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28 de octubre de 2014

Última tormenta solar: las llamaradas más grandes de los últimos 24 años


El domingo 19 de octubre la enorme mancha solar AR 12192 de clase X1.1 generó la mayor erupción de los últimos 24 años, provocando intensas llamaradas durante toda la semana.

Tres días mas tarde el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA capturó una gigantesca llamarada en erupción procedente de la mancha solar. Se ha clasificado como una de las 6 llamaradas más grandes del ciclo solar 24 (SC24), una variación de la actividad del astro rey que se produce aproximadamente cada 11 años.

Las llamaradas solares son explosiones de radiación y la primera surgió de una mancha solar gigante activa, la AR 12192, y se clasificó como una tormenta solar de clase X3.1 – uno de los tipos de tormentas solares más poderosos.

Las manchas solares son regiones del sol forjadas por campos magnéticos cambiantes que son más fríos que el material solar al que rodean, cosa que provoca el aspecto oscuro que tienen.

Según Spaceweather.com, la región AR 12192, muy activa, produjo “siete llamaradas de clase M y una llamarada de clase X1 solamente en tres días”.

Existen clases más débiles de tormentas solares que tienen poco efecto en la Tierra, como la clase C, B e incluso algunas de la A. En cambio, cuando se dirigen directamente a la Tierra, las llamaradas de clase X pueden suponer un peligro para astronautas, naves espaciales y pueden también interferir en las señales de comunicación por satélite.


La del día 22, ha sido la llamarada más grande que se ha producido desde 1990 y es comparable al tamaño de Júpiter, de acuerdo con el astrofísico solar C. Alex Young, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, quien escribió sobre ella en su blog.

La mayor llamarada de la mancha solar desató un brote de actividad solar importante el viernes 24 de octubre, siendo la cuarta intensa tormenta solar de la estrella que se produjo en menos de una semana.

Esta última erupción solar se produjo la tarde del viernes, alcanzando su punto máximo a las 17:41h hora local (21:41 GMT), y provocó un fuerte apagón de radio en ese momento, de acuerdo con el Centro de Predicción del Clima Espacial de Estados Unidos. 





Los “apagones de radio” son provocados por las emisiones de rayos X y rayos Ultravioleta Extremos, en determinadas frecuencias, en general sin incidencia para la radio que utilizamos todos los días.

El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA capturó una serie de impresionantes vídeos e imágenes que muestran la llamarada solar.

En 2014, además de la mancha solar de este 22 de octubre, el pasado 5 de febrero también hubo otra de las 6 llamaradas registradas más grandes del ciclo solar 24, pero de menor intensidad, de clase M5.

Quizás por esta intensa actividad, que es real, cierta y contrastada, se propagó tan rápidamente el falso rumor de que la tierra se puede quedar a oscuras durante 6 días en diciembre debido a una tormenta solar.




Fuentes: Euronews

14 de septiembre de 2014

Tormenta solar rumbo a la Tierra podría afectar a las telecomunicaciones



Una doble tormenta solar se dirige hacia la Tierra y podría afectar este fin de semana a las telecomunicaciones.


Se trata de llamaradas, que se desplazan por el espacio a una velocidad de cuatro millones de kilómetros por hora.

Esta tormenta geomagnética podría afectar a las transmisiones de radio y satélite, y degradar las señalesGPS.

El Centro de Predicciones Meteorológicas del Espacio asegura que esta es la primera vez en muchos años que nuestro planeta enfrenta un fenómeno natural de tal magnitud.

La parte positiva de estas tormentas son las espectaculares auroras boreales que desencadenan, y que serán visibles principalmente en la parte norte de Estados Unidos y en Canadá.

Fuentes: Euronews

3 de septiembre de 2014

La NASA logra grabar por primera vez en vídeo una gigantesca erupción solar



El nuevo observatorio solar de la NASA, el Espectógrafo de Imágenes de la Interfaz Solar ha conseguido por primera vez grabar una gigantesca erupción solar en vídeo. Estas son las imágenes. Según la agencia espacial estadounidense, la eyección de masa coronal registrada tenía el ancho equivalente a cinco veces el planeta Tierra y siete veces y media su altura. 


Fuentes: Rtve.es

4 de julio de 2014

La violenta infancia del Sol podria resolver el misterio de los meteoritos

Fuertes vientos en el entorno de una protoestrella

Al estudiar la truculenta infancia de estrellas parecidas a nuestro Sol con el observatorio espacial Herschel de la ESA, los astrónomos han descubierto que los poderosos vientos estelares podrían ser la clave para resolver el misterio de los asteroides en nuestro Sistema Solar.

A pesar de su pacífica apariencia en el cielo nocturno, las estrellas son hornos abrasadores que entran en funcionamiento a través de violentos procesos – y nuestro Sol, de 4.500 millones de años, no es una excepción. Para poder analizar su dura infancia, los astrónomos recogen pruebas en nuestro Sistema Solar y estudiando otras estrellas jóvenes de nuestra Galaxia.

Un equipo de astrónomos, mientras utilizaba los datos de Herschel para estudiar la composición química de las regiones donde se están formando estrellas en la actualidad, descubrió que una de ellas era diferente.

El inusual objeto es una prolífica guardería estelar conocida como OMC2 FIR4, una aglomeración de nuevas estrellas inmersas en una nube de polvo y gas cerca de la conocida Nebulosa de Orión.

Fuertes vientos en el entorno de una protoestrella en Orión








“Nos sorprendió descubrir que la proporción de dos compuestos químicos, uno basado en el carbono y en el oxígeno y el otro en el nitrógeno, era mucho menor en este objeto que en cualquier otra protoestrella conocida”, explica Cecilia Ceccarelli, del Instituto de Planetología y de Astrofísica de Grenoble, Francia, quien dirigió este estudio junto a Carsten Dominik de la Universidad de Ámsterdam, Países Bajos.

En un entorno extremadamente frío, esta inusual proporción podría indicar que uno de los componentes está congelado, formando granos de polvo y volviéndose indetectable. Sin embargo, esto no debería ocurrir a las temperaturas relativamente ‘altas’ que se pueden encontrar en las regiones de formación de estrellas como OMC2 FIR4, de unos -200°C.

“La causa más probable en este entorno sería un fuerte viento de partículas muy energéticas, liberado por al menos una de las estrellas embrionarias que se están formando en la región”, añade Ceccarelli.

Los rayos cósmicos, unas partículas energéticas que impregnan toda la Galaxia, pueden disociar las moléculas de hidrógeno, las más abundantes en las nubes de formación de estrellas. Los iones de hidrógeno quedan así libres para combinarse con otros elementos también presentes en su entorno, aunque en una proporción mucho menor, como el carbono, el oxígeno o el nitrógeno.

Normalmente los compuestos de nitrógeno también se destruyen con rapidez, y el hidrógeno se vuelve a combinar con el carbono y con el oxígeno. Al final, éste último compuesto es mucho más abundante que el primero en todas las guarderías estelares conocidas.

Sin embargo, esto no sucede en OMC2 FIR4, lo que sugiere que el viento de partículas energéticas está destruyendo las dos especies químicas, manteniendo sus concentraciones a un nivel bastante parecido.

Los astrónomos piensan que en el Sistema Solar primitivo también sopló un viento igual de violento, y esta hipótesis podría ayudar a explicar el origen de un elemento químico muy especial detectado en los meteoritos.


Fuentes: ESA

21 de junio de 2014

Cinturones de actividad solar

Necklaces of solar activity

En el año 1998 el Sol se estaba comportando según lo previsto. El ciclo de actividad solar, de aproximadamente 11 años, transcurría con normalidad encaminándose hacia el máximo previsto para el año 2001.

El Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) tomó esta fotografía el 9 de noviembre de 1998 con su telescopio ultravioleta, revelando la radiación emitida por los átomos de hierro inmersos en un baño de gas a un millón de grados Celsius.

Esta imagen de la actividad solar recoge un ejemplo de libro, mostrando dos bandas más brillantes que rodean al Sol a la misma latitud en cada hemisferio.

En las longitudes de onda de la luz visible estos cinturones y zonas más brillantes se corresponden con regiones oscuras conocidas como manchas solares, que se producen cuando los tubos de flujo magnético se elevan desde el interior del Sol, ‘flotando’ hasta alcanzar su atmósfera.

Al comienzo de cada ciclo las regiones activas son escasas y aparecen sólo a altas latitudes, desapareciendo pocas semanas después. A medida que el ciclo avanza empiezan a surgir nuevas zonas activas, con más frecuencia y de mayor tamaño, a latitudes cada vez menores. Algunas de estas manchas solares pueden ser más grandes que nuestro propio planeta y permanecer visibles durante varios meses.

Este proceso tiene lugar de forma simultánea en los dos hemisferios del Sol. Al cabo de cinco o seis años, las manchas solares alcanzan las latitudes próximas al ecuador solar, momento que se conoce como Máximo Solar.

A partir de aquí el número de manchas empezará a descender hasta que prácticamente desaparezcan, y el ciclo comenzará de nuevo a altas latitudes. El mecanismo responsable de estos ciclos sigue siendo uno de los mayores misterios del Sol. Parece evidente que está relacionado con la generación del campo magnético en el interior de las capas gaseosas del Sol, pero los detalles continúan siendo una incógnita.

Hace poco el Sol empezó a desviarse de este comportamiento tan predecible. El ciclo actual comenzó unos dos años tarde, los hemisferios se están comportando de forma diferente y el máximo de actividad solar está siendo relativamente modesto. Se espera que el próximo ciclo continúe con esta nueva tendencia, pudiendo ser incluso más débil que el actual.



Fuentes: ESA

20 de mayo de 2014

Una eyección de masa coronal, de tipo Carrington, pasa muy cerca de la Tierra



El mes último (desde el 8 al 11 de abril), científicos, funcionarios del gobierno, planificadores de emergencias y otras personas se reunieron en Boulder, Colorado, con el fin de asistir al Taller sobre Clima Espacial (Space Weather Workshop, en idioma inglés), de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration, en idioma inglés, o Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, en idioma español). Este taller es una reunión anual que tiene como objetivo debatir sobre los peligros y las probabilidades de que ocurran tormentas solares.

El actual ciclo solar es más débil que lo usual; de modo que, en consecuencia, podríamos esperar un sencillo encuentro. Pero, por el contrario, los pasillos y las salas de reuniones bullían con entusiasmo por una intensa tormenta solar que estuvo a punto de tocar la Tierra.

“Si hubiera tocado tierra, todavía estaríamos recogiendo los pedazos”, dice Daniel Baker, de la Universidad de Colorado, quien presentó la charla “El Principal Evento de Erupción Solar en Julio de 2012: Definiendo los Escenarios del Clima Espacial Extremo” (The Major Solar Eruptive Event in July 2012: Defining Extreme Space Weather Scenarios,en idioma inglés).


Este paso tan cercano tuvo lugar hace casi dos años. El 23 de julio de 2012, una nube de plasma o “EMC” (“CME”, por su sigla en idioma inglés) salió despedida desde el Sol a una velocidad de 3000 km/s, más que cuatro veces más rápido que una erupción típica. La tormenta atravesó la órbita de la Tierra pero por suerte nuestro planeta no estaba allí. En cambio, golpeó a la nave espacial STEREO-A. Los investigadores han estado analizando los datos desde entonces y llegaron a la conclusión de que la tormenta fue una de las más potentes que se han registrado en la historia. “Podría haber sido más fuerte que el Evento Carrington mismo”, señala Baker.



Se denominó Evento Carrington a una serie de ponderosas EMC que golpearon la Tierra de frente, en septiembre del año 1859, desencadenando así auroras boreales tan al sur como en Tahití. Las intensas tormentas geomagnéticas hicieron que las líneas telegráficas del mundo sacaran chispas, incendiando así algunas oficinas telegráficas y también inhabilitando la ‘Internet victoriana’. En la actualidad, una tormenta similar podría tener un efecto catastrófico sobre las redes de energía eléctrica modernas y sobre las redes de telecomunicaciones. Según un estudio llevado a cabo por la Academia Nacional de Ciencias (National Academy of Sciences, en idioma inglés), el impacto económico total podría exceder los 2 billones de dólares o 20 veces más que los costos del huracán Katrina. Podría tomar años reparar los transformadores, de grandes toneladas, calcinados por una tormenta como esa y eso afectaría la seguridad nacional.

Un reciente artículo publicado en Nature Communications y escrito conjuntamente por Janet G. Luhmann, una especialista en física espacial, de la Universidad de California, Berkeley, y por Ying D, un ex postdoctorado, describe qué es lo que confirió su potencia a la tormenta de julio de 2012, la cual fue similar al Evento Carrington. Por un lado, la EMC fue, en verdad, dos EMCs separadas por solamente 10 a 15 minutos. Esta nube de tormenta doble viajó a través de una región del espacio que había sido “limpiada” por otra EMC apenas cuatro días antes. Como resultado, las EMC no fueron desaceleradas tanto como es usual por su tránsito a través del medio interplanetario.

Si la erupción hubiera ocurrido apenas una semana antes, el sitio de la explosión hubiera estado apuntando hacia la Tierra, en vez de hacerlo hacia el costado; de modo que escapamos de la tormenta por poco.

Cuando el Evento Carrington envolvió la Tierra en el siglo XIX, las tecnologías de la época no eran muy sensibles a las alteraciones electromagnéticas. Por otro lado, la sociedad moderna depende mucho de las tecnologías sensibles al Sol, como los GPS (Global Positioning System, en idioma inglés, o Sistema de Posicionamiento Global, en idioma español), las comunicaciones satelitales e Internet.

“El efecto de una tormenta como esa sobre nuestras tecnologías modernas sería tremendo”, dice Luhmann.

Durante debates informales que tuvieron lugar en el taller, Nat Gopalswamy, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), destacó que “sin las sondas STEREO, de la NASA, podría haber sucedido que nunca conociéramos la intensidad de la supertormenta que se produjo en el año 2012. Esto demuestra el valor de tener ‘boyas para el clima espacial’ ubicadas alrededor del Sol”.

Asimismo, esto destaca la potencia del Sol incluso durante las llamadas “épocas de calma”. Muchos observadores han notado que el ciclo solar actual es débil, quizás el más débil en 100 años. Claramente, hasta un ciclo solar débil puede producir una tormenta muy fuerte.

Baker dice: “Tenemos que estar preparados”.


Fuentes: Ciencia Nasa

16 de marzo de 2014

La NASA registra una de las llamaradas solares más intensas y analiza sus consecuencias

(Archivo) llamarada del sol en abril de 2012. NASA
- Los científicos estudian si el flujo de las partículas se cruzarán con la atmósfera- Las llamas del sol son las responsables de espectáculos como la aurora boreal
La NASA ha registrado una de las llamaradas solares más intensas de lo que va de año. Este fenómeno, que tuvo lugar el pasado 12 de marzo, ha alcanzado la clase M9.3, es decir, "sólo un poco menos intensa que las de mayor categoría, que se etiquetan como clase X", ha explicado la experta Karen Fox.

Esta llamara proviene de una región de carga magnética del Sol conocida como 11996 AR. Ahora, los meteorólogos del Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la agencia espacial estadounidense están estudiando si el flujo de partículas solares provocado por la llamarada van a cruzarse en algún momento con la atmósfera de la Tierra.

Las consecuencias de las tormentas solares pueden ser nefastas para los satélites que orbitan alrededor del planeta o, si llegan al nivel suficiente de intensidad, pueden influir en la comunicación por radio e incluso las redes de energía en la Tierra. Sin embargo, también son las responsables deespectáculos de gran belleza, como las auroras boreales en los polos.

Actualmente, el pico de actividad del Sol está en los más alto de su ciclo --que dura 11 años-- y, por ello, ya son varios los episodios brillantes e intensos que se han vivido en los últimos meses. Esta gran actividad de la estrella también ha supuesto que el Centro de Predicción de Clima Espacial del NOAA haya puesto en marcha un plan de actualizaciones periódicas sobre la actividad solar en los próximos días.

Imágenes del sol y sus llamas

Observatorio de Dinámica Solar (SDO)
Detalle de una llama saliendo de la superficie solar.











Observatorio de Dinámica Solar (SDO)
Imagen del sol tomada desde el Observatorio de Dinámica Solar dependiente de la NASA.
















SDO
Imágen del sol donde destacan las latitudes más brillantes activas de todos lados del ecuador.

















SDO
Entre las imágenes se aprecia un agujero de guirnalda en el hemisferio norte, y filamentos que cubren el disco del Sol.
















SDO
Pueden apreciarse las manchas solares que constituyen las regiones activas.

















SDO
El Observatorio Solar capta las imágenes solares a diario.


















SDO
La imagen del sol tomada este domingo a mediodía.


















SDO
La NASA registró en esta jornada una de las llamaradas olares más intensas de este año.


















Fuentes: Rtve.es

1 de marzo de 2014

La gran energía del Sol







Más o menos cada once años la actividad de Sol aumenta y se intensifican las llamaradas solares. Ahora estamos precisamente en los últimos meses de uno de esos picos. Las sondas espaciales permiten ver con antelación la intensidad de esas tormentas solares para dar la alerta y proteger los satélites, de los que cada vez dependemos más.


Fuentes: Rtve.es

1 de noviembre de 2013

Un cañón de fuego de 320.000 kilómetros

NASA / SDOCon las imágenes capturadas por la SDO el 29 y el 30 de septiembre, la NASA ha elaborado un vídeo en el que se observa cómo una especie de enorme lengua parece cortar la corona solar mientras emerge disparada hacia el espacio

El pasado 29 de septiembre, el Sol emitió una llamarada que abrió en su atmósfera un cañón de fuego de 320.000 kilómetros, algo menos que ladistancia de la Tierra a la Luna. Este momento sobrecogedor fue captado por la sonda de la NASA Solar Dynamics Observatory (SDO), un satélite que gira en torno a la Tierra a 36.000 kilómetros de distancia sobre su base terrestre en Nuevo México (EE.UU.) y que se dedica en exclusiva a observar nuestra estrella.

Según ha informado la NASA en un comunicado, el fenómeno ocurrió cuando el Sol expulsó un gigantesco “filamento magnético de material solar”, que abrió lo que parece un gran canal de fuego en el lugar “donde los campos magnéticos elevaron el filamento antes de la explosión”. Con las imágenes capturadas por la SDO el 29 y el 30 de septiembre, la NASA ha elaborado un vídeo en el que se observa cómo una especie de enorme lengua parece cortar la corona solarmientras emerge disparada hacia el espacio, dejando tras de sí un enorme surco de fuego.

El vídeo muestra el disparo del filamento en diferentes colores, correspondientes a imágenes grabadas en distintas longitudes de onda para apreciar las zonas de temperatura. “Las imágenes rojas ayudan a destacar el plasma a 50.000 grados centígrados y son buenas para observar los filamentos a medida que se forman y expulsan.

Las imágenes amarillas, que muestran temperaturas de 555.000° C, son útiles para observar el material que se mueve a lo largo de las lineas del campo magnético del Sol, que en el vídeo se ven como un conjunto de arcos a través del área de la erupción. Las imágenes de tono más marrón al comienzo del vídeo muestran material a temperaturas de un millón de grados, y es aquí donde la analogía del cañón de fuego se hace más obvia”, explica la descripción de la NASA. “Las dos franjas turbulentas que se apartan la una de la otra son, de hecho, las huellas de las líneas del gigantesco campo magnético, que crecen y se expanden a medida que el filamento las empuja hacia arriba”.



NASA / SDOVídeo montado con imágenes de la sonda de la NASA SDO tomadas el 29 y el 30 de septiembre de 2013, donde se aprecia un enorma filamento magnético eyectado a través de la corona creando un cañón de fuego

Meteorología espacial

Estas inmensas diferencias de temperatura no son algo inusual en el Sol; uno de los mayores misterios de la heliofísica es precisamente por qué su superficie está solo a poco más de 5.000° C, mientras que su atmósfera, la corona, es un mundo de fuego a más de un millón de grados. Pero aunque hablemos de fuego, en realidad el ingrediente principal del Sol es el plasma, un material tan caliente que hace que los electrones se separen de los núcleos de los átomos y queden inmersos en una especie de sopa ardiente.

El movimiento de las partículas crea un potente campo magnético que es responsable de las violentas erupciones solares. Cuando estas llamaradas se disparan en dirección a la Tierra, son responsables de lo que se conoce como meteorología espacial. Nuestro planeta está protegido de los efectos más dañinos gracias a su propio campo magnético, pero estas erupciones provocan tormentas geomagnéticas que, en sus versiones más agresivas, pueden dañar los sistemas electrónicos y de comunicaciones, tanto en los satélites como en superficie.

Otro conocido resultado de estas tormentas son las auroras polares. La erupción de septiembre, que viajó a través del espacio a 850 kilómetros por segundo y alcanzó la Tierra el 2 de octubre, provocó hermosas auroras boreales y australes que pudieron verse en latitudes menores de lo acostumbrado. En América, el fenómeno pudo verse en Canadá y en una docena de estados septentrionales de EE. UU., llegando hasta Oregón y Nueva York. En el hemisferio sur, la aurora pudo contemplarse desde Nueva Zelanda.


Fuentes : ABC.es

25 de julio de 2013

El Sol deja ver su misterioso proceso de reconexión magnética

La superposición de los datos de dos naves de la NASA confirman una vista de la reconexión magnética en el Sol, un proceso de reajuste de los campos magnéticos que se encuentra en el fondo de la meteorología espacial. La imagen que se muestra en verde azulado, de SDO, muestra la forma de las líneas del campo magnético en la atmósfera del Sol. Los datos de RHESSI, se muestran en color naranja. Crédito de la imagen: NASA / SDO / RHESSI / Goddard
 
Dos naves espaciales de la NASA han proporcionado la vista más completa de un proceso misterioso detrás de todas las explosiones en el Sol: la reconexión magnética. La reconexión magnética ocurre cuando las líneas del campo magnético se unen, se rompen e intercambian compañeras, asumen nuevas posiciones y liberan una descarga de energía magnética. Este proceso se encuentra en el meollo de las gigantescas explosiones solares, tales como las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal, que pueden lanzar radiación y partículas por todo el sistema solar.


Los científicos quieren entender mejor este proceso para poder advertir sobre los acontecimientos de clima espacial, que pueden afectar los satélites cercanos a la Tierra, e interferir con las comunicaciones por radio. Una razón por la que la reconexión magnética es tan difícil de estudiar es porque no es directamente observable, ya que los campos magnéticos son invisibles. En cambio, para tratar de entender lo que sucede, los científicos han usado una combinación de modelos informáticos y de las escasas observaciones alrededor de los eventos de reconexión magnética.

Ahora Yang Su, un científico solar de la Universidad de Graz, en Austria, ha añadido una nueva pieza de evidencia visual. Mientras búsqueda en observaciones hechas por el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA, vio algo bastante difícil de obtener a partir de los datos: imágenes directas de reconexión magnética.




Aunque las líneas del campo magnético son, en efecto, invisibles, de forma natural provocan partículas cargadas – el material llamado plasma, del que se compone el Sol – que corren a lo largo de su longitud. Los telescopios espaciales pueden ver que el material aparece como líneas brillantes en forma de bucles y arcos en la atmósfera del Sol, y así trazar las líneas del campo magnético.

El estudio se publica en Nature Physics.

Fuente: NASA

29 de junio de 2013

La NASA lanza un nuevo espía del Sol

NASA&JAXA/Hinode
La atmósfera baja del Sol


La NASA lanzó el viernes con éxito desde la base aérea Vandenberg (California) el satélite IRIS, un nuevo artefacto que se une a los ya existentes en el espacio para espiar la actividad del Sol de forma prácticamente continua durante dos años. La misión estará destinada a estudiar cómo el material solar se mueve, acumula energía y se calienta mientras viaja a través de una región poco conocida entre la superficie y la corona solar. Esta región impulsa el viento solar que llega a todos los rincones del sistema planetario y genera la mayoría de las emisiones ultravioletas de nuestra estrella. 



AFP/NASA
El satélite IRIS



Poco después del lanzamiento, el satélite se separó de su cohete Pegasus XL, de la empresa Orbital Sciences Corporation, y entró en la órbita correcta, según ha explicado la agencia espacial. Durante el próximo mes, los responsables de la misión se limitarán a examinar los equipos para comprobar que todo funciona correctamente. Las observaciones científicas comenzarán en 60 días. IRIS lleva un telescopio ultravioleta que alimenta un espectrógrafo de imágenes multicanal. Con este instrumento, obtendrá instantáneas de alta resolución cada pocos segundos, y proporcionará observaciones de hasta 240 kilómetros a través del Sol. 

 

«IRIS mostrará la atmósfera solar con más detalle de lo que nunca se ha observado antes», ha explicado el científico adjunto al proyecto, Adrian Daw, quien ha apuntado que está convencido de que esta misión les mostrará «algo que no se esperaba ver». La actividad solar, como las eyecciones de masa coronal y las erupciones solares, también son de gran interés para los diseñadores de naves espaciales que tienen que encontrar formas de proteger los instrumentos y la electrónica de los mismos. IRIS también puede facilitar información al respecto.

Fuentes : ABC.es

4 de abril de 2013

La lluvia del Sol podría explicar por qué el calor de la corona es tan alto


La atmósfera exterior de un millón de grados del Sol es el último lugar en el que esperarías encontrar lluvia, aunque allí tiene lugar una forma de la misma. Esto podría ayudar a explicar por qué la atmósfera exterior del Sol, o corona, es mucho más caliente que la más interna.




La lluvia coronal está hecha de densos nudos de miles de kilómetros de extensión que constan de gas relativamente frío, a decenas o cientos de grados C, el cual se vierte hacia la superficie visible del Sol desde la atmósfera externa a velocidades que superan los 100 kilómetros por segundo. “Es esta lluvia constante de gotas lo que parece estar cayendo desde las alturas”, dice Judy Karpen del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.



Ahora unas simulaciones parecen demostrar que la lluvia coronal es el resultado de un proceso que hace la corona tan caliente. 

Se han propuesto antes dos teorías para explicar la anomalía. 
Una sugiere que la corona se calienta a través de pequeñas explosiones conocidas como nanollamaradas en la atmósfera baja. Esto empujaría el gas hacia arriba en la corona, donde irradia su energía. 
La otra sugiere que la energía térmica es depositada por ondas magnéticas que atraviesan la corona.



Cuando Patrick Antolin y Kazunari Shibata de la Universidad de Kyoto en Japón, simularon los dos procesos, encontraron que el gas calentado desde abajo por las nanollamaradas podría enfriarse y condensarse más arriba para crear la lluvia, mientras que las ondas magnéticas mantienen el gas de gran altitud demasiado caliente para condensarse.











Sistema de satelites que estudian la actividad del Sol. Nasa.

“Es un poco como la condensación de gotas de lluvia”, dice Daniel Müller, científico de la Agencia Espacial Europea que trabaja en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. El gas se eleva “como el vapor que sale de una olla de agua hervida”, comenta. “Entonces se enfría y cuando se hace verdaderamente denso se forman estas gotitas”.


Fuentes : Ciencia Kanija , Rtve.es

24 de marzo de 2013

Se descubre la fuente de energía del viento solar

El viento solar se aleja del Sol con una rapidez que puede exceder los 500 km/s (1,8 millones de kilómetros por hora). [Más información]

Usando datos de una veterana nave espacial de la NASA, investigadores han encontrado indicios de una fuente de energía en el viento solar que ha captado la atención de quienes investigan en el campo de la fusión. La NASA podrá poner a prueba esta nueva teoría más adelante, en el transcurso de esta década, cuando envíe una nueva sonda hacia el Sol con el fin de realizar observaciones de cerca.

El descubrimiento fue realizado por un grupo de astrónomos que intentaba resolver un misterio que tiene décadas: ¿qué es lo que calienta y acelera el viento solar?

El viento solar es un flujo caliente y de alta velocidad de gas magnetizado, que emana de la parte superior de la atmósfera del Sol. Está compuesto de iones de hidrógeno y helio, y una pizca de elementos más pesados. Los investigadores lo comparan con el vapor de una olla de agua hirviendo sobre una estufa; de hecho, el Sol se está evaporando, literalmente.

"Sin embargo", dice Adam Szabo, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), "el viento solar hace algo que el vapor en su cocina nunca hace. Conforme el vapor sale de una olla y se eleva, se desacelera y se enfría. Pero cuando el viento solar se aleja del Sol, se acelera, y triplica su velocidad tras su paso a través de la corona. Además, algo dentro del viento solar continúa calentándolo a medida que fluye hacia el frío del espacio".

Encontrar ese "algo" ha sido una meta de los investigadores durante décadas. En las décadas de 1970 y 1980, las observaciones de las dos naves espaciales Helios, de propiedad de Alemania y Estados Unidos, permitieron formular las primeras teorías, las cuales usualmente incluían alguna combinación de inestabilidades del plasma, ondas magnetohidrodinámicas y calentamiento turbulento. Reducir el número de posibilidades fue todo un reto. Al parecer, la respuesta yacía escondida en un conjunto de datos de una de las naves espaciales más viejas de la NASA que aún funciona, una sonda solar llamada Wind (Viento, en idioma español).

Una representación artística de Solar Probe Plus conforme se acerca al Sol para poner a prueba la teoría ciclotrón iónica. [Más información]


Lanzada en 1994, Wind es tan antigua que emplea cintas magnéticas similares a las anticuadas cintas de 8 pistas para registrar y reproducir sus datos. Equipada con un grueso blindaje y sistemas doblemente redundantes para evitar cualquier falla, la nave espacial fue hecha para durar; al menos un investigador de la NASA se ha referido a ella como la "Battlestar Galactica" de la flota de heliofísica, haciendo referencia a la historia de ciencia ficción que lleva ese nombre. Wind ha sobrevivido a casi dos ciclos solares completos y a una cantidad enorme de erupciones solares.

"Después de todos estos años, Wind aún nos envía excelentes datos", dice Szabo, quien es el científico de proyecto de la misión, "y todavía conserva unos 60 años de combustible en sus tanques".

Emplear a Wind para descifrar el misterio fue, según Justin Kasper, del Centro Harvard–Smithsoniano de Astrofísica, "una decisión obvia". Él y su equipo procesaron el registro completo del viento solar que recolectó la nave durante 19 años, el cual incluye mediciones de la temperatura, el campo magnético y la energía, y ...

"Creo que la encontramos", dice. "La fuente de calentamiento del viento solar son las ondas ciclotrón iónicas".

Las ondas ciclotrón iónicas están compuestas de protones que describen trayectorias circulares alrededor del campo magnético del Sol con el vaivén típico de una onda.

Una representación artística de la nave espacial Wind tomando mediciones del viento solar. El recuadro muestra el hallazgo científico de Justin Kasper. [Imagen ampliada]

De acuerdo con la teoría desarrollada por Phil Isenberg (de la Universidad de New Hampshire), expandida por Vitaly Galinsky y Valentin Shevchenko (de la UC San Diego), las ondas ciclotrón iónicas emanan del Sol. Al atravesar el viento solar, calientan el gas a millones de grados y aceleran el flujo a millones de kilómetros por hora. Los hallazgos de Kasper confirman que en efecto hay ondas ciclotrón iónicas en acción, al menos en la vecindad de la Tierra donde opera la sonda Wind.

Según Kasper, las ondas ciclotrón iónicas pueden hacer mucho más que solamente calentar y acelerar el viento solar. "También son responsables de algunas de las propiedades muy extrañas del viento".

El viento solar no es como el viento en la Tierra. Aquí en nuestro planeta, los vientos atmosféricos transportan el nitrógeno, el oxígeno y el vapor de agua todos juntos; todas las especies químicas se mueven a la misma velocidad y tienen la misma temperatura. El viento solar, por otro lado, es más extraño. Los elementos químicos que se encuentran presentes en el viento solar, como el hidrógeno, el helio y los iones pesados, se mueven con diferentes velocidades, tienen distintas temperaturas y, lo más extraño de todo, poseen temperaturas que cambian según la dirección.

"Nos hemos preguntando durante mucho tiempo por qué los elementos más pesados en el viento solar se mueven más rápidamente y tienen temperaturas más altas que los elementos livianos", dice Kasper. "Esto es completamente opuesto a la intuición".

La teoría ciclotrón iónica lo explica: los iones pesados resuenan fácilmente con las ondas ciclotrón iónicas. En comparación con sus contrapartes más livianas, obtienen más energía y se calientan al oscilar con las ondas.

El comportamiento de los iones pesados en el viento solar es lo que intrigada a los investigadores en el campo de la fusión nuclear. Kasper explica: "Si uno mira los reactores de fusión en la Tierra, uno de los grandes obstáculos para su funcionamiento es la contaminación. Los iones pesados que se desprenden de las paredes metálicas de la cámara de fusión se introducen en el plasma donde la fusión se lleva a cabo. Los iones pesados irradian calor. Esto puede enfriar el plasma al punto de detener la reacción de fusión".

Las ondas ciclotrón iónicas del tipo de las que Kasper ha encontrado en el viento solar podrían proporcionar una forma de revertir este proceso. En teoría, podrían usarse con el fin de calentar y/o eliminar los iones pesados, devolviendo así el equilibrio térmico al plasma que se está fusionando.

"He sido invitado a varias conferencias sobre fusión para hablar de nuestro trabajo sobre el viento solar", dice.

El siguiente paso, Kasper y Szabo concuerdan, es determinar si las ondas ciclotrón iónicas se comportan de la misma forma adentro de la atmósfera del Sol, donde el viento solar comienza su viaje. Para averiguarlo, la NASA planea enviar una nave espacial al interior mismo de la atmósfera del Sol.

Programada para ser lanzada en 2018, la Solar Probe Plus (Sonda Solar Plus, en idioma español) se adentrará tan profundamente en la atmósfera solar que el Sol parecerá 23 veces más grande de lo que parece cuando se lo observa desde los cielos de la Tierra. En su máximo acercamiento, a unos 7 millones de kilómetros de la superficie del Sol, la sonda Solar Probe Plus tendrá que soportar temperaturas que exceden los 1400 grados Celsius y sobrevivir a ráfagas de radiación de niveles que ninguna otra nave espacial ha experimentado. El objetivo de la misión es tomar mediciones del plasma y del campo magnético del Sol justamente en la fuente del viento solar.

"Con la sonda Solar Probe Plus podremos llevar a cabo experimentos específicos para poner a prueba la teoría ciclotrón iónica empleando sensores mucho más avanzados que los que lleva la nave espacial Wind a bordo", dice Kasper. "Esto debería darnos un entendimiento mucho más profundo de la fuente de energía del viento solar".


Fuentes : NASA.