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19 de abril de 2018

Descubren una estrella de neutrones oculta en una nube de gas

Nuevas imágenes del VLT (Very Large Telescope) de ESO, en Chile, y de otros telescopios, revelan un rico paisaje de estrellas y nubes brillantes de gas en una de nuestras galaxias vecinas más cercana, la Pequeña Nube de Magallanes. Las imágenes han permitido a los astrónomos identificar un esquivo cadáver estelar enterrado entre filamentos de gas, fruto de una explosión de supernova de hace 2.000 años. Se utilizó el instrumento MUSE para establecer dónde se esconde este escurridizo objeto, y los datos del Observatorio de rayos X Chandra confirmaron su identidad: es una estrella de neutrones solitaria.

Esta espectacular imagen, creada a partir de fotografías de telescopios tanto terrestres como espaciales, cuenta la historia de la persecución de un escurridizo objeto, difícil de encontrar, y oculto en medio de una compleja maraña de filamentos gaseosos en la Pequeña Nube de Magallanes, a unos 200.000 años luz de la Tierra.

Nuevos datos del instrumento MUSE, instalado en el VLT (Very Large Telescope) de ESO, en Chile, han revelado la existencia de un destacado anillo de gas en un sistema llamado 1E 0102.2-7219. Este anillo se expande lentamente en las profundidades de numerosos filamentos de gas y polvo, que se mueven a gran velocidad, y que son los restos de una explosión de supernova. Este descubrimiento ha permitido que un equipo, dirigido por Frédéric Vogt (miembro del programa “Fellow” de ESO en Chile), haya localizado, por primera vez, una estrella de neutrones aislada con bajo campo magnético y situada más allá de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea.

El equipo detectó que el anillo estaba centrado en una fuente de rayos X que había sido observada años antes y designada como p1. La naturaleza de esta fuente había seguido siendo un misterio. En particular, no estaba claro si p1 estaba realmente dentro del remanente o detrás de él. Finalmente, cuando MUSE observó el anillo de gas —que incluye neón y oxígeno— el equipo científico distinguió perfectamente que p1 estaba rodeada por un círculo. La coincidencia era demasiado grande, y se dieron cuenta de que p1 debía encontrarse en el interior del propio remanente de supernova. Una vez conocida la ubicación de p1, el equipo utilizó observaciones de este objeto en rayos X realizadas por el Observatorio Chandra de rayos X para determinar que se trataba de una estrella de neutrones aislada con un campo magnético bajo.

En palabras de Frédéric Vogt: “Si estás buscado una fuente puntual, lo mejor que te puede pasar es que el universo, literalmente, dibuje un círculo alrededor de él para mostrarte dónde has de buscar”.

Cuando las estrellas masivas explotan como supernovas, dejan atrás una red cuajada de gas caliente y polvo, conocida como remanente de supernova. Estas turbulentas estructuras son clave para la redistribución de los elementos más pesados —fabricados por las estrellas masivas a medida que viven y mueren— en el medio interestelar, donde, con el tiempo, acabarán formando nuevas estrellas y planetas.

Las estrellas de neutrones aisladas con bajos campos magnéticos normalmente apenas tienen unos diez kilómetros de tamaño, pero pesan más que nuestro Sol y se cree que son abundantes a través del universo, aunque son muy difíciles de encontrar porque sólo brillan en longitudes de onda de rayos X [2]. El hecho de observaciones ópticas hayan permitido confirmar que p1 es una estrella de neutrones aislada resulta particularmente emocionante.

La coautora Liz Bartlett (también miembro del programa “Fellow” de ESO en Chile), resume este descubrimiento: “Este es el primer objeto de su clase confirmado más allá de la Vía Láctea, y ha sido utilizando MUSE como herramienta de guía. Creemos que esto podría abrir nuevos cauces de descubrimiento y estudio de estos escurridizos restos estelares”.

Fuente: http://www.eso.org/public/

Descubren la estrella más lejana jamás observada



Un equipo internacional en el que ha participado el investigador del Instituto de Física de Cantabria (IFCA), instituto mixto de la Universidad de Cantabria y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), José M. Diego, ha colaborado en la observación de Ícaro, una enorme estrella azul que se encuentra a nueve mil millones de años luz de la Tierra y cuya observación ha sido posible gracias al telescopio espacial Hubble.

Normalmente, sería imposible advertirla, de hecho solo es posible ver estrellas individuales de la Vía Láctea y de galaxias en nuestra vecindad, incluso utilizando los telescopios más potentes hasta el momento. Pero un capricho de la Naturaleza ha amplificado su brillo, de manera que ha podido detectarse utilizando el telescopio espacial Hubble.

Los astrónomos han utilizado esta estrella para probar una nueva teoría sobre la materia oscura, y para estudiar de qué están compuestos los cúmulos de galaxias.

La estrella, que pertenece a una galaxia espiral, está tan lejos que su luz ha tardado nueve mil millones de años en llegar a la Tierra, lo que equivale al 70% de la edad del Universo. “Es la primera vez que vemos una estrella individual magnificada”, explica Patrick Kelly, investigador de la Universidad de Minnesota, Twin Cities y coautor del estudio. “Somos capaces de ver galaxias muy lejanas, pero esta estrella está 100 veces más lejos que la siguiente estrella individual que podemos estudiar, excepto si contamos explosiones de supernova como una estrella”, añade.

“Hasta que Galileo observó a través de su telescopio el cielo, no se veían las cientos de miles de estrellas individuales que componen lo que se conoce como el Camino de Santiago, una zona brillante pero difusa del cielo”, explica Pablo Pérez González, investigador del departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la UCM. Hasta 2016, continúa, solo era posible observar estrellas individuales de la Vía Láctea o de unas cuantas galaxias muy cercanas a nosotros, a unos cuantos millones de años luz.

“Hoy ya es posible observar una estrella individual que está en el otro lado del Universo, y que de hecho ya no existe. Pero no la hemos logrado observar solo gracias a un invento del hombre, sino a la magnificencia de la propia Naturaleza y a las leyes de la Física, entre las que se encuentra la perturbación que ejerce una masa en la trayectoria de los fotones. Es realmente fabuloso”, alaba Pérez González.

La peculiaridad cósmica que ha permitido ver esta estrella es un fenómeno conocido como “lente gravitacional”. La gravedad de un cúmulo muy masivo de galaxias actúa como una gran lupa cósmica amplificando la luz de objetos más distantes. La lente natural que ha permitido ver a Ícaro está creada por el cúmulo de galaxias llamado MACS J1149+2223, situado a unos 5.000 millones de años luz de la Tierra. Combinándola con la resolución y sensibilidad del Hubble se ha conseguido detectar y analizar esa estrella lejana.

Además de la UCM y de la Universidad de Minnesota, en el trabajo han participado el Instituto de Física de Cantabria (IFCA), la Universidad del País Vasco (UPV), el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), la Universidad de La Laguna (ULL) y la Universidad de South Carolina, Columbia.

LENTE GRAVITACIONAL, ARTÍFICE

Kelly y sus colaboradores vieron varios cambios repentinos del brillo de la estrella producidos por el efecto del microlente causado por el efecto gravitatorio de astros pertenecientes al cúmulo.

“Hay estrellas individuales y estrellas muertas, por ejemplo enanas blancas o estrellas de neutrones, flotando en medio del cúmulo. En realidad son tan débiles que no las vemos. Pero sabemos que están ahí, porque cada vez que una de ellas pasa justo por delante de la estrella lejana en un alineamiento perfecto, vemos cómo Ícaro se hace más brillante”, explica Kelly. “Así que tenemos a la vez un efecto macrolente producido por toda la masa del cúmulo, y un efecto de microlente producido por objetos individuales flotando en el medio intergaláctico.”

Aunque su nombre oficial es “MACS J1149+2223 Estrella Lentificada 1”, el equipo ha decidido llamarla como el personaje de la mitología griega que se acercó demasiado al Sol con sus alas de plumas y cera. Los modelos que el equipo de astrónomos ha hecho para explicar este magnífico evento astronómico indican que Ícaro fue amplificado por una estrella similar al Sol, presente en el medio intergaláctico del cúmulo de estrellas. El alineamiento fue perfecto y se produjo una amplificación de la luz de Ícaro en un factor de al menos 10000.

Ícaro se acercó tanto a este “sol” que alcanzó la gloria como su homónimo griego. “Pudimos establecer que Ícaro es una estrella supergigante azul. Un tipo de estrella mucho más grande, masiva, caliente y, posiblemente, miles de veces más brillante que el Sol, pero que, a la distancia a la que se encuentra, es imposible observarla de manera individual incluso para Hubble, salvo que contemos con el fenómeno de lente gravitacional” comenta Ismael Pérez Fournon, del IAC

El evento de detectar Ícaro con el Hubble fue tan extraordinario que cuando fue descubierta esta estrella todos los telescopios del mundo empezaron a observarla. “En España contamos con el mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo, el GTC, así que los astrónomos españoles involucrados en el proyecto, de la UCM, del IFCA, UPV y del IAC, contactamos con el Director de GTC, y de manera especial nos concedió 4 horas de observación esa misma noche”, cuenta Pablo Pérez González. “El GTC fue, de hecho, el único telescopio que detectó esta estrella tan lejana desde tierra, dado que Ícaro es muy débil”, puntualiza el investigador de la UCM.

El descubrimiento de Ícaro no es excepcional solo por el hecho de ver una estrella tan distante por primera vez. Detectar la amplificación del brillo de una estrella individual permite, de manera única, estudiar la naturaleza de la materia oscura del cúmulo. Explorando lo que flota en él, el equipo de astrónomos liderado por Kelly ha logrado poner a prueba una teoría sobre la naturaleza de la materia oscura que establece que la mayor parte de ella son agujeros negros primordiales, que tendrían una masa igual a varias decenas de soles, y que se habrían formado en el nacimiento del Universo.

Según José M. Diego, investigador del IFCA, y líder de un artículo teórico que acompaña a la publicación de Nature, “si la materia oscura estuviese compuesta por agujeros negros similares a los que está detectando LIGO, la señal observada de Ícaro hubiera sido muy distinta con lo cual podemos descartar este tipo de candidatos”. Tom Broadhurst, de la UPV, señala también que “este tipo de estudios permitirá en el futuro acotar otros modelos de materia oscura, como por ejemplo los modelos que postulan partículas de materia oscura súperligeras y con efectos cuánticos”.

El descubrimiento de Ícaro gracias al efecto de lente gravitacional ha dado pie a una nueva forma de mirar al Universo por parte de los astrónomos, y pronto estaremos buscando más eventos parecidos cuando el James Webb Space Telescope (JWST), el telescopio de la agencias espaciales de Europa (ESA), Estados Unidos (NASA) y Canadá (CSA) que sucederá a Hubble, sea lanzado en 2019. “Esto nos permitirá estudiar estrellas individuales en galaxias lejanas, o incluso planetas que existían mucho antes de que se formara la Tierra”, concluye Pérez González.

Fuentes: http://ifca.unican.es/es-es/news/ – http://www.spacetelescope.org/news/heic1807/

28 de diciembre de 2017

¿Y si la Estrella de Belén fue una extraña conjunción planetaria?

Los sabios pudieron ver en el cielo una conjunción planetaria - U. St Andrews

Los Reyes Magos pudieron ser guiados hasta el recién nacido por la visión en el cielo de varios planetas juntos, según un astrónomo

El debate sobre la auténtica naturaleza de la Estrella de Belén llega puntualmente cada año por estas fechas. Astrónomos, historiadores y teólogos llevan décadas reflexionando sobre qué fue lo que guió a los Reyes Magos de Oriente hasta el recién nacido, según el relato bíblico. Más allá del milagro y el hecho religioso, la ciencia intenta dar significado a algo que ocurrió hace más de 2.000 años. ¿Fue un cometa lo que marcó el inicio de nuestra era? ¿La explosión de una potente y brillante supernova? Aleks Scholz, de la Facultad de Física y Astronomía de la Universidad de St Andrews (Escocia) y director del Observatorio Universitario, cree quizás debamos sustituir las estrellas por planetas en el arbolito navideño. Ha llegado a la conclusión de que lo que vieron los sabios en el cielo fue en realidad una conjunción planetaria.

El cuadro «Adoración de los Reyes Magos», pintado por Giotto. El cometa, en la parte superior - Archivo



En muchas representaciones artísticas, la Estrella de Belén parece un cometa, con una gran cola fulgurante saliendo de su cabeza. Pero según Scholz, hay muchas razones para apartar esa hipótesis. Por un lado, los cometas no se ven como estrellas, «y estas personas no eran estúpidas», dice el astrónomo. El cometa Halley, el candidato más obvio, apareció en el cielo el año 12 a. C., varios años antes de la fecha de nacimiento plausible de Jesús. Además, los cometas eran vistos como heraldos de la perdición, y la llegada de este niño era un acontecimiento alegre.

Otra teoría postula que la Estrella de Belén era en realidad una nueva estrella en el cielo, una nova o una supernova. Originalmente fue idea del famoso astrónomo Johannes Kepler, «pero lamentablemente no tenemos registros independientes de una supernova brillante en este período. Eso no quiere decir que no sucediera, por supuesto. Hoy observamos estos objetos rutinariamente, pero en ese momento las personas no habrían sabido cómo interpretarlos», dice el investigador.


Encuentros extraños

Para Scholz, las explicaciones más verosímiles para la Estrella de Belén involucran múltiples planetas situados cerca: una conjunción planetaria. De hecho, se produjeron varios encuentros extraños entre planetas prominentes en el período de tiempo correcto.

En el año 7 a. C., Júpiter y Saturno se encontraron tres veces. Un año después, se unieron a Marte. Lo que siguió fue una fantástica secuencia de conjunciones entre los años 3 y 2 a. C.: Saturno con Mercurio, Saturno con Venus, Venus con Júpiter y Venus con Mercurio. Después, de nuevo Júpiter con Venus, y esta vez se acercaron tanto que pudieron parece uno solo para el ojo humano.

Entonces Júpiter se detuvo en la constelación de Virgo, visto desde Jerusalén directamente sobre Belén. El investigador cree que se trata de un espectáculo de planetas con una gran importancia astrológica que ocurre en el momento adecuado, aunque esa última parte aún se debate. «Tal vez deberíamos eliminar las estrellas en forma de cometa de los árboles de Navidad y reemplazarlas por planetas triples», propone.

Un gobernante ha nacido

No es la primera vez que los científicos apuestan por una conjunción planetaria como explicación a la Estrella de Belén. Grant Mathews, profesor de astrofísica y cosmología teórica en el Departamento de Física de la Universidad de Notre Dame's College of Science, explicaba algo similar hace algunos años. Los Reyes Magos, probablemente sacerdotes del Zoroastrismo de la antigua Babilonia y Mesopotamia, pudieron quedar fascinados por una alineación en la que el Sol, Júpiter, la Luna y Saturno estaban todos en Aries, mientras que Venus se encontraba al lado en Piscis, y Mercurio y Marte en el otro lado en Tauro. Esos astros hablaban de un gobernante con un destino especial nacido en Judea. Según calculaba Mathews, el fenómeno no se repetirá en 500.000 años.

El Papa emérito Benedicto XVI en su libro «La infancia de Jesús» ya apuntaba a un conjunción planetaria como el fenómeno astronómico que pudo haber llevado a los sabios hasta Belén. Pero quizás esta sea una de esas hermosas historias que siempre irán acompañadas de una parte de misterio.

Fuentes: ABC

28 de agosto de 2017

La Mejor Imagen de la Superficie y la Atmósfera de una Estrella

Visión reconstruida del VLTI de la superficie de Antares. Image Credit: ESO/K. Ohnaka

Utilizando el interferómetro del VLT (VLTI, Very Large Telescope Interferometer) de ESO, un equipo de astrónomos ha construido la imagen más detallada de una estrella obtenida hasta la fecha —la estrella supergigante roja Antares—. También han realizado el primer mapa de las velocidades del material en la atmósfera de una estrella que no es el Sol, revelando inesperadas turbulencias en la enorme y extendida atmósfera de Antares. Los resultados fueron publicados en la revista Nature.

A simple vista, la famosa y brillante estrella Antares refulge en fuertes tonos rojo en el corazón de la constelación de Escorpio (el escorpión). Es una enorme estrella supergigante roja, relativamente fría y en las últimas etapas de su vida, camino de convertirse en una supernova.

Ahora, un equipo de astrónomos, dirigido por Keiichi Ohnaka, de la Universidad Católica del Norte (Chile), ha utilizado el VLTI (el interferómetro del VLT, Very Large Telescope de ESO), instalado en el Observatorio Paranal, en Chile, para mapear la superficie de Antares y medir los movimientos del material superficial. Es (sin contar a nuestro Sol) la mejor imagen de la superficie y la atmósfera de una estrella que se haya obtenido hasta ahora.

El VLTI es una instalación única que puede combinar la luz de hasta cuatro telescopios, ya sean las Unidades de Telescopio de 8,2 metros o los Telescopios Auxiliares, más pequeños, para crear un telescopio virtual, equivalente a un solo espejo de hasta 200 metros. Esto permite resolver detalles finos más allá de lo que puede verse con un único telescopio.

"Durante la última mitad del siglo, ha sido complicado saber cómo pierden su masa de una forma tan rápida estrellas que, como Antares, están en la fase final de su evolución", afirmó Keiichi Ohnaka, quien también es el autor principal del artículo. "El VLTI es la única instalación que podía permitirnos medir directamente los movimientos del gas en la atmósfera de Antares, un paso crucial para aclarar este problema. El próximo desafío es identificar qué es lo que está impulsando los movimientos turbulentos".

Con los nuevos resultados, el equipo ha creado el primer mapa de dos dimensiones de la velocidad de la atmósfera de una estrella que no es el Sol. Lo hicieron utilizando el VLTI con tres de los Telescopios Auxiliares y un instrumento llamado AMBER para hacer imágenes individuales de la superficie de Antares sobre un rango pequeño de longitudes de onda infrarrojas. Luego, el equipo utilizó estos datos para calcular la diferencia entre la velocidad de los gases atmosféricos en diferentes posiciones en la estrella y la velocidad media de toda la estrella. Esto dio lugar a un mapa de la velocidad relativa de los gases atmosféricos a través de todo el disco de Antares: el primero jamás creado para una estrella que no fuera el Sol.

Los astrónomos detectaron gas turbulento y de baja densidad mucho más alejado de la estrella que lo predicho y concluyeron que el movimiento no podría ser resultado de la convección, la cual transfiere radiación desde el núcleo hacia la atmósfera exterior de muchas estrellas. Entienden que, para explicar estos movimientos en la atmósfera extendida de supergiantes rojas como Antares, sería necesario un proceso nuevo y actualmente desconocido.

"En el futuro, esta técnica de observación se puede aplicar a diferentes tipos de estrellas para estudiar sus superficies y atmósferas con un detalle sin precedentes. Hasta ahora, esto se había limitado solo al Sol", concluye Ohnaka. “Nuestro trabajo lleva a la astrofísica estelar a una nueva dimensión y abre una ventana completamente nueva para observar estrellas”.

Fuentes: NASA

22 de julio de 2017

Descubren un exoplaneta gigante orbitando una estrella variable

Crédito: Universidad de Keele

Un grupo de investigadores de la Universidad de Keele (Reino Unido) ha descubierto un exoplaneta gigante, perteneciente a una clase conocida como “Júpiter Caliente”. El descubrimiento se realizó con observaciones realizadas por el sistema de observación astronómica KELT y el programa de detección WASP.

El exoplaneta, nombrado WASP-167b/KELT-13b, es varias veces más masivo que Júpiter y orbita a su estrella una vez cada dos días. La estrella anfitriona, WASP-167/KELT-13, es una de las estrellas más calientes que se conoce que albergue un exoplaneta de este tipo. Está ubicada a una distancia de 381 años luz de la Tierra.

Entre el 2006 y el 2013 se realizaron observaciones de la estrella, utilizando los equipos de detección de WASP y KELT. Durante este periodo se detectaron pulsaciones estelares, que son esencialmente expansiones y contracciones de las capas exteriores de la estrella. Observaciones posteriores en el 2016 y 2017 confirmación la existencia del exoplaneta gigante.

WASP-167-KELT 13 es una estrella delta-Scuti o gamma-Dor variable. Se piensa que sus pulsaciones podrían estar siendo provocadas por el exoplaneta WASP-167b/KELT-13b, debido a la distancia reducida que existe entre los dos objetos.
Fuente: Keele University

15 de enero de 2017

Los Secretos Ocultos de las Nubes de Orión



La nube molecular Orión A observada por VISTA. Image Credit: ESO/VISION survey

Esta espectacular nueva imagen es uno de los mosaicos más grandes en alta resolución en infrarrojo cercano de la nube molecular de Orión A, la fábrica de estrellas masivas conocida más cercana, a unos 1.350 años luz de la Tierra. Fue tomada con el telescopio de rastreo infrarrojo VISTA, instalado en el Observatorio Paranal de ESO, en el norte de Chile, y revela la presencia de numerosas estrellas jóvenes y de otros objetos que, de otra manera, permanecerían ocultos en las profundidades de las nubes de polvo.

La nueva imagen del sondeo VISION (VIenna Survey In Orion) es un montaje de imágenes tomadas en la parte del infrarrojo cercano del espectro por el telescopio de rastreo VISTA en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile. Cubre la totalidad de la nube molecular de Orión A, una de las dos nubes moleculares gigantes del Complejo Molecular de la nube de Orión (OMC, Orion Molecular Complex). Orión A se extiende aproximadamente ocho grados hacia el sur en la familiar zona de Orión conocida como la espada.

VISTA es el telescopio de sondeo más grande del mundo, cuenta con un gran campo de visión y está dotado con detectores infrarrojos muy sensibles, características que lo hacen ideal para la obtención de imágenes en infrarrojo profundas y de alta calidad, requeridas por este ambicioso estudio.

El sondeo VISION ha dado lugar a un catálogo que contiene casi 800.000 estrellas individuales identificadas, objetos estelares jóvenes y galaxias lejanas, lo que representa la información más profunda y la mayor cobertura alcanzadas hasta ahora por ningún estudio en esta región del cielo.

VISTA puede ver la luz que el ojo humano no puede, permitiendo a los astrónomos identificar muchos objetos escondidos en esta guardería estelar. Las estrellas muy jóvenes que no pueden verse en imágenes de luz visible se revelan cuando se observan a longitudes de onda infrarrojas, más largas, donde el polvo que las envuelve es más transparente.

La nueva imagen representa un paso hacia un conocimiento completo de los procesos de formación de estrellas en Orión A, tanto para estrellas de baja masa como para estrellas masivas. El objeto más espectacular es la gloriosa nebulosa de Orión, también llamada Messier 42, hacia la izquierda de la imagen. Esta región forma parte de la espada de la famosa y brillante constelación de Orión (el cazador). El catálogo de VISTA cubre tanto objetos conocidos como nuevos descubrimientos. Estos incluyen cinco nuevos candidatos a objeto estelar joven y diez candidatos a cúmulos de galaxias.

En otras partes de la imagen, podemos mirar en el interior de la nubes moleculares oscuras de Orión A y descubrir muchos tesoros ocultos, incluyendo discos de material que podrían dar origen a nuevas estrellas (discos pre-estelares), nebulosidades asociadas a estrellas recién nacidas (objetos Herbig-Haro), pequeños cúmulos de estrellas e incluso cúmulos de galaxias más allá de la Vía Láctea. El sondeo VISION permite estudiar de forma sistemática las fases evolutivas más tempranas de estrellas jóvenes en el interior de nubes moleculares cercanas.

Esta imagen de Orión A, con un nivel de detalle impresionante, establece una nueva base observacional para continuar los estudios sobre formación de estrellas y de cúmulos y pone de relieve, una vez más, las capacidades del telescopio VISTA para obtener imágenes de amplias áreas del cielo de forma rápida y profunda en la parte infrarroja del espectro.

24 de diciembre de 2016

¿Tuvo una compañera la estrella Betelgeuse?

La estrella Betelgeuse, en infrarrojo - L. Decin/University of Leuven/ESA

La famosa supergigante roja, la más cercana a la Tierra, pudo haber devorado a una «hermana» hace unos 100.000 años

 




Betelgeuse, situada a 600 años luz más allá de Orión, es una de las estrellas más famosas. Esta supergigante roja con nombre de personaje de cuento, la más cercana a la Tierra, está llegando al final de su vida y se ha hinchado hasta muchas veces su tamaño original. Algún día explotará como una supernova, pero nadie sabe cuándo, quizás dentro de 10.000 años, quizás mañana.

Pero ese misterio sobre su futuro está profundamente intrincado con otro sobre su pasado. El astrónomo J. Craig Wheeler, de la Universidad de Texas en Austin (EE.UU.) cree que Betelgeuse no estuvo siempre sola, sino que nació con una estrella compañera, a la que acabó devorando después, hace unos 100.000 años. La investigación aparece publicada en la revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society.



La nueva pista sobre el futuro de Betelgeuse implica su rotación. Cuando una estrella se infla para convertirse en una supergigante, su rotación debe reducir la velocidad. «Es como el clásico giro del patinador de hielo. A medida que abre los brazos, se ralentiza», explica Wheeler. Así sería la rotación de la estrella, que debería ir disminuyendo al tiempo que la estrella se expandía. Pero eso no es lo que el equipo científico encontró.


«No podemos creer la rotación de Betelgeuse», asegura Wheeler. «Está girando 150 veces más rápido que cualquier estrella solitaria». Esto fue lo que puso sobre la pista al investigador. Si Betelgeuse hubiera tenido una compañera en sus orígenes, en una órbita aproximadamente del tamaño que Betelgeuse tiene ahora, y luego hubiera sido devorada, esa estrella transferiría el momento angular de su órbita en torno a Betelgeuse al exterior de la estrella, acelerando su rotación.

Wheeler estima que la estrella compañera habría tenido aproximadamente la misma masa que el Sol, lo que explicaría la velocidad de rotación actual de Betelgeuse de 15 km/seg.


Materia en el espacio

Si Betelgeuse se tragó a su hermana, lo más probable es que la interacción entre ambas hiciera que la supergigante disparara algo de materia hacia el espacio. De hecho, esa materia existe, ya que la estrella, como puede verse en unas imágenes infrarrojas tomadas en 2012 por investigadores de la Universidad de Lovaina en Bélgica con el telescopio Herschel, muestran dos corazas a un lado de la estrella cuyo origen no se sabe con certeza. La teoría de una compañera devorada también podría explicar este hecho.

Wheeler y su equipo de estudiantes prosiguen sus investigaciones sobre esta estrella enigmática. A continuación, esperan sondear Betelgeuse usando una técnica llamada asterosismología, en busca de ondas sonoras que afectan a la superficie de la estrella, para obtener pistas sobre lo que está sucediendo en su interior.


Fuentes: ABC

29 de octubre de 2016

La Universidad de Berkeley se suma a la búsqueda de vida extraterrestre en la estrella KIC 8462852

Se cree que el oscurecimiento irregular puede haber sido causado por fragmentos cometarios. DANIELLE FUTSELAAR/SETI INTERNATIONAL

Va a utilizar una nueva tecnología de escaneo masivo de señales de radio
Se ha especulado con que pueda albergar una civilización alienígena
Su oscurecimiento errático podría deberse a una 'megaestructura' artificial

La Universidad de Berkeley se ha sumado a los esfuerzos para intentar detectar cualquier señal de extraterrestres inteligentes en KIC 8462852, la estrella de la supuesta 'megaestructura alienígena'. La también conocida como 'estrella de Tabby' ha provocado gran expectación en el último año, con la especulación de que alberga una civilización muy avanzada capaz de construir en órbita megaestructuras para captar la energía de la estrella.

Así, la iniciativa privada Breaktrough Listen, gestionada por el Departamento de Astronomía de Berkeley, va a utilizar una nueva tecnología de escaneo masivo de señales de radio con el telescopio de Green Bank, el más potente del mundo para este fin, según un comunicado de Berkeley.
La estrella se encuentra a unos 1.500 años luz de la Tierra en la constelación de Cygnus.
"El programa Breaktrough Listen cuenta con el equipo SETI (búsqueda de inteligencia extraterrestre) más poderoso del planeta, y el acceso a los telescopios más grandes", ha asegurado Andrew Siemion, director del Centro de Investigación SETI de Berkeley y co-director de Breaktrough Listen. "Podemos mirar con mayor sensibilidad y con una gama más amplia de tipos de señales que cualquier otro experimento en el mundo".

"Todo el mundo, todos los telescopios del programa SETI, me refiero a todos los astrónomos que tiene cualquier tipo de telescopio en cualquier longitud de onda que pueden ver la estrella de Tabby han mirado hacia allí", ha asegurado. "Se ha mirado con el Hubble, con el Keck, se ha mirado en infrarrojo, radio y alta energía, y con cada cosa posible que usted pueda imaginar, incluyendo toda una serie de experimentos SETI. No se ha encontrado nada".
Escepticismo
Aunque Siemion y sus colegas son escépticos de que el comportamiento único de la estrella sea un signo de una civilización avanzada, no pueden no echar un vistazo. Se han asociado con el astrónomo visitante de la Universidad de Berkeley Jason Wright, y con Tabetha Boyajian, el profesor asistente de física y astronomía en la Universidad del Estado de Louisiana cuyo nombre lleva la estrella, para observarla con los instrumentos de última generación de Breakthrough Listen, montados recientemente en el telescopio de 100 metros de Green Bank, en Virginia Occidental. Wright trabaja en el Centro de Exoplanetas y Mundos Habitables de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Las observaciones se han programado durante ocho horas por noche durante tres noches durante los próximos dos meses, a partir de la noche del miércoles, 26 de octubre. Siemion, Wright y Boyajian esperan reunir alrededor de 1 petabyte de datos a través de cientos de millones de canales de radio individuales.
"El Telescopio de Green Bank es el mayor radiotelescopio dirigible en el planeta, y es el telescopio más grande y más sensible que es capaz de ver la estrella de Tabby dada su posición en el cielo," sostiene Siemion. "Hemos instalado un nuevo instrumento fantástico SETI que se conecta a ese telescopio, que puede mirar en muchos gigahercios de ancho de banda al mismo tiempo y en muchos miles de millones de todos los diferentes canales de radio al mismo tiempo, para que podamos explorar el espectro de radio muy, muy rápidamente ".

No se conocerán los resultados de sus observaciones hasta que pase más de un mes, debido al análisis de los datos necesarios para seleccionar patrones en las emisiones de radio.

Descubierta en 2015

Reportada primero en septiembre de 2015 por Boyajian, un post-doctorado en la Universidad de Yale, la estrella de Tabby -más propiamente llamada KIC 8462852- había sido marcada por astrónomos aficionados debido a su inusual patrón de atenuación.

Estos voluntarios estaban mirando estrellas, como parte del proyecto de internet cazadores de planetas, lo que permite al público buscar planetas alrededor de otras estrellas en datos tomados por la nave espacial Kepler de la NASA, que ha estado monitoreando 150.000 estrellas para la atenuación regular que podría indicar un planeta pasando por delante de su estrella.

Pero mientras que la mayoría de la atenuación por tales planetas en tránsito es breve, regular y bloquea sólo 1% o 2% de la luz de la estrella, la estrella de Tabby se atenúa durante días, hasta en un 22%, y en intervalos irregulares.

Mientras Boyajian especuló en su documento de 2015 que el oscurecimiento irregular podría explicarse por un enjambre de cometas, observaciones posteriores muestran la estrella, que se encuentra a unos 1.500 años luz de la Tierra en la constelación de Cygnus, es mucho más irregular de lo que un enjambre de cometas produciría. De hecho, parece haberse oscurecido a un ritmo constante durante el siglo pasado.

La especulación fue que el oscurecimiento fue causado por una estructura Dyson: una matriz en órbita masiva de colectores solares que el físico Freeman Dyson propuso una vez como algo al alcance de una civilización tan avanzada que necesitaría este tipo de ingeniería para obtener energía. En teoría, una estructura de este tipo podría rodear por completo la estrella -lo que calificó de una esfera de Dyson- y capturar casi toda la energía de la estrella.

Una posibilidad entre millones

"Creo que no es muy probable -una posibilidad entre millones- pero, sin embargo, vamos a echarle un vistazo," dice Dan Werthimer, científico en jefe de Berkeley SETI. "Pero creo que los extraterrestres, si alguna vez son descubiertos, puede ser que sean algo por el estilo. Va a ser algo extraño que alguien los encuentre por casualidad".

Breaktrough Listen sigue muchas otras estrellas utilizando tres telescopios que pueden mirar en todos los segmentos del cosmos: el Telescopio de Parkes en Australia y el Telescopio de Green Bank para buscar las transmisiones de radio, y el Automated Planet Finder en el Observatorio Lick en California para buscar óptica transmisiones de láser.

Fuentes: Rtve.es

29 de julio de 2016

AR Scorpii: un singular sistema binario de comportamiento salvaje

Esta ilustración muestra el extraño objeto AR Scorpii. En esta singular estrella doble, una estrella enana blanca, que gira sobre sí misma a una gran velocidad, impulsa electrones hasta casi la velocidad de la luz. M. Garlick/University of Warwick/ESO.

El sistema estelar AR Scorpii se compone de una enana blanca y de una compañera enana roja, y fue descubierto hace más de 40 años, pero su verdadera naturaleza no ha sido desvelada hasta que los astrónomos empezaron a observarlo en 2015.

“Nos dimos cuenta de que estábamos viendo algo extraordinario pocos minutos después de comenzar las observaciones”, asegura Tom Marsh, del Grupo de Astrofísica de la Universidad de Warwick (Reino Unido), quien ahora firma, junto a otros investigadores, un artículo en Nature.

En mayo de 2015, un equipo de astrónomos aficionados procedentes de Alemania, Bélgica y Reino Unido, se fijó en un sistema estelar que presentaba comportamientos diferentes a todo lo que habían visto hasta entonces.

La verdadera naturaleza

Gracias a una serie de observaciones de seguimiento dirigidas por la Universidad de Warwick y a la utilización de multitud de telescopios en tierra y en el espacio, se ha descubierto la verdadera naturaleza de este sistema que, previamente, había sido mal identificado.

Y es que AR Scorpii fue observado por primera vez a principios de la década de 1970 y las fluctuaciones regulares en el brillo, que se dan cada 3,6 horas, llevaron a clasificarlo incorrectamente como una solitaria estrella variable (es una cuyo brillo fluctúa vista desde la Tierra).
El sistema estelar AR Scorpii (AR Sco para abreviar) se encuentra en la constelación de Escorpio, a 380 años luz de la Tierra.
Se compone de una enana blanca de rápido giro, del tamaño de la Tierra, pero con 200.000 veces más masa, y de una compañera enana roja fría con un tercio de la masa del Sol, y ambas se orbitan mutuamente cada 3,6 horas en una danza cósmica tan regular como un reloj.

Este singular sistema estelar binario muestra un comportamiento salvaje: altamente magnética, y con una rápida rotación, la enana blanca de AR Sco acelera electrones hasta casi la velocidad de la luz.
En su camino a través del espacio, estas partículas de alta energía liberan radiación en forma de haz (parecido al de los faros) que azota la cara de la fría estrella enana roja, causando que el sistema entero brille y se atenúe dramáticamente cada 1,97 minutos.

Variedad de telescopios

Estos potentes pulsos incluyen radiación en frecuencias de radio, algo que nunca antes se había detectado en un sistema estelar con una enana blanca.

Las observaciones de esta investigación se llevaron a cabo con el VLT (Very Large Telescope) de ESO, ubicado en Cerro Paranal (Chile); los telescopios William Herschel e Isaac Newton del Grupo Isaac Newton de Telescopios, situados en la isla de La Palma, en Canarias; el conjunto Australia Telescope Compact Array, en el Observatorio de Paul Wild, en Narrabri (Australia); el Telescopio Espacial Hubble de NASA/ESA; y el satélite Swift de la NASA.


Fuentes: EFEfuturo

20 de junio de 2016

Los anillos de polvo que rodean a una estrella a 370 años luz de distancia



Esta Imagen ilustra las notables capacidades de SPHERE, un instrumento buscador de planetas instalado en el Very Large Telescope de ESO, en Chile. Muestra una serie de anillos fracturados de polvo que rodean a una estrella cercana. Estos anillos concéntricos están situados en la región interna del disco de material sobrante que rodea a una joven estrella denominada HD141569A, la cual se encuentra a unos 370 años luz de distancia.

Esta imagen nos muestra lo que conocemos como un disco de transición, una etapa corta entre la fase protoplanetaria, en que los planetas aún no se han formado, y un periodo posterior, en que los planetas se han conglutinado, dejando el disco lleno mayormente de polvo y material restante. Podemos apreciar estructuras de polvo, reveladas por primera vez por SPHERE en infrarrojo cercano, con muy alta resolución, permitiendo captar asombrosos detalles. El área que nos muestra la imagen, tiene un diámetro aproximado a 200 veces la distancia Tierra-Sol.

Diversas características están visibles, incluyendo un prominente y brillante anillo con bordes bien definidos – tan asimétrico que pareciera la mitad de un anillo – múltiples grumos, varios bucles concéntricos y un patrón similar a un brazo espiral. Es significativo que estas estructuras son asimétricas; ello puede reflejar una distribución de polvo desigual, o en grumos, en el disco, lo cual los astrónomos aún no han podido comprender cabalmente. Es posible que este fenómeno se deba a la presencia de planetas, pero aún no se han descubierto planetas de tamaño suficiente en el sistema a los cuales atribuirlo.

Crédito: ESO/Perrot

Estrellas esparcidas en la constelación de Sagitario



Esta impresionante imagen fue tomada por el Telescopio Espacial Hubble de la NASA. Muestra un paisaje de la Vía Láctea repleto de estrellas en la constelación de Sagitario. Se pueden ver varias estrellas azules esparcidas a lo largo de la imagen, contrastando con un fondo de estrellas rojas. Es posible que todas estas estrellas azules se hayan formado al mismo tiempo en la misma nube molecular.

El color de las estrellas puede revelar muchos secretos. Matices rojos indican una estrella más fría que el Sol, ya sea que esté en la etapa final de su vida o que sea menos masiva. Estas estrellas de baja masa son conocidas como enanas rojas, y se piensa que son el tipo de estrella más común en la Vía Láctea. Por otro lado, un color azul brillante indica que la estrella es muy caliente y joven, o que es mucho más masiva que el Sol.

La masa de una estrella decide su futuro: las estrellas más masivas se consumen rápidamente, mueren jóvenes después de varias decenas de millones de años. Las estrellas como el Sol tienden a llevar un estilo de vida más sedentario, viven por más tiempo, brillando a lo largo de diez mil millones de años aproximadamente. Lo opuesto ocurre con las estrellas más pequeñas: consumen su combustible lentamente y se piensa que pueden llegar a vivir por varios billones de años, mucho más tiempo que la edad actual del Universo.

Crédito: ESA / NASA / Hubble

11 de junio de 2016

Una joven estrella bajo un velo dorado

A golden veil cloaks a newborn star

La protoestrella de la imagen se encuentra en plena efervescencia, intentando abrirse paso al Universo que la rodea como un polluelo a punto de romper el cascarón.

Un velo dorado de luz rodea a este joven objeto estelar conocido únicamente como IRAS 14568-6304. Está expulsando gas a velocidades supersónicas, lo que, con el tiempo, acabará perforando la nube circundante y permitirá que se vea fácilmente desde el Universo exterior.

Las estrellas nacen en el interior de densas nubes de polvo y gas. Esta nube en concreto se conoce como Complejo de nubes moleculares Circinus. Se encuentra a 2.280 años luz de distancia y tiene unos 180 años luz de diámetro. Si nuestros ojos fueran capaces de captar el leve brillo infrarrojo del gas de la nube, ocuparía en el firmamento más de 70 veces el tamaño de la luna llena. Además, contiene gas suficiente para dar lugar a 250.000 estrellas como nuestro Sol.

IRAS 14568-6304 fue descubierta por el Satélite Astronómico de Infrarrojos, o IRAS, lanzado en 1983 dentro de un proyecto conjunto de Estados Unidos, Reino Unido y Países Bajos para realizar el primer estudio por infrarrojos de la totalidad del cielo desde el espacio.

Esta imagen fue tomada por el telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA. Se trata de una combinación de tan solo dos longitudes de onda: la luz visible (azul) y la infrarroja (anaranjada). La franja oscura que atraviesa la imagen es la nube molecular Circinus, tan densa que oscurece las nubes que se encuentran por debajo.

A longitudes de ondas de infrarrojos más largas, esta oscuridad se encuentra llena de estrellas en forma de puntos profundamente incrustados y que algún día “brotarán” como ahora está haciendo IRAS 14568-6304.

De hecho, IRAS 14568-6304 no es más que una de las protoestrellas que proyectan gas en un cúmulo de jóvenes objetos estelares situados en esta parte de Circinus. Unidas, forman uno de los caudales más brillantes, masivos y con más energía que nunca hayan observado los astrónomos. Con los años, constituirán una hermosa y brillante nube estelar.

Fuentes: ESA

28 de mayo de 2016

Un hermoso ejemplo de ornamentación estelar


















En esta imagen del VLT (Very Large Telescope) de ESO, la luz de ardientes astros azules excita el gas sobrante tras la reciente formación de las estrellas. El resultado es una nebulosa de emisión sorprendentemente colorida, llamada LHA 120-N55, en la que las estrellas están adornadas con un manto de gas incandescente. Los astrónomos estudian estos hermosos alardes de belleza para conocer las condiciones que se dan en los lugares donde se desarrollan nuevas estrellas.

LHA 120-N55 o N55, como generalmente se conoce, es una brillante nube de gas que se encuentra en la Gran Nube de Magallanes (LMC, por las siglas en inglés de Large Magellanic Cloud), una galaxia satélite de la Vía Láctea situada a unos 163.000 años luz de distancia. N55 está dentro de una cáscara supergigante o superburbuja, llamada LMC 4. Lassuperburbujas, que a menudo alcanzan cientos de años luz de tamaño, se forman cuando los fuertes vientos de las estrellas recién nacidas y las ondas de choque de explosiones de supernova trabajan en tándem para expulsar la mayor parte del gas y del polvo que originalmente las rodearon, creando enormes cavidades en forma de burbuja.



En esta imagen del VLT (Very Large Telescope) de ESO, la luz que emanan los ardientes astros azules excita el gas sobrante tras el nacimiento de las propias estrellas. El resultado es una nebulosa de emisión sorprendentemente colorida, llamada LHA 120-N55, en la que las estrellas están adornadas con un manto de gas incandescente. Los astrónomos estudian estos hermosos alardes de belleza para conocer las condiciones que se dan en los lugares donde se desarrollan nuevas estrellas.

Crédito:ESO







Sin embargo, el material que se convirtió en N55 logró sobrevivir como un pequeño remanente de gas y polvo. Ahora es una nebulosa independiente dentro de la superburbuja, acompañada por un grupo de brillantes estrellas azules y blancas — conocidas como LH 72 — que también se las arregló para formarse cientos de millones de años después de los acontecimientos que originalmente dieron vida a la superburbuja. Las estrellas de LH 72 tienen unos pocos millones de años de edad, por lo que no han jugado ningún papel en la “limpieza” del espacio que rodea a N55. Más bien, se trata de una segunda generación de estrellas de la región.

El reciente surgimiento de una nueva población de estrellas también explica los sugerentes colores que rodean a las estrellas en esta imagen. La intensa luz de las potentes estrellas blanco-azuladas, hace que los átomos de hidrógeno de N55 se separen de sus electrones, provocando que, en luz visible, el gas brille con un característico color rosáceo. En las galaxias, los astrónomos reconocen esta firma dejada por el brillante gas de hidrógeno como una señal del nacimiento de estrellas.

Hasta ahora, todo parece tranquillo en la región de formación estelar de N55, pero en el futuro le aguardan grandes cambios. Dentro de varios millones de años, algunas de las estrellas masivas y brillantes de la asociación LH 72 estallarán como supernovas, dispersando el contenido de N55. De hecho, se creará una burbuja dentro de una superburbuja y, en esta región vecina a la galaxia que nos alberga, continuará el ciclo de nacimientos y muertes estelares.

Para obtener esta nueva imagen se utilizó el instrumento FORS2 (FOcal Reducer and low dispersion Spectrograph, espectrógrafo de baja dispersión y reductor focal), instalado en el VLT de ESO. Fue tomada como parte del programa Joyas Cósmicas de ESO, una iniciativa de divulgación que pretende producir imágenes de objetos interesantes, enigmáticos o visualmente atractivos utilizando telescopios de ESO, con un fin educativo y divulgativo. El programa hace uso de tiempo de telescopio que no puede utilizarse para observaciones científicas. Todos los datos obtenidos también están disponibles para posibles aplicaciones científicas y se ponen a disposición de los astrónomos a través de los archivos científicos de ESO.



Fuentes : ESO

14 de mayo de 2016

ALFA CENTAURI, LA ESTRELLA MÁS CERCANA A SOL

Alfa Centauri es la estrella más cercana al Sol y es la 2ª más brillante de nuestro Firmamento. Está a 4,4 años luz de distancia del Sol, a -61º en la esfera celeste y alcanza su culmen a medianoche el 2 de mayo, viéndose en el cénit desde latitud 61ºS.

La Tierra cuando está al otro lado del meridiano celeste en el que está Alfa Centauri. Con Solar System Scope.

Se le denomina con el nombre de la primera letra del alfabeto (alfa) por ser la más brillante de la constelación del Centauro, pero también se le llama Rigel Centauri, como a la estrella Rigel de Orión. Entre las estrellas notablemente visibles desde la Tierra, sólo la estrella Sirio brilla más aunque está dos veces más lejos.

En la esfera celeste está situada en el paralelo a 60 grados y 49 minutos al sur del ecuador, lo que se dice en lenguaje astronómico como declinación -60º49′, prácticamente -61º. O lo que es lo mismo: está a 29º11′ del polo Sur celeste. El 2 de mayo la vemos en el culmen a medianoche mientras el Sol está en el meridiano celeste contrario, a 16º sobre el ecuador, es decir en el hemisferio norte celeste (declinación +16º).

Posición de Alfa Centauri en la esfera celeste respecto al Sol en la medianoche del 2 de mayo

Aquí la vemos desde el ecuador a la medianoche sobre el punto cardinal Sur y visualmente sobre el Polo Sur celeste.

Alfa Centauri a 29º del Polo Sur Celeste y vista desde el ecuador sobre el punto cardinal sur a la medianoche del 2 de mayo

Es su noche astronómica (2 de mayo del calendario gregoriano), cuando desde el ecuador (o desde cualquier otra latitud pero sólo en los equinoccios) se le ve asomar por oriente mientras el Sol se oculta por occidente y 12 horas después se oculta por occidente mientras el Sol asoma por oriente. Como se puede apreciar, está situada hacia el ecuador de la Galaxia que solemos ver como esa densa franja de estrellas que llamamos Vía Láctea.

Medio año después (cuando el planeta Tierra ha realizado media órbita) aparece en el mismo meridiano que el Sol. Es su día astronómico (4 de noviembre del calendario gregoriano).

Eso significa que desde latitud 61ºS de la Tierra pasa por el cénit durante un minuto cada día, o que durante un minuto cada 24 horas cada punto del paralelo 61ºS pasa por debajo de la estrella. Es una latitud muy austral en la que se haya por ejemplo el Pasaje de Drake, y la localidad habitada más cercana a esa latitud es Ushuaia.

Latitud terrestre de Alfa Centauri

Respecto al plano de la Galaxia está situada en dicho plano (en la franja Vía Láctea) y relativamente cerca del punto que señala hacia el centro galáctico.

Al ser visible en el cénit desde 61ºS, llega a ser visible pegada al punto cardinal Norte del horizonte desde latitud 28º45’N, que es el resultado de sumar un ángulo recto (90º) a -61º.

– 61º + ÁNGULO RECTO (90º )= +29º

Ángulos máximo y mínimo de visión de la estrella Alfa Centauri. Posición y postura de la Tierra el 2 de mayo.

En esa latitud se haya el Gran Telescopio de las Islas Canarias del observatorio de Roque de los Muchachos en la isla de la Palma de las islas Canarias. La coordenada en la que se haya el observatorio está facilitada por Stellarium.

Alfa Centauri en el punto cardinal Sur del horizonte, vista desde el Gran Telescopio de Canarias

También el monte Everest (el más alto del planeta) está a 27º59’17”N, prácticamente 28ºN. Desde la montaña más alta de la Tierra se puede (apenas) divisar la estrella más cercana al Sol, aunque la distancia de 9 kms de altura del Everest es insignificante comparada con la de 4,4 años luz a la que está Alfa Centauri, de modo que desde la cima de la montaña se ve el mismo panorama estelar que desde la base.

Alfa Centauri desde el Monte Everest

En la superficie de la Tierra no hay ningún lugar habitado a 61ºS, aunque un humano que navegara por el Pasaje de Drake (o Mar de Hoces) en la medianoche del 2 de mayo pasaría justo por debajo de Alfa Centauri, y 12 horas después (tras 180º de rotación de la Tierra), otra persona que estuviera en la base o en la cima del monte Everest vería a AlfaCentauri justo en el horizonte, o desde el observatorio de la Palma.

La visibilidad de cierta estrella hacia el horizonte cambia con el bamboleo del inclinado eje de rotación de la Tierra, de modo que hace 1 milenio era claramente visible desde 30ºN.

Estando a 61º del ecuador celeste, está a 45 grados de la Eclíptica y del plano de la órbita de la Tierra que está prácticamente igualado al general de órbitas del sistema solar. Así, si extendemos dicho plano en el espacio interestelar al tiempo que ampliamos nuestro campo de visión hasta unos 10 años luz, veríamos a Alfa Centauri a 45º por debajo de plano.

Posición de Alfa Centauri respecto al plano general del Sistema solar

En la esfera celeste esos 45º grados son la diferencia entre la declinación de Alfa Centauri (61º) y la declinación a la que está la Eclíptica: -16º (pues en el otro extremo de la Eclíptica está Sol a +16º). O es el ángulo formado entre la Eclíptica y la posición de Alfa Centauri.

61º – 16º = 45º

Entre ella y Sol hay una distancia de 4,4 años luz, la distancia que recorre un rayo de luz del sol mientras la Tierra da 4 órbitas y el 40% de otra. Sólo el diámetro del Sistema solar mide 11 horas luz, la 800ª parte de 1 año luz. Así como entre la Tierra y el Sol hay una distancia luz de 8,3 minutos luz (500 tramos de 300.000 km ó 500 metros luzque la luz recorre en 500 segundos ó 8,3 minutos), entre Sol y Alfa Centauri hay unos 280.000 minutos luz. Para observarlo de forma que nos es familiar como el sistema métrico y kilométrico pero guardando la proporcionalidad, podemos dividir el año luz en tramos de 300 000 kilómetros (distancia recorrida por un rayo de luz en 1 segundo) y llamarlos “metro-luz”, de modo que la distancia llamada “año luz” equivale a 31 536 000 metros-luz, es decir 31 536 kilómetros-luz, de modo que multiplicando por 4,4 el Sol está 138.760 kilómetros-luz de Alfa Centauri. A nuestra escala 138.760 kilómetros (humanos) es menos de la mitad que la distancia hasta la Luna. Así, con el prisma que reduce 300.000.000 veces nuestra percepción física del Universo (por los 300.000.000 de metros de 300.000 kms), no parece tanta distancia. Cuando nacieron las personas de 4,4 años, del Sol salió un rayo de luz hacia Alfa Centauri, y ya ha alcanzado a Alfa Centauri, y viceversa.


La Tierra al otro lado de Alfa Centauri
Realmente la estrella es un conjunto de tres. Stellarium nos permite hacer zoom y resolverla con definición hasta ver a Alfa Centauri 2 (α2) y apreciar una separación de unos 8 segundos de arco (entre 1.296.000 segundos de arco del círculo), lo cual es imposible de resolver para la vista humana.

Alfa Centauri es un sistema doble cuyas dos estrellas están separadas por 8 segundos de arco

Con la estrella Hadar (Beta Centauri) forma lo que los astrónomos llaman “los Punteros” porque forman una línea que apunta hacia laconstelación Cruz del Sur y sirven de guía para localizar la constelación, la cual, a su vez, está alineada hacia el polo sur celeste.


Fuentes: Asteromia

16 de abril de 2016

El mayor mapa de galaxias de la historia se llama Califa

GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO NOTICIAS
  • Recopila información de más de 600 galaxias en una gran base de datos
  • Aporta información sobre la composición química o el movimiento estelar
  • Está disponible para todo el público y la comunidad científica
La Vía Láctea, nuestro hogar cósmico, está rodeada de millones de galaxias, cúmulos de estrellas que esconden en su interior información básica, esencial y desconocida sobre los orígenes del Universo.

Ahora, parte de esos secretos podrán ser descifrados gracias a Califa, el cartografiado de galaxias más importante realizado hasta la fecha, un mapa que ayudará a los astrónomos a saber un poco más del funcionamiento del cosmos.

Seis años han tardado los astrónomos de Califa (Calar Alto Legacy Integral Field Area Survey) en recopilar información de más de 600 galaxias y crear la mayor base de datos de la historia, que además está disponible para todo el público y la comunidad científica en la dirección web http://califa.caha.es/DR3.

Califa es un proyecto internacional pero con raíz española, ya que la idea surgió del investigador español Sebastián Sánchez, actualmente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El propio Sánchez explica su proyecto: "Igual que un sociólogo aprendería mucho más sobre un ser humano específico estudiando su entorno, su familia y sus relaciones sociales, los astrónomos podemos aumentar el conocimiento de nuestro hogar cósmico, la Vía Láctea, estudiando a nuestros semejantes en el cielo".

Llega más lejos que 'Sauron' y 'Atlas3D', sus predecesores

El proyecto Califa tiene dos precedentes: "Sauron, que estudió 72 galaxias de tipo temprano a partir de unos datos obtenidos de un instrumento situado en el Observatorio del Roque de los Muchachos en La Palma, y Atlas3D, que estudió 260 galaxias, también de un rango muy específico", explica a Efe el coordinador del proyecto en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), el investigador Jesús Falcón Barroso.

Pero Califa es diferente. No sólo ha llegado a un número mucho mayor de galaxias, sino que además ha ampliado el rango morfológico de estas agrupaciones estelares, "lo que ha abierto mucho el panorama de estudio sobre la formación y evolución de las galaxias".

Infografía sobre las galaxias

Sin embargo, "la mayor virtud del proyecto" es la herramienta utilizada para la observación, la espectroscopia de campo integral, "una técnica novedosa que permite obtener muchos datos de la imagen de una galaxia", según Falcón Barroso, algo así como "una visión panorámica de la evolución estelar", puntualiza Sebastián Sánchez.

Hasta ahora, "lo normal era conseguir imágenes de las galaxias a una longitud de onda determinada, es decir, percibiendo un color determinado", pero con esta herramienta "podremos ver muchos colores y observar la galaxia desde múltiples puntos de vista", detalla Falcón Barroso.

Y es que las galaxias tienen patrones de colores distintos, que son lo que dan la información, una información contenida en algo llamado "espectro".

Lo que ha conseguido Califa gracias a la espectroscopia de campo integral es "obtener espectros en múltiples regiones de una imagen, que contienen una serie de líneas llamadas líneas de absorción y líneas de emisión".

Conocer aspectos como la masa o el movimiento de las estrellas

"Estas líneas -añade- desvelan aspectos tan variados como la composición química de las estrellas que conforman la galaxia, su movimiento, la cantidad de masa, tasa de formación estelar...", es decir, ocultan información sobre multitud de propiedades de las galaxias.

La intención de los astrónomos es completar el esquema general de la evolución del Universo, entender cómo se forman y evolucionan las galaxias, pero con cartografiados anteriores "esto sólo se conseguía desde un único punto de vista. Esa es la fuerza del proyecto: ahora podremos observar el mismo problema desde distintos ángulos", destaca Falcón Barroso. La complejidad de los datos obtenidos en Califa constituye, por tanto, un reto para toda la comunidad científica.

Por eso, los investigadores del proyecto han querido hacerlos públicos desde el principio "para que el proyecto sea un legado para la comunidad científica y que se exploten los datos de la mejor manera posible, porque seguro que hay científicos con ideas que nosotros ni nos hemos planteado y que pueden dar buenos resultados", subraya el astrofísico español.

"Creemos que los datos no nos pertenecen y son para todos aquellos interesados en usarlos. Somos un proyecto financiado públicamente y es nuestro deber hacer pública la información, lo que permite a cualquiera reproducir nuestros resultados, lo cual es de un valor fundamental para los científicos", añade Stefano Zibetti, responsable de calidad de la Universidad de Florencia.


Fuentes: RTVE