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10 de enero de 2018

Stephen Hawking cumple 76 años: diez grandes citas para reflexionar

Repasamos algunos de los pensamientos más controvertidos e interesantes del astrofísico y cosmólogo británico en sus últimos años

El británico Stephen Hawking, el científico más popular en todo el mundo, cumplió ayer lunes (8 de enero) 76 años convertido no solo en un respetado investigador, sino también en un icono popular. Astrofísico y cosmólogo, sus aportaciones acerca de la naturaleza de los agujeros negros son imprescindibles para entender el Universo. Pero, para el gran público, lo que le ha convertido casi en un mito viviente ha sido, primero, su capacidad de divulgación. Autor de bestsellers científicos, su libro «Breve historia del tiempo» explica los orígenes y la evolución del Universo con metáforas y descripciones, de forma que cualquiera pueda entenderlo. Además, no pasan desapercibidas sus tajantes afirmaciones respecto a distintos aspectos de la ciencia y el futuro, su perspicaz sentido del humor y su silueta irremediablemente unida a la silla de ruedas y el ordenador que le acompañan en todo momento.

La vida de Hawking, marcada por la enfermedad degenerativa que padece desde los 21 años, también ha sido llevada a libros biográficos y al cine de Hollywood en la cinta «La teoría del todo» (2014), e incluso ha aparecido en la famosa serie de humor «The Big Bang Theory» interpretándose a sí mismo y logrando un gran éxito de audiencia. Con motivo de su cumpleaños, repasamos algunas de las citas más célebres, polémicas y comentadas del científico en los últimos años:

1- «Sé exactamente dónde empezar a buscar civilizaciones extraterrestres». En una película online, llamada «Los lugares favoritos de Stephen Hawking», el genio volvía a dejar claras sus opiniones acerca de la posible existencia de civilizaciones extraterrestres. En la misma línea, decía: «A medida que envejezco, estoy más convencido que nunca de que no estamos solos».


2- «Debemos abandonar la Tierra en cien años». A su juicio, o la humanidad deja el planeta o está condenada a la extinción, según recogían distintos medios británicos.

3- «Si queremos sobrevivir como especie, nosotros debemos también extendernos hacia las estrellas». Durante la presentación en Nueva York de la iniciativa Starshot, que pretende enviar un nuevo modelo de mini sonda espacial a Alfa Centauri, el sistema estelar más cercano al nuestro, a 4,37 años luz.

4- «La humanidad tiene un margen de mil años antes de autodestruirse a manos de sus 'avances' científicos y tecnológicos».

5- «Deberíamos ser cautelosos en responder. Encontrar una civilización avanzada podría ser como cuando los nativos americanos se encontraron con Colón. Aquello no les salió nada bien»,
al respecto de un posible contacto con extraterrestres, cuya búsqueda rechaza por «peligroso».

6- «Para mi mente matemática, los extraterrestres son algo perfectamente racional. El verdadero desafío es imaginar cómo serán exactamente».

7- «Ir al cielo después de la muerte no es más que un cuento de hadas»,
en una entrevista publicada en el periódico británico The Guardian, en la que volvió a poner énfasis en su rechazo a las creencias religiosas y considera que no hay nada después del momento en que el cerebro deja de funcionar.

8- «El Universo no necesitó ayuda de Dios para existir»,
durante una conferencia en el Instituto de Tecnología de California (Caltech) en Pasadena, California, EE.UU. En otro momento de su charla, Hawking afirmó que la teoría de la Creación «no se sostiene», tal y como demuestran los datos obtenidos desde hace décadas por los astrónomos utilizando los más potentes telescopios espaciales.

9- «La mayor parte de mi trabajo en agujeros negros podría no ser demostrada nunca», tras recibir un premio de la Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento.

10- «No existen los agujeros negros».
Hawking sostiene que el llamado «horizonte de sucesos» -la frontera invisible que retiene en su interior cualquier tipo de materia, incluso la luz- no existe como tal. El científico sustituye esta barrera por lo que llama un «horizonte aparente», que mantendría prisionera la materia sólo temporalmente.


Fuentes: ABC

30 de diciembre de 2017

¿Salió el Sistema Solar de una burbuja gigante?

Esta simulación muestra cómo se forman las burbujas en el transcurso de 4,7 millones de años desde los intensos vientos estelares de una estrella masiva - V. Dwarkadas y D. Rosenberg

Científicos plantean una nueva hipótesis sobre los orígenes de nuestro vecindario cósmico
Los científicos han realizado un sin fin de impresionantes descubrimientos sobre el Universo, pero aún no están seguros sobre cómo nació nuestro Sistema Solar. La teoría dominante dice que se formó hace miles de millones de años cerca de una supernova, pero un equipo de la Universidad de Chicago (EE.UU.) cree que nuestros orígenes pueden ser diferentes y lanzan una interesante hipótesis. En un estudio publicado en la revista «Astrophysical Journal», apuntan a que nuestro vecindario cósmico surgió en una burbuja impulsada por el viento en torno a una estrella gigante, hace mucho tiempo muerta. ¿La clave? Un persistente misterio cósmico sobre la abundancia de dos elementos en nuestro Sistema Solar en comparación con el resto de la galaxia.

En vez de contemplar una supernova, el nuevo escenario comienza con un tipo gigante de estrella llamada Wolf-Rayet, que tiene más de 40 a 50 veces el tamaño de nuestro propio Sol. Es la estrella más ardiente, produciendo toneladas de elementos que se arrojan desde la superficie al intenso viento estelar. A medida que la estrella Wolf-Rayet arroja su masa, el viento estelar atraviesa el material que estaba a su alrededor, formando una estructura de burbujas con una capa densa.

«El caparazón de una burbuja de este tipo es un buen lugar para producir estrellas», porque el polvo y el gas quedan atrapados en el interior donde pueden condensarse en estrellas, apunta el coautor Nicolas Dauphas, profesor del Departamento de Ciencias Geofísicas. Los autores estiman que del 1% al 16% de todas las estrellas similares al Sol podrían formarse en dichos viveros estelares.

Además, esta configuración da sentido a dos isótopos que ocurren en proporciones extrañas en el sistema solar primitivo, en comparación con el resto de la galaxia. Los meteoritos que quedaron del sistema solar temprano nos dicen que había mucho aluminio-26. Además, los estudios sugieren que teníamos menos isótopo de hierro-60.

Esto resulta desconcertante, porque las supernovas producen ambos isótopos. «¿Por qué uno fue inyectado en el Sistema Solar y el otro no?», se pregunta el también coautor Vikram Dwarkadas, profesor asociado de investigación en Astronomía y Astrofísica.

Colapso en un agujero negro

Esa pista fue la que les llevó a las estrellas Wolf-Rayet, que lanzan gran cantidad de aluminio-26, pero no hierro-60. «La idea es que el aluminio 26 arrojado desde la estrella Wolf-Rayet es transportado hacia afuera sobre granos de polvo formados alrededor de la estrella. Estos granos tienen suficiente ímpetu para atravesar un lado del caparazón, donde se destruyen en su mayoría, atrapando el aluminio dentro del caparazón», explica Dwarkadas. Eventualmente, parte del proyectil colapsa hacia adentro debido a la gravedad, formando nuestro sistema solar.

En cuanto al destino de la estrella gigante Wolf-Rayet que nos protegió, su vida terminó hace mucho tiempo, probablemente en una explosión de supernova o un colapso directo en un agujero negro. Ese evento produciría poco hierro-60; si se tratara de una supernova, es posible que el hierro 60 creado en la explosión no hubiera penetrado en las paredes de la burbuja o se hubiera distribuido de manera desigual.

Fuentes: ABC

29 de septiembre de 2017

Año luz como centímetro luz galáctico

El año luz es la distancia recorrida por un rayo de luz durante una vuelta de la Tierra al Sol. Es una distancia equivalente a unos 800 sistemas solares. Es decir que sólo el diámetro del sistema solar representa la 800ª parte de la distancia llamada “año luz”. Proporcionalmente es como 1,25 milímetros respecto a 1 metro.

SUS FRACCIONES
Se emplean sus fracciones como día luz, hora luz, minuto luz y segundo luz. La Distancia segundo luz equivale a 300.000.000 metros ó 300.000 kilómetros en la que la Tierra cabe 23,5 veces.



No sería aplicable a los objetos y distancias que miden menos de 300.000 kilómetros, pero podríamos considerar 3000 km como un centímetro de segundo luz, con lo que sería más apropiado denominar metro luz al segundo luz: distancia que un rayo de luz recorre en 1 segundo.

La distancia entre la Tierra y la Luna es de 1,3 metros luz.

Entre la Tierra y el Sol es de 500 metros luz que la luz recorre en 500 segundos ó 8,3 minutos.



Es la longitud del radio de la órbita terráquea, y así su diámetro es de 1000 metros luz. Bajo el prisma del sistema métrico decimal, 1000 metros son 1 kilómetro, de modo que podemos expresar la longitud del diámetro de la órbita de la Tierra como 1 kilómetro luz.

El diámetro del Sol mide 4,64 metros luz.

Un rayo de luz que sale del Sol tarda 5,5 horas en llegar a la órbita de Plutón.



Es decir que recorre el radio de la órbita del sistema solar en 5,5 horas. Son 19.600 tramos de 300.000 segundos que el rayo tarda 19.600 segundos en recorrer, es decir 5,5 horas, y a la distancia recorrida se le llama 5,5 horas luz. Y si tratamos los 19.600 tramos luz bajo el sistema métrico decimal podemos verlos como 19,6 kilotramos luz ó kilómetros luz. Así el radio del sistema solar mide 19,6 kilómetros luz que un rayo recorre en 5,5 horas. Y 11 horas en recorrer el diámetro de 38,2 km luz.

Eso es la 800ª parte del año luz. Proporcionalmente es como 1,25 milímetros respecto a 1 metro. Igual que el metro es una unidad demasiado grande para medir distancias dentro de 1,25 milímetros en los que habríamos de emplear fracciones, el año luz demasiado grande para medir distancias dentro del sistema solar, pero sí es una unidad adecuada para medirlas en su espacio exterior, entre estrellas (espacio interestelar), en el espacio interior de la galaxia (espacio galáctico). Y así hasta medir el diámetro de la galaxia.

Los expertos estiman que la estrella Sol está a unos 30.000 años luz del centro de la galaxia.

Y que el diámetro de la Vía Láctea (VL) mide 100.000 años luz, una distancia que un rayo de luz recorre en 100.000 años, es decir mientras la Tierra da 100.000 órbitas al Sol y los puntos equinocciales y solsticiales cumplen 3,8 ciclos de precesión (órbitas al Sol) y la humanidad cumple 100 milenios (edad de homo sapiens).

100.000 es un resultado muy práctico por ser un múltiplo de 10 y por eso podemos usarlo para tratar el diámetro de la VL como 1 kilómetro -en este caso de dimensión galáctica-, pues 1 kilómetro contiene 100.000 centímetros. De esa manera podríamos ver la distancia de 1 año luz como 1 centímetro galáctico y por tanto podríamos decir que la VL mide 100.000 centímetros galácticos (1000 metros galácticos) y por tanto… 1 kilómetro galáctico, y en concreto vía láctea.



Y ya en el espacio galáctico exterior o intergaláctico la unidad del centímetro galáctico (año luz) se queda pequeña. Es como el centímetro entre ciudades, y ni siquiera el otro metro (el metro-politano) sale de la ciudad.

Se estima que la galaxia espiral y regular más cercana, la M-31, está a 2.500.000 años luz de la VL, y como la VL tiene un diámetro de 100.000 años luz, cabe 25 veces entre ella misma y la M-31. El planeta Tierra, según su tamaño y en su espacio particular con la Luna, cabe más de 25 veces entre él mismo y la Luna, es decir que proporcionalmente la distancia entre la VL y M31 es menor que la distancia entre la Tierra y la Luna.



Y como hemos expresado el diámetro de la VL como 1 kilómetro vialácteopodemos decir que la distancia hasta la galaxia M-31 es de 25 kilómetros vialácteos.

Podríamos expresarla como 2,5 millones de centímetros galácticos, pero sería como expresar la distancia de 25 kilómetros entre dos ciudades como de 2,5 millones de centímetros.

Fuentes: Asteromia

7 de julio de 2017

Es la Vía Láctea un enorme túnel espaciotemporal navegable

Desempeñan un papel fundamental en la creación de la química orgánica necesaria para la vida

Un equipo internacional de investigadores, dirigido por el astrónomo Chin-Fei Lee, del instituto Academia Sinica de Astronomía y Astrofísica de Taiwan (ASIAA), ha conseguido, por primera vez, detectar moléculas orgánicas complejas en un disco de acreción alrededor de una jovencísima protoestrella. Dichas moléculas desempeñan un papel de suma importancia en la creación de la química orgánica necesaria para la vida.

El hallazgo, por lo tanto, sugiere que los "ladrillos" básicos de la vida surgen en el interior de estos discos, justo al principio del proceso de formación estelar, y quedan después disponibles para incorporarse a los planetas que se forman a partir de los materiales sobrantes del disco tras el nacimiento de la nueva estrella. En otras palabras, la investigación puede ayudarnos a comprender cómo surgió la vida en la Tierra.

"Resulta muy excitante descubrir moléculas orgánicas complejas en un disco de acreción alrededor de una estrella recién nacida -afirma Lee-. Cuando tales moléculas fueron halladas por primera vez en un disco protoplanetario alrededor de una estrella ya formada, todos nos preguntábamos si esos elementos podían haberse formado antes.


Ahora, utilizando la resolución espacial sin precedentes y la sensibilidad del telescopio ALMA, no solo hemos logrado detectarlos en un disco de acreción más joven, sino también determinar su ubicación. Estas moléculas son los componentes básicos de la vida, y resulta que ya están ahí, en la atmósfera del disco alrededor de una estrella bebé, en su fase más temprana de formación".

Herbig-Haro (HH) 212 es un sistema protoestelar cercano, y se encuentra en la constelación de Orión, a unos 1.300 años luz de distancia. La protoestrella central es muy joven, con una edad aproximada de 40.000 años (la cienmilésima parte de la edad del Sol) y una masa que equivale a 0,2 masas solares.

La protoestrella muestra dos potentes chorros en ambos polos, lo que indica que está acretando material de forma muy eficiente. De hecho, resulta perfectamente visible un disco de acreción alimentando a la jovencísima estrella. El disco se ve casi de canto desde nuestra posición, y tiene un radio de aproximadamente 60 Unidades Astronómicas (UA), o sesenta veces la distancia media entre la Tierra y el Sol (que es de 150 millones de km.). Curiosamente, se aprecia una prominente franja oscura en su zona ecuatorial, emparedada entre otras dos franjas muy brillantes, lo que hace que se parezca a una gigantesca "hamburguesa espacial".



Durante su estudio, los investigadores lograron detectar con toda claridad una atmósfera de moléculas orgánicas complejas justo por encima y por debajo del disco (las manchas de color que aparecen en la fotografía sobre estas líneas. Entre ellas hay metanol (CH3OH), metanol deuterado (CH2DOH), metanotiol (CH3SH) o formamida (NH2CHO). Todas ellas moléculas que se consideran precursoras de los azúcares y los aminoácidos necesarios para la vida.

"Probablemente -explica Zhi-Yun Li, de la Universidad de Virginia y coautor de la investigación- esas moléculas se formaron en el interior de los granos de hielo del disco, y fueron liberadas después como gases debido al calentamiento producido por la radiación de la estrella o po otros medios, como colisiones".

Estas observaciones abren la excitante posibilidad de detectar moléculas orgánicas complejas en discos alrededor de otras estrellas bebés, algo que hasta ahora no resultaba posible. Y, por supuesto, suscitan la esperanza de detectar en el futuro moléculas orgánicas aún más complejas y biomoléculas que podrían, por fin, arrojar algo de luz sobre el misterio del origen de la vida.

Fuentes: ABC

24 de diciembre de 2016

Las ondas gravitacionales, descubrimiento del año según la revista 'Science'

Las ondas gravitacionales fueron postuladas por Albert Einstein. EFE
  • "Fue una elección bastante fácil", reconocen desde la prestigiosa publicación
  • El descubrimiento de Próxima Centauri ha sido uno de los finalistas
  • También, el programa "AlphaGo" o la creación de óvulos de laboratorio
La revista Science ha declarado como el descubrimiento de 2016 a la observación de las ondas gravitacionales, predichas hace un siglo por Albert Einstein y detectadas por primera vez por los científicos del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO).

"Fue una elección bastante fácil. Hubo muchos avances importantes este año, pero la observación de las ondas gravitacionales confirma una predicción centenaria del propio Albert Einstein", ha explicado a Efe Adrian Cho, de la revista Science. Cho también reconoce que es difícil señalar solo un aspecto de este avance. "Personalmente, supongo que el aspecto más profundo del descubrimiento es que el ser humano ha detectado directamente la radiación gravitacional", agrega.

En ese sentido, resalta que ya se ha podido sentir la radiación de las cuatro fuerzas de la naturaleza: el electromagnetismo, la fuerza nuclear débil, la fuerza nuclear fuerte y la gravedad. "La gravedad es tan débil que la radiación gravitacional parecía casi imposible de detectar. Y aun así lo lograron. Como físico, para mí eso es un profundo logro", ha añadido Cho.

Las ondas gravitacionales fueron postuladas por Einstein, quien consideraba que los objetos con gran cantidad de masa podían, al girar, deformar el espacio-tiempo y provocar vibraciones. Einstein también creía que estas vibraciones serían demasiado minúsculas como para ser detectadas, algo que el experimento del observatorio estadounidense de interferometría láser (LIGO) permitió refutar.

Para poder lograrlo, los científicos utilizaron tecnología impresionante: dos detectores masivos, que incluían espejos entre los que rebotaba un láser. Las primeras ondas detectadas eran el resultado de una fusión de dos agujeros negros, de 39 y 29 veces la masa del sol y el descubrimiento se conoció en febrero de este año. Cuatro meses después, los científicos del proyecto LIGO también confirmaron una segunda observación, aunque se trataba de un fenómeno más débil.

El descubrimiento es también, para Cho, una "saga científica increíble", debido a que ha tomado más de 40 años para los científicos que este proyecto funcionara, pues requiere de una tecnología muy avanzada. "Y todo el tiempo, los físicos no tenían ninguna garantía de que alguna vez fueran a ver una señal. Es uno de los experimentos más audaces que se ha hecho", agrega.
Descubrimientos finalistas
Entre los estudios que quedaron finalistas este año está el descubrimiento de un planeta parecido a la Tierra que orbita en torno a su estrella, Próxima Centauri, y que tiene una temperatura que permitiría la existencia de agua líquida en su superficie.

También un programa de ordenador desarrollado por Google DeepMind, bautizado como "AlphaGo", que derrotó en una partida a cinco juegos a un profesional del juego de estrategia oriental "go". Igualmente, un estudio con chimpancés, orangutanes y bonobos a través del cual antropólogos de EEUU y Japón demostraron que estos grandes simios tienen la capacidad de detectar pensamientos o intenciones, es decir, "leer la mente", algo que, hasta el momento, se creía reservado a la especie humana.

Otro trabajo finalista este año fue el de un equipo de Japón que produjo crías de ratón a partir de óvulos desarrollados totalmente en un placas de laboratorio, lo que ofrece una nueva forma de estudiar el desarrollo de los huevos y plantea la posibilidad más distante de hacer huevos humanos en el laboratorio de casi cualquier tipo de célula, incluyendo los alterados genéticamente.
Colonización del globo y metalentes
Con un estudio genético, un equipo científico determinó que una sola ola migratoria procedente de África fue la que pobló todo el globo, lo que le valió también quedar entre los finalistas.

Este año, con técnicas de patrones de chips de computadora, los científicos crearon las primeras lentes de metamaterial, los metalentes, que son baratos de producir, más delgados que una hoja de papel y mucho más ligeros que el vidrio, por lo que podrían revolucionar toda la óptica, desde microscopios y cámaras a pantallas de realidad virtual o de teléfonos inteligentes.
    Fuentes: Rtve.es

    10 de mayo de 2016

    Descubren un intenso viento en las inmediaciones de un agujero negro que regula lo que 'traga'

    Representación de un agujero negro. EFE
    • La investigación se ha realizado con el Gran Telescopio Canaria (GTC)
    • Se trata de V404 Cygni, uno de los agujeros negros más cercanos
    • Posee unas 10 veces la masa del Sol
    Científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han observado un viento de material neutro (de hidrógeno y Helio no ionizado) en las inmediaciones del agujero negro V404 Cygni. El aire se forma en las capas externas del disco de acreción, por lo que regula el proceso de cómo el material es tragado por el agujero.

    Según señalan los autores en su artículo, publicado en Nature, V404 Cygni es un agujero negro que forma parte de un sistema binario situado en la constelación del Cisne. En este tipo de sistemas, de los que se conocen menos de 50, un agujero negro de unas 10 veces la masa del Sol y devora material procedente de una estrella muy cercana, su estrella compañera.

    Durante este proceso, el material cae al agujero negro formando un disco de acreción, que emite en rayos X en sus zonas más internas y calientes. En zonas más externas, por el contrario, se puede estudiar este disco con luz visible, que es la parte del espectro en la que trabaja el Gran Telescopio Canarias (GTC), con el que se ha realizado esta investigación.

    Los científicos destacan, además, que V404 Cygni está a "tan solo" unos 8.000 años luz de distancia, lo que le convierte en uno de los agujeros negros más cercanos a la Tierra. Posee un gran disco de acreción (unos 10 millones de kilómetros de radio), lo que hace que sus erupciones sean extremadamente luminosas en todos los rangos espectrales (rayos X, emisión visible, infrarroja y ondas radio).

    Erupción después de 25 años

    El 15 de junio de 2015, este agujero negro entró en erupción después de más de 25 años de inactividad. Durante este periodo su brillo aumentó un millón de veces en unos pocos días, convirtiéndose en la fuente más brillante del cielo en rayos X. El GTC comenzó a realizar observaciones espectroscópicas el día 17 de junio, mediante la activación de un programa de oportunidad, específicamente diseñado para este tipo de eventos por investigadores del IAC.

    Fue entonces cuando las observaciones revelaron la presencia de este viento. Se trata del primero detectado en un sistema de este tipo. Según han señalado los científicos, se mueve a gran velocidad de 3.000 kilómetros por segundo, lo que le permite escapar del campo gravitatorio del agujero negro.

    Su presencia permite explicar por qué la erupción a pesar de ser luminosa y muy violenta --con continuos cambios de brillo y eyecciones de masa en forma de chorros que se detectan en ondas de radio-- fue además muy breve (tan solo dos semanas).

    Nebulosidad de material eyectado por el viento

    Al final de esta erupción, las observaciones del GTC revelan la presencia de una nebulosidad formada por material eyectado por el viento. Este fenómeno, que ha sido observado por primera vez en un agujero negro, permite además estimar la cantidad de masa expulsada al medio interestelar.

    "El brillo de la fuente junto con la gran área colectora del GTC ha permitido, no sólo detectar el viento, sino estudiar la variación de sus propiedades en escalas de tiempo de minutos", ha explicado el autor principal, Teo Muñoz Darias.

    Del mismo modo, ha apuntado que la erupción de V404 Cygni, por su complejidad y por la gran cantidad y calidad de las observaciones obtenidas, "va ayudar a entender cómo los agujeros negros tragan materia a través de sus discos de acreción" ya que, se cree que lo observado en este trabajo ocurre en "otros agujeros negros con discos de acreción de gran tamaño".

    Fuentes: Rtve

    16 de abril de 2016

    El proyecto de Hawking y Milner para llegar a Alfa Centauri

    Ilustración en primer plano de la vela y la nanonave, que se propulsará con luz láser desde la Tierra. / Breakthrough Starshot
    Una diminuta nave espacial de unos pocos gramos viajando al 20% de la velocidad de la luz con la ayuda de una ‘vela’ impulsada por un haz luminoso. Destino: el sistema estelar Alfa Centauri. Duración del viaje: 20 años. Este es el objetivo del proyecto Breakthrough Starshot en el que se han embarcado el científico Stephen Hawking y el millonario ruso Yuri Milner, con la ayuda del fundador de Facebook Mark Zuckerberg.
    Coincidiendo con el 55 aniversario del primer vuelo tripulado al espacio –el de Yuri Gagarin–, esta semana se ha presentado en el One World Observatory de Nueva York un proyecto no menos ambicioso: el primer viaje al sistema estelar más cercano al Sol, Alfa Centauri, situado a unos 4,37 años luz de distancia.
    La idea es enviar una nave de pocos gramos con una 'vela' impulsada con un haz de luz
    Este programa de ingeniería e investigación, presupuestado inicialmente en 100 millones de dólares, se llama Breakthrough Starshot y lo promueven el magnate ruso Yuri Milner y el físico británico Stephen Hawking, a los que se acaba de unir Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook. Lo dirigirá Pete Worden, ex director del centro Ames de la NASA, con la ayuda de un comité de expertos internacional.

    “En la próxima generación, Breakthrough Starshot pretende desarrollar una nanonave –una sonda espacial robótica de unos gramos equipada con una 'vela'– y utilizar un haz luminoso para empujarla al 20 % de la velocidad de la luz (a unos 215 millones de km/h)”, explica Hawking.

    Para lograrlo habrá que solucionar multitud de retos tecnológicos, como los dispositivos de emisión de luz láser desde la Tierra, la miniaturización de los ordenadores, cámaras y sistemas de comunicación de las nanonaves, los mecanismos para evitar los impactos durante el viaje, y el diseño de una 'vela' de varios metros pero con solo unos pocos átomos de grosor.



    “Si tenemos éxito, una misión de sobrevuelo podrían alcanzar Alfa centauri unos 20 años después de su lanzamiento, y enviar imágenes de cualquier planeta que se pudiera descubrir en este sistema (de tres estrellas)”, añade el científico, quien recuerda que con la tecnología actual se tardaría en alcanzar ese objetivo cerca de 30.000 años. 

    “Albert Einstein una vez se imaginó cabalgando en un rayo de luz, y su experimento mental lo llevó a la teoría de la relatividad especial”, dice Hawking, “Ahora, un poco más de un siglo más tarde, tenemos la oportunidad de conseguir una fracción importante de esa velocidad, y solo de esta manera podremos alcanzar las estrellas en la escala de tiempo de una vida humana. Es emocionante involucrarse en un proyecto tan ambicioso”, subraya el físico. 

    Starshot es uno de los proyectos del programa Breakthrough Initiatives promovido por Yuri Milner para responder a la pregunta sobre si estamos solos en el universo. La nueva iniciativa científica se basa en la colaboración internacional y el acceso abierto de los datos. Según sus promotores, el objetivo es representar a toda la humanidad como un solo mundo, viajando dentro de nuestra galaxia en una generación.

    Yuri Milner y Stephen Hawking durante la presentación de su ambicioso programa de exploración estelar. / Breakthrough Starshot

    Fuentes: SINC

    4 de abril de 2016

    Este astrofísico cree que el Planeta X mató a los dinosaurios (y su teoría tiene sentido)



    “¿Mataron los cometas a los dinosaurios?”, preguntaba una portada de la revista Time en 1985. Los astrofísicos Daniel Whitmire y John Matese habían vinculado por primera vez las extinciones masivas de la Tierra con el Planeta X, el hipotético noveno planeta del sistema solar que llevamos buscando más de cien años.

    La posibilidad de que el Planeta X exista ha pasado a ser muy real en los últimos meses. Investigadores de Caltech presentaron en enero una serie de cálculos y simulaciones que sugieren que hay un astro de masa 10 veces mayor que la Tierra a unas mil unidades astronómicas de nosotros. Desde su escondite, el Planeta X consigue alterar los movimientos de planetoides y planetas, como Sedna o Neptuno. Un hallazgo reciente ratifica esta hipótesis; sin embargo, los telescopios siguen sin hacer una detección directa.

    Whitmire, ahora astrofísico retirado y profesor de matemáticas en la Universidad de Arkansas, ha aprovechado el ruido de estos meses para darle visibilidad a su vieja teoría. En las Monthly Notices de la Real Sociedad Astronómica, el científico explica cómo el hipotético planeta puede desencadenar lluvias de cometas periódicas, que encajan con las extinciones masivas de la Tierra —entre ellas la de los dinosaurios.

    Un estudio del registro fósil afirmaba en 2010 que la Tierra sufre una extinción en masa cada 27 millones de años, una alarmante periodicidad que se repite desde hace 500 millones de años. Daniel Whitmire utiliza este hallazgo de la paleontología para validar su propia teoría. 

    Según el astrofísico retirado, el Planeta X (que tiene una órbita inclinada) pasa cada aproximadamente 27 millones de años por el cinturón de Kuiper y empuja a los comentas de la formación hacia el interior del sistema solar. Muchos de estos cometas se desintegran a medida que se acercan al Sol —reduciendo la cantidad de luz que llega a la Tierra—, y otros consiguen impactar contra nuestro planeta.

    Cuando publicaron el estudio original (Nature, 1985), Whitmire y Matese creían que el Planeta X estaba a 100 unidades astronómicas del Sol y era entre una y cinco veces más masivo que la Tierra —números mucho menores que los calculados por Konstantin Batygin y Mike Brown, de Caltech, en 2016. Con John Matese jubilado (fue el autor de la hipótesis del planeta Tyche en 1999), Whitmire renueva su teoría y nos recuerda que nunca ha sido refutada, lo que alimenta un poco más el misterio del esquivo Planeta X. [vía Phys]

    Fuentes: gizmodo

    24 de febrero de 2016

    Stephen Hawking: «El futuro de la humanidad está en el cosmos»

    El físico británico Stephen Hawking - Archivo
    El físico británico ha expresado su deseo de poder viajar al espacio en la presentación de la nueva nave de Virgin Galactic
    El destino final de la humanidad está en el cosmos. Así lo cree el célebre físico teórico Stephen Hawking, que ha expresado su antiguo deseo de poder viajar al espacio.

    Durante la presentación de Unity, la nueva nave de Virgin Galactic para futuros viajes turísticos espaciales, se emitió un mensaje de cuatro minutos grabado por el físico, de 74 años y enfermo desde hace 50 años de la enfermedad de Lou Gehrig, también conocida como Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).

    «Estamos entrando en una nueva era espacial, y espero que esto ayudará a crear una nueva unidad. La exploración del espacio ya ha sido un gran unificador, y parece que estamos en condiciones de cooperar entre las naciones en el espacio de una manera que sólo pueden envidiar en la Tierra», dijo Hawking en el mensaje.

    «Llevar más y más pasajeros al espacio les permitirá a ellos y nosotros mirar tanto hacia el exterior como hacia atrás, pero con una nueva perspectiva en ambas direcciones», agregó. A su juicio, «va a ayudar a dar un nuevo significado» al lugar del hombre en la Tierra y de sus responsabilidades como administradores. «Y nos ayudará a reconocer nuestro lugar y nuestro futuro en el cosmos, que es donde creo que nuestro destino final se encuentra», ha apuntado.

    En su mensaje, Hawking admitió que siempre fue su sueño viajar al espacio, pero que su enfermedad ha hecho inalcanzables la mayoría de sus sueños. No obstante, se refirió a la invitación que hace unos años Richard Branson, el presidente de Virgin Galactic, le cursó para viajar gratis en su proyecto turístico espacial. «Dije sí inmediatamente y desde entonces no he cambiado de idea. Si soy capaz de hacerlo, estaría encantado de subir a su nave espacial», concluyó.

    Fuentes: ABC

    13 de febrero de 2016

    Así es como suenan las ondas gravitacionales

    Un par de agujeros negros en colisión - Reuters

    Enviadas por un par de agujeros negros, fueron detectadas en colisión en septiembre de 2015
    El 14 de septiembre de 2015, los físicos de LIGO detectaron por primera vez ondas gravitacionales enviadas desde un par de agujeros negros en colisión, cada uno de aproximadamente 30 veces la masa del Sol. El evento, increíblemente poderoso, solo duró una fracción de segundo, pero liberó 50 veces más energía que todas las estrellas en el Universo observable. Esas ondas han sido convertidas en ondas sonoras en esta animación, de forma que cualquiera puede escucharlas:

      

    En las dos primeras series de la animación, las frecuencias de las ondas de sonido se corresponden exactamente con las frecuencias de las ondas gravitacionales. Las otras dos series son lo mismo, pero en una frecuencia más alta que se ajusta mejor al rango de audición humana. La animación termina de nuevo con las frecuencias originales. Como los agujeros negros en espiral están cada vez más cerca, la frecuencia de las ondas gravitacionales aumenta. Los científicos llaman a estos sonidos «gorjeos», debido a que algunos eventos que generan las ondas gravitacionales podrían sonar como el gorjeo de un pájaro. 

    Fuentes: ABC

    Las ondas gravitacionales explicadas en cinco preguntas

     Qué son, por qué son tan importantes y cómo se buscan. Te lo explicamos todo antes del anuncio de los físicos de LIGO

    ¿Qué son las ondas gravitacionales?
    Ondas gravitacionales producidas por dos agujeros negros en órbita- Henze, NASA

    Una rueda de prensa que los físicos del experimento LIGO (Observatorio de Interferometría láser de Ondas Gravitacionales) darán esta tarde sobre su trabajo en la búsqueda de las ondas gravitacionales, cuya existencia fue formulada por Albert Einstein, ha disparado la expectación de la comunidad científica. Te explicamos qué son esas ondas y qué consecuencias tendría su descubrimiento para que tengas todos los datos antes del evento.

    Las ondas gravitacionales son pequeñas deformaciones en el tejido del espacio-tiempo que recorren todo el Cosmos. Imagina que el Universo es una cama elástica. Si arrojamos sobre ella una pluma, no pasará nada. Pero si arrojamos un balón de baloncesto, el tejido se curvará por el peso. Y más, cuanto más grande sea el balón. Es decir, tal y como define la teoría general de la relatividad de Einstein, la materia dice al espacio y al tiempo cómo curvarse. Sin embargo, esa deformación no siempre se queda cerca del cuerpo masivo, sino que se puede propagar a través del Universo, al igual que las ondas sísmicas se propagan en la corteza terrestre. Esas son las ondas gravitacionales, pero a diferencia de las sísmicas, pueden viajar en el espacio vacío a la velocidad de la luz.


    ¿Por qué su descubrimiento es importante?

    Albert Einstein- Archivo

     Albert Einstein predijo la existencia de las ondas gravitacionales hace cien años, pero creía que eran extremadamente débiles y, por lo tanto, imposibles de encontrar. Desde entonces, investigadores de todo el mundo han intentado dar con ellas. Su hallazgo podría ayudar a detectar algunos de los eventos más violentos del Cosmos, como la fusión de agujeros negros y de estrellas de neutrones, la explosión de supernovas e incluso la del Big Bang, que dio origen al Universo hace 13.800 millones de años. Además, su aparición podría dar origen a una nueva era de la astronomía, con una fuente de información sobre los objetos distantes independiente de la luz y otras formas de radiación electromagnética.
     
    ¿Qué provoca las ondas gravitacionales?

    Recreación artística de ondas gravitacionales de dos agujeros negros en órbita- T. Carnahan (NASA GSFC)

    Las ondas gravitacionales son creadas por masas en movimiento. Pero debido a que la gravedad es la más débil de las cuatro fuerzas fundamentales, estas ondas son extremadamente pequeñas, produciendo, según los físicos, desplazamientos máximos 1.000 veces menores que el diámetro de un protón. Ondas de esta fuerza solo pueden ser provocadas por sistemas muy masivos sometidos a grandes aceleraciones, como por ejemplo dos agujeros negros en órbita que están a punto de fusionarse en uno. Dado que los sistemas como estos son raros, están a años luz de distancia. Por lo tanto, la búsqueda de ondas gravitacionales persigue los efectos diminutos de algunos de los sistemas astrofísicos más energéticos de las profundidades del Universo.

    ¿Cómo las busca LIGO?

    El detector LIGO en Hanford- LIGO

    LIGO (Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales) es un conjunto de dos detectores gemelos, ubicados en Livingston (Louisiana) y Hanford (Washington) dedicado a recoger los pequeños movimientos del espacio-tiempo provocados por las ondas gravitacionales que llegan a la Tierra. Cada detector lanza haces de luz láser de 4 km de largo, en brazos que están dispuestos en forma de «L». Si una onda gravitacional pasa a través del sistema detector, la distancia recorrida por el rayo láser varía por una cantidad minúscula, miles de veces más pequeña que el diámetro de un núcleo atómico. Si LIGO recoge esa diferencia, detecta una onda gravitacional.

    Al tener dos instalaciones gemelas, LIGO reduce los rumores terrestres, como el tráfico y los terremotos. Los detectores internacionales incluyen VIRGO en Italia, GEO en Alemania y TAMA en Japón.

     
    ¿Pero no se habían descubierto hace dos años?

    El telescopio BICEP2, en el Polo Sur- Archivo

    En marzo de 2014, físicos del Centro Harvard-Smithsonian para la Astrofísica anunciaron la primera detección de ondas gravitacionales. El anuncio fue recibido como el hallazgo del siglo XXI, digno de un premio Nobel. Sin embargo, poco tiempo después surgieron las primeras dudas y el rechazo a los resultados. El análisis conjunto de los datos de la sonda Planck de la Agencia Espacial Europea (ESA) y el telescopio BICEP2 en la Antártida, el mismo instrumento que hizo la primera detección, confirmaron que no había pruebas concluyentes para respaldar el descubrimiento. Las ondas gravitacionales nunca habían sido detectadas. Fueron confundidas con el polvo interestelar de nuestra galaxia, que puede producir un efecto similar.

    Fuentes: ABC



    Entiende las ondas gravitacionales en menos de 30 segundos

      ¿Qué son? ¿Cómo se forman? ¿Por qué son importante? Descúbrelo en la siguiente infografía 
    Un equipo internacional de científicos ha logrado observar por primera vez las ondas gravitacionales, un fenómeno que predijo Albert Eintein hace 100 años."Hemos detectado ondas gravitacionales. Lo hemos hecho". Así lo ha anunciado el director ejecutivo del Observatorio de Ondas Gravitacionales con Interferómetro (LIGO), David Reitze, investigador del Instituto Tecnológico de California (Caltech), en una rueda de prensa convocada en el National Science Foundation en Whashington DC. 
     
    Fuentes: ABC

    Stephen Hawking: «Se ha descubierto una nueva forma de mirar el universo»

     «Además de probar la Teoría de la Relatividad General, podemos esperar ver agujeros negros a lo largo de la historia del Universo», sostiene el prestigioso físico
     Stephen Hawking, en una imagen de archivo - ABC

     El físico Stephen Hawking ha afirmado este jueves que la detección de las ondas gravitacionales abre la puerta a «una nueva forma de mirar el universo», después de que se haya confirmado la última predicción que quedaba por comprobar de las teorías de Albert Einstein. 

    «La capacidad de detectarlas tiene el potencial de revolucionar la astronomía», señaló a la BBC el físico teórico de 74 años, experto en el campo de los agujeros negros. 

    La detección de estas ondas, las señales que dejan grandes cataclismos en el universo, supone además «la primera prueba de un sistema binario de agujeros negros y la primera observación de agujeros negros fusionándose», afirmó Hawking. 

    «Además de probar la Teoría de la Relatividad General, podemos esperar ver agujeros negros a lo largo de la historia del Universo. Podríamos incluso ver los vestigios del Universo primordial, durante el Big Bang», gracias a las ondas gravitacionales, subrayó el físico. 

    La investigadora de la Universidad de Glasgow Sheila Rowan, que ha participado en el proyecto LIGO que ha detectado las ondas, describió su trabajo como un «viaje fascinante». 

    «Estamos sentados aquí en la Tierra observando cómo las costuras del Universo se estiran y se comprimen debido a una fusión de agujeros negros que ocurrió hace más de mil millones de años», reflexionó Rowan. «Cuando encendimos nuestros detectores, el Universo estaba listo, esperando para decir 'hola'», describió la investigadora. 

    Fuentes: ABC

    7 de enero de 2016

    ¿Puede el Big Bang ser un espejismo?

    Una sorprendente teoría sugiere que el Universo nació en realidad del colapso de una estrella de cuatro dimensiones
    ¿Y si las cosas no sucedieron tal y como pensábamos? ¿Y si el Big Bang no fue más que un espejismo, provocado por una realidad muy diferente de la que habíamos imaginado? "Por lo que saben los físicos -afirma Niayesh Afshordi, astrofísico del Instituto Perimeter de Física Teórica, en Canadá- podrían haber surgido dragones volando de la singularidad". Lo cual equivale a decir que, dado nuestro escaso conocimiento, en el momento en que nació el Universopodría haber sucedido cualquier cosa. Para este investigador la realidad es que nuestra percepción del Big Bang podría no ser más que eso, un espejismo causado por el colapso de una estrella de cuatro dimensiones.

    ¿Extraño? Puede, pero no más que nuestras teorías actuales. De hecho, y a pesar de que los recientes resultados del telescopio espacial Planck sugieren que la teoría de la Inflación es correcta, también dejan abierta la cuestión de cómo, exactamente, esa inflación pudo llegar a producirse. En su estudio, Afshordi y sus colegas muestran que, en realidad, el periodo de inflación, un breve instante en el que el Universo recién nacido se expandió a velocidades supra lumínicas, podría deberse al propio movimiento del Universo en una realidad multidimensional.

    Para ello, el investigador recurre a un fenómeno conocido, el horizonte de sucesos de un agujero negro, el punto de no retorno para cualquier cosa que caiga dentro, que tiene forma esférica. Pero en un espacio de cuatro dimensiones, el horizonte de sucesos sería tridimensional, lo que podría dar lugar e la formación de todo un nuevo Universo, el nuestro, de solo tres dimensiones.

    Para Afshordi, podríamos estar cerca del momento de decir adiós al Big Bang para siempre. Para él, en efecto, podría ser que el Universo que conocemos se formara a partir de los escombros esparcidos cuando una estrella tetra dimensional colapsó sobre si misma formando un agujero negro. Un escenario que, además, podría ayudar a explicar por qué la temperatura del Universo parece ser tan uniforme, sea cual sea la dirección en que lo observemos.

    Según el modelo estándar del Big Bang, el Universo en que vivimos estalló a partir de un punto de infinita densidad, o singularidad. Pero lo cierto es que nadie sabe qué es lo que pudo provocar esa "explosión". Las leyes de la Física conocidas no pueden revelar qué es lo que sucedió en ese preciso instante.

    La Física tampoco puede decirnos de qué manera una explosión como el Big Bang pudo haber dado como resultado un Universo en el que la temperatura es casi completamente uniforme, ya que los cálculos indican que desde su nacimiento no ha transcurrido aún el tiempo suficiente para que el Universo llegue al equilibrio térmico.

    Para la mayor parte de los cosmólogos, la explicación más plausible para esa uniformidad es que, poco antes del inicio del tiempo, alguna forma desconocida de energía hizo que el jovencísimo Universo se inflara a una velocidad incluso superior a la de la luz. Lo cual habría propiciado esa uniformidad de temperatura que podemos observar hoy miremos donde miremos

    Un Cosmos dentro de otro

    Pero Afshordi señala que "el Big Bang fue tan caótico que no resulta claro que existiera ni siquiera una pequeña parte del Universo tan homogénea como para que la inflación comenzara". En un artículo recién aparecido en arXiv, el científico y sus colegas centran su atención en una vieja propuesta, de 2002, según la cual nuestro actual Universo en 3D no es más que una membrana, o "brana", que flota en un Universo mayor y de cuatro dimensiones.

    Los investigadores razonaron que si ese "Universo mayor" contenía sus propias estrellas de cuatro dimensiones, algunas de ellas podrían colapsar, formando agujeros negros tetra dimensionales de la misma forma en que las estrellas masivas de nuestro Universo lo hacen formando agujeros negros tridimensionales. Es decir, estallando en forma de supernovas, eyectando violentamente sus capas externas y con sus núcleos colapsándose en agujeros negros.

    En nuestro Universo, un agujero negro está rodeado por una superficie esférica llamada horizonte de sucesos. Y mientras que en el espacio tridimensional ordinario el horizonte de sucesos es un objeto (una superficie) bidimensional, una frontera dentro del mismo agujero negro, en el "Universo mayor en 4D" el horizonte de sucesos de un agujero negro de cuatro dimensiones sería un objeto tridimensional, algo que los científicos llaman "hyperesfera". Cuando Afshordi simuló el colapso de una estrella de cuatro dimensiones, halló que el material expulsado formaba una "brana" de tres dimensiones alrededor del agujero negro. Una brana que además se expandía lentamente.

    Así las cosas, los autores postulan que el Universo en 3D en el que vivimos podría no ser más que una brana moviéndose dentro de un Universo mayor, y que el crecimiento de esa brana es lo que nosotros percibimos como expansión cósmica. "Los astrónomos -asegura Afsholdi- han medido esa expansión y han deducido que, en el pasado, el Universo tuvo que empezar con un Big Bang. Pero eso no es más que un espejismo".

    Una solución a la uniformidad térmica

    Entre otras ventajas, el modelo resuelve de forma natural la difícilmente explicable uniformidad térmica que observamos a nuestro alrededor. Dado que el Universo de cuatro dimensiones que nos contiene debe de haber existido durante un tiempo virtualmente infinito, resulta muy posible que varias de sus partes hayan alcanzado el equilibrio térmico, algo que fue heredado después por nuestro Universo de tres dimensiones.

    El cuadro arriba descrito, sin embargo, también está sujeto a problemas. A principios del pasado año, por ejemplo, el observatorio espacial Planck, de la Agencia Espacial Europea, aportó datos que permitieron elaborar un mapa con las tenues fluctuaciones de temperatura en el fondo cósmico de microondas, las reliquias de la radiación original en las que están grabados los primeros instantes del Universo. Y resulta que los patrones observados por el Planck encajan perfectamente con los modelos clásicos de Big Bang e inflación. No así el modelo del agujero negro de cuatro dimensiones, que se desvía de las observaciones del Planck hasta en un 4 por ciento. Para resolver esas discrepancias, Afshordi afirma que ya trabaja en refinar su modelo.

    En cualquier caso, el trabajo de Afshordi puede ayudar a comprender cómo la inflación pudo llegar a producirse, a través del movimiento de nuestro Universo a través de una realidad multi dimensional.


    Fuentes: ABC

    25 de diciembre de 2015

    Feliz Navidad para nuestros fieles seguidores.


    FELIZ NAVIDAD.
    MERRY CHRISTMAS. ΚΑΛΑ ΧΡΙΣΤΟΥΓΕΝΝΑ. FELIZ NATAL. JOYEUX NOËL. BUON NATALE. 
    WESOŁYCH ŚWIĄT. CRACIUN FERICIT. РОЖДЕСТВОМ. ČESTIT BOŽIĆ. 
    Veselé vánoce. Срећан Божић.

    23 de diciembre de 2015

    A la caza del agujero negro de 50.000 millones de soles

    Recreación de un agujero negro - Archivo
    Científicos calculan el tamaño máximo que pueden alcanzar estos monstruos espaciales en el centro de las galaxias

    La gran mayoría de las galaxias que los astrónomos observan en el cielo con sus telescopios tienen en su centro un agujero negro supermasivo. Una auténtica "bestia espacial" que devora todo lo que tiene alrededor, pero que al mismo tiempo mantiene unidas y en orden a las cientos de miles de millones de estrellas de la galaxia a la que pertenecen. Por ejemplo, en el centro de la Vía Láctea, nuestro hogar en el espacio, duerme Sagitario A*, un agujero negro con una masa equivalente a cuatro millones de soles. Aunque éste no es, ni con mucho, el mayor de los que se han observado hasta ahora.

    Ahí fuera, en el corazón de otras galaxias, se han descubierto ya auténticos "monstruos" con cientos, incluso miles de millones de veces la masa del Sol. Uno de los mayores, el el centro de la galaxia NGC 1277, a 220 millones de años luz de la Tierra tiene, por ejemplo, unas 17.000 millones de masas solares. Y mucho más lejos, a 3.500 millones de años luz de distancia, en DO 287, un sistema binario de agujeros negros alcanza una masa record estimada en más de 18.000 millones de masas solares.

    ¿Pero hasta dónde puede crecer un agujero negro? Un equipo de investigadores de la Universidad británica de Leicester acaba de descubrir que, en teoría, los agujeros negros podrían crecer en los centros galácticos hasta las 50.000 millones de masas solares antes de perder para siempre los discos de polvo y gas que les rodean y que les sirven de sustento.


    En un estudio recién publicado en Monthly Notices of teh Royal Astronomical Society y disponible en arxiv.org, Andrew King, del departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Leicester explora tanto los agujeros supermasivos de los centros galácticos como los grandes discos de material que, atraídos por la gravedad, permanecen a su alrededor. El gas que forma estos enormes anillos puede perder energía y caer hacia el agujero negro, alimentándolo y haciéndolo más grande, pero estos discos suelen ser también muy inestables y tienden a fragmentarse y a formar nuevas estrellas.

    King ha calculado cómo de grande podría llegar a ser un agujero negro antes de perder su disco de gas. Y el resultado es de 50.000 millones de masas solares. El estudio sugiere que, tras perder el disco, el agujero negro dejaría de crecer, lo que significa que esa masa, 50.000 millones de veces la del Sol, sería el límite superior de tamaño posible para uno de estos oscuros objetos espaciales. La única forma de crecer por encima de ese límite sería que el agujero capturara estrellas que pasaran cerca y se las tragara, o bien que se fusionara con otro agujero negro, sumándose así la masa de ambos. Aunque en esos casos resultarían muy difíciles de observar.

    En palabras de King, "el significado y la importancia de este descubrimiento es que los astrónomos, observando la enorme cantidad de radiación producida por los gases del disco al caer en los agujeros negros, han encontrado ya ejemplares enormes, con masas cercanas al límite. La masa límite significa que por este procedimiento ya no sería posible encontrar agujeros negros mucho mayores de los que ya se conocen, ya que a sus alrededor no habría ya un disco luminoso que nos permitiera observarlos".

    ¿Cómo podríamos, entonces, encontrar agujeros negros aún mayores? Para King, "la existencia de agujeros negros todavía más grandes es, en principio, posible. Por ejemplo, un agujero negro con una masa próxima al límite podría unirse a otro agujero negro, dando como resultado uno todavía mayor. Pero esta clase de fusiones no producirían radiación que pudiéramos medir, y el agujero negro resultante tampoco tendría alrededor un disco de gas que emitiera luz alguna".

    Sin embargo, el investigador no descarta que pudiéramos observar alguno de estos "súper monstruos" con algún procedimiento alternativo. "Cabe la posibilidad de detectarlos de otra manera. Por ejemplo, observando cómo se curvan los rayos de luz procedentes de otras galaxias cuando pasan cerca (lo que se conoce como lente gravitacional). O quizá, en el futuro, detectando las ondas gravitacionales que, según predice la Teoría General de la Relatividad de Einstein, se producirían durante el proceso de fusión de los agujeros negros".


    Fuentes: ABC

    7 de noviembre de 2015

    Descubren un crecimiento explosivo en una joven protoestrella



    Astrónomos obtuvieron con ALMA la imagen del crecimiento intermitente de una joven protoestrella conocida como CARMA-7. (Crédito: B. Saxton (NRAO/AUI/NSF); A. Plunkett et al.; ALMA (NRAO/ESO/NAOJ))

      
     
     
     


    Un equipo de astrónomos descubrió una protoestrella adolescente que está experimentando una sucesión de crecimientos explosivos gracias al Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA). Las señales de esta juventud intermitente se observan en un par de chorros que emanan de los polos de la estrella. Estos hallazgos fueron publicados en la revista científica Nature.

    Conocida como CARMA-7, esta protoestrella forma parte de un grupo de docenas de objetos similares situados en la porción sur del cúmulo estelar de la Serpiente, a cerca de 1.400 años luz de la Tierra. Este cúmulo de objetos estelares jóvenes fue detectado por primera vez por el Combined Array for Research in Millimeter-wave Astronomy (CARMA), del que heredó el nombre.

    “Esta joven protoestrella experimenta períodos de rápido crecimiento intercalados por períodos de relativa calma. Normalmente, una estrella en esta etapa de la vida debería tener un crecimiento mucho más constante y tranquilo”, señala Adele Plunkett, ex investigadora de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NSF en su sigla en inglés) en la Universidad de Yale y actualmente asociada al Observatorio Europeo Austral (ESO en su sigla en inglés), en Chile. “Este fenómeno de formación estelar intermitente echa nuevas luces sobre las caóticas interacciones que se producen al interior de este compacto cúmulo de estrellas jóvenes”.

    Todas las estrellas se forman en densas nubes de polvo y gas. A medida que el material se condensa y comienza la evolución de una estrella, el material circundante va formando un disco plano que gira y fluye hacia su superficie. Debido a la energía de rotación del material que compone el disco, y con la ayuda del campo magnético de la estrella, una parte de ese material es eyectado por los polos de la estrella, y de ahí surgen dos chorros que se pueden observar con radiotelescopios como ALMA.

    “La excelente resolución de ALMA permitió observar las emisiones del monóxido de carbono y obtener una excelente imagen de la estructura de la joven protoestrella”, agrega José Gallardo, astrónomo de operaciones de ALMA y parte del equipo de esta investigación. “Como nunca antes, pudimos avanzar en el entendimiento del proceso de formación estelar en etapas muy tempranas”.

    En un estudio realizado recientemente sobre varias protoestrellas de la porción sur de la Serpiente, los astrónomos se sorprendieron al encontrar una cuyos brillantes chorros parecían extinguirse y volver a renacer con una asombrosa regularidad, posiblemente alternando entre ambos estados en apenas 100 años.

    La protoestrella y sus chorros están orientados de forma tal que la mayor parte del chorro superior se aleja de nosotros y el inferior se nos acerca.

    Estos prominentes chorros proporcionan una vista sin precedentes de las propiedades del disco de acreción que rodea a la protoestrella. Como el proceso de acreción es opacado por el polvo y el gas circundantes, el chorro es un importante parámetro para observar. Sin embargo, puesto que hay varias estrellas formándose unas cerca de otras, los astrónomos necesitaban las poderosas observaciones realizadas con ALMA para desenmarañar las caóticas explosiones.

    Los datos de ALMA revelaron 22 expulsiones distintas relacionadas con la protoestrella CARMA-7. Estas eyecciones, que se alejan hasta 2,46 billones de kilómetros de la protoestrella, también están teniendo un efecto sobre todo el cúmulo y entremezclándose con otros chorros.

    En observaciones anteriores no se había logrado distinguir los chorros de CARMA-7 de aquéllos provenientes de protoestrellas cercanas. “Estas fuentes son tan jóvenes y están tan agolpadas que ni la luz óptica ni el infrarrojo cercano permitían obtener una vista completa de la protoestrella y sus chorros”, explica Plunkett. “Esto demuestra la importancia de ALMA para observar una zona como ésta”. 
     
     
    Fuente: ALMA OBSERVATORY/DICYT