño de la Tierra. Por ejemplo, recientemente se descubrió que la estrella TRAPPIST-1 está siendo orbitada por siete exoplanetas similares a la Tierra en tamaño.

La estrella recién descubierta es conocida como EBLM J0555-57Ab y se encuentra a 600 años luz de distancia de la Tierra. Forma parte de un sistema binario y fue identificada después realizar un tránsito frente a su compañera estelar más grande. La identificación fue realizada por WASP, un “cazador” de exoplanetas administrado por las universidades de Keele, Warwick, Leicester y St. Andrews.

La masa de EBLM J0555-57Ab es similar a la de TRAPPIST-1, pero tiene un radio 30% menor. La masa de la estrella fue estimada con el método del “corrimiento Doppler”, el cual ocurre cuando una estrella se bambolea debido a la atracción gravitacional de un objeto en órbita, en este caso otra estrella.

Las estrellas con masas inferiores a la del Sol son las más numerosas en el Universo, pero también son las menos estudiadas debido a que son más difíciles de detectar por su tamaño y brillo reducido.

Fuente: University of Cambridge

15 de julio de 2017

La posibilidad de hallar vida en el sistema TRAPPIST-1 es menor de lo que se pensaba

Impresión artística de la vista desde la superficie de uno de los planetas del sistema TRAPPIST-1. EFE ESO

El hallazgo de tres posibles planetas con vida en este sistema fue sorprendente

Su estrella emite una alta radiación ultravioleta y potentes chorros magnéticos

Sus efectos son destructivos para la atmósfera de los planetas que la orbitan


El sistema TRAPPIST-1, tres de cuyos siete planetas están en la zona de habitabilidad, presenta características que "hacen mucho menos probable de lo que generalmente se creía" que alguno de ellos pueda sustentar vida, según dos informes publicados este jueves.

El descubrimiento de TRAPPIST-1 causó gran expectación cuando fue anunciado el pasado febrero, por tratarse de un sistema de siete planetas de masa similar al nuestro y posiblemente rocosos, tres de los cuales se encuentran en la zona habitable, lo que supone que pueden tener agua líquida.




Sin embargo, el comportamiento de ese sistema "hace mucho menos posible de lo que generalmente se creía que los planetas que lo forman pudieran sustentar vida", señala un comunicado del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (EE.UU.).

Radiación ultravioleta mayor que en la Tierra

La estrella de TRAPPIST-1, una enana roja, es mucho más tenue y menos masiva que nuestro Sol, su rotación es rápida y genera destellos energéticos de radiación ultravioleta.

El responsable de uno de los equipo Manasvi Lingam indicó que "el el concepto de zona habitable está basado en si la órbita de un planeta se encuentra a una distancia de la estrella en la que puede darse el agua en estado líquido", sin embargo este "es solo un factor para determinar si un planeta puede albergar cualquier tipo de vida".

Los investigadores analizaron muchos factores para saber cómo podrían afectar las condiciones de la estrella en la superficie de los planetas, entre ellos la temperatura o las radiaciones ultravioletas.

Los resultados señalaron que los planetas del sistema TRAPPIST 1 estarían bombardeados por una cantidad de radiación ultravioleta de una intensidad mucho mayor que la experimentada en la Tierra.

"Debido a la embestida de la radiación, nuestros resultados indican que la atmósfera de los planetas sería en gran parte destruida", lo que afecta de manera negativa "las posibilidades de que se forme vida en ellos o que pueda persistir", explicó el profesor Avi Loeb, del mismo equipo.

Ambos expertos estiman que la posibilidad de que pueda haber vida compleja es menos del 1% de la que existe en la Tierra.

Chorros de partículas de gran presión

La estrella que forma el sistema presenta otra amenaza para la vida y está relacionada con los campos magnéticos, según otro estudio de la estadounidense Universidad de Massachusetts.

Y es que la estrella expulsa al espacio exterior chorros de partículas, pero lo hace con una presión de 1.000 a 100.000 veces mayor que la que ejercen los vientos solares sobre la Tierra.

Los astrónomos consideran que el campo magnético de la estrella se conectaría con los de cualquier planeta que la orbite, permitiendo a las partículas de los vientos solares llegar directamente a las atmósferas planetarias, lo que puede provocar su evaporación.

El campo magnético de la Tierra actúa como un escudo contra los posibles daños provocados por el viento solar, recordó la directora del segundo estudio Cecilia Garraffo. Pero si la Tierra estuviera "mucho más cerca del Sol -como es el caso en TRAPPIST-1- y sometida a las embestidas de las partículas que expulsa, el escudo de nuestro planeta se rompería bastante rápido".

No descartan la vida en los sistemas de estrella roja enana

Aunque ambos estudios sugieran que la posibilidad de vida puede ser "menor de los que previamente se había pensado, eso no significa que el sistema TRAPPIST-1 u otros con una estrella roja enana estén exentos de vida", señala la nota.

"Indudablemente no estamos diciendo a la gente que debería dejar de buscar vida alrededor de las estrellas enanas rojas", indicó Jeremy Drake, coautor del estudio de la Universidad de Massachussetts, "pero nuestro trabajo y el de nuestro colegas indica que deberíamos también centrarnos en todas las estrellas que se pueda que sean más parecidas al Sol".

Fuentes: RTVE

25 de junio de 2017

TRAPPIST-1 resulta especialmente propicio para la propagación de vida entre planetas

Los planetas potencialmente habitables, TRAPPIST-1e, TRAPPIST-1f y TRAPPIST-1g, están muy cerca entre sí. NASA
  • Sus tres planetas potencialmente habitables están muy cerca entre sí
  • La vida podría haber pasado de uno a otro mediante transferencia rocosa
  • Los investigadores esperan saber en la próxima década si albergan vida
Los tres planetas potencialmente habitables en el sistema TRAPPIST-1 pueden ser moradas aún más prometedoras para la vida de lo que los científicos habían pensado.

Estos tres mundos alienígenas estrechamente dispuestos en torno a su estrella pueden intercambiar material mucho más fácilmente que los planetas del sistema solar de la Tierra, lo que significa que pueden haberse sembrado unos a otros con los bloques de construcción de la vida, o tal vez incluso la vida misma, sugiere un nuevo estudio.

TRAPPIST-1e, TRAPPIST-1f y TRAPPIST-1g están muy cerca entre sí. El planeta g orbita a sólo 1,2 millones de kilómetros más allá del planeta f, cuya órbita está sólo 1,33 millones de kilómetros más distante que la del planeta e.

"Nuestro trabajo aborda la posibilidad de que la vida en uno de estos planetas se puede propagar a los otros a través de la transferencia de material rocoso", escribieron Manasvi Lingam y Avi Loeb en el estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences. "Concluimos que este proceso tiene una alta probabilidad de ser operativo, lo que implica que este sistema planetario puede poseer múltiples planetas que expanden vida".

En febrero de 2017 se anunció el descubrimiento de la estrella TRAPPIST-1, con siete planetas rocosos con masas y radios similares a los de la Tierra, de los cuales al menos tres de ellos pueden ser capaces de soportar la vida.

Probable panspermia interplanetaria

Estos científicos presentan un modelo simple para estimar la probabilidad de la panspermia interplanetaria en el sistema recién descubierto. Encuentran que la panspermia es varias órdenes de magnitud más probable que ocurra en el sistema TRAPPIST-1 comparado con el caso de la Tierra a Marte. Como consecuencia, argumentan que la probabilidad de abiogénesis se incrementa en los planetas TRAPPIST-1 en comparación con el sistema solar.

"Mediante la adopción de modelos de la ecología teórica, mostramos que el número de especies transferidas y el número de planetas que llevan vida también es probable que sean mayores debido al aumento de las tasas de inmigración", señalan. En este sentido, proponen métricas de observación para evaluar si la vida fue iniciada por la panspermia en múltiples planetas en el sistema TRAPPIST-1. Estos resultados también son aplicables a exoplanetas habitables en otros sistemas planetarios.

Fuentes: RTVE

23 de junio de 2017

El Telescopio Espacial Kepler Añade 219 Candidatos a Planetas



El equipo del Telescopio Espacial Kepler de la NASA ha publicado un catálogo de la misión de candidatos a planetas que presenta a 219 nuevos candidatos a planetas, 10 de las cuales son cercanos en tamaño a la Tierra y se encuentran orbitando en la zona habitable de su estrella, que es el rango de distancia de una estrella donde el agua podría permanecer líquida en la superficie de un planeta rocoso.

Esta es la versión más completa y detallada del catálogo de candidatos a exoplanetas, que son planetas fuera de nuestro sistema solar, a partir de los datos recabados por Kepler en los cuatro primeros años.

Con el lanzamiento de este catálogo, derivado de los datos a disposición del público en el Archivo de Exoplanetas de la NASA , en la actualidad hay 4.034 candidatos a planetas identificados por Kepler, de los cuales, 2.335 se han verificado como exoplanetas. De aproximadamente 50 candidatos del tamaño cercano a la Tierra en la zona habitable detectados por Kepler, más de 30 han sido verificados.

Además, los resultados utilizando datos de Kepler sugieren dos agrupaciones distintas de pequeños planetas. Ambos resultados tienen importantes implicaciones para la búsqueda de vida. El catálogo final de Kepler servirá como base para más estudios para determinar la prevalencia y la demografía de los planetas de la galaxia, mientras que el descubrimiento de las dos poblaciones planetarias demuestra que aproximadamente la mitad de los planetas que conocemos en la galaxia, o no tienen superficie, o se encuentran aplastados bajo una atmósfera profunda - un entorno poco probable para albergar vida.

Los hallazgos fueron presentados en una rueda de prensa el lunes 19 de Junio en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Silicon Valley, California.

“El conjunto de datos de Kepler es único, ya que es el único que contiene una población de éstos análogos cercanos a Tierra - planetas con aproximadamente el mismo tamaño y la órbita de la Tierra”, dijo Mario Perez, científico del programa Kepler en la División de Astrofísica del Directorio de Misiones Científicas de la NASA. “La comprensión de su frecuencia en la galaxia ayudará a formar el diseño de futuras misiones de la NASA a otros mundo parecidos a la Tierra.”

El equipo del telescopio espacial Kepler de la NASA ha identificado 219 nuevos candidatos a planetas, 10 de los cuales son de tamaño similar a la Tierra y en la zona habitable de su estrella. Image Credit: NASA/JPL-Caltech

“Este catálogo medido cuidadosamente es la base para responder directamente a una de las preguntas más apremiantes de la astronomía - cuántos planetas como la Tierra están en la galaxia”, dijo Susan Thompson, investigador de Kepler para el Instituto SETI en Mountain View, California, y autor del estudio del catálogo.


Fuentes; NASA

22 de abril de 2017

El exoplaneta LHS 1140b podría ser el mejor candidato para la búsqueda de señales de vida

Impresión artística del exoplaneta LHS 1140b orbitando una estrella enana roja, a una distancia de 40 años luz de la Tierra. Crédito: ESO/spaceengine.org

Un exoplaneta que orbita alrededor de una estrella enana roja, a 40 años luz de la Tierra, podría hacerse con el título de “mejor lugar para buscar signos de vida más allá del Sistema Solar”. Utilizando el instrumento HARPS, de ESO, instalado en La Silla, junto con otros telescopios del mundo, un equipo internacional de astrónomos ha descubierto una “supertierra” en la zona habitable de la débil estrella LHS 1140. Este mundo es un poco más grande y más masivo que la Tierra y es probable que haya conservado la mayor parte de su atmósfera. Esto, junto con el hecho de que su órbita pasa por delante de su estrella, lo convierte en uno de los futuros objetivos más interesantes para desarrollar estudios atmosféricos. Los resultados aparecen en la edición del 20 de abril de 2017 de la revista Nature.

La supertierra recién descubierta, denominada LHS 1140b, orbita en la zona habitable de una débil estrella enana roja llamada LHS 1140, en la constelación de Cetus (el monstruo marino). Las enanas rojas son mucho más pequeñas y más frías que el Sol y, aunque LHS 1140b está diez veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol, sólo recibe alrededor de la mitad de luz de su estrella que la Tierra y se encuentra en medio de la zona habitable. Desde la Tierra, la órbita se ve casi de canto y, cuando el exoplaneta pasa delante de su estrella en cada órbita, bloquea un poco de su luz cada 25 días.

“Es el exoplaneta más interesante que he visto en la última década”, afirma el autor principal, Jason Dittmann, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (Cambridge, EE.UU.). “Es el objetivo perfecto para llevar a cabo una de las misiones más grandes de la ciencia: buscar evidencias de vida más allá de la Tierra”.

Las condiciones actuales de la enana roja son particularmente favorables, ya que LHS 1140 gira más lentamente y emite menos radiación de alta energía que otras estrellas de baja masa similares. Para la vida tal y como la conocemos, un planeta debe tener agua líquida en su superficie y retener una atmósfera. En este caso, el gran tamaño del planeta implica que, hace millones de años, podría haber existido un océano de magma en su superficie. Este océano hirviente de lava podría haber proporcionado vapor a la atmósfera mucho después de que la estrella se hubiese calmado, alcanzando su brillo actual y constante, reponiendo así el agua que podría haberse perdido por la acción de la estrella en su fase más activa.

Inicialmente, el descubrimiento se hizo con la instalación MEarth, que detectó los primeros indicios: cambios característicos en la luz que se dan cuando el exoplaneta pasa delante de la estrella. Posteriormente, se hizo un seguimiento crucial con el instrumento HARPS de ESO (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher, buscador de planetas de alta precisión por el método de velocidad radial), confirmando la presencia de la supertierra. HARPS también ayudó a establecer el periodo orbital y permitió deducir la masa y la densidad del exoplaneta.

Los astrónomos estiman que el planeta tiene al menos 5.000 millones de años. También deducen que tiene un diámetro 1,4 veces más grande que el de la Tierra (casi 18.000 kilómetros). Pero con una masa unas siete veces mayor que la de la Tierra y, por lo tanto, una densidad mucho más alta, esto implica que, probablemente, el exoplaneta está hecho de roca con un núcleo denso de hierro.

Esta supertierra puede ser el mejor candidato hasta el momento para futuras observaciones cuyo objetivo sea estudiar y caracterizar, en caso de tenerla, la atmósfera del exoplaneta. Dos de los miembros europeos del equipo, Xavier Delfosse y Xavier Bonfils, ambos del CNRS y el IPAG, en Grenoble (Francia), concluyen: “Para la futura caracterización de planetas en la zona habitable, el sistema LHS 1140 podría ser un objetivo aún más importante que Proxima b o TRAPPIST-1. ¡Este ha sido un año extraordinario para el descubrimiento de exoplanetas!”. [4,5].

En concreto, con las observaciones que se llevarán a cabo próximamente con el Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA, se podrá determinar exactamente cuánta radiación de alta energía cae sobre LHS 1140b, por lo que se podrá delimitar su capacidad para albergar vida.

En el futuro, cuando entren en funcionando nuevos telescopios como el ELT (Extremely Large Telescope) de ESO, es probable que seamos capaces de hacer observaciones detalladas de las atmósferas de exoplanetas y LHS 1140b es un candidato excepcional para este tipo de estudios.


Fuente: http://www.eso.org/public/

16 de abril de 2017

Planetas del Tamaño de "Tatooine" Podrían Ser Habitables



Con dos soles en su cielo, el planeta Tatooine de Luke Skywalker en Star Wars, se parece a un mundo desierto de arena seca. En la vida real, gracias a los observatorios como el Telescopio Espacial Kepler de la NASA, sabemos que los sistemas de dos estrellas pueden mantener planetas, aunque los planetas descubiertos hasta ahora alrededor de los sistemas de estrellas dobles son grandes y gaseosos. Los científicos se preguntan: un planeta del tamaño de la Tierra orbitando dos soles, ¿podría albergar vida?

Resulta que tal planeta podría ser hospitalario si se encuentra a la distancia correcta de sus dos estrellas, y no necesariamente tendría desiertos. A una correcta distancia de sus dos estrellas similares al Sol, un planeta cubierto de agua permanecería habitable y retendría su agua durante un largo periodo de tiempo, según un nuevo estudio de la revista Nature Communications.

"Esto significa que los sistemas de estrellas doble del tipo estudiado aquí son excelente candidatos para albergar planetas habitables, a pesar de las grandes variaciones en la cantidad de estrellas que planetas hipotéticos en un sistema de este tipo recibirían", dijo Max Popp, investigador asociado en la Universidad de Princeton en Nueva Jersey, y el Instituto Max Planck de Meteorología en Hamburgo, Alemania.

Popp y Siegfried Eggl, becario de Caltech en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California, crearon un modelo para un planeta en el sistema Kepler-35. En realidad, la pareja estelar Kepler-35A y B albergan un planeta llamado Kepler-35b, un planeta gigante de aproximadamente ocho veces el tamaño de la Tierra, con una órbita de 131,5 días terrestres. Para su estudio, los investigadores descuidaron la influencia gravitacional de este planeta y añadieron un hipotético planeta cubierto de agua, del tamaño de la Tierra, alrededor de las estrellas Kepler-35 A y B. Examinaron cómo se comportaría el clima de este planeta al orbitar las estrellas anfitrionas con periodos entre 341 y 380 días.

"Nuestra investigación está motivada por el hecho de que la búsqueda de planetas potencialmente habitables requiere mucho esfuerzo, por lo que es bueno saber de antemano dónde buscar," dijo Eggl. "Demostramos que vale la pena centrarse en los sistemas de estrellas dobles."

En su investigación de los exoplanetas, los científicos hablan de una región llamada "zona habitable", la gama de distancias alrededor de una estrella donde un planeta terrestre tiene más probabilidades de tener agua líquida en su superficie. En este caso, debido a que dos estrellas están orbitando entre sí, la zona habitable depende de la distancia desde el centro de masa que ambas estrellas están orbitando. Para hacer las cosas aún más complicadas, un planeta alrededor de dos estrellas no viajaría en círculo. En cambio, su órbita se tambalearía a través de la interacción gravitatoria con las dos estrellas.

Popp y Eggl descubrieron que en el extremo más alejado de la zona habitable en el sistema de estrellas dobles Kepler-35, el hipotético planeta cubierto de agua tendría una gran cantidad de variación en sus temperaturas superficiales. Debido a que un planeta tan frío tendría sólo una pequeña cantidad de vapor de agua en su atmósfera, las temperaturas superficiales globales medias se muevan hacia arriba y hacia abajo en 2 grados centígrados en el transcurso de un año.

"Esto es similar a la forma, en la Tierra, en climas áridos como desiertos, que experimentan grandes variaciones de temperatura entre el día y noche," dijo Eggl. "La cantidad de agua en el aire hace una gran diferencia."

Sin embargo, cerca de las estrellas, cerca del borde interior de la zona habitable, las temperaturas medias de la superficie global en el mismo planeta permanecen casi constantes. Esto se debe a que más vapor de agua sería capaz de persistir en la atmósfera del planeta hipotético y actuar como un amortiguador para mantener las condiciones de la superficie confortables.

Al igual que en los sistemas de una sola estrella, un planeta más allá del borde exterior de la zona habitable de sus dos soles finalmente terminaría en un estado llamado "bola de nieve", completamente cubierto de hielo. Más cerca del borde interior de la zona habitable, una atmósfera aislaría el planeta demasiado, creando un efecto invernadero descontrolado y convertiría el planeta en un mundo como Venus, inhóspito para la vida tal y como la conocemos.

Otra característica del modelo climático del estudio es que, en comparación con la Tierra, un planeta cubierto de agua alrededor de dos estrellas tendría menos cobertura de nubes. Eso significaría cielos más claros para ver dobles puestas de sol en estos mundos exóticos.
Concepto artístico de un hipotético planeta cubierto de agua alrededor del sistema binario de estrellas Kepler-35A y B. Image Credit: NASA/JPL-Caltech

Fuentes: NASA

9 de abril de 2017

Detectan por primera vez atmósfera en un planeta similar a la Tierra

Concepción artística del planeta GJ 1132b, junto a su estrella, una roja enana. DANA BERRY
  • Se trata del exoplaneta GJ 1132b, situado a 39 años luz
  • Los modelos coinciden con una atmósfera rica en agua y metano
  • Supone un paso importante en la detección de vida en otros mundos
Por primera vez, astrónomos han detectado una atmósfera alrededor de un planeta parecido a la Tierra, concretamente GJ 1132b, un paso importante en el camino hacia la detección de vida en otros mundos.

El equipo, que incluye investigadores del Instituto Max Planck de Astronomía, ha utilizado el telescopio ESO/MPG de 2,2 metros en Chile para tomar imágenes de la estrella madre GJ 1132, -a 39 años luz- donde midieron una ligera disminución en el brillo a medida que el planeta y su atmósfera absorbían parte de la luz estelar, mientras pasaban directamente delante de su estrella anfitriona.
La estrategia actual de los astrónomos para encontrar vida en otro planeta es detectar la composición química de la atmósfera de ese planeta.

Si bien no se trata de la detección de vida en otro planeta, es un importante paso en la dirección correcta. La estrategia actual de los astrónomos para encontrar vida en otro planeta es detectar la composición química de la atmósfera de ese planeta, en la búsqueda de algunos desequilibrios químicos que requieren la presencia de organismos vivos para tener una explicación. En el caso de nuestra propia Tierra, la presencia de grandes cantidades de oxígeno es tal rastro.

Todavía estamos muy lejos de esa detección, sin embargo. Hasta el trabajo que se describe en este artículo, las pocas observaciones de la luz de las atmósferas de exoplanetas estaban relacionadas siempre con los gigantes de gas: como Júpiter de nuestro propio sistema solar. Con esta observación, hemos dado los primeros pasos en el intento de analizar la atmósfera de planetas similares a la Tierra.

Constelación Vela Sur, a 39 años luz

El planeta en cuestión, GJ 1132b, gira alrededor de la estrella enana roja GJ 1132 en la constelación de Vela Sur, a una distancia de 39 años luz de nosotros. Recientemente, el sistema fue objeto de escrutinio por un equipo dirigido por John Southworth (Universidad de Keele, Reino Unido).

El equipo utilizó la formación de imágenes GROND en el telescopio ESO/MPG de 2,2 metros de la European Southern Observatory en Chile para observar el planeta simultáneamente en siete bandas de longitud de onda diferentes. 1132b GJ es un planeta en tránsito: desde la perspectiva de un observador en la Tierra, pasa directamente delante de la estrella cada 1,6 días, bloqueando parte de la luz de la estrella.

El tamaño de las estrellas como GJ 1132 es bien conocido de los modelos estelares. A partir de la fracción de luz estelar bloqueada por el planeta, los astrónomos pueden deducir el tamaño del planeta, en este caso, alrededor de 1,4 veces el tamaño de la Tierra.

Fundamentalmente, las nuevas observaciones mostraron que el planeta era mayor en algunas longitudes de onda infrarrojas que en otras. Esto sugiere la presencia de una atmósfera que es opaca a la luz infrarroja específica (hace que el planeta parezca más grande), pero es transparente en todos los demás.

Las diferentes versiones de la atmósfera luego se simularon por miembros del equipo de la Universidad de Cambridge y el Instituto Max Planck de Astronomía. Según esos modelos, una atmósfera rica en agua y metano explicaría las observaciones muy bien.

Un posible "mundo de agua"

Con 1,6 veces la masa de la Tierra, (según lo determinado por las mediciones anteriores), las observaciones hasta la fecha no proporcionan datos suficientes para decidir cómo de similar a la Tierra es GJ 1132b. Las posibilidades incluyen un "mundo del agua" con una atmósfera de vapor de agua caliente.

La presencia de la atmósfera es una razón para el optimismo cauteloso. Las enanas M son el tipo más común de estrella, y muestran altos niveles de actividad; parte de esta actividad (en forma de erupciones y flujos de partículas) se puede esperar que exista em atmósferas de planetas cercanos.

GJ 1132b proporciona un ejemplo de atmósfera que ha durado miles de millones de años (es decir, el tiempo suficiente para detectarla). Dado el gran número de estrellas enanas M, tales atmósferas podrían significar que las condiciones previas para la vida son bastante comunes en el universo.

El trabajo ha sido publicado en The Astronomical Journal.

Fuentes: RTVE

29 de marzo de 2017

Científicos de la NASA proponen usar el Sol como lente para ver de cerca exoplanetas

El telescopio que usaría el Sol estaría basado en el principio de la microlente. THINKSTOCK
  • Obtendría imágenes de 1 megapíxel a una distancia de 100 años luz
  • Permitiría identificar continentes y gases en la atmósfera de estos planetas
  • El problema es que sus instrumentos tendrían que estar en el espacio interestelar
Científicos de la NASA han propuesto usar el Sol, en lugar de una estrella lejana, para crear lo que podría ser el telescopio definitivo, basado en el principio de la microlente.

Leon Alkalai, del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, y su equipo han recogido una sugerencia anterior del físico italiano Claudio Maccone, y ha investigado la viabilidad del método en detalle como un concepto de misión revolucionaria. Han presentado sus hallazgos en el reciente Planetary Science Vision 2050 Workshop de la NASA.

Los astrónomos usan varias técnicas para encontrar exoplanetas, incluyendo el llamado método de "microlente gravitatorio". La luz de una estrella lejana y su exoplaneta está doblada alrededor de otra estrella situada a medio camino entre la Tierra y la lejana estrella/exoplaneta, que magnifica su imagen como una lente de telescopio. Usando este método ya se han descubierto planetas como Kepler 452b, a cientos o miles de años luz de la Tierra.

Para construir un "telescopio" que use el Sol como lente, los instrumentos de detección se colocan en un punto en el espacio donde la gravedad del Sol enfoca la luz de las estrellas distantes. No sólo la idea es viable, según el equipo de Alkalai, sino que produciría imágenes que separan la estrella lejana de sus exoplanetas, una observación crítica que es la meta de los futuros telescopios espaciales.

Resolución de 1 megapíxel a 100 años luz

Y el uso del Sol como una lente resultaría en una ampliación mucho mayor. En lugar de un solo píxel o dos, los astrónomos obtendrían imágenes de 1.000 x 1.000 píxeles de exoplanetas a 30 parsecs, o unos 100 años luz, de distancia, informa Air & Space Smithsonian. Eso se traduce en una resolución de unos 10 kilómetros en la superficie del planeta, mejor de lo que el Telescopio Espacial Hubble puede ver en Marte, lo que nos permitiría distinguir continentes y otras características de la superficie.

Tal supertelescopio también permitiría la espectroscopia de un exoplaneta, que nos permitiría identificar gases en su atmósfera. La ciencia de los exoplanetas daría un salto gigantesco, y podrían identificarse planetas habitables, tal vez incluso signos de vida.

Hay un inconveniente, sin embargo. Los instrumentos del plano focal del telescopio tendrían que estar por lo menos a 550 unidades astronómicas (UA) del Sol, ya en el espacio interestelar. La única nave espacial que ha alcanzado el espacio interestelar hasta el momento es la Voyager 1, que ha recorrido aproximadamente 137 UA en 39 años. Así que necesitamos una nave espacial que sea al menos 10 veces más rápida, pero Alkalai y sus colegas dicen que esto está al alcance de la tecnología actual.

También habría que abordar otras cuestiones. ¿Cuánto tiempo podría observarse un exoplaneta y repetir las mediciones? En general, la ventaja del método de lentes gravitacionales es su capacidad para detectar planetas que están a aproximadamente la misma distancia de su estrella central que la Tierra es del Sol. Otros métodos están sesgados hacia los planetas que están muy cerca de sus estrellas, lo que significa que es menos probable que sean habitables.

Pero un telescopio de lente gravitacional requeriría que el sistema de estrella-planeta observado, el Sol y la Tierra estén exactamente alineados. Esto es una gran desventaja, porque es probable que no podamos volver a mirar el planeta una vez que salga de esa alineación rara.


Fuentes: RTVE

28 de marzo de 2017

Solo uno de los siete planetas de Trappist-1 podría tener vida

Esta ilustración muestra los siete planetas de Trappist-1 como se verían desde la Tierra usando un increíblemente poderoso telescopio de ficción - JPL/NASA

Un nuevo estudio rebaja las posibilidades de habitabilidad de los siete mundos anunciados en febrero

Hace apenas unas semanas, el anuncio del hallazgo de un sistema de siete planetas rocosos alrededor de la enana roja Trappist-1 levantó oleadas de expectación entre astrobiólogos de todo el mundo. De hecho, por lo menos tres de esos planetas parecían estar dentro de la llamada "zona habitable" de la estrella, es decir, a la distancia justa para permitir la existencia de agua en estado líquido, lo que convertía a esos tres mundos en buenos candidatos para albergar alguna forma de vida.

Ahora, sin embargo, un nuevo modelo climático en 3D elaborado por Eric Wolf, del Laboratorio de Física y Atmósfera Espacial de la Universidad de Colorado y recién publicado en arxiv.org, ha rebajado mucho esas expectativas, y sugiere que solo uno de los mundos alrededor de Trappist-1 tiene posibilidades reales de sustentar vida.

Para afrontar su trabajo, Wolf decidió partir de la suposición de que los siete planetas de Trappist-1 tenían, o habían tenido alguna vez, vastos océanos sobre sus superficies, y atmósferas con nitrógeno, dióxido de carbono y vapor de agua. Es decir, las mejores de las condiciones de partida. Las propiedades orbitales y geofísicas de cada uno de los mundos se obtuvieron a partir de los datos existentes.

Pero cuando Wolf puso a funcionar su modelo se encontró con unos resultados deprimentes: "El modelo indica que los tres planetas más cercanos a la estrella se encuentran actualmente en el borde interior de la zona habitable, donde es posible el agua líquida. De modo que si el agua hubiera existido alguna vez allí, ya se habría perdido en el espacio, dejándolos completamente secos".

Los otros tres planetas, añade Wolf "caen más allá del borde exterior de la zona habitable", lo que significa que hace ya mucho que se habrán convertido en planetas completamente helados y en los que no es posible la vida.

En el medio

De modo que solo el planeta de en medio, entre los tres interiores y los tres exteriores, sigue siendo un candidato válido para albergar vida tal y como la conocemos. Según el investigador, en efecto, ese mundo en concreto podría tener "por lo menos alguna zona habitable", dependiendo de los niveles de nitrógeno atmosférico. Si el planeta cuenta con océanos, entonces "habrá podido mantener temperaturas similares a las de la superficie terrestre".

Pero incluso ese único mundo podría no haberlo tenido fácil. Según Wolf, las enanas rojas ultrafrías pueden tomarse hasta mil millones de años de tiempo para estabilizarse, exponiendo durante todo ese tiempo a sus planetas a una intensa radiación solar y dando lugar a condicione extremas de invernadero. Y si ese fuera el caso de Trappist-1, entonces el planeta medio habría tenido que tener, en origen, una cantidad de agua siete veces superior a la de todos los océanos de la Tierra para resistir y seguir teniendo agua en la actualidad.

Una posibilidad pequeña, pero no inexistente. Habrá que esperar a nuevos estudios para poder confirmarlo.

Fuentes: ABC

23 de febrero de 2017

DESCUBIERTOS SIETE EXOPLANETAS SIMILARES A LA TIERRA A 40 AÑOS LUZ




Astrónomos europeos y estadounidenses han descubierto siete exoplanetas similares a la Tierra, a tan solo 40 años luz de nosotros. Los siete exoplanetas orbitan alrededor de Trappist-1, una estrella enana ultrafría, que los responsables de su descubrimiento han descrito como una pelota de golf, en comparación con la pelota de baloncesto que representaría nuestro Sol. 

Los seis planetas más cercanos a su estrella, probablemente rocosos, pueden tener una temperatura en la superficie de entre 0 y 100 grados, por lo que podrían albergar agua líquida. Tres de ellos están en la llamada “zona habitable”. 

Ahora se va a estudiar con detalle su clima y composición química para determinar si hay o puede haber vida.











Fuentes: Euronews

20 de junio de 2016

Descubren un exoplaneta que tarda 27.000 años en completar una sola órbita

Imagen de la estrella CVSO 30 y el exoplaneta CVSO 30c (visible a la izquierda). 
Crédito: ESO/Schmidt et al.

Los astrónomos buscan planetas orbitando otras estrellas (exoplanetas) usando diversos métodos. Un método exitoso es la imagen directa; es particularmente eficaz para planetas en órbitas amplias alrededor de estrellas jóvenes, ya que la luz del planeta no está saturada por la luz de la estrella y así es más fácil de detectar.

Esta imagen muestra esta técnica. Se puede ver una estrella T-Tauri llamada CVSO 30, ubicada aproximadamente a 1.200 años luz de la Tierra en el grupo 25 Orionis (ligeramente al noroeste del famoso Cinturón de Orión). En 2012, los astrónomos descubrieron que CVSO 30 albergaba a un exoplaneta (CVSO 30b). Lo hicieron utilizando un método de detección conocido como fotometría de tránsito, donde la luz de una estrella disminuye cuando un planeta pasa frente a ella. Ahora, los astrónomos han vuelto a observar este sistema con varios telescopios. El estudio combina observaciones obtenidas con el Very Large Telescope (VLT) de ESO, en Chile, el Observatorio W. M. Keck en Hawái y las instalaciones del Observatorio de Calar Alto en España.

Utilizando los datos recogidos, los astrónomos han descubierto lo que probablemente es ¡un segundo planeta! Para producir esta imagen, los astrónomos utilizaron la astrometría proporcionada por los instrumentos NACO y SINFONI del VLT.

Este nuevo exoplaneta, llamado CVSO 30c, es el punto más pequeño de la parte superior izquierda de la imagen (la gran burbuja es la propia estrella). Mientras el planeta detectado previamente, CVSO 30b, orbita muy cerca de la estrella, girando alrededor de CVSO 30 en poco menos de 11 horas a una distancia orbital de 0,008 UA, CVSO 30c órbita mucho más hacia fuera, a una distancia de 660 UA, tomándose la asombrosa cifra de 27.000 años para completar una sola órbita. (Como referencias, el planeta Mercurio orbita al Sol a una distancia promedio de 0,39 UA, mientras que Neptuno se encuentra a poco más de 30 UA).

Crédito: ESO

18 de diciembre de 2015

Descubren el planeta más cercano a la Tierra que puede ser habitable



La estrella Wolf 1061 y sus tres planetas. El «c» es el potencialmente habitable - UNSW

Este mundo pequeño y rocoso orbita una estrella a «solo» 14 años luz de nosotros
Un equipo de astrónomos australianos ha descubierto el planeta potencialmente habitable más cercano a la Tierra fuera del Sistema Solar, a «solo» 14 años luz, una distancia que puede parecer muy larga, pero que es mucho más corta que la que nos separa de la mayoría de candidatos a albergar vida y una nadería en la inmensidad del Universo. Este nuevo mundo, que tiene más de cuatro veces la masa del nuestro, es uno de los tres que el equipo detectó alrededor de una estrella enana roja llamada Wolf 1061.

«Es un hallazgo particularmente emocionante porque los tres planetas tienen una masa suficientemente baja como para ser potencialmente rocosos y tienen una superficie sólida», explica Ducan Wright, autor principal del estudio, que publicará The Astrophysical Journal Letters, e investigador en la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), en Sídney. Pero es que además, el planeta medio, Wolf 1061c, se encuentra dentro de la zona conocida como «Ricitos de Oro», ni muy lejos ni muy cerca de la estrella,«donde podría haber agua líquida, y tal vez incluso la vida», subraya Wright.

Como explica el científico en un comunicado, «es fascinante mirar a la inmensidad del espacio y pensar que una estrella tan cercana a nosotros -un vecino cercano- podría alojar un planeta habitable». Aunque se han encontrado otros planetas que orbitan estrellas más cercanas que Wolf 1061, esos mundos no son considerados como potencialmente habitables.


Los tres planetas recién detectados orbitan una estrella pequeña, relativamente fría y estable aproximadamente cada 5, 18 y 67 días. Sus masas son, al menos 1,4, 4,3 y 5,2 veces la de la Tierra, respectivamente.

El planeta exterior más grande cae justo fuera del límite exterior de la zona habitable, la distancia de la estrella a la que se considera que puede existir agua líquida en su superficie, y también es probable que sea rocoso, mientras que el planeta interior más pequeño está demasiado cerca para ser esperanzador.

La estrella Wolf 1061- UNSW

El equipo hizo el descubrimiento usando observaciones de Wolf 1061 recogidas por el espectrógrafo HARPS en el telescopio de 3,6 metros del Observatorio Europeo del Sur en La Silla, Chile. «Nuestro equipo ha desarrollado una nueva técnica que mejora el análisis de los datos de este instrumento cazador de planetas, y hemos estudiado más de una década de observaciones de Wolf 1061», dice el profesor Chris Tinney, de la UNSW.
«Estos tres planetas justo al lado de nosotros se unen a las pequeñas pero crecientes listas de mundos rocosos potencialmente habitables orbitando estrellas cercanas más frías que nuestro Sol», apunta.

Los científicos saben ahora que los planetas rocosos pequeños como el nuestro son abundantes en nuestra galaxia, y los sistemas multi-planeta también parecen ser comunes. Sin embargo, la mayoría de los exoplanetas rocosos descubiertos hasta ahora están a cientos o miles de años luz de distancia. Una excepción es Gliese 667Cc, que se encuentra a 22 años luz de la Tierra. Orbita una estrella enana roja cada 28 días y es al menos 4,5 veces más masivo que la Tierra.


La proximidad de los planetas alrededor del Wolf 1061 significa que hay una buena probabilidad de que estos mundos puedan pasar por delante de la cara de la estrella. Si lo hacen, en un futuro será posible estudiar sus atmósferas y comprobar la existencia de señales de vida.

Fuentes: ABC

16 de noviembre de 2015

Descubren un nuevo planeta dentro del Sistema Solar

Su órbita es tan exccéntrica que no puede ser explicada por los modelos, lo que sugiere que esconde algún misterio sobre el Sistema Solar - NASA/JPL-Caltech

Se trata del objeto más distante descubierto hasta ahora en nuestro sistema planetario, a una distancia de 15.400 millones de kilómetros

A muchos les parecerá increíble, pero lo cierto es que nuestro Sistema Solar, el rincón que ocupamos en el Universo, guarda aún un buen número de sorpresas. Y una de ellas, un nuevo planeta, acaba de ser revelada por un grupo de astrónomos de la Institución Carnegie en Washington. Se trata de un objeto de entre 500 y 1.000 km de diámetro y que se encuentra tres veces más lejos del Sol que Plutón. De hecho, es el cuerpo más lejano descubierto hasta ahora dentro de nuestro propio sistema planetario. A la espera de un nombre, el nuevo miembro de nuestra familia planetaria ha sido designado como V774104.

Hará falta otro año completo de investigación para determinar con exactitud la órbita del nuevo mundo y sus demás características, aunque según sus descubridores, el objeto podría llegar a incluirse dentro de una clase emergente de «objetos extremos» del Sistema Solar, con extrañas órbitasque hacen pensar en la influencia oculta de planetas ocultos aún mayores o, incluso, de otras estrellas cercanas.

«No podemos explicar las órbitas de esta clase de cuerpos a partir de lo que sabemos del Sistema Solar -explica Scott Sheppard, astrónomo de la Institución Carnegie, que anunció hoy el hallazgo durante una reunión de la Sociedad Astronómica Americana-. Actualmente, V774104 está a 15.400 millones de km. del Sol. O lo que es lo mismo, a 103 Unidades Astronómicas (UA)». Una UA es la distancia que separa la Tierra del Sol, y equivale a 150 millones de km. V774104, pues, está mucho más lejos del Sol que cualquier otro mundo conocido. Sheppard hizo su descubrimiento utilizando el telescopio japonés de 8 metros Subaru, en Hawaii.

Mundo helado u objeto interno de Oort

Según cuál sea su órbita, el nuevo planeta enano podría ser incluído en dos «clubs planetarios» diferentes. Si su recorrido le llevara, en algún momento, a estar más cerca del Sol, podría ser incluído en el grupo relativamente común de mundos helados cuyas órbitas están determinadas por la influencia gravitatoria de Neptuno. Pero si por el contrario su órbita nunca le llevara a acercarse al Sol, entonces entraría a formar parte directamente del exclusivo club al que, por ahora, solo pertenecen otros dos miembros:Sedna y 2012 VP113.

De hecho, estos dos planetas enanos nunca se acercan al astro rey a menos de 50 Unidades Astronómicas, y sus alargadas órbitas les llevan incluso a distancias superiores a las 1.000 UA. Sheppard los llama «Objetos internos de la nube de Oort», para distinguirlos de los cuerpos helados del Cinturón de Kuiper, más cercanos, a distancias de entre 30 y 50 UA. La nube de Oort es una enorme región esférica densamente poblada de objetos y que rodea por completo al Sistema Solar, a miles de UA de distancia, marcando sus fronteras externas y el límite de la influencia gravitatoria del Sol.

Una fuerza de origen desconocido

Uno de los aspectos más interesantes de los objetos del interior de la nube de Oort es, precisamente, que la excentricidad de sus órbitas no puede ser explicada a partir de la estructura conocida del Sistema Solar. De hecho, los astrónomos están convencidos de que debe haber «algo más» que perturbe esas órbitas hasta tal punto. Algo como un planeta gigante aún no descubierto que «duerma» en lo más profundo de la nube, quizá un mundo expulsado hace miles de millones de años del Sistema Solar interno y que aún permanezca en las proximidades, afectando con su enorme masa a las órbitas de los objetos cercanos.

Otras teorías sugieren que, a esas distancias, los posibles planetas (y sus órbitas) podrían verse afectadas por la fuerza gravitatoria de otras estrellas cercanas. Y hay incluso quien afirma que las fuerzas gravitatorias que aún actúan en el Sistema Solar podrían proceder de la lejana época en la que el Sol se formó, cuando el «proto Sol» estaba rodeado de otros «viveros estelares» que podrían haber aportado los «codazos gravitatorios» necesarios para determinar los movimientos que observamos en la actualidad.

En cualquier caso, hasta que Sheppard y su equipo sean capaces de determinar con exactitud su órbita, no sabremos hasta qué punto V774104 es interesante. Lo que ya es indiscutible es que el nuevo mundo ya tiene el mérito de ser, por ahora, el objeto más distante descubierto hasta ahora en el Sistema Solar.

Fuente: ABC

2 de agosto de 2015

¿Por qué Kepler-452b es el planeta hallado más parecido a la Tierra?

El planeta Kepler-425b, recientemente identificado por la NASA, tiene un diámetro 60% mayor al de la Tierra. Foto: NASA/AFP

La misión Kepler de la NASA anunció el 23 de julio el hallazgo de un planeta similar a la Tierra en la zona habitable de una estrella similar al Sol y postuló 11 nuevos planetas candidatos, que también podrían estar en zona habitable de sus estrellas. 


La agencia espacial estadounidense señaló que Kepler-452b es el planeta más pequeño descubierto hasta la fecha orbitando en la zona habitable, es decir el área en la que la temperatura es apropiada para que el agua pueda estar en estado líquido sobre la superficie.

John Grunsfeld, administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas de la NASA, celebró porque el resultado representa un paso más en la búsqueda de una Tierra 2.0. 

Kepler-452b tiene un diámetro 60% mayor al de la Tierra. Su composición y su masa aún no han sido determinados, pero investigaciones previas sugieren que planetas de ese tamaño tienen altas probabilidades de ser rocosos. 
El sistema Kepler-452 está a 1 400 años luz, en la constelación Cygnus, distancia que hoy es inalcanzable para el hombre. 

Por su tamaño, la órbita de Kepler-452b es solo 5% más prolongada que la de la Tierra. Un año en ese planeta sería de 385 días. 
Además, está solo 5% más lejos de su estrella, Kepler-452, que nuestro planeta del Sol. Esa estrella tiene 6 000 millones de años, solo 1 500 millones más vieja que el Sol, y tiene la misma temperatura, aunque es un 20% más brillante y tiene un diámetro 10% mayor.

 “Podemos ver a Kepler-452b como un primo más grande y un poco mayor, lo que nos da la oportunidad de entender y reflexionar sobre el entorno evolutivo de la Tierra”, añadió Jon Jenkins, líder de análisis de información del Centro de Investigación Ames de la NASA, y quien lideró el equipo que descubrió a Kepler-452b. 

Añadió que es impresionante considerar que este planeta ha pasado 6 000 millones de años en una zona habitable de una estrella, es decir más que la Tierra. 

Durante la rueda de prensa, el equipo Kepler hizo público el aumento en el número de nuevos candidatos a exoplanetas (agregó 521) frente a las observaciones realizadas desde mayo del 2009 hasta mayo del 2013. De esta forma, el total de candidatos a planetas detectados por la misión Kepler es de 4 696. 
Estos requieren de observaciones de seguimiento y análisis para verificar que son planetas reales. 

Según la NASA, 12 de esos nuevos candidatos tienen diámetros entre una y dos veces el de la Tierra y orbitan la zona habitable de sus estrellas. De estos, nueve orbitan estrellas similares en tamaño y temperatura que nuestro Sol. 

Fuentes: El Comercio

10 de marzo de 2015

No es ruido, es un planeta «habitable»

Queen Mary U.
Ilustración del exoplaneta Gliese 581d


Investigadores insisten en la existencia de la primera supertierra descubierta en zona habitable, rechazada por otros estudios


Se llama Gliese 581d y orbita alrededor de la estrella del mismo nombre (sin la última letra), una enana roja situada a 20 años luz de la Tierra, junto a otros cinco mundos, algunos de ellos también muy interesantes. El planeta extrasolar fue descubierto en 2009 por investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres y la de Hertfordshire, quienes lo presentaron como la primera supertierra hallada en zona habitable, es decir, un mundo de un tamaño algo superior al nuestro que se encuentra a la distancia adecuada de su estrella como para contener agua líquida en su superficie, una condición indispensable para la existencia de vida tal y como la conocemos.

El candidato a planeta fue descubierto usando un espectrómetro que mide la «oscilación», pequeños cambios en la longitud de onda de la luz emitida por una estrella, causados cuando un planeta orbita a su alrededor. Sin embargo, un informe publicado el pasado año en la revista Science desestimó la existencia de este planeta, considerando que lo que veían los astrónomos no era más que «actividad estelar disfrazada de planeta». A su juicio, el supuesto mundo era en realidad ruido en los datos causado por manchas estelares.

Los «padres» del «d» no se han achantado, insisten en que su planeta existe y aseguran que las conclusiones de sus colegas han sido provocadas por un análisis inadecuado de los datos. La técnica estadística utilizada en la investigación de 2014 para dar cuenta de la actividad estelar es, según explican, «simplemente insuficiente» para identificar planetas pequeños como Gliese 581d.

A su entender, ese método ha funcionado en el pasado en la identificación de los planetas más grandes debido a que su efecto sobre la estrella era demasiado importante como para negar los errores en los resultados. Sin embargo, hace que sea casi imposible encontrar las señales de planetas más pequeños dentro del ruido provocado por la propia variabilidad estelar. 


«Siempre ha estado ahí»

Utilizando un modelo más preciso en los datos existentes, los investigadores están convencidos de que la señal de GJ 581d es real, a pesar de la variabilidad estelar. «La existencia (o no) de GJ 581d es significativa porque fue el primer planeta similar a la Tierra descubierto en la zona «Ricitos de oro» (la zona habitable, ni muy caliente, ni muy fría, como en el cuento infantil) alrededor de otra estrella (donde el agua puede existir en forma líquida) y es un caso de referencia para la técnica de Doppler», explica Guillem Anglada-Escudé, autor principal del artículo.

«Siempre hay discusiones entre los científicos acerca de la manera en que interpretamos los datos, pero estoy seguro de que 581d ha estado en órbita alrededor de Gliese 581 todo el tiempo», añade el investigador. «En cualquier caso, la fuerza de su declaración era demasiado fuerte. Si su forma de tratar los datos fuera correcta, entonces algunos proyectos de búsqueda de planetas en observatorios terrestres tendrían que ser revisados significativamente, ya que están destinados a detectar planetas aún más pequeños. Uno tiene que tener más cuidado con este tipo de reclamaciones», advierte.

La estrella Gliese 581 es una fuente de hallazgos para los cazadores de planetas, pero también una fuente de polémica. En 2010, astrónomos de las Universidades de California y Santa Cruz y del Instituto Carnegie de Washington anunciaron el descubrimiento del primer planeta «realmente habitable» fuera de nuestro Sistema Solar, el planeta «g», otro de los seis mundos conocidos del sistema. Como ha ocurrido con su hermano «d», el «g» también fue puesto en duda apenas unas semanas después de ser anunciado oficalmente, pero, también de la misma forma, el equipo descubridor volvió para aportar nuevos datos que parecían confirmar su existencia. Sin duda, Gliese no dejará de dar sorpresas. 



Fuentes: ABC.es

5 de marzo de 2015

La nave Dawn, a punto de hacer historia, se acerca al planeta enano Ceres

NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA
Nueva imagen de Ceres tomada por la misión Dawn de la NASA


Entrará en su órbita este viernes y lo que observe ayudará a entender los orígenes del Sistema Solar y de la propia Tierra

El próximo viernes 6 de marzo la nave espacial Dawn de la NASA entrará en la órbita de Ceres, un misterioso mundo del tamaño del estado de Texas (950 km de diámetro), el más grande del cinturón de asteroides, que parece contener abundante agua. Los científicos creen que la visita al planeta enano puede proporcionar interesante información acerca de cómo fueron los orígenes de nuestro sistema solar y, por lo tanto, de nuestro hogar la Tierra.

«Dawn está a punto de hacer historia», afirma Robert Mase, director del proyecto para la misión Dawn del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California. «Nuestro equipo está preparado y con ganas de descubrir lo que Ceres tiene reservado para nosotros».


 Los inesperados puntos blancos brillantes en Ceres

Las imágenes recientes muestran numerosos cráteres y unos curiosos e inesperados puntos brillantes que los científicos creen que dirán cómo Ceres, el primer objeto descubierto en el cinturón de asteroides, se formó y si su superficie está en pleno cambio. A medida que la nave espacial se acerca al planeta enano, los investigadores buscarán señales de cambio en estos accidentes geográficos, lo que sugeriría que tiene actividad geológica en la actualidad.  



Nuevas imágenes de Ceres

«El estudio de Ceres nos permite hacer investigación histórica en el espacio, la apertura de una ventana en el primer capítulo de la historia del sistema solar», dice Jim Green, director de la División de Ciencias Planetarias de la NASA en la sede de la agencia en Washington. «Los datos devueltos desde Dawn podrían contribuir avances significativos en nuestra comprensión de cómo se formó el sistema solar».

Dawn comenzó su fase de aproximación final hacia Ceres en diciembre. La nave espacial ha tomado varias imágenes de navegación óptica y ha observado a Ceres a través de toda su rotación de nueve horas. Desde el 25 de enero, Dawn ha entregado las imágenes de más alta resolución de Ceres nunca logradas, y seguirá mejorando en la calidad.

El astrónomo siciliano Giuseppe Piazzi descubrió Ceres en 1801. A medida que se encontraron más objetos similares en la misma región, llegaron a ser conocidos como asteroides o planetas menores. Ceres fue clasificado inicialmente como un planeta y más tarde pasó a la categoría de asteroide. En reconocimiento a sus cualidades similares a las de los planetas, Ceres fue designado un planeta enano en 2006, junto con el polémico Plutón y Eris.

Ceres es el nombre de la diosa romana de la agricultura y las cosechas. Los cráteres en Ceres también recibirán los nombres de los dioses y diosas de la agricultura recogidos por la mitología de todo el mundo. 


Propulsión de iones

Lanzada en septiembre de 2007, Dawn exploró el asteroide gigante Vesta durante 14 meses entre 2011 y 2012, capturando imágenes detalladas y datos acerca de ese cuerpo. Tanto Vesta como Ceres orbitan alrededor del Sol entre Marte y Júpiter, en el cinturón principal de asteroides. Este tour de dos paradas por nuestro sistema solar es posible por el sistema de propulsión de iones de Dawn, siendo mucho más eficiente que la propulsión química, según explica la NASA en un comunicado.



Propulsión de iones

«Tanto Vesta como Ceres estaban en camino a convertirse en planetas, pero su desarrollo fue interrumpido por la gravedad de Júpiter», explica Carol Raymond, subdirectora científica del proyecto en el JPL. «Estos dos cuerpos son como fósiles de los albores del sistema solar, y arrojan luz sobre sus orígenes».

Aún así, Ceres y Vesta tienen varias diferencias importantes. Ceres es el cuerpo más masivo del cinturón de asteroides, con un diámetro medio de 950 km, aproximadamente el 38% del área de la parte continental de Estados Unidos. Mientras, Vesta tiene un diámetro medio de 525 km, y es el segundo cuerpo más masivo del cinturón. Es muy seco, al contrario que Ceres, que se estima tiene un 25% de agua.







«Mediante el estudio de Vesta y Ceres, vamos a obtener una mejor comprensión de la formación de nuestro sistema solar, especialmente de los planetas terrestres, y lo más importante, de la Tierra», dice Raymond. «Estos cuerpos son muestras de los bloques de construcción que han formado Venus, la Tierra y Marte. Se cree que objetos como Vesta han contribuido en gran medida al núcleo de nuestro planeta, y los cuerpos similares a Ceres pueden haber proporcionado nuestra agua».


Fuentes: ABC.es

15 de febrero de 2015

El planeta enano Haumea brilla con hielo cristalino

El quinto planeta enano del sistema solar, Haumea, y al menos uno de sus dos satélites, mantienen agua helada cristalina gracias a las fuerzas mareales entre ellos y al calor de elementos radiactivos. Así lo refleja un estudio internacional, con participación española, realizado con las observaciones del telescopio VLT del Observatorio Europeo Austral en Chile.


Fuentes: SINC