15 de octubre de 2013

CURSO DE INICIACIÓN DE ASTRONOMÍA (Parte 1) - Astronomía de Posición


CURSO DE INICIACIÓN DE ASTRONOMÍA 

(Parte 1) - Astronomía de Posición

ÍNDICE

1. Astronomía de Posición

1.1 Los movimientos de la tierra - La rotación

1.2 Los movimientos de la tierra - La precesión

1.3 La esfera terrestre

1.4 Coordenadas geográficas

1.5 Las coordenadas geográficas latitud y longitud

1.6 La esfera celeste

1.7 El sistema de coordenadas

1.8 Los objetos celestes y sus movimientos aparentes

1.9 El día sideral

1.10 Posiciones de la Estrella Polar según la latitud

1.11 El movimiento del Sol en la esfera celeste

1.12 El retorno cíclico de las estaciones

1.13 La eclíptica y el punto Aries

1.14 El Zodiaco

1.15 Las coordenadas astronómicas

1.16 Las coordenadas horarias o ecuatoriales locales

1.17 Las coordenadas ecuatoriales absolutas

1.18 Las coordenadas eclípticas





1. Astronomía de posición
1.1 Los movimientos de la tierra - La rotación

La Tierra, como los demás cuerpos celestes, no se encuentra en reposo, sino que está sujeta a más de diez movimientos. En este curso sólo vamos a estudiar los cuatro más importantes.

La rotación.- La Tierra cada 24 horas, exactamente cada 23 h 56 minutos, da una vuelta completa alrededor de un eje ideal que pasa por los polos, en dirección Oeste-Este, en sentido directo (contrario al de las agujas del reloj), produciendo la impresión de que es el cielo el que gira alrededor de nuestro planeta. A este movimiento, denominado rotación, se debe la sucesión de días y noches, siendo de día el tiempo en que nuestro horizonte aparece iluminado por el Sol, y de noche cuando el horizonte permanece oculto a los rayos solares. La mitad del globo terrestre quedará iluminada, en dicha mitad es de día mientras que en el lado oscuro es de noche. En su movimiento de rotación, los distintos continentes pasan del día a la noche y de la noche al día.
                                  
     
La traslación.- El movimiento de traslación es un importantísimo movimiento de la Tierra, por el cual nuestro globo se mueve alrededor del Sol impulsado por la gravitación, y en un tiempo de 365 días, 5 horas y 57 minutos, equivalente a 365,2422 que es la duración del año. Nuestro planeta describe una trayectoria elíptica de 930 millones de kilómetros, a una distancia media del Sol de 150 millones de kilómetros, ocupando el astro rey uno de sus focos, la distancia Sol-Tierra es 1 U.A. (una Unidad Astronómica es igual a la distancia promedia entre el Sol y la Tierra, es decir, 149.675.000 km).

Como resultado de ese larguísimo camino, la Tierra marcha por el espacio a la velocidad de 29,5 kilómetros por segundo, recorriendo en una hora 106.000 kilómetros, o 2.544.000 kilómetros cada día.La excentricidad de la órbita terrestre hace variar la distancia entre la Tierra y el Sol en el transcurso de un año. A primeros de enero la Tierra alcanza su máxima proximidad al Sol y se dice que pasa por el perihelio, y a primeros de julio llega a su máxima lejanía y está en afelio. La distancia Tierra-Sol en el perihelio es de 142.700.000 kilómetros y la distancia Tierra-Sol en el afelio es de 151.800.000 kilómetros.





 

1.2 Los movimientos de la tierra - La precesión

Los movimientos de rotación y traslación serían los únicos que la Tierra ejecutaría si ésta fuese completamente esférica, pero al ser un elipsoide de forma irregular aplastado por los polos la atracción gravitacional del Sol y de la Luna, y en menor medida de los planetas, sobre el ensanchamiento ecuatorial provocan una especie de lentísimo balanceo en la Tierra durante su movimiento de traslación. Este movimiento recibe el nombre de precesión o precesión de los equinoccios, y que se efectúa en sentido inverso al de rotación, es decir en sentido retrógrado (sentido de las agujas del reloj).

Bajo la influencia de dichas atracciones, el eje de los polos terrestres va describiendo un cono de 47º de abertura cuyo vértice está en el centro de la Tierra.

Este movimiento puede compararse con el balanceo de una peonza que, al girar su eje, oscila lentamente mientras se traslada por el espacio, algo parecido sucede con la Tierra.

Debido a la precesión de los equinoccios se dan las siguientes consecuencias:


1) La posición del polo celeste va cambiando a través de los siglos. Actualmente la estrella Polar (se llama así porque está cerca del Polo Celeste), a Umi, es una estrella que no coincide exactamente con el Polo Norte Celeste, siendo la distancia de la Polar al Polo de aproximadamente 1º, se irá aproximando hasta el año 2015 llegando a una distancia de 30', luego se alejará paulatinamente describiendo un inmenso círculo para volver un poco cerca de su posición actual después de transcurrir 25.765 años.

2) El desplazamiento de la retícula de coordenadas astronómicas (A.R. y d) respecto a las estrellas. El Punto Aries y las coordenadas de las estrellas varían continuamente. Aunque imperceptibles, estos desplazamientos son significativos en largos períodos de tiempo y requieren constantes correcciones de dichas coordenadas celestes para un año en concreto. Actualmente el patrón está establecido para el comienzo del año 2000.


3) El lento pero continuo deslizamiento que tiene lugar entre las constelaciones y los signos zodiacales, que vinculados a las estaciones siguen a la Tierra en su movimiento. Mientras que ahora, durante las noches invernales, observamos algunas constelaciones como Tauro y Géminis, el Sol se encuentra en las constelaciones estivales como Escorpio y Sagitario. Bien, dentro de 13.000 años en las noches de invierno se observarán a Escorpio y Sagitario mientras que el Sol se encontrará en las constelaciones como Tauro y Géminis, constelaciones que se habrán convertido en estivales. Veamos un dibujo de este movimiento.

Hay un segundo fenómeno que se superpone con la precesión, es la nutación, un pequeño movimiento de vaivén del eje de la Tierra. Como la Tierra no es esférica, sino achatada por los polos, la atracción de la Luna sobre el abultamiento ecuatorial de la Tierra provoca el fenómeno de nutación. Para hacernos una idea de este movimiento, imaginemos que, mientras el eje de rotación describe el movimiento cónico de precesión, recorre a su vez una pequeña elipse o bucle en un periodo de 18,6 años, y en una vuelta completa de precesión (25.767 años) la Tierra habrá realizado más de 1.300 bucles.

1.3 La esfera terrestre

Como los diámetros ecuatorial y polar son casi iguales, para resolver numerosos problemas de astronomía y navegación, se supone que la Tierra es una esfera denominada esfera terrestre.

Las coordenadas geográficas.- Son aquellas coordenadas que indican la posición del observador en la superficie terrestre. Estas coordenadas tienen gran importancia en navegación, ya que uno de los problemas fundamentales es obtener la situación, por ejemplo, de un observador o de un barco.

Antes de explicar estas coordenadas vamos a definir los puntos y líneas de nuestra esfera terrestre:

1.Eje y polos: la Tierra gira alrededor de un eje denominado Eje de la Tierra, o Eje del Mundo, o Línea de los Polos. A los extremos de este eje se llaman Polo Norte (PN) y Polo Sur (PS).

2.Ecuador: es el círculo máximo normal al Eje de la Tierra. Los polos están separados 90º del Ecuador. El Ecuador divide a la Tierra en dos semiesferas o hemisferios, llamados Hemisferio Norte y Hemisferio Sur, según el Polo que tienen en su centro.

3.Paralelos: son los círculos menores paralelos al Ecuador; hay infinitos paralelos pero tienen nombre especial los siguientes:

-Trópico de Cáncer: paralelo del Hemisferio Norte separado del Ecuador 23º 27'.
-Trópico de Capricornio: paralelo simétrico al Paralelo de Cáncer en el Hemisferio Sur, por tanto también separado del Ecuador a 23º 27'.
-Círculo Polar Ártico: Paralelo que se encuentra separado del Polo Norte 23º 27'.
-Círculo Polar Antártico: paralelo que está separado del Polo Sur 23º 27'.

La Tierra queda dividida por estos paralelos en cinco zonas que reciben diferentes nombres que veremos en la siguiente unidad didáctica.

1.4 Las coordenadas geográficas

Continuamos hablando de las coordenadas geográficas y en concreto de las zonas en las que queda dividida la Tierra por los círculos de los paralelos.

-Una zona tórrida: es la zona comprendida entre los paralelos de latitud 23º 27' Norte y 23º 27' Sur y que coincide con la máxima y mínima declinación del Sol, y por tanto, este astro alcanza grandes alturas en esta zona llegando a culminar en el cenit dos veces al año. Por ello, los rayos solares inciden casi normalmente sobre dicha zona y es la más calurosa.

-Dos zonas templadas: son las que están limitadas por los trópicos y los círculos polares. Allí, los rayos solares inciden más oblicuamente, nunca culmina el Sol en el cenit y al aumentar la latitud el Sol alcanza menos altura y, por tanto, la temperatura en esta zona es menos elevada que en la anterior.

- Las zonas glaciares: son las extremas comprendidas entre los círculos polares y los polos. Allí, los rayos del Sol inciden muy oblicuamente, calentando poco. En estas zonas los días y las noches tienen mayores duraciones, tanto mayor cuanto mayor es la latitud, hasta llegar a los polos en que la noche y el día tienen una duración de seis meses, aunque existen los crepúsculos que duran unos dos meses, nos referimos al Sol de Medianoche.

4. Meridianos: son los círculos máximos que pasan por los polos.

Entre los infinitos meridianos se distinguen especialmente el Meridiano del lugar, que pasa por un punto donde se encuentra el observador. Suponiendo que el observador está en el Oeste el meridiano es el PnOpsPn.

Los polos dividen a este meridiano en dos partes, la mitad que pasa por el observador (PnOPs) se llama meridiano superior, a la otra mitad se la denomina meridiano inferior. En general, cuando hablamos sólo de meridiano nos referimos al meridiano superior.

Primer meridiano: Es el meridiano que se toma como origen para medir las longitudes; actualmente es el Meridiano de Greenwich, llamado así por pasar por el observatorio de esa ciudad inglesa. Por lo tanto, es lo mismo hablar de primer meridiano que de meridiano de Greenwich. El meridiano de Greenwich también se divide en meridiano superior (PnGPs) y meridiano inferior que es la parte opuesta.

                                      

                                     

                                      
                                              
1.5 Las coordenadas geográficas latitud y longitud

Explicados estos círculos máximos podemos estudiar las coordenadas geográficas o terrestres "latitud" y "longitud".

Latitud: es el arco de meridiano contado desde el Ecuador al punto donde se encuentra el observador. Se representa por la letra f o por l. La latitud siempre es menor de 90º y se llama latitud Norte cuando el observador o el lugar se encuentra en el Hemisferio Norte y se llama latitud Sur cuando está en el Hemisferio Sur. En los cálculos a las latitudes Norte se les da signo positivo y a las latitudes Sur signo negativo. Los puntos que se encuentran en la misma latitud se encuentran en el mismo paralelo.

Colatitud: se llama así al complemento de la latitud (c= 90º - f), por tanto, es el arco de meridiano comprendido entre el observador y el polo del mismo nombre que la latitud.


                  
                                 
Longitud: es el arco de Ecuador contado desde el meridiano superior de Greenwich hasta el meridiano superior del lugar. Se cuenta menos de 180º, llamándose longitud Oeste (W) cuando, vista desde fuera de la Tierra y el Polo Norte arriba, el lugar queda a la izquierda del meridiano superior de Greenwich y longitud Este (E) cuando, en estas condiciones, el lugar queda a la derecha del meridiano superior de Greenwich. Podemos decir que los paralelos son los lugares geométricos de los puntos que tienen la misma latitud y los meridianos son los lugares geométricos de los puntos que tienen la misma longitud. Se representa por el símbolo L.

Conociendo las coordenadas geográficas ( f, L ) podemos situar el punto donde nos encontramos en la superficie terrestre. Para ello se toma en el Ecuador a partir del meridiano superior de Greenwich un arco igual a la longitud, si está el Polo Norte arriba, hacia la izquierda si es longitud Oeste o hacia la derecha si es longitud Este; en caso de tener el Polo sur arriba los sentidos son opuestos. Por el extremo de dicho arco trazamos el meridiano del lugar. Sobre este meridiano del lugar tomamos un arco igual a la latitud, el punto marcado corresponde a las coordenadas conocidas.


1.6 La esfera celeste

Los astros se encuentran diseminados en el espacio a distancias enormes de la Tierra y, además cada uno está a diferente distancia de los otros. Nos da la impresión de que es una esfera encontrándose todos los astros en su interior. Por estar los astros tan alejados, el observador desde la Tierra no aprecia que unos están más cerca que otros, sino que le parece que todos se encuentran a la misma distancia.

Para la resolución de la mayoría de los problemas de Astronomía se supone que esta apariencia es cierta, es decir, que todos los astros se encuentran en una gran superficie esférica de radio arbitrario denominada esfera celeste.

Uno de los puntos de mayor interés para el que se inicie en la afición de la Astronomía suele ser la orientación en la esfera celeste: cómo observar objetos cuya posición conocemos previamente a partir de un atlas, o deducir la posición aproximada del objeto que estamos observando, para identificarlo. Para localizar los objetos celestes necesitaremos un sistema de coordenadas. Conociendo las coordenadas del astro podremos identificarlo en el cielo, ya sea directamente mediante círculos graduados de nuestro telescopio o indirectamente mediante cartas celestes.

La localización de un objeto celeste en el cielo requiere únicamente conocer la orientación que debemos dar a nuestro telescopio, ya que para verlo no necesitamos saber la distancia a la que se encuentra. Por este motivo se introduce el concepto de esfera celeste: una esfera imaginaria de radio arbitrario centrada en el observador, sobre la cual se proyectan los cuerpos celestes.

Los sistemas de coordenadas que vamos a emplear en la esfera celeste serán parecidos a los utilizados para definir posiciones sobre la superficie terrestre: sistemas de coordenadas esféricas. En la superficie terrestre se emplea la longitud y la latitud terrestre.

Según el centro que se tome en la esfera celeste, existen tres clases de esferas:

1.Esfera celeste local (topocéntrica): Tiene por centro el ojo del observador. Es la que contemplamos, en un instante dado vemos una mitad de esta esfera, la que está sobre nuestro horizonte.
2.Esfera celeste geocéntrica: Tiene por centro a la Tierra.
3.Esfera celeste heliocéntrica: Tiene por centro el Sol.

1. 7 El sistema de coordenadas

Para la esfera celeste, daremos algunas definiciones que nos ayudarán a introducir los sistemas de coordenadas.

Si prolongamos la dirección de los polos terrestres tenemos el eje del mundo. Los puntos de intersección del eje del mundo con la esfera celeste constituyen los polos celestes, el polo que se halla encima del horizonte del Hemisferio Norte es el Polo Boreal, Ártico o Norte, que coincide con la estrella Polar; el otro se llama Polo Austral, Antártico o Sur.

El plano perpendicular al eje del mundo forma el ecuador terrestre, y su intersección con la esfera celeste forma el Ecuador celeste. El plano del ecuador celeste forma dos hemisferios celestes, el Hemisferio Norte o Boreal, y el Hemisferio Sur o Austral. Los planos paralelos al ecuador forman sobre la esfera celeste círculos menores denominados paralelos celestes o círculos diurnos.

La vertical del lugar es la dirección de la gravedad en dicho lugar y corta a la esfera celeste en dos puntos llamados cenit y nadir. El cenit es el situado por encima del observador y el nadir por debajo del mismo.

El horizonte del lugar es el círculo máximo de la esfera celeste, perpendicular a la vertical del lugar. El horizonte divide a la esfera celeste en dos hemisferios: el Hemisferio Superior o Visible y el Hemisferio Inferior o Invisible.


                                
                                             
A cada lugar le corresponderá un meridiano, que será el formado por eje del mundo y la línea ZN (cenit-nadir) del lugar. Todo plano que pasa por el eje del mundo forma sobre la esfera celeste unos círculos máximos denominados meridianos celestes. Cuando dicho meridiano pasa por el cenit y por los polos se llama meridiano del lugar.

La meridiana es la recta de intersección del plano del horizonte y del meridiano del lugar. La meridiana o línea norte-sur corta a la esfera celeste en dos puntos opuestos, el más próximo al polo boreal se llama Norte o septentrión y se designa con la letra N, mientras que el más próximo al polo austral se denomina Sur o Mediodía y se designa con la letra S. La recta perpendicular a la meridiana forma en la esfera celeste los puntos cardinales Este u Oeste, el primero se designa con la letra E, mientras que el último con la letra W.

A los círculos menores de la esfera celeste paralelos al horizonte se les denomina Almucantarates.El orto de un astro es su salida sobre el horizonte del lugar, y el ocaso de un astro es su puesta por el horizonte. El paso de un astro por el meridiano del lugar se llama culminación superior o paso por el meridiano.


1. 8 Los objetos celestes y sus movimientos aparentes

Según las apariencias, la Tierra parece estar inmóvil, mientras a su alrededor giran todos los cuerpos celestes aproximadamente en 24 horas.

Si se utiliza como origen de referencia el sistema topocéntrico, en el cual se considera a un observador ocupando el centro del Universo, se comprueba que el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas giran alrededor nuestro.

Estos objetos celestes se ven moverse de Este a Oeste dando la sensación de que es la bóveda celeste la que está girando alrededor de la Tierra, cuando en realidad es la Tierra la que gira alrededor de su propio eje, en sentido Oeste-Este.

Si contemplamos las estrellas durante horas veremos un movimiento común sin cambiar la figura de las constelaciones.


Las estrellas que están hacia el Este, se elevan; las que están hacia el Sur se mueven hacia el Oeste, y las que están hacia el Oeste bajan hacia el horizonte hasta desaparecer. Solamente es la estrella Polar la que aparentemente no gira, pero en realidad si efectúa un giro completo, tan pequeño que a ojo desnudo nos parece que está quieta.


Tomando como punto fijo de orientación la estrella Polar, se reconoce que todo el movimiento común de las estrellas se realiza en un sentido contrario al de las agujas del reloj (sentido directo).

Si nos fijamos en el lugar que ocupa en el cielo una constelación dada a una hora determinada (por ejemplo la Osa Mayor a las 10 de la noche en la estación invernal), al día siguiente a la misma hora, no nos damos cuenta y nos parece que está en el mismo sitio, pero realmente cada día adelanta casi 4 minutos, es el denominado día sideral, cuyo valor es exactamente 23 horas, 56 minutos, 4.091 segundos), lo que equivale a un arco de 1º. Cada 15 días adelanta 1 hora, que equivale a un arco de 15º, entonces el aspecto del cielo ya no es el mismo, y a los seis meses, la Osa Mayor la encontraremos en la posición opuesta, llegando al mismo punto de origen otros seis meses después. Sucederá lo mismo con las demás constelaciones. Esto nos demuestra que la Tierra se desplaza alrededor del Sol y al cabo de un año vamos viendo las distintas constelaciones. Veamos en esta animación los movimientos aparentes de las constelaciones circumpolares alrededor del Eje del mundo o Polo Norte Celeste.


                                   
                                 
1.9 El día sideral
El día sideral es el tiempo transcurrido entre dos pasos sucesivos de una estrella por el meridiano del lugar y su duración coincide con el periodo de rotación terrestre. El día solar verdadero es el tiempo que separa dos pasos consecutivos del centro del Sol por el meridiano del lugar (su duración es de 24 horas). El Sol llega al sur aproximadamente cada día a las 12 horas del mediodía, pero una estrella llega a la misma posición cada día cuatro minutos antes que el Sol, y debido al movimiento de traslación el día solar verdadero es unos 4 minutos más largo que el sideral.

El hecho de que veamos distintas constelaciones en diferentes estaciones del año, es consecuencia del circuito del Sol en la esfera celeste. Sólo podemos ver estrellas en aquella parte del cielo que están lejos del Sol, y como que éste se mueve a través del cielo en dirección Este, cubre progresivamente unas constelaciones y deja ver otras.


En esta imagen se ve la consecuencia de la diferencia entre el tiempo sideral y el tiempo solar.

Por ejemplo, en junio el Sol está en aquella parte de la Eclíptica que atraviesa Tauro y, durante un par de meses, antes y después de esa fecha, la constelación está situada en el cielo iluminado. En diciembre, cuando el Sol se ha desplazado a la parte opuesta del cielo, Tauro luce brillantemente a medianoche en el sur del cielo. Esta traslación es consecuencia de la diferencia entre el tiempo sideral y el tiempo solar. En esta imagen veremos los rastros de las estrellas registradas en una toma fotográfica sin motor de seguimiento.


                                                   

1.10 Posiciones de la Estrella Polar según la latitud

Si el observador se encuentra en una latitud septentrional media, como por ejemplo España, podemos considerar que la latitud media es de 40ºN; la estrella Polar aparece a 40º por encima del horizonte norte. Vemos que las estrellas describen un movimiento a lo largo de su trayectoria (denominado movimiento diurno), unos cortan el horizonte del lugar de observación, de forma que las vemos salir, culminar y más tarde ocultarse. Las estrellas que distan menos de 40º del polo celeste nunca se pondrán, dichas estrellas no salen ni se ponen nunca, están siempre sobre el horizonte y siempre se ven, son las llamadas estrellas circumpolares siendo ejemplos típicos las constelaciones de Osa Mayor, Osa Menor, Casiopea, Draco, etc. El nombre "estrellas circumpolares" es relativo pues varía según la latitud el observador. Orientándonos hacia el horizonte sur, nos encontramos con que nunca podemos ver estrellas a menor distancia de 40º del Polo Sur, cuya declinación es de -50º. En la práctica, a causa de la atmósfera, el límite queda reducido.

Esto significa que, objetos más al sur como las Nubes de Magallanes y otros objetos celestes están perpetuamente escondidos a nuestra vista.

Si el observador se encuentra en el Polo Norte todas las estrellas describen círculos paralelos al horizonte, ninguna estrella sale ni se pone, es decir, nunca aparecen nuevas estrellas. La estrella Polar se encuentra en la cabeza del observador, en el cenit, que apunta hacia el eje terrestre. Vemos perpetuamente la mitad exacta de la esfera celeste, mientras que alguien situado en el Polo Sur tendría una visión análoga de la otra mitad de la esfera celeste.



Si el observador se encuentra en el Ecuador, podría ver que casi todas las estrellas describen círculos alrededor de la línea meridiana y todas las estrellas salen y se pone, excepto la Polar.

La Luna también da la impresión de que recorre un círculo perfecto alrededor de la Tierra. Además del movimiento común de la bóveda celeste la Luna está dotada de un movimiento propio de Este a Oeste. Podemos observar que cada hora se desplaza en casi la mitad de su diámetro, se pone unos 49 minutos más tarde cada día, o sea que se desplaza unos 13º cada día. En esta imagen podemos ver la trayectoria de las estrellas según la latitud.


Los planetas realizan un movimiento doble en la esfera celeste: por una parte, participan en el movimiento diurno de la bóveda celeste trasladándose de Este a Oeste, y por otro poseen un movimiento propio de Oeste a Este.

Si observamos y anotamos en un atlas estelar sus posiciones, podemos comprobar que los planetas se mueven en dirección Oeste-Este respecto a las estrellas que virtualmente parecen fijas. Pero su movimiento no es regular, sino que se interrumpe por periodos permaneciendo inmóvil por unos días, luego se mueve en dirección contraria, de Este a Oeste (denominado movimiento retrógrado), para posteriormente seguir su ruta normal, es decir la dirección Oeste-Este. Estos movimientos se deben a la combinación de la traslación de la Tierra y del planeta alrededor del Sol.


1.11 El movimiento del Sol en la esfera celeste


Los puntos del horizonte por donde sale (orto) y se pone (ocaso) el Sol varían constantemente en el transcurso de un año.                             
El 21 de marzo, fecha del equinoccio de primavera, el Sol sale por el Este y se pone por el Oeste. Al pasar los días, estos puntos van corriéndose hacia el Norte, primero rápidamente, luego lentamente, hasta el 21 de junio, fecha del solsticio de verano, en que el Sol alcanza su máxima altura.

A partir del 21 de junio, los puntos se alejan del Norte y se van acercando al Este y al Oeste, cuyas posiciones vuelven a ocupar el 22 o 23 de septiembre, equinoccio de otoño. Luego se acercan al punto Sur, hasta el 22 de diciembre, solsticio de invierno, del cual se alejan después. Transcurrido un año, vuelven a coincidir con los puntos Este u Oeste.

Si se construye un aparato denominado gnomon (constituye un importante instrumento de cálculo astronómico) que consta de una varilla colocada verticalmente en el suelo, es posible medir la distancia entre la sombra proyectada por dicha varilla y la longitud de la varilla. Mediante un sencillo cálculo trigonométrico utilizando la fórmula:

tang a = longitud varilla/longitud sombra



Se determina el ángulo a que nos da la altura del sol sobre el horizonte a cada instante.

A consecuencia del movimiento diurno, la sombra de la varilla se desplaza en el plano horizontal y cruza la línea norte-sur cuando el Sol pasa por el meridiano del lugar, eso ocurre al mediodía (es el momento en que el Sol alcanza su culminación superior y cuando está en el inferior se dice que es medianoche.

El 21 de diciembre, solsticio de invierno, la sombra de la varilla es máxima, al estar el Sol bajo en el horizonte, mientras que el 21 de junio, solsticio de verano, la sombra proyectada por la varilla es mínima, consecuencia de la máxima altura alcanzada por el Sol sobre el horizonte.


Un día antes de que el Sol atraviese el Ecuador el 21 de marzo su declinación es negativa, al día siguiente (21 de marzo) su declinación vale cero, en ese instante el Sol coincide con el Punto Aries. La duración del día sería igual a la de la noche. En los días posteriores la d del Sol es positiva, sigue subiendo hasta que su d alcanza +23º 27', estando el Sol en ese instante en el Solsticio de verano o Trópico de Cáncer. En el hemisferio norte ese día es el más largo del año y la noche es la más corta. A partir de ese momento la declinación del Sol empieza a disminuir hasta que nuevamente d = 0 el 21 de septiembre, coincidiendo con el paso del Sol por el Punto Libra, momento en que otra vez la duración del día es igual a la de la noche. Sigue disminuyendo la declinación, ahora con valores negativos, hasta el Solsticio de invierno o Trópico de Capricornio (21 de diciembre) alcanzando su declinación el valor d = -23º 27', época a la que le corresponden las noches más largas y los días más cortos.





1.12 El retorno cíclico de las estaciones

El eje de rotación terrestre se mantiene apuntando durante todo el año hacia una región concreta de la esfera celeste, caracterizada por la cercanía de la estrella Polar. Las estaciones tienen lugar porque el eje de la Tierra está inclinada 23º 27' con respecto al plano de su órbita.

Las estaciones varían de un extremo al otro del mundo. En las áreas mas templadas de los hemisferios norte y sur se reconocen cuatro estaciones (primavera, verano, otoño e invierno).

En los Polos Norte y Sur hay sólo dos estaciones (invierno y verano) mientras que en los países ecuatoriales y tropicales las estaciones se dividen en aquellos periodos en los cuales hay sequías o lluvia.

El solsticio es aquel instante en que el Sol se halla en uno de los dos trópicos.

Esto ocurre el 21 de junio para el Trópico de Cáncer y el 21 de diciembre para el Trópico de Capricornio. El solsticio de diciembre hace, en el hemisferio boreal, que el día sea más corto y la noche más larga del año; y en el hemisferio austral, la noche más corta y el día más largo. El solsticio de junio hace, en el hemisferio boreal, que el día sea más largo y la noche más corta del año; y en el hemisferio austral, el día más corto y la noche más larga.

El equinoccio es aquél instante en que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días y las noches son iguales en toda la Tierra; esto ocurre anualmente el 21 de marzo y el 22-23 de septiembre.

La latitud de los trópicos no puede ser otra que 23º 27'; al igual que la de los círculos polares es 66º 33'; es decir, 90º - 23º 27'.

La Tierra, en su movimiento anual alrededor del Sol, provoca distintos tipos de iluminación. Los dos extremos contrarios de iluminación terrestre son los solsticios de verano e invierno, siendo los equinoccios de primavera y otoño idénticos en cuanto a iluminación terrestre.

Solsticios y equinoccios totalizan los cuatro instantes en que anualmente se produce un cambio de estación. El cambio de una estación a otra, así como de un estado de soleamiento a otro no se produce de forma repentina; el mismo movimiento de rotación y traslación terrestre produce un cambio constante y gradual que acontece con el sucesivo transcurrir de los días, semanas y meses.

En las regiones cercanas a los polos, el 21 de marzo, el Polo Norte recibirá la luz del Sol, mientras que sobre el Polo Sur reinará la oscuridad durante unos seis meses. A cada rotación de la Tierra, el Sol permanecerá visible sobre el horizonte durante las 24 horas mientras que al día siguiente aparecerá más alto en el cielo. Tras alcanzar alrededor del 21 de junio su máxima altura sobre el horizonte, el Sol comenzará un lento movimiento de descenso, casi una espiral vista desde el polo, que nuevamente lo llevará al horizonte alrededor del 23 de septiembre. Durante los seis meses siguientes, la luz del Sol no caerá ya sobre el Polo Norte, siendo el Sur el que disfrutará de un prolongado día con unos seis meses de iluminación o soleamiento.


En una latitud intermedia, el 21 de marzo el Sol resultará visible durante 12 horas y otras tantas durante la noche. Entre los meses que van de abril a junio los rayos del Sol calentarán el suelo durante más de 12 horas y el astro aparecerá, en cada mediodía, cada vez más alto sobre el horizonte, hasta alcanzar el 21 de junio su máxima altura. Entre los meses de junio y diciembre, el Sol aparecerá, en cada mediodía, cada vez más bajo, el 23 de septiembre se encontrará en el equinoccio de otoño para continuar su movimiento descendiente hasta el 21 de diciembre que alcanza su mínima altura sobre el horizonte, pero al día siguiente vuelve a emprender su camino ascendente hacia un nuevo año.

En el Ecuador, día y noche siempre serán iguales durante todo el año.

Debido al movimiento del Sol en su órbita (es la Tierra alrededor suyo) sobre la eclíptica, y según la segunda ley de Kepler, su velocidad no es constante y esa variación da lugar a la desigual duración de las estaciones, ya que dicha velocidad será máxima en las cercanías del perihelio (punto más cercano al Sol a lo largo de una órbita) durante el 2 ó 3 de enero y mínima en el afelio (punto más alejado del Sol a lo largo de una órbita) el 2 ó 3 de julio.

La fecha de comienzo de las estaciones oscila en un periodo de dos días respecto al año trópico, entendido como el intervalo entre dos pasos consecutivos del Sol por el Punto Aries, dura 365,2422 días solares medios. La fracción de día (0,2422) que cada año se acumula es igual a seis horas, y cada cuatro años suma un día entero, éste se recupera en el año bisiesto, agregándolo a febrero y, por consiguiente se desplaza un día el comienzo de las estaciones siguientes. Veamos a continuación una representación gráfica del retorno cíclico de las estaciones.



1.13 La eclíptica y el punto Aries

La trayectoria que sigue el Sol en la esfera celeste recibe el nombre de Eclíptica. Esta trayectoria en la esfera celeste es un círculo máximo que forma con el ecuador celeste un ángulo de 23º 27' llamado inclinación del Sol u oblicuidad de la Eclíptica.

La denominación de Eclíptica proviene del hecho de que los eclipses sólo son posibles cuando la Luna se encuentra sobre la Eclíptica o muy próximo a ella, es decir en los llamados nodos.

En la Eclíptica destacan cuatro puntos importantes: el punto donde el Sol alcanza su altura máxima sobre el Ecuador del hemisferio norte, ocurre el 21 de junio y señala el día en que comienza el verano en el hemisferio norte, mientras que en el hemisferio sur el Sol alcanza el punto más bajo y señala el principio del invierno.

Siguiendo su curso aparente, el 22 de septiembre, el Sol corta al ecuador celeste en la posición del Punto Libra(W), que corresponde a la entrada del otoño en el hemisferio norte y el principio de la primavera en el hemisferio sur. Nuestro Sol continúa su carrera y el 21 de diciembre llega al punto más bajo del hemisferio norte señalando el principio del invierno y el más alto en el hemisferio sur indicando el principio del verano. Después el Sol remonta su camino hacia el hemisferio norte y cruza el ecuador celeste el 21 de marzo, iniciándose la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el hemisferio sur. El Sol se encuentra en dicho día en el llamado Punto Aries (g). Por último, el Sol sigue su camino hasta alcanzar el punto más alto, el 21 de junio, con lo cual ha realizado un ciclo completo.


El Punto Aries o Punto Vernal.- Es la intersección del ecuador con la Eclíptica o el punto del cielo en que aparece el Sol en el instante del equinoccio de primavera, el 21 de marzo.



1.14 El Zodiaco

El Zodiaco.- es una zona limitada por dos planos paralelos a la Eclíptica, cuya distancia angular es 16 º . La palabra zodiaco procede el griego y significa "Casa de animales", por alusión a los nombres de las doce constelaciones. Todos los planetas (excepto Plutón) tienen órbitas cuya inclinación respecto de la Eclíptica es menor de 8º, por lo que dentro del zodiaco se mueven los planetas del Sistema Solar, así como los asteroides o planetas menores.

Imaginemos un punto de referencia, el punto g y supongamos que el Sol tarda un año en pasar dos veces por el mismo punto g (es el denominado año trópico), cada día el Sol recorrerá por término medio 1º. Luego cada mes el Sol recorrerá una zona de unos 30º. Las constelaciones que en aquella época, hace 2.000 años, atravesaba el Sol cada mes, se han hecho corresponder a cada uno de los doce meses del año.

La constelación de Aries por donde pasaba el Sol el 21 de marzo, debido a la precesión de los equinoccios, se ha desfasado casi 30º, estando todas las constelaciones corridas de lugar. Hoy el 21 de marzo el Sol se proyecta sobre Piscis. Se ha considerado cómodo seguir llamando Aries al punto en que está el Sol ese día (cuya d = 0 y comienza la primavera) a pesar de no corresponder a la constelación sobre la cual se proyecta.

Durante un mes el Sol se proyecta sobre una constelación, al mes siguiente sobre otra constelación y así sucesivamente hasta recorrer las doce en un año, cuyos nombres son:

ARIES, TAURO, GEMINIS, CANCER, LEO, VIRGO, LIBRA, ESCORPIO, SAGITARIO, CAPRICORNIO, ACUARIO y PISCIS.



1.15 Las coordenadas astronómicas

Las coordenadas horizontales son aquellas que están referidas al horizonte del observador. El origen de las coordenadas es un sistema topocéntrico cuyo eje fundamental es la vertical del lugar (línea que sigue la dirección de la plomada). El punto de intersección con la esfera celeste situado encima del observador es el cenit, mientras que el punto opuesto es el nadir.

El círculo fundamental es el horizonte del lugar. Los círculos menores paralelos al horizonte del lugar se denominan almucantarates y los semicírculos máximos que pasan por el cenit, nadir y un astro determinado se denominan círculos verticales o vertical del astro.


Las coordenadas horizontales son la altura (altitud) y el acimut. La altitud es la altura del astro sobre el horizonte (arco de semidiámetro vertical comprendido entre el horizonte del lugar y el centro del astro); se mide de 0º a 90º a partir del horizonte, y tiene signo positivo para los astros situados por encima del horizonte y signo negativo para los situados por debajo del mismo; se representa por la letra h. También se usa, en vez de la altura, la distancia cenital, es el arco de semidiámetro vertical comprendido entre el cenit y el centro del astro. Se representa por Z y se relaciona con la altura por la ecuación:

h = 90º - Z

El acimut es el arco del horizonte medido en sentido retrógrado desde el punto Sur hasta la vertical del astro. Su valor va de 0º a 360º y se representa por la letra A o a.

En el sistema de coordenadas horizontales, la altitud y el acimut de los astros varían por la rotación terrestre y según el horizonte del observador.Estos ejes de coordenadas son los que tienen los telescopios con montura acimutal. Veamos una imagen de este tipo de coordenadas.


1.16 Las coordenadas horarias o ecuatoriales locales

El origen de las coordenadas horarias o ecuatoriales locales es el centro de la Tierra, es decir, es un sistema geocéntrico.

El eje fundamental es el eje del mundo, que corta a la esfera celeste en dos puntos llamados polos. El plano fundamental es el ecuador celeste, y los círculos menores paralelos al ecuador celeste reciben el nombre de paralelos celestes o círculos diurnos de declinación.

Las coordenadas horarias.- Son el ángulo horario y la declinación. El ángulo horario es el arco de ecuador celeste medido en sentido retrógrado desde el punto de intersección del meridiano del lugar con el ecuador hasta el círculo horario de un astro; se mide en horas, minutos y segundos, desde las 0 horas hasta las 24 horas y se representa por H.

La declinación es el arco del círculo horario comprendido entre el ecuador celeste y el centro del astro, medido de 0º a 90º a partir del ecuador; su valor es positivo cuando corresponde a un astro situado en el hemisferio boreal, y negativo cuando lo está en el hemisferio austral, se representa por d.

En vez de la declinación se mide la distancia polar, es el arco del círculo horario medido desde el polo boreal hasta el centro del astro. Se representa por p y se relaciona con la declinación por la fórmula:

p + d = 90º

El tiempo puede expresarse en unidades angulares. Veamos:

-El ángulo horario de 1 hora corresponde a 15º
-El ángulo horario de 1 minuto corresponde a 15'
-El ángulo horario de 1 segundo corresponde a 15''.
-1º corresponde a un ángulo horario de 4 minutos.
-1' corresponde a un ángulo horario de 4 segundos.
-1'' corresponde a un ángulo horario de 1/15 segundos.

El ángulo horario se calcula a partir de la hora de paso del astro por la vertical del lugar.




1.17 Las coordenadas ecuatoriales absolutas

Las coordenadas ecuatoriales absolutas son aquellas que están referidas al ecuador celeste. Surgieron por los inconvenientes que presentaban la utilización de las coordenadas ecuatoriales locales.

El eje fundamental es el eje del mundo, que corta a la esfera celeste en dos puntos llamados polos. El plano fundamental es el ecuador celeste, y los círculos menores paralelos al mismo son los paralelos celestes o círculos diurnos de declinación.



Las coordenadas ecuatoriales absolutas son: la declinación y la ascensión recta. La declinación (d) ya se ha definido en el sistema de coordenadas horarias. La ascensión recta es el arco del ecuador celeste medido en sentido directo a partir del Punto Aries hasta el meridiano que contiene el astro. Varía de 0 horas a 24 horas y antiguamente se representaba por A.R.

Pero actualmente se representa por a. La ascensión recta está relacionada con el ángulo horario por la ecuación fundamental de la Astronomía de Posición.

t = a + H

Siendo t la hora sidérea. Estas coordenadas son universales ya que no dependen ni del lugar, ni del instante de la observación.


1.18 Las coordenadas eclípticas

Las coordenadas eclípticas son aquellas coordenadas que están referidas a la eclíptica.

Son las más útiles para el estudio de las posiciones planetarias ya que se mueven dentro de la franja de la eclíptica.


El eje fundamental es el denominado eje de la eclíptica que corta a la esfera celeste en dos puntos denominados polos de la eclíptica. El círculo fundamental es la eclíptica. Los semicírculos máximos que pasan por los polos se denominan máximos de longitud y entre ellos, aquél que pasa por el Punto Aries se denomina primer máximo de longitud. Los paralelos se llaman paralelos de latitud celeste.

Las coordenadas eclípticas son la longitud celeste y la latitud celeste.



Se llama longitud celeste al arco de la eclíptica medido en sentido directo, que va desde el Punto Aries hasta el máximo de longitud de un astro; se mide en grados, desde 0º hasta 360º, y se representa por l.

La latitud celeste es el arco máximo de longitud que pasa por el astro comprendido entre la eclíptica y el centro del astro, medido a partir de la eclíptica. Su valor oscila entre 0º y 90º y se representa por b.

En este sistema no se toma nunca la distancia medida desde el polo de la eclíptica.




























Fuentes : El cielo del mes

12 de octubre de 2013

Atlas de Vesta a una escala similar a la de un mapa de carreteras

Si pudieras conducir un coche en todo el asteroide gigante Vesta, que tendría una hoja de ruta relacionado con el atlas de imágenes liberadas de la misión Dawn de la NASA. Veinte y nueve nuevos mapas del asteroide, una de las cuales se muestran aquí, muestran sus montañas y cráteres en una escala similar a la de los mapas de ruta comunes. Crédito de la imagen: NASA / JPL-Caltech / UCLA / MPS / DLR / IDA

Si fuera posible circular en automóvil por Vesta, el atlas que se ha confeccionado a partir de las observaciones hechas de ese astro por la sonda espacial Dawn sería lo más parecido a la colección de mapas de carreteras del lugar.

Este atlas es ahora de acceso público para que cualquiera para explorarlo vía internet.

El conjunto de mapas fue creado a partir de mosaicos de 10.000 imágenes tomadas por la Dawn a baja altitud, unos 210 kilómetros (130 millas).

Los mapas, en su mayoría, están hechos a una escala similar a la de los mapas regionales de las carreteras.

Vesta es un asteroide gigante al que también se puede considerar un protoplaneta.

El atlas consta de 29 mapas con tres proyecciones diferentes: Mercator para las regiones ecuatoriales, proyecciones cónicas de Lambert para las latitudes medias y una proyección estereográfica para la cuenca Rheasilvia en el polo sur de Vesta.

Sección de uno de los mapas del atlas de Vesta confeccionado a partir de imágenes captadas por la sonda espacial Dawn. (Imagen: NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA)
 
Para facilitar la confección y consulta del Atlas, se ha establecido un sistema de coordenadas geográficas, en el cual los 0 grados de longitud de Vesta están fijados cerca del pequeño cráter Claudia, que mide 620 metros de diámetro y está ubicado a 1,66 grados de latitud Sur y 356 grados de longitud Este.

Aunque Vesta, con sus 530 kilómetros de diámetro, es mucho más pequeño que la Tierra con sus 12.700, tiene desniveles tan grandes como los de Tierra. Por ejemplo, en el polo sur, los contornos del cráter Severina alcanzan una profundidad de 18 kilómetros (11 millas).

El atlas es accesible aquí


http://dawn_gis.dlr.de/atlas_dir/lamo/index.html


http://www.jpl.nasa.gov/spaceimages/details.php?id=PIA17480

Fuentes : Jet Propulsion Laboratory NASA

El vaivén de las estrellas le da al centro de la Vía Láctea forma de X

Esta expresión artística de la Vía Láctea muestra cómo en su centro se ve una estructura de X. (Crédito: ESO-NASA-JPL-Caltech M. Kornmesser R. Hurt)
 
Tal como otras galaxias espirales, la Vía Láctea se habría formado a partir de un disco de estrellas. Como consecuencia de las tormentosas fuerzas de ese nacimiento, en el centro se originó una barra plana la que con el tiempo habría colapsado para formar finalmente una X con barras gruesas y difusas. Eso es lo que decía la teoría, hasta ahora. Un equipo de investigadores encabezados por astrónomos del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica (IA) en Chile pudieron observar por qué se dibuja esa forma.

Las culpables serían un conjunto de estrellas que en vez de tener órbitas planas, describen en el espacio un movimiento con forma de arco. Debido al colapso de la barra original que se formó en el centro galáctico, habrían dos de ellos pero en sentido opuesto lo que daría forma finalmente a la estructura de X o la que muchos denominan de maní, aludiendo a la forma de la cáscara externa de éste.

“Las estrellas que hemos observado parecen estar moviéndose a lo largo de los brazos del bulbo en forma de X, ya que sus órbitas van de arriba hacia abajo y fuera del plano de la Vía Láctea”, dice Sergio Vásquez, estudiante de doctorado del IA y de la ESO, y líder del estudio. “¡Todo encaja perfectamente con las predicciones de los últimos modelos!”.

Vásquez y el equipo compararon imágenes obtenidas -con distintos telescopios de la ESO- hace once años con otras actuales. En ellas pudieron medir el movimiento en tres dimensiones de más de 400 estrellas de un determinado tipo. Se trata de astros que queman helio y que son bien conocidos por lo que se puede determinar con exactitud su distancia.

“Hasta el momento no sabíamos exactamente cómo se había formado nuestra galaxia y habían varias teorías distintas que trataban de explicarlo.

Como, por ejemplo, que se formó a partir de la unión de muchas galaxias chicas”, dice Manuela Zoccali, académica del IA y parte del equipo investigador. “Lo que logramos es comprobar observacionalmente -al conocer bien la forma y las órbitas de las estrellas estudiadas- lo que predecía una de ellas”, finalizó. 



Fuente: UC/DICYT

Producción de aminoácidos en las superficies de lunas heladas

Los científicos han descubierto una "fábrica cósmica" para la producción de los componentes básicos de la vida, los aminoácidos, según la investigación.

Un nuevo estudio respalda la teoría de que cuando un cometa impacta contra un planeta, crea una onda de choque capaz de generar moléculas precursoras de aminoácidos. La acción de la onda de choque también genera calor, que puede entonces transformar estas moléculas en aminoácidos. Estos bloques de construcción esenciales pueden también ser producidos si un meteorito rocoso impacta contra un planeta cuya superficie es de hielo.

La abundancia de hielo sobre las superficies de Encélado y Europa, lunas que orbitan a Saturno y a Júpiter respectivamente, podrían ofrecer un ambiente propicio para la producción de aminoácidos, cuando los meteoritos impactan contra su superficie, tal como argumentan los autores de este nuevo estudio. Este hallazgo subraya además la importancia de las futuras misiones espaciales a estas lunas para buscar en ellas signos de vida.

El equipo de investigación, integrado por científicos del Imperial College de Londres, la Universidad de Kent en el Reino Unido y el Laboratorio Nacional Estadounidense Lawrence Livermore en California, hizo su descubrimiento al recrear el impacto de un cometa recurriendo para ello a disparar proyectiles mediante un artefacto, instalado en la Universidad de Kent, que utiliza gas comprimido para propulsar proyectiles a velocidades de 7,15 kilómetros por segundo a fin de que impacten contra blancos hechos de mezclas de hielo, las cuales tienen una composición similar a la de los cometas.




Cada vez hay más indicios de que el impacto de cometas contra astros que reúnan ciertas condiciones puede provocar en ellos reacciones químicas complejas, algunas capaces de hacer aparecer aminoácidos. (Imagen: Recreación artística por Jorge Munnshe en NCYT de Amazings)






El impacto resultante creado aminoácidos tales como glicina y D-y L-alanina. 


Autor : Colin Smith 

Fuentes : Imperial College Londres

El asteroide que ha resultado ser un cometa

Con la ayuda del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, los astrónomos han descubierto que lo que se pensaba que era un gran asteroide llamado Don Quijote es en realidad un cometa. Crédito de la imagen: NASA / JPL-Caltech / DLR / NAU

Durante 30 años, un gran asteroide de los que pueden acercarse mucho a la Tierra ha circulado por su órbita, pasando ante los ojos escrutadores de los científicos armados con telescopios, mientras guardaba un gran secreto. El objeto, conocido como Don Quijote (o Don Quixote), que mide unos 18 kilómetros (unas 11 millas) de extremo a extremo, y cuya travesía lo lleva periódicamente hasta la órbita de Júpiter, resulta que en realidad es un cometa.

El descubrimiento es fruto de un proyecto actualmente en curso, coordinado por investigadores de la Universidad del Norte de Arizona, en Flagstaff, Estados Unidos, utilizando el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA. Al examinarlo con mayor detalle y gracias a un poco de suerte, los astrónomos encontraron evidencias de una actividad más propia de un cometa. Dicha actividad no se logró detectar durante tres décadas de observaciones.

Los resultados de la investigación conducida por Michael Mommert, del DLR (la agencia espacial alemana), y ahora de la Universidad del Norte de Arizona, muestran que Don Quijote no es un cometa muerto, y por tanto a efectos prácticos un asteroide como anteriormente se creía, sino que tiene una débil coma o cabellera, así como una cola, igualmente discreta. De hecho este objeto, considerado como el tercer asteroide más cercano a la Tierra conocido, posee grandes cantidades de dióxido de carbono y presumiblemente agua congelada.

Este descubrimiento implica que el dióxido de carbono y el agua congelada pueden estar presentes también en otros asteroides de los que son capaces de pasar cerca de la Tierra.
 



La coma o cabellera, y la cola de Don Quijote, tal como los captó en luz infrarroja el Spitzer, y perfilados en la imagen. (Imagen: NASA/JPL-Caltech/DLR/NAU)





El hallazgo no afecta a las probabilidades de colisión de la Tierra con Don Quijote, que son bajísimas en la escala humana del tiempo, pero sí introduce un cambio importante en los modelos teóricos sobre los orígenes del agua en la Tierra. Impactos de cometas, como Don Quijote, a lo largo del tiempo a escala geológica, o durante una época muy antigua en la que las colisiones entre astros en el sistema solar eran mucho más frecuentes que ahora, pudieron ser la fuente de al menos una parte del agua que hoy posee la Tierra.

La cantidad de agua que se calcula que alberga Don Quijote es de aproximadamente 100.000 millones de toneladas, casi la misma cantidad de agua que acoge el Lago Tahoe, en California.



Fuentes : Jet Propulsion Laboratory NASA

Orbitadores lunares descubren fuente del clima espacial cercano a la Tierra

Representación artística de la reconexión magnética, donde ampliar las ondas de energía eléctrica las auroras, los cinturones de radiación, y los fenómenos conocidos como el clima espacial. Crédito E. Masongsong, UCLA

Las tormentas solares son poderosas erupciones de material solar y campos magnéticos lanzadas hacia el espacio interplanetario, y pueden causar cerca de la Tierra efectos nocivos de lo que se conoce como "meteorología espacial", con el resultado de daños que van desde interferencias en los sistemas de comunicaciones y errores en los datos GPS, hasta graves averías como cortes prolongados de suministro eléctrico en zonas geográficas amplias y cese total del funcionamiento de algunos satélites.

Una nueva investigación, realizada por especialistas de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) de Estados Unidos, el Instituto Austriaco de Investigación Espacial en Graz, y la Agencia Espacial Japonesa (JAXA), ha permitido desentrañar algunos de los secretos de cómo exactamente se generan cerca de la Tierra los fenómenos violentos de la meteorología espacial a partir de las tormentas solares.



La reconexión magnética
Fotograma de la animación del proceso de clima espacial: una erupción tormenta solar influye en el campo magnético de la Tierra, lo que resulta en una ráfaga explosiva de energía conocido como reconexión magnética.Crédito: NASA SVS / GSFC Video Link: http://www.youtube.com/watch ? v = JZcSEdz54k0




Durante esas tormentas solares, parte de la energía asociada a ellas entra en la magnetosfera de la Tierra, que es la gran burbuja magnética que nos escuda del flujo supersónico de gas magnetizado emitido por el Sol. El almacenamiento temporal de esa energía hace que la burbuja se estire cobrando una forma que recuerda a la de una lágrima, y que se extienda con facilidad a más de un millón de kilómetros en el espacio. Esa energía de las tormentas solares se acaba liberando de manera brusca y violenta, como una explosión, energizando los cinturones de radiación de nuestro planeta e iluminando los cielos polares con brillantes auroras. La liberación de esa energía magnética almacenada se realiza por un proceso llamado "reconexión magnética". Pero los casos de este fenómeno sólo pueden ser detectados cuando los rápidos flujos de partículas de gran energía pasan justo por la ubicación en que se encuentre una nave espacial que se convierta así en una observadora privilegiada por estar en el lugar correcto en el momento adecuado. 

Aunque es posible observar desde lejos las tormentas solares con cámaras, no todos los procesos asociados a ellas son fáciles de captar. Por ejemplo, el proceso que libera la energía magnética almacenada cerca del planeta ha sido un objetivo de observación virtualmente imposible durante décadas.

Ahora, el equipo de Vassilis Angelopoulos ha conseguido por fin medir y analizar de modo muy detallado la liberación de esta energía magnética valiéndose del trabajo coordinado de varios satélites en órbita a la Tierra y las dos sondas en órbita a la Luna que integran la misión ARTEMIS de la NASA.

Pero no ha sido un camino fácil. Cuando en 2008, los cinco satélites de la misión THEMIS de la NASA, iniciada en 2007, que orbitan en torno a la Tierra, descubrieron que la reconexión magnética era el fenómeno que iniciaba las subtormentas del espacio cercano, que son los bloques de construcción básicos de cada episodio de la meteorología espacial, los científicos se toparon con un enigma: No parecía que hubiera suficiente energía en los flujos de reconexión para justificar la cantidad inmensa de energía emitida por una subtormenta típica.


 Representación artística de la nave espacial gemela Artemis en el ambiente lunar. Con punto de vista único Artemis ', junto con otras naves espaciales cercanos a la Tierra, los investigadores descubrieron viajar oleadas de energía magnética, llamado frentes reconexión, moviéndose hacia y desde la Tierra. (Crédito: NASA / John Moore)

En un intento de vigilar una zona más amplia de la magnetosfera de la Tierra, el equipo de la misión THEMIS hizo maniobrar a dos de sus cinco satélites para que viajasen hasta ponerse en órbita alrededor de la Luna. En vez de desactivarlas en 2010 tras haber finalizado su misión, se decidió que todavía podían emprender una nueva y más arriesgada misión. Iniciando un complicado viaje en julio de 2009, y después de numerosas maniobras, los dos satélites convertidos en sondas espaciales alcanzaron una órbita lunar el 27 de junio de 2011 y el 17 de julio de ese mismo año, respectivamente. Ante la ausencia de un sistema de propulsión adecuado, los vehículos habían realizado numerosas asistencias gravitatorias en las cercanías de la Luna y de la Tierra, lo que permitió alcanzar el nuevo destino con el escaso combustible disponible, aunque a costa de tardar mucho tiempo en realizar la travesía.

Desde su nueva posición, estas dos naves proporcionaron una perspectiva global única del almacenamiento y desprendimiento de energía cerca de la Tierra.

En el verano de 2012, gracias a una adecuada alineación de los satélites THEMIS, las dos sondas ARTEMIS, el satélite Geotail de la Agencia Espacial Japonesa, y el satélite GOES de la Administración Nacional estadounidense Oceánica y Atmosférica (NOAA), esta variopinta flota de vehículos pudo por fin obtener datos fiables de la cantidad total de energía que impulsa a la maquinaria de la meteorología espacial en las inmediaciones de la Tierra.

A partir de aquí, el extenso análisis realizado de la información obtenida ha permitido desentrañar muchos de los secretos de esa maquinaria de la meteorología espacial. 




Las sondas y satélites observaron dos frentes de energía en expansión emitidos simétricamente en direcciones contrarias, uno en cada cara del sitio de la reconexión magnética, el primero moviéndose hacia la superficie de la Tierra y el otro alejándose de ella, experimentando transformaciones energéticas y cubriendo un trayecto de unos 400.000 kilómetros (unas 250.000 millas) desde su lugar de origen, confinado en una estrecha región de sólo unas docenas de kilómetros de ancho.

Según comentan los investigadores, esto explica por qué las mediciones satelitales del pasado, realizadas por naves aisladas, no pudieron registrar la mayor parte de la energía descargada por la reconexión magnética. En cambio, la nueva flotilla satelital permitió hacer un seguimiento de la cantidad total de energía y observar dónde y cuándo se convierte en otros tipos diferentes de energía. También mostró que estas transformaciones continuaron hasta 30 minutos después del inicio de la reconexión. La cantidad total de energía convertida es de tal magnitud que es comparable a la generada simultáneamente por todas las centrales eléctricas de la Tierra.

"Al fin hemos encontrado lo que suministra energía a las auroras y a los cinturones de radiación", enfatiza Angelopoulos. "Se necesitaron muchos años y paciencia para planificar misiones a fin de poder capturar este fenómeno en un sistema multisatelital, pero realmente ha valido la pena".



Fuentes : UCLA Newsroom

¿Cuánto tiempo va a seguir siendo habitable la Tierra?

"En 5000 millones de años la Tierra será absorbida por el Sol. Lejos de casa, inalterados por tan remotos acontecimientos, Los Voyager, portadores de la memoria de un mundo ya extinguido, continuarán navegando por el Espacio"  Carl Sagan

En su definición clásica, la zona de habitabilidad en torno a una estrella es el área en la que un planeta en órbita de esa estrella puede tener agua líquida en su superficie (Figura 1): demasiado lejos de la estrella, el agua en superficie se congela; demasiado cerca, el calor transforma el agua líquida en vapor y se escapa al espacio. Las zonas de habitabilidad no son estáticas: la luminosidad de las estrellas aumenta a medida que su composición evoluciona, empujando la zona de habitabilidad hacia el exterior del sistema. Por ejemplo, la zona de habitabilidad de la Tierra se aleja del Sol a una velocidad aproximada de 1 metro por año.

El cálculo de la posición y duración de la zona de habitabilidad en torno a estrellas depende de multitud de factores, y no tiene una solución única y sencilla. El elemento fundamental es la composición, el volumen y la dinámica de la atmósfera. De hecho, los modelos numéricos actuales permiten fabricar en teoría un planeta habitable en la órbita de Venus, y un planeta no habitable en la órbita de la Tierra. Dos nuevos trabajos reanalizan este viejo problema.


Figura 1: Zona de habitabilidad en torno a estrellas según su temperatura. (NASA/Misión Kepler/D. Berry)

La primera investigación, firmada por Andrew Rushby (University of East Anglia) y sus colaboradores, sugiere que el tiempo total de la Tierra dentro de la zona de habitabilidad del Sol debe ser de entre 6300 y 7800 millones de años, lo que implica que a nuestro planeta aún le queda aproximadamente un 30% de su vida como mundo habitable. Es decir, que la Tierra dejará de ser habitable dentro de unos 1750 millones de años. Según los cálculos del equipo de Rushby, Venus fue habitable durante 1300 millones de años al principio de su historia. El caso de Marte lo tratan únicamente de forma marginal, limitándose a señalar que su baja presión atmosférica y su escasa energía interna no serán suficientes para promover condiciones habitables en la superficie marciana cuando el límite exterior de la zona de habitabilidad del Sol alcance su órbita. Sin embargo, estos resultados, y en realidad el concepto clásico de zona de habitabilidad, son incapaces de explicar la multitud de evidencias que prueban sin lugar a dudas la existencia de agua líquida sobre la superficie de Marte en el pasado (Figura 2).
 

Figura 2: Sedimentos rocosos depositados por corrientes rápidas de agua en Marte (izquierda, imagen del rover Curiosity) y en la Tierra (derecha). (NASA/JPL)

El método de Rushby y colaboradores también permite identificar planetas fuera del Sistema Solar con largos periodos de habitabilidad, que serían, en principio, los lugares más propicios para buscar vida. De hecho, sus resultados confirman que algunos planetas tienen un tiempo de residencia extraordinariamente prolongado dentro de las zonas de habitabilidad de sus estrellas, llegando hasta 42000 millones de años en el caso de planetas formados cerca del límite exterior de la zona de habitabilidad de estrellas poco masivas y muy longevas.
El segundo trabajo, liderado por Sean McMahon, de la Universidad de Aberdeen, intenta extender el concepto de zona de habitabilidad para planetas alrededor de una estrella a la subsuperficie de esos planetas. De hecho, la vida en la Tierra no está restringida a la superficie, y en realidad la corteza está habitada hasta a varios kilómetros de profundidad (Figura 3). Además, la energía interna de los planetas puede contribuir a mantener el agua en estado líquido en sus subsuperficies, posibilitando que sean habitables en órbitas alrededor de sus estrellas bastante alejadas de los límites convencionales de las zonas de habitabilidad.


Figura 3: Testigos extraídos a gran profundidad en Death Valley (California), para verificar la existencia de comunidades microbianas subterráneas.
(“Life Underground”/R. Friese/J. Amend)


McMahon y sus colaboradores enfatizan el hecho de que el ejemplo de nuestro Sistema Solar sugiere que la mayoría de planetas en el Universo deben estar fuera de los límites clásicos de la zona de habitabilidad de sus estrellas. Además, la habitabilidad de las superficies planetarias puede verse seriamente comprometida por la radiación cósmica y estelar, y por la presencia de atmósferas corrosivas (como en el caso de Venus, Figura 4), mientras que la subsuperficie se encontraría siempre protegida. Por lo tanto, concluyen, los entornos habitables en planetas extrasolares deben ser mucho más comunes bajo las superficies planetarias. Y esto genera un problema para su identificación, ya que esas posibles biosferas situadas a kilómetros de profundidad en planetas extrasolares tendrán muy limitada su capacidad para producir indicadores biológicos de su presencia que nosotros podamos detectar. En definitiva, los planetas con superficies habitadas pueden ser escasos, pero su identificación podría ser inmediata; por el contrario, los planetas habitados en sus subsuperficies deben ser mucho más numerosos, pero también mucho más difíciles de identificar. En cualquiera de los dos casos, la química atmosférica se perfila como el objetivo principal a investigar en la búsqueda de planetas habitados. 

Figura 4: Presiones y temperaturas en la superficie de Venus. (UCAR)



Autor: Alberto González Fairén
Fuentes :  espacial.org

El “cometa del siglo” estaría a punto de desintegrarse


El cometa C/12 S1 ISON podría presentar una “desintegración inminente”, de acuerdo con el astrónomo de la Universidad de Antioquia Ignacio Ferrín, en Colombia, quien comparó la curva de luz de este objeto con la de otros diez cometas que en el pasado se desintegraron.

La predicción sobre el comportamiento de ISON fue hecha por el profesor Ferrín desde el mes de julio del presente año, momento en que sugirió que el cometa desaparecerá antes de su máximo acercamiento al sol, calculado para el próximo 28 de noviembre.

Según Ferrín, el cometa presentó hasta hace poco un comportamiento peculiar, la desaceleración de su curva de luz; es decir, su brillo se mantuvo constante sin tendencia al aumento desde el mes de enero hasta principios de octubre, un fenómeno sin antecedentes en la astronomía cometaria.

Esa misma característica se presentó también en el cometa C/2002 O4 Hönig, el cual, tras 52 días con la misma intensidad de brillo, se desintegró, lo que hizo concluir al investigador que ISON, al estar más de 270 días con su curva de luz desacelerada, podía correr con la misma suerte.

El objeto, a pesar de que hace un día incrementó un poco su brillo, tendría además varias dificultades para cruzar cerca del sol sin desintegrarse, pues según el grupo Física y Astrofísica Computacional, del cual Ferrín hace parte, “la combinación de temperatura, radiación y mareas puede ser demasiado alta para el cometa, de modo que es probable que no sobreviva el paso cerca del Sol”.

El cometa ISON fue descubierto en septiembre de 2012 por dos astrónomos rusos, quienes al calcular su órbita previeron que pasaría a finales de 2013 a una distancia de solo 1,3 radios solares del Sol, y se afirmó que será el “cometa del siglo”, con un brillo similar al de la luna llena.

Sin embargo, el profesor Ferrín continúa firme en su hipótesis y afirma que el cometa actualmente está cruzando “las líneas rojas” o distancias a las que otros objetos se desintegraron, “no sabemos en qué punto se va a romper, pero él lo va a avisar, cuando la curva de luz se ponga plana es que está a punto”, concluye. 



Fuente: AGENCIENCIA/DICYT