23 de febrero de 2017

DESCUBIERTOS SIETE EXOPLANETAS SIMILARES A LA TIERRA A 40 AÑOS LUZ




Astrónomos europeos y estadounidenses han descubierto siete exoplanetas similares a la Tierra, a tan solo 40 años luz de nosotros. Los siete exoplanetas orbitan alrededor de Trappist-1, una estrella enana ultrafría, que los responsables de su descubrimiento han descrito como una pelota de golf, en comparación con la pelota de baloncesto que representaría nuestro Sol. 

Los seis planetas más cercanos a su estrella, probablemente rocosos, pueden tener una temperatura en la superficie de entre 0 y 100 grados, por lo que podrían albergar agua líquida. Tres de ellos están en la llamada “zona habitable”. 

Ahora se va a estudiar con detalle su clima y composición química para determinar si hay o puede haber vida.











Fuentes: Euronews

Hallan siete planetas similares a la Tierra, tres de ellos con posibilidad de albergar vida


  • Orbitan la estrella enana ultrafría TRAPPIST-1, con tamaños parecidos a la Tierra
  • Las temperaturas harían posible que exista agua líquida en tres de ellos
  • Los investigadores esperan saber en la próxima década si albergan vida




A tan solo 40 años luz de la Tierra hay un sistema estelar con siete planetas de masa similar al nuestro, tres de los cuales se encuentran en la zona habitable y podrían albergar océanos de agua en la superficie, lo que aumenta la posibilidad de que ese sistema pudiera acoger vida.

El sistema, localizado por un grupo internacional de astrónomos y cuyo estudio publica la revista Nature, tiene tanto el mayor número de planetas del tamaño de la Tierra como el mayor número de mundos que podrían contar con agua líquida en superficie.

Los seis planetas más cercanos a la estrella, probablemente rocosos, pueden tener una temperatura en la superficie de entre 0 y 100 grados, el rango en el que puede haber agua líquida, y tres de ellos están en la llamada "zona habitable", por lo que son candidatos especialmente prometedores para albergar vida.

Una estrella que brilla mil veces menos que el Sol

Los cuerpos recién descubiertos giran en órbitas planas y ordenadas alrededor de TRAPPIST-1, una estrella enana ultrafría con un brillo cerca de mil veces menor al del Sol.

Impresión artística de la vista desde la superficie de uno de los planetas del sistema TRAPPIST-1.

El autor principal del estudio, Michaël Gillon, del Instituto STAR en la Universidad de Lieja (Bélgica) se mostró encantado con los resultados: "Se trata de un sistema planetario sorprendente, no sólo porque hayamos encontrado tantos planetas, ¡sino porque son todos asombrosamente similares en tamaño a la Tierra!", según un comunicado.

El nuevo sistema es relevante para los científicos por su cercanía a la Tierra en términos astronómicos y porque es el primero que cuenta con siete planetas de un tamaño similar al nuestro, así como por el reducido tamaño de su estrella, una particularidad que simplificará el estudio del clima y la atmósfera de esos mundos.



Tres 'favoritos' para albergar vida

Los siete planetas descubiertos en el sistema podrían potencialmente tener agua líquida en sus superficies, aunque sus distancias orbitales hacen que esto sean más probable en algunos de los candidatos que en otros, afirman los responsables del proyecto.

Los modelos climáticos sugieren que los planetas más interiores, TRAPPIST-1b, c y d, son probablemente demasiado calientes para albergar agua líquida, excepto tal vez en una pequeña fracción de sus superficies.

La distancia orbital del planeta más externo del sistema, TRAPPIST-1h, no se ha confirmado, aunque es probable que sea demasiado distante y frío para albergar agua líquida, suponiendo que no esté teniendo lugar ningún proceso de calentamiento alternativo.

TRAPPIST-1e, f y g, sin embargo, representan el gran descubrimiento para los astrónomos cazadores de planetas, ya que orbitan en la zona habitable de la estrella y podrían albergar océanos de agua en sus superficies.

Planetas lo bastante grandes para ser medidos

Los siete planetas son 80 veces mayores respecto a TRAPPIST-1 que la Tierra respecto al Sol, por lo que bloquean una gran cantidad de luz cuanto transitan por delante de la estrella. Eso facilita a los investigadores la tarea de identificar sus componentes químicos por medio de técnicas de fotometría.

"Hemos buscado una estrella muy pequeña, al contrario que otros grupos de astrónomos. Eso hace que los planetas aparezcan magnificados", explicó en una rueda de prensa telefónica Amaury Triaud, investigador de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).

Tras una primera fase de "reconocimiento", los científicos planean ahora iniciar "observaciones detalladas para estudiar el clima y la composición química de los cuerpos, con el objetivo de determinar si hay vida en ellos".

"En unos años sabremos mucho más sobre estos planetas y esperamos saber si hay vida en el plazo de una década", afirmó Triaud.

El telecopio espacial Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) ya se está empleando para buscar atmósferas alrededor de los planetas y otro miembro del equipo, Emmanuël Jehin, se muestra entusiasmado con las futuras posibilidades.

"Con la próxima generación de telescopios como el E-ELT (European Extremely Large Telescope de ESO), y el telescopio espacial JWST (NASA/ESA/CSA James Webb Space Telescope) pronto podremos buscar agua e incluso pruebas de vida en estos mundos", ha concluido.

Fuentes: Rtve

18 de febrero de 2017

La historia de Plutón y cómo dejó de ser un planeta



Se cumplen 87 años del descubrimiento del pequeño mundo de las afueras del Sistema Solar. Los últimos hallazgos muestran que es un lugar tan sorprendente como lleno de secretos

Su nombre, idea de una niña de 11 años
Plutón es el nombre del dios romano del inframundo- NASA / Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory / Southwest Research Institute

A principios de 1930 Clyde Tombaugh estaba inmerso en la que probablemente fuera una de las tareas más tediosas para un astrónomo. Tenía que buscar un nuevo planeta en el Sistema Solar, pero debía hacerlo de una forma bastante artesanal: a ojo. En concreto, tenía que comparar fotografías del cielo nocturno tomadas con varios días de separación para tratar de averiguar si alguno de los puntos luminosos se había movido. Dado que las estrellas están muy lejos, no se mueven con el paso de los días. Pero no pasa lo mismo con los planetas, que están mucho más cerca de la Tierra. Por eso, si un punto luminoso se mueve puede ser un planeta.

El descubridor de Plutón, Clyde Tombaugh- WIKIPEDIA





Después de meses de duro trabajo, el 18 de febrero de 1930 Tombaugh halló el que parecía ser el noveno planeta en el Sistema Solar.


Apenas se sabía nada sobre aquel mundo, pero cuando el Observatorio Lowell (Estados Unidos) anunció el hallazgo, los buzones se llenaron de cartas con las sugerencias para nombrar al nuevo habitante del Sistema Solar.

Se rechazó llamarlo Cronos, Zyxmal o Minerva, entre otras muchas propuestas. Al final ganó la propuesta que hizo una niña británica de 11 años aficionada a la mitología clásica, Venetia Burney, que quiso nombrar al planeta en honor al dios romano del inframundo. Y así nació Plutón. Curiosamente, pocos meses después de aquello Mickey Mouse se hizo amigo del perro Pluto (Plutón en inglés). Y en 1941 un nuevo elemento químico recibió el nombre de plutonio, antes de saltar por los aires con la primera bomba atómica.

Aquel nombre recordaba por una parte que este nuevo mundo era muy lejano y estaba en un lugar tan oscuro y frío como el inframundo. Y por otra, las letras «P» y «L» de Plutón hacían honor a Percival Lowell, un millonario de Boston aficionado a la astronomía que inició la búsqueda de este noveno planeta. Y que, por cierto, fundó el Observatorio Lowell que descubrió Plutón.

El escurridizo noveno planeta
La historia del noveno planeta comenzó en 1905, el año en que Einstein publicó su Teoría de la Relatividad. Por entonces, se había observado una anomalía en la órbita de Urano, que para Lowell podía ser el indicio de que más allá había un planeta enorme que tiraba de él. Así que solo faltaba buscarlo.

Los astrónomos descubrieron un tiempo después que Plutón era en realidad un mísero planeta enano y que no podía ser ese gigantesco noveno cuerpo. Por eso, ya en pleno 2017, los astrónomos siguen buscando al Planeta X, que supuestamente falta por descubrir en el Sistema Solar. Eso sí, ahora no se considera que haga falta este planeta para explicar las anomalías detectadas en Urano.

Más pequeño que la Luna
Comparación de tamaños de la Luna (arriba), Plutón (abajo) y la Tierra- Tom Reding/WIKIPEDIA

Poco a poco, gracias a las observaciones de telescopios cada vez más avanzados, y mucho después, a las sofisticadas naves de la NASA, se pudo hacer una radiografía de Plutón.

Por eso hoy se sabe que es más pequeño que la Luna: tiene un diámetro de unos 2.300 kilómetros, mientras que nuestro satélite llega a los 3.474. Si se pudiera posar a Plutón dentro de Estados Unidos, veríamos que solo ocupa la mitad del ancho del país.

También se podría decir que Plutón es un planeta excéntrico, en el sentido astronómico de la palabra. Su órbita es como una circunferencia aplastada, y por eso se aleja mucho del Sol y sus años son muy largos. Este es el motivo por el que un año de Plutón dura lo que 248 años terrestres y por el que está 40 veces más lejos de la estrella que nuestro planeta.


La órbita de Plutón no se parece a la de los planetas del Sistema Solar- NASA

Pero la órbita de Plutón es excéntrica también en el sentido de que es poco común. Y es así porque no está en el mismo plano que las órbitas de los otros planetas del Sistema Solar, y ni siquiera el Sol está exactamente en su centro.

También sabemos que Plutón no está solo. Puede que sea un mundo pequeño, pero está rodeado por cinco lunas. La mayor se llama Caronte (en honor al barquero del Hades), y tiene otras más pequeñas: Cerbero, Styx, Nix e Hidra.




Como puedes ver en el vídeo sobre estas líneas, las lunas de Plutón se mueven de una forma bastante peculiar. En vez de darle siempre la misma cara, giran sobre sí mismas y además basculan como peonzas. (Desde dentro hacia fuera, las lunas del vídeo son: Caronte, Styx, Nix, Cerbero e Hidra, que es la que gira como si estuviera borracha). Para complicar más el panorama, resulta que las lunas de Plutón giran en un plano perpendicular al de su órbita respecto al Sol.

¿Qué se encontraría un astronauta?
Fantasmagórico aspecto de la superficie de Plutón, visto desde la nave «New Horizons»- NASA

Si un astronauta visitara Plutón, después de hacer un viaje de unos 5.900 millones de kilómetros, ¿qué se encontraría? En primer lugar, y como Plutón es pequeño y ligero, el astronauta pesaría 15 veces menos que en la Tierra (una persona de 70 kilogramos se sentiría allí como si en realidad fuera de cuatro kilos y medio).

Una persona podría dar brincos con facilidad para estirar las piernas. Pero no se encontraría con un clima muy agradable: la temperatura en Plutón ronda los 230 grados bajo cero, muy por debajo de cualquier destino veraniego.

Lo bueno es que las jornadas de Plutón son muy largas: duran lo que seis días y medio de la Tierra. Gracias a eso, los astronautas tendrían tiempo y una escasa luz para contemplar las montañas, de cientos de metros de altura, valles, planicies, cráteres y glaciares. Eso sí, no podrían usar ninguna brújula, porque Plutón no tiene campo magnético.

Otra de las atracciones de este remoto rincón del Sistema Solar es su atmósfera, que a veces tiene el aspecto de una fantasmagórica neblina. Aparece cuando el Sol incide sobre la superficie, pero se congela cuando llega la oscuridad. No se debe respirar. Está compuesta por un cóctel poco recomendable de nitrógeno, metano y monóxido de carbono.

Un mundo con corazón
El corazón de Plutón, una planicie cubierta de hielo- NASA

Hace unos años Plutón era una mancha gris en los libros de texto. Pero todo cambió desde que el 14 de julio de 2015 la sonda «New Horizons» de la NASA alcanzó las cercanías del planeta. Pasó como una bala, pero tuvo tiempo de hacer un montón de fotografías y mediciones.

Plutón mostró sus encantos a los científicos. Tiene una gran variedad de paisajes, como montañas, valles, criovolcanes y llanuras. En general es más anaranjado que Marte, pero tiene una amplia paleta de colores Hay zonas de color naranja oscuro y otras negras como el alquitrán.

También hay claras evidencias de actividad geológica y de calor en su interior. Parece que bajo la corteza de hielo de Plutón haya un océano de entre 100 y 180 kilómetros de profundidad, y bajo este un núcleo rocoso.

Posible estructura de Plutón. De dentro hacia fuera: roca, hielo de agua y, por último, hielo de nitrógeno- NASA

También se sabe que Plutón es un mundo con corazón. Es así como se conoce a la región Tombaugh (en honor a su descubridor) por su inconfundible forma. Es un área brillante situada justo en la cara opuesta a Caronte, compuesta por hielo de nitrógeno y monóxido de carbono.

Polígonos formados en la llanura de hielo que forma el corazón de Plutón- NASA

Dentro de ella hay figuras geométricas que son una prueba del movimiento de glaciares de hielo y de células de convección, que se forma cuando los materiales circulan de arriba a abajo. 
Esto ocurre a causa de las variaciones de temperatura y presión de su interior, y se parece ligeramente a lo que ocurre dentro en una cacerola con agua hirviendo.

El día en que perdió su categoría
Imagen real de Plutón, con su atmósfera- NASA

A lo largo de su historia, Plutón tuvo algo parecido a varias crisis de identidad. Poco a poco, se fue observando que su masa no era tan grande y que era más pequeño de lo previsto. Se llegó a pensar que podía ser un asteroide o un cometa y, ya en 1978, se descubrió que en realidad no tenía nada que ver con ese hipotético planeta X que estaba detrás de las anomalías en la órbita de Urano, tal como sugirió Percival Lowell. Su masa era demasiado pequeña como para eso.

En 1992 los astrónomos comenzaron a descubrir miles de cuerpos helados y pequeños planetas en el vecindario de Plutón, una enorme región que luego se conoció como cinturón de Kuiper. Mucho más cerca de la Tierra, se empezó a descubrir grandes objetos en el cinturón de asteroides, como Ceres, Pallas, Juno y Vesta, que tenían la entidad de pequeños planetas.

La «puñalada» a Plutón no tardó en llegar. En 2001 el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York le sacó de la lista de planetas del Sistema Solar, lo que provocó un auténtico revuelo. En 2005 se descubrió un supuesto planeta llamado Eris y que era mayor que Plutón.

El 24 de agosto de 2006, la Unión Astronómica Internacional (UAI) tomó cartas en el asunto y decidió por fin cuáles debían ser las características de un objeto para ser considerado como planeta. Así que ese día Plutón fue oficialmente eliminado como planeta y considerado desde entonces como planeta enano. Una categoría ocupada por docenas de objetos.

¿Por qué se «asesinó» a Plutón? Según la UAI un planeta es un cuerpo que orbita el Sol, que tiene una gravedad tan grande como para darle una forma casi esférica y que además domina el vecindario de su órbita como para haberlo limpiado de otros cuerpos. Pues bien, Plutón falla en el tercer punto. (Nota: la Tierra no ha limpiado el vecindario de su órbita, porque la Luna está presente. Pero es un planeta porque tiene una masa enorme en comparación con su satélite, cosa que no pasa con Plutón).

Lo cierto es que la decisión sigue siendo polémica hoy en día. Hoy en día hay científicos, entre ellos, el primer investigador de la misión «New Horizons» de la NASA a Plutón, que siguen criticando esta nueva clasificación.

Pero no es todo negativo para Plutón. Este es hoy en día uno de los mayores cuerpos del cinturón de Kuiper. Su nombre bautiza a los mundos enanos que están más allá de Neptuno, y que se llaman plutoides. Entre ellos está Eris, Haumea y Makemake, por ejemplo.

¿Puede haber vida también en Plutón?
Mapa del relieve de Plutón (en azul las zonas bajas, en rojo las altas)- PM Schenk LPI / JHUAPL / SwRI / NASA

Cuanto más se explora el Sistema Solar, más evidente resulta que aún queda mucho por aprender. Solo en lo relacionado con la búsqueda de vida, poco a poco se ha ido viendo que es posible que se haya originado en muchos lugares distintos aparte de la clásica opción de Marte. Dos lunas de Saturno, Titán y Europa, y Encélado, la luna de Júpiter, son ahora también sitios muy prometedores.

Pero no solo eso. También se han encontrado precursores de vida en cometas, esta misma semana se encontraron ingredientes básicos para la vida en Ceres, un mundo enano del cinturón de asteroides.

Hasta Plutón, un remoto y enano mundo de las afueras del Sistema Solar podría albergar vida. Cada vez está más claro que tiene un enorme océano bajo la superficie, viscoso y rico en amoniaco. Así que podría ser posible que hubiera formas de vida, aunque eso sí, totalmente distintas a las terrestres.

Se ha sugerido que estas serían muy primitivas y exóticas, y algunos científicos han resaltado la necesidad de explorar Plutón otra vez en el futuro para averiguar más sobre la geología del planeta y si esta podría favorecer algunas formas de vida. Allí fuera, a unos 5.900 millones de kilómetros de la Tierra, Plutón todavía esconde en su interior increíbles secretos.

Fuentes: ABC

Zealandia, ¿el continente oculto de la Tierra?


La enorme masa terrestre, formada por Nueva Zelanda y otras islas, está en su mayor parte sumergida














Puede que un continente entero haya pasado desapercibido a nuestros ojos. Un grupo de geólogos asegura que se encuentra sumergido en el suroeste del Océano Pacífico, una amplísima extensión de terreno bajo el agua de la que sobresalen Nueva Zelanda, Nueva Caledonia y otras islas, y que tiene entidad suficiente para ser considerada una masa continental separada, a la que llaman Zealandia. La propuesta aparece publicada en la revista GSA Today, de la Sociedad Geológica de América.

Zealandia cubre 4,9 millones de km cuadrados, de los cuales el 94% están bajo el agua. El equipo del Instituto de Investigación GNS Science de Nueva Zelanda cree que se trata de una entidad geológica claramente distinta, ya que cumple con todos los criterios aplicados a los otros continentes, como la elevación del terreno por encima de los alrededores, una geología distintiva, un área bien definida y una corteza más gruesa que la que se encuentra en el fondo del océano. Abarca Nueva Zelanda, Nueva Caledonia, Isla Norfolk y la Isla de Lord Howe.

No es la primera vez que Zealandia se propone como continente. El asunto ha sido objeto de debate desde hace dos décadas, pero los autores del último trabajo están cada vez más convencidos de su existencia.

La razón geológica
Si esta propuesta fuera aceptada por la comunidad científica, Zealandia se convertiría en el séptimo continente según el modelo tradicional que incluye Europa, Asia, América, África, Oceanía y la Antártida. Hay otros modelos que dependen del área cultural: «¿Son América del Norte y América del Sur continentes verdaderamente independientes con su conexión a través del istmo de Panamá? ¿Dónde y por qué se pueden distinguir Europa, África y Asia teniendo en cuenta la Península del Bósforo y del Sinaí?», se preguntan los investigadores. Ellos sugieren una razón geológica para dividir los continentes, de forma que sean grandes áreas identificables que yacen sobre la corteza continental. Este razonamiento es lo que les lleva a pensar que Zealandia también debería tener su propia identidad. Según ellos, uno solo tiene que mirar un mapa barimétrico para apreciar la cuestión.

Fuentes: ABC

Hallan en Ceres ingredientes esenciales para la vida

El planeta enano Ceres - Archivo

Los científicos no descartan que este pequeño mundo pudiera albergar algún tipo de organismo primitivo en el pasado

Ceres, el mayor de los cuerpos del Cinturón de Asteroides, un anillo de rocas de todos los tamaños situado entre Marte y Júpiter, alberga algunos de los ingredientes imprescindibles para la vida. Un grupo internacional de científicos acaba de anunciarlo en la revista «Science», un descubrimiento crucial llevado a cabo a partir de los datos de la sonda Dawn de la NASA, que orbita el planeta enano desde la primavera de 2015. Los investigadores están convencidos de que los compuestos orgánicos se formaron en el interior de ese pequeño mundo, y que no llegaron al mismo por el impacto de asteroides o cometas. El hallazgo abre la posibilidad de que algún tipo de organismo primitivo se desarrollara allí alguna vez y amplía la lista de lugares del Sistema Solar que pudieron albergar vida.

El equipo dirigido por Maria Cristina De Sanctis, del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia, utilizó el espectrómetro cartográfico de luz visible e infrarrojo de la nave espacial para observar la superficie de Ceres cerca de un cráter llamado Ernutet, de 50 km de diámetro y situado en el hemisferio norte del planeta enano. El instrumento detectó una concentración inusualmente alta de materia orgánica, componentes basados en el carbono que podrían ser parte de la química que crea la vida. Aunque los datos no son suficientes para determinar exactamente cuáles son los compuestos moleculares presentes, estos coinciden con minerales similares al alquitrán, como las asfaltitas.

Los científicos creen que la distribución y características de estos elementos hacen poco probable que se depositaran allí por el impacto de una fuente externa, como un cometa o un asteroide. Además, el calor extremo producido por un choque tan brutal habría sido suficiente para destruir esos compuestos. Como Ceres alberga una gran cantidad de agua (incluso sugieren que pudo contener un océano subterráneo y que quizás se mantenga hoy en día bajo ciertas condiciones) y podría haber retenido calor interno de su período de formación, hace 4.500 millones de años, en los albores del Sistema Solar, los científicos creen que los compuestos orgánicos se debieron desarrollar en el interior del cuerpo planetario.

Un señal «muy fuerte»

«La firma que se ha identificado en Ceres es muy fuerte, aunque limitada en extensión, y muy diferente de otras firmas asignadas a orgánicos en otros objetos del Sistema Solar», dice De Sanctis a ABC. Los científicos de Dawn continuarán estudiando el planeta enano para identificar cómo esos materiales pudieron ser transportados desde su interior a la superficie.

Pero el aspecto más intrigante de la investigación es la posibilidad de que Ceres pudiera haber albergado algún tipo de vida en el pasado. «Tiene los ingredientes clave para ello (N, C, H, O) y además una química muy interesante, pero no podemos afirmarlo. Simplemente, no lo sabemos», explica la investigadora.

En un comentario que acompaña al estudio en «Science», Michael Küppers, científico planetario del Centro Europeo de Astronomía Espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Madrid, tampoco descarta que algún tipo de vida primitiva pudiera haberse desarrollado en el planeta enano. De esta forma, Ceres se une a la apasionante lista de lugares del Sistema Solar que pudieron albergar vida. 

«El más destacado es Marte, pero la situación de Ceres es más similar a la de algunos de los satélites de Júpiter y Saturno, como Europa o Encelado», explica a ABC. «Lo que hace que Ceres sea tan interesante, a mi juicio, es que es más fácil de ser alcanzado por misiones espaciales que los satélites de los planetas gigantes, que están más lejos y en un ambiente con mucha radiación», prosigue. El problema de cómo investigar un océano potencial a varios kilómetros por debajo de la superficie sigue siendo difícil para todos esos objetos, por supuesto, pero «quizás el radar puede ser una solución».

Fuentes: ABC

¿Qué pasará cuando los polos magnéticos de la Tierra se inviertan?

El campo magnético de la Tierra se está debilitando y los polos cada vez se mueven más rápido. Se considera que es cuestión de tiempo que haya una inversión magnética - ESA/ATG Medialab

Miriam Gómez-Paccard, investigadora en el Instituto de Geociencias (IGEO/CSIC-UCM), explica las consecuencias de que los polos norte y sur cambien sus posiciones

Las agujas de las brújulas apuntan hacia el norte. Desde hace varios siglos sabemos que ese comportamiento se produce porque la propia Tierra es magnética. Fue Sir William Gilbert, científico y médico de la corte de la reina Isabel I de Inglaterra, quien propuso por primera vez la existencia del campo magnético terrestre. En el tratado «De Magnete, magneticisque corporibus, et de magno magnete tellure» (Sobre los imanes, los cuerpos magnéticos y el gran imán terrestre) Gilbert resume la historia del magnetismo antiguo y presenta un sumario de experimentos y observaciones relacionados con imanes naturales.

A pesar de que las propiedades de la magnetita, un óxido de hierro que puede atraer metales, se conocían desde unos 2.000 años antes en la civilización china, la obra de Gilbert supone el primer tratado en el que se trata de profundizar, en base a una experimentación sistemática, en la búsqueda de respuestas para explicar la misteriosa habilidad que tiene la aguja de la brújula de apuntar hacia el norte. Hasta entonces se creía, erróneamente, que la aguja de la brújula era atraída por la estrella polar o por islas magnéticas situadas en el ártico.

«Se creía, erróneamente, que la aguja de la brújula era atraída por la estrella polar»

Desde entonces, muchos científicos se han dedicado al estudio del magnetismo terrestre contribuyendo de manera fundamental a la comprensión de este fenómeno global que tiene una influencia importantísima en el desarrollo de nuestro planeta.

El campo magnético de la Tierra ejerce, por ejemplo, un papel fundamental como escudo protector frente a las partículas cargadas de alta energía procedentes del Sol, influye en los sistemas de navegación y de comunicación y sirve como mecanismo de orientación para muchos seres vivos (como varias especies de aves, mamíferos marinos, tortugas o bacterias).

El campo magnético solar y el viento de partículas empujan el campo magnético terrestre, que actúa como escudo protector frente a las partículas cargadas que continuamente bombardean la Tierra- ESA

El campo magnético, cada vez más débil

Pero el campo magnético de la Tierra no es constante ni inamovible, sino que cambia continuamente en intensidad y dirección, y a escalas de tiempo muy diversas. Investigaciones recientes demuestran que existe una tendencia global de debilitamiento del campo magnético terrestre desde hace unos 2.000 años y que, además, esta tendencia se ha acelerado bruscamente desde 1840. ¿Por qué ocurre este fenómeno? ¿Deberíamos preocuparnos?

Los modelos matemáticos y las medidas directas del campo magnético terrestre, realizadas por los navegantes, observatorios geomagnéticos y satélites, han permitido averiguar que el campo magnético de la Tierra tiene su origen principal en el propio globo terrestre, tal como afirmó Gilbert. En concreto, sabemos que más del 95% del campo magnético terrestre tiene su origen en el núcleo de la Tierra, a unos 2.885 km de profundidad bajo nuestros pies.

«Más del 95% del campo magnético terrestre tiene su origen en el núcleo de la Tierra»

El origen de los cambios

El núcleo terrestre es una esfera metálica enorme, de unos 3.485 km de radio, es decir, un tamaño similar al del planeta Marte; y está compuesto mayoritariamente por hierro y níquel, ambos buenos conductores de la electricidad. En la parte del núcleo más externa (el llamado núcleo externo) los metales se comportan como si estuvieran en estado líquido por efecto de las altas presiones y temperaturas existentes, mientras que en la parte más interna (núcleo interno) dichos metales están en estado sólido.

Debido a la diferencia de temperaturas entre la parte superior del núcleo externo (de unos 3.500ºC) y la parte inferior del mismo (a más de 6.000ºC) se crean corrientes ascendentes y descendentes de metal líquido que transportan calor desde el núcleo interno de la Tierra al manto. Estos movimientos de convección (similares a los que se producen en agua hirviendo en una olla) llevan asociados corrientes eléctricas que, a su vez, inducen un campo magnético produciendo, en conjunto, el campo magnético de la Tierra.

«Para Einstein, comprender el origen del campo magnético terrestre era uno de los desafíos más importantes de la Física»

Como estas corrientes no son constantes, el campo magnético terrestre varía con el tiempo. Sin embargo, hay que señalar que en la actualidad no existe una teoría completa que permita comprender en detalle el origen y comportamiento del campo magnético terrestre y, mucho menos, predecir su evolución futura. Ya en 1905, Einstein consideraba que la comprensión del mecanismo que genera el campo magnético de la Tierra es uno de los desafíos no resueltos más importantes de la Física.
El polo norte se mueve unos 125 metros al día

Así pues, lo que sí sabemos con seguridad es que el campo magnético de la Tierra varía con el tiempo. Una de las manifestaciones de este fenómeno es el movimiento del polo norte magnético. Durante siglos el polo norte magnético ha sido el sistema de orientación utilizado por navegantes para determinar el resto de los puntos cardinales.

Pero orientarse buscando el norte mediante una brújula es un método poco preciso, ya que el norte magnético (que es el lugar donde las agujas de las brújulas apuntan) no coincide exactamente con el polo norte geográfico (que recordemos es el punto sobre la superficie de la Tierra que coincide con el eje de rotación terrestre). Además, como ya hemos visto, la posición del polo magnético varía con el tiempo.

«En las últimas décadas se está produciendo un movimiento acelerado del polo magnético»

El registro del campo magnético de la Tierra a partir de datos instrumentales, existente desde aproximadamente desde el s. XVII, ha permitido estudiar en detalle dicho movimiento. En la imagen (abajo) podemos ver el movimiento del polo norte magnético a lo largo del ártico canadiense durante los últimos 120 años. Las observaciones indican que, además, en las últimas décadas se está produciendo un movimiento acelerado del polo magnético y que en la actualidad se desplaza a un ritmo de unos 50 km/año. Es decir, cada día, el norte magnético se desplaza unos 125 m. De seguir a este ritmo se prevé que en unos 50 años el polo norte alcance Siberia (Rusia).

Movimientos del polo norte magnético desde el año 1900, en la línea morada y blanca- CAPTURA GOOGLE MAPS

Cuando los polos se invierten

Otra manifestación de la variación temporal del campo magnético terrestre son las inversiones de polaridad que tienen lugar a escalas de tiempo geológicas. Estos eventos se descubrieron gracias al estudio de las propiedades magnéticas de rocas magmáticas del fondo del Océano Atlántico. La necesidad de detectar submarinos durante la Segunda Guerra Mundial llevó al desarrollo de equipos muy sensibles para medir señales magnéticas (llamados detectores magnéticos aéreos).

Posteriormente se desarrollaron equipos similares para estudiar el fondo oceánico y se pudo ver que la magnetización define bandas paralelas de rocas magnetizadas alternativamente en la dirección del campo magnético actual y en una dirección inversa. Años más tarde se relacionaron estas anomalías con la existencia de las inversiones de polaridad magnética.

«Cada grano magnético actúa como una pequeña brújula fósil»

Hoy en día sabemos que, en efecto, en las rocas del lecho oceánico existen granos de minerales magnéticos que son capaces de retener una señal magnética relacionada con el campo magnético terrestre existente en el momento de su enfriamiento y cristalización. Cada grano magnético actúa como una pequeña brújula fósil y, gracias a ello, el estudio de la señal magnética de rocas antiguas permite conocer la dirección que tuvo el campo magnético terrestre en el pasado.

En los laboratorios de paleomagnetismo somos capaces de descifrar esta señal magnética (llamada imanación remanente) y, a partir de ella, deducir la orientación y, en algunas ocasiones también, la intensidad del campo magnético terrestre del pasado. Sin entrar en detalles, merece la pena mencionar que esta técnica ha sido fundamental para demostrar la expansión del fondo oceánico en las dorsales oceánicas y posteriormente desarrollar teorías tan importante como la tectónica de placas.

Así, estudios paleomagnéticos realizados en rocas distribuidas por toda la superficie terrestre han permitido comprobar que los polos magnéticos se han invertido numerosas veces a lo largo de la historia de nuestro planeta. Es decir, los polos norte y sur magnéticos intercambian sus posiciones. Además estos estudios evidencian que las inversiones de polaridad ocurren sin seguir un patrón definido y además presentan distintas duraciones.

«La última inversión de los polos tuvo lugar hace unos 780 mil años»

Por ejemplo, sabemos que la última inversión de los polos tuvo lugar hace unos 780 mil años. También los datos sugieren que el proceso de inversión ocurre típicamente en pocos miles de años, que durante la inversión el campo magnético se vuelve inestable y su intensidad se vuelve cada vez más débil (se estima que el campo disminuye hasta un 10% de su valor actual) hasta que, nuevamente, vuelve a crecer poco a poco pero en sentido invertido. Sin embargo, como hemos visto anteriormente el estado actual del conocimiento no permite explicar las causas exactas de las inversiones de polaridad.
¿Nos estamos acercando a una inversión?

La rapidez del debilitamiento de la intensidad del campo magnético terrestre que está teniendo lugar en la actualidad, junto con la aceleración del movimiento del polo, ha llevado a especulaciones sobre la posibilidad de que nos estemos acercando a un nuevo cambio de polaridad y a elucubraciones sobre los posibles efectos catastróficos del mismo.

«Podemos asegurar, con toda probabilidad, que el campo magnético terrestre volverá a invertirse en un futuro»

Sin embargo, podemos decir que hay muchas probabilidades de que el debilitamiento actual del campo magnético no acabe en una inversión completa porque, a lo largo de la historia geológica, ha habido disminuciones similares que no han culminado en un proceso de inversión. En cualquier caso, si siguiese al mismo ritmo, el campo tendría que seguir debilitándose durante varios miles de años antes de que comenzase una inversión. En realidad, ni el registro geológico, ni los modelos numéricos, ni los experimentos de laboratorio permiten predecir cuándo se va a producir la próxima inversión aunque podemos asegurar, con toda probabilidad, que el campo magnético terrestre volverá a invertirse en un futuro.

Así que lo que sí es cierto es que a lo largo de la historia geológica, desde antes de que el hombre (Homo Sapiens) apareciera en la Tierra, las inversiones de polaridad han ocurrido en numerosas ocasiones, y que cuando nuestros ancestros los homínidos habitaban la tierra ocurrieron varios de estos eventos. Y podemos decir que aunque durante el proceso de inversión de los polos el campo magnético se debilitara excesivamente o incluso desapareciera, provocando así un aumento de las partículas cargadas de alta energía incidentes sobre la superficie terrestre, no existen evidencias en el registro geológico de que ninguno de estos eventos esté asociado a extinciones masivas de especies.

Una catástrofe improbable

Además como el proceso de inversión ocurre a escalas de tiempo mucho mayores que la vida de los animales migratorios, parece lógico pensar que las generaciones sucesivas sean capaces de adaptarse paulatinamente a los cambios geomagnéticos. Podemos afirmar, por tanto, que no existen evidencias de que la próxima inversión magnética vaya a provocar ninguna catástrofe natural ni amenazar la supervivencia de la humanidad.

Por otro lado, sí es cierto que nuestra sociedad es ahora altamente dependiente de la tecnología y, por tanto, es altamente vulnerable a las perturbaciones electromagnéticas. Y es cierto que el efecto protector del campo magnético terrestre frente a partículas cargadas disminuiría de forma considerable durante una inversión.

«Las infraestructuras eléctricas y los sistemas de telecomunicación podrían ser más vulnerables»

Por ello, durante una inversión las infraestructuras eléctricas del planeta y los sistemas de telecomunicación podrían ser más vulnerables a grandes tormentas solares como la acaecida en 1859, potencialmente provocando así importantes pérdidas económicas.

En el pasado perturbaciones magnéticas ya han provocado daños en el tejido tecnológico, quemando transformadores y causando apagones. Sin embargo, muy probablemente cuando ocurra una nueva inversión magnética dispondremos de los medios técnicos necesarios para afrontar sus posibles efectos y, por tanto, no parece probable que las consecuencias vayan a ser desastrosas. Mientras tanto, los científicos seguiremos investigando el caprichoso comportamiento del campo magnético terrestre. Solo así podremos desentrañar su origen, entender su evolución y así estar preparados para minimizar los efectos adversos que pueda provocar el debilitamiento de este escudo frente a la radiación que llega constantemente a nuestro planeta.

Fuentes: ABC

El misterioso mundo helado de Plutón - Space

ESA Euronews: Icy mysteries of Pluto

Plutón ha sido un misterio desde que fue descubierto en 1930. Considerado primero un planeta, fue reclasificado en 2006 como planeta enano y, desde entonces, no deja de sorprender a los científicos como *Elliot Sefton-Nash* de la Agencia Espacial Europea:"Una de las cosas que deberíamos comprender sobre Plutón es la escala de este planeta enano respecto a las dimensiones del sistema solar. Caminado por esta playa podemos hacernos una idea de las escalas y las distancias. Si dibujo en la arena el Sol con un diámetro de 30 centímentros, tendré que caminar unos 35 pasos para llegar hasta la Tierra. El Sol se situaría allí, con unos 30 centímetros de diámetro, y la Tierra aquí, con 3 milímetros. Si tuviéramos que dibujar a Plutón a la misma escala, su diámetro sería de 0.3 milímetros y tendríamos que alejarnos un kilómetro más en esta dirección de la playa."

"Obviamente no puedo dibujar algo con 0,3 milímetros de diámetro, para que lo veamos tengo que hacerlo más grande. Si esto es Plutón, su luna más importante es Caronte, que representa la mitad de su tamaño. Los otros cuatro satélites son Nix, Hidra, Cerbero y Estigia. La actividad alrededor de Plutón es intensa, no se trata solo de una roca, helada y muerta."




Actividad observada por primera vez por la sonda de la NASA New Horizons en 2015 y que superó con creces las expectativas de los expertos. 

*Bernard Schmitt y Tanguy Bertrand* se quedaron asombrados con las imágenes captadas por la sonda. Estos científicos aseguran que Plutón es muy diferente de otros planetas rocosos como la Tierra o Marte o los gigantes gaseosos como Júpiter y Saturno. 

"Cuando New Horizons se acercó a Plutón, lo primero que nos impresionó fue su orografía. ¿Por qué? porque hay montañas de 4 kilómetros de altitud al lado de depresiones de 3 kilómetros de profundidad. Eso ofrece unas diferencias topográficas enormes para un cuerpo celeste tan pequeño como el de Plutón", explica *Tanguy Bertrand*, estudiante de doctorado de la Universidad Pierre y Marie Curie. 

Los 6 gigavatios de imágenes y datos enviados poco a poco por la misión New Horizons suplen el vacío de información que se tenía hasta ahora sobre Plutón. 

Los investigadores descubrieron un impresionante mundo dominado por el hielo. 

Para comparar su orografía con la de la Tierra, Bernard y Tanguy han realizado una demostración en las aguas heladas de un lago cerca de Grenoble en el sureste francés. 

"El hielo, aquí, está próximo a cero grados, como en todos los glaciares, así que es muy blando, se desmorona y forma los glaciares, mientras que, en Plutón, el hielo está a 230 grados bajo cero, es tan duro como una roca. De hecho, en Plutón, el hielo forma montañas", explica *Bernard Schmitt*, director de investigación de CNRS. 

Las montañas de Plutón son una mezcla de agua helada recubierta de manchas de escarcha de metano, mientras que el inmenso glaciar que se encuentra en su superficie está compuesto de nitrógeno. 

Los científicos piensan que en Plutón también existen las estaciones lo que podría explicar los cambios inusuales apreciados en su superficie. 

"El ecuador es un enigma. No hay hielo volátil, solamente una base de agua helada recubierta de una materia negra, resultado de la fotólisis del hielo por efecto de los rayos UVA. Vemos todo un contraste de color entre las zonas oscuras del ecuador y las zonas brillantes del norte y ese gigantesco glaciar de azote equivalente a la superficie de Francia", describe *Tanguy Bertrand*. 

El glaciar conocido como Sputnik Planitia se formó, probablemente, hace unos 100 millones de años, lo que comparado al resto de formaciones planetarias es realmente joven. Los científicos no consiguen explicar el origen de esta planicie. 

Comprender Plutón puede ayudarnos a comprender el sistema solar en su conjunto por eso los científicos se empeñan en desentrañar sus misterios. 

"Creo que sería fantástico poder aterrizar en su superficie para comprender su estructura y su mineralogía, así como poder estudiar su orografía durante un largo periodo de tiempo. Por ahora, solo podemos observar Plutón de manera momentánea desde su órbita pero solo podríamos apreciar los cambios estacionales si pudiéramos observarlos durante todo un año", explica *Elliot Sefton-Nash* de la Agencia Espacial Europea: 

"Es curioso, deseamos poder simular las condiciones de ese planeta enano, realizar experimentos para comprender cómo funciona, porque existe un clima, Plutón tiene atmósfera, hay hielo pero no podemos compararlo al que hay en la Tierra", explica *Tanguy Bertrand*, estudiante de doctorado de la Universidad Pierre y Marie Curie. 

"No podíamos imaginarnos un planeta tan dinámico a esa distancia del Sol. Eso nos lleva a cuestionarnos más problemáticas que las que la misión espacial ha resuelto, en ese sentido es una misión con éxito", explica *Bernard Schimitt*, director de investigación de CNRS. 

Hace tan solo unos años, Plutón y sus lunas no eran más que unos puntos en nuestros telescopios, detrás del cinturón de asteroides de Neptuno. Hoy sabemos mucho más.

Fuentes: ESA

12 de febrero de 2017


El astronauta Andreas Mogensen ha capturado en video por primera vez este extraño fenómeno meteorológico. ESA

  • Reportadas por los pilotos de aviación, su existencia lleva años debatiéndose
  • Un video grabado desde la Estación Espacial muestra este fenómeno eléctrico
  • Han sido llamadas "espectros rojos", "chorros azules", "duendes" o "elfos"
Su existencia llevaba años debatiéndose: huidizas descargas eléctricas en la alta atmósfera con nombres peculiares como "espectros rojos", "chorros azules", "duendes" o "elfos". Aunque habían sido reportadas por pilotos de aviación, resultan difíciles de estudiar, ya que se producen por encima de las tormentas eléctricas.

Durante su misión en la Estación Espacial Internacional (EEI) en 2015, el astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA) Andreas Mogensen estuvo encargado de fotografiar este tipo de tormentas con la cámara más sensible del complejo orbital en busca de estos breves fenómenos.

Ahora, el Instituto Nacional del Espacio de Dinamarca ha publicado los resultados, que confirman la aparición de numerosos destellos azules de longitud kilométrica a unos 18 kilómetros de altitud, incluyendo un chorro azul pulsante que llegó a alcanzar 40 kilómetros. Un video grabado por Andreas mientras sobrevolaba la Bahía de Bengala desde la EEI, a 28.800 km/h, muestra por primera vez claramente estos fenómenos eléctricos.




Los satélites habían probado estos eventos, pero su ángulo de visión no es ideal para recopilar datos sobre la escala de los chorros azules y descargas azules más pequeñas. Por el contrario, la órbita inferior de la Estación Espacial Internacional está idealmente ubicada para capturar estos fenómenos. 

Andreas apuntó hacia las torres de nubes -pilares de nubes que se extienden hacia la atmósfera superior- y grabó un video de 160 segundos mostrando 245 destellos azules desde la parte superior de una de esas torres que derivó de la tormenta de la Bahía de Bengala. 

Parte poco comprendida de nuestra atmósfera 

Las descargas azules y los chorros son ejemplos de una parte poco comprendida de nuestra atmósfera. Las tormentas eléctricas llegan a la estratosfera y tienen implicaciones sobre cómo nuestra atmósfera nos protege de la radiación. 

Este experimento confirma que la Estación Espacial es una base adecuada para observar estos fenómenos. Como seguimiento, se está preparando el Monitor de Interacciones Atmosférico-Espaciales para su lanzamiento a finales de este año, para su instalación fuera del laboratorio Columbus de la Estación Espacial, con el fin de monitorear continuamente las tormentas para recopilar información sobre tales "eventos luminosos transitorios". 

Andreas concluye: "No todos los días captamos un nuevo fenómeno meteorológico en vídeo, por lo que estoy muy satisfecho con el resultado, pero aún más para que los investigadores puedan investigar estas intrigantes tormentas con más detalle pronto".


Fuentes: Rtve.

10 de febrero de 2017

VI CURSO VACACIONAL “ASTRONOMÍA DIVERTIDA” EL PLANETARIO DE LA ARMADA APERTURA INSCRIPCIONES

EL PLANETARIO DE LA ARMADA APERTURA INSCRIPCIONES PARA EL VI CURSO VACACIONAL “ASTRONOMÍA DIVERTIDA”

El Planetario de la Armada apertura las inscripciones para el VI curso vacacional “Astronomía Divertida” , el curso es gratuito dirigido para niños de 8 a 11 años.

Los temas de estudio son:

Introducción a la Astronomía y la conquista espacial; otros cuerpos del cielo nocturno; conceptos básicos de los astros principales del cielo; la Astronáutica; la esfera celeste; principales cuerpos celestes en movimiento; fenómenos astronómicos; generalidades del Sistema Solar; clasificación y nociones de los planetas; planetas enanos; estudiando a los transneptunianos.

Los alumnos complementarán la teoría con observaciones explicativas en la sala de proyección, exposiciones de trabajos y al final, elaboración y sustentación de maquetas sobre el Sistema Solar. En el acto de clausura, los talleristas obtendrán un diploma de asistencia.


Información e inscripciones:
Teléfono: 2577274, correo: planetario-rrpp@inocar.mil.ec o coordinar en oficina: Avenida 25 de Julio frente a la Base Naval Sur, vía al Puerto Marítimo, horario de 08:00 a 16:00.


CUPOS LIMITADOS

7 de febrero de 2017

‘Cumulonimbus’, nube que impresionó a Guayaquileños 1 de Febrero 2017

(Tomado del Twitter del Inamhi) La nube cumulonimbus, que se vio la tarde del miércoles en el cielo de Guayaquil, en Urdesa Norte. En el Litoral, esta nube se desarrolla en las noches.

El paso de la nube oscura por el norte de Guayaquil, que atemorizó a muchos ciudadanos, el miércoles último. Ronald Cedeño






Algunos pensaron que era el fin del mundo, porque veían cómo una nube oscura y grande crecía y avanzaba por el cielo de Guayaquil, la tarde del miércoles último. “Nos llegó el día de la independencia”, decían unos al relacionar la imagen real con la que se ve en la popular película de ficción.

En zonas del norte y el oeste se sentía también un fuerte viento, mientras se observaba el paso de la gran nube, reportaron moradores.

A este tipo de nube se la conoce como cumulonimbus y se caracterizan por provocar intensas lluvias, ráfagas de viento y tormentas eléctricas, sostienen técnicos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi).

“Se forman por la convergencia o por el choque de masas de aire cálidas, que tienden a ascender y forman este tipo de nubes (frecuentes en el trópico). Este tipo de nubosidad es propio de la época lluviosa. Son nubes de gran desarrollo vertical, que pueden alcanzar de 13 a 15 kilómetros de desarrollo vertical”, dice Vladimir Arreaga, técnico del Inamhi.

El experto agrega que estas nubosidades tienen en su cima temperaturas muy frías (-70 grados) o cristales de hielo, mientras que en su interior albergan ráfagas de viento ascendente y descendente.

En la región Interandina o Sierra, estas nubes provocan granizo. Según Arreaga, en días anteriores en la provincia de Esmeraldas se reportaron incidentes por este tipo de nube, como la caída de árboles.



El técnico indica que este tipo de nubosidad fue el responsable de la intensa lluvia que se dio en Guayaquil el 8 de enero pasado, cuando cayeron 106 milímetros de agua. Ese día la nube salió en la noche. Arreaga sostiene que en el Litoral y en el Oriente no se aprecia este tipo de nubosidad porque se desarrolla (o maduran) en la noche, cuando el cielo está oscuro, por eso el público no la divisa. “Por eso en las noches es cuando hay mayor intensidad de lluvias”. 

En cambio, dice, en la Sierra (como en Quito) se forman en la tarde. “Se desarrolló (esta vez) en la tarde, porque las condiciones en el Litoral están muy inestables”, menciona el técnico. 

A la inestabilidad de la atmósfera, el experto le suma el aporte de humedad del océano, que se registra por un calentamiento considerable que se ha evidenciado en los últimos días en la superficie del mar, frente a la costa de Ecuador. “En Guayaquil tuvimos la presencia de sol en las primeras horas de la mañana y en el mediodía (del miércoles). 

Al tener presencia de radiación solar, estamos jalando energía rápidamente y con la humedad concentrada se desarrolló rápidamente en horas de la tarde”, precisa Arreaga. 

En General Vernaza, en Salitre, en cambio, se reportó la presencia de neblina. El técnico expresa que aquello es por la humedad relativa que tiene porcentajes muy altos y que ha alcanzado entre el 95 y 98 %. “Se trata de partículas de agua en suspensión, que reducen la visibilidad”, afirma.



Fuentes: El Universo

Eclipse lunar penumbral del 10 de Febrero de 2017 (Ecuador)

La información de la Luna mostrada aquí aplica a Quito, Ecuador el día Viernes, 10 de Febrero de 2017. (Hora local America/Guayaquil)


El día 10 de Febrero de 2017, según hora internacional, ocurrirá un eclipse lunar el cual será visible en algunas partes del mundo. A continuación un detalle de las ciudades de Ecuador donde puede ser visto el eclipse (tenga en cuenta que la siguiente es una breve lista de algunas de las principales ciudades, el eclipse puede ser visible desde otras ciudades no mencionadas aquí). La fecha y hora local del evento en Ecuador mostradas más abajo.


Información sobre este eclipse



En esta imagen se muestra el mapa mundial con dos regiones: la region sombreada, donde no se podrá ver el eclipse lunar, y la región en blanco, en donde sí podrá ser visto. La imagen detalla el tipo de eclipse, la magnitud de la penumbra, magnitud de la umbra, la serie Saros a la que pertenece este eclipse, entre otros datos. La fecha y hora mostradas en esta imagen son fecha y hora internacional, por lo tanto, quizas no aplica a Ecuador. Sin embargo, para saber la fecha y hora exacta del eclipse lunar penumbral en tu país, puedes ver la tabla abajo. 


El siguiente mapa muestra las regiones desde las cuales será posible ver el eclipse. En gris, las zonas que no observarán el eclipse; en blanco, las que si lo verán; y en celeste, las regiones que podrán ver el eclipse durante la salida o puesta de la luna.

Hora del eclipse en Ecuador
A continuación una tabla que detalla los momentos de las fases del eclipse lunar penumbral del 10 de Febrero de 2017 en Ecuador. El horario mencionado abajo es bien preciso (se toma en cuenta el horario de verano u horario de ahorro de luz diurna).








































La tabla de arriba se lee de la siguiente manera: El 10 de Febrero de 2017 en Quito, America/Guayaquil (UTC -5), el eclipse de tipo eclipse lunar penumbral comenzará a darse a las 17:34, el máximo eclipse ocurrirá a las 19:44 cuando la Luna esté a una altitud de 18°;este evento terminará a las 21:53 y tendrá una magnitud penumbral de 0.988 (esto es la fracción de la Luna oscurecida por la entrada a la penumbra de La Tierra) y magnitud umbral de -0.035 (fracción de la Luna oscurecida por la umbra de La Tierra).


La Luna pasando de derecha a izquierda a través de la sombra de la Tierra.

Ésta simulación muestra la perspectiva desde la Luna al momento máximo del eclipse. El fenómeno será visible completamente sobre Europa, América, Oriente Próximo y África.

Hay que tomar muy en cuenta la altitud de la Luna. Por ejemplo, en Galápagos, debido a la baja altitud de la Luna (6 grados) este eclipse lunar no será muy obvio.

Fuentes: Ver Calendario, WikipediaPredicciones de eclipses por Fred Espenak y Chris O'Byrne (NASA's GSFC).