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16 de abril de 2016

Neil deGrasse Tyson explica por qué el universo es plano (y no necesita una primera causa)

Hace unos días me crucé con este video donde Neil deGrasse Tyson explica por qué el universo es plano (tal vez necesiten activar los subtítulos en español):



La parte que más llamó mi atención —y determinó que hoy comparta el video— es cuando Tyson explica que el hecho de que el universo sea plano significa que no necesita una fuente primaria o primera causa (3'17''):
Ahora, si tu espacio-tiempo es plano, así como si tu órbita fuera una parábola, eso significa que el Universo, todo el Universo, posee una energía neta total igual a cero. Piénsalo. Si la forma del Universo fuera cualquier otra cosa, curvado positivamente o curvado negativamente, no tendría cero energía neta; tendría energía negativa o energía. Tenemos cero energía neta total.

Te preguntarás: ¿eso es bueno o es malo? De hecho, hay un consuelo en todo esto: lo que significa es que puedes crear todo el Universo de la nada, porque la "nada" no tiene ninguna energía neta asociada.

Si el Universo estuviera dotado de energía positiva o negativa, nos habría abocado a confrontar las cuestiones de cuál fue la fuente original de la energía que engendró al Universo.

Yo habría evitado usar la palabra "crear", porque puede prestarse a confusiones (y los creacionistas son expertos en aprovechar cualquier desliz semántico), pero el mensaje es claro: el Universo no necesitó de una primera causa para existir y, como ya hemos dicho antes, efectivamente pudo venir de la nada.

Ya pueden recoger los añicos del argumento cosmológico y lanzarlos a la basura de una buena vez por todas.

Publicado en De Avanzada por David Osorio
Fuentes: De avanzada

24 de febrero de 2016

Nuevos «ojos» para explorar el Universo



El 14 de septiembre de 2015 se inauguraba una nueva etapa en la forma en que los científicos pueden observar el Universo. 
La detección de las ondas gravitacionales por primera vez desde su formulación teórica por Albert Einstein hace más de 100 años, abre todo un campo a la investigación y desarrollo de nuevos instrumentos de medición. 
Hasta ahora, solo podíamos «ver» los objetos en el Cosmos que reflejaban la luz en todo el espectro electromagnético, a partir de este momento, otros elementos como los agujeros negros serán mucho más fáciles de medir y comprender. 
Puedes ver las implicaciones del descubrimiento en el videoblog sobre estas líneas, con José Manuel Nieves. 

Fuentes: ABC

13 de febrero de 2016

¡Cuidado, que viene la nube Smith!


Bill Saxton (NRAO/AUI/NSF)
Impresión artística de la aproximación de la Nube de Smith hacia el disco de la Vía Láctea, con el que chocará dentro de aproximadamente 30 millones de años

Se llama Gran Nube Smith, viaja a 150 km por segundo contra nosotros y tiene un campo magnético de fuerza en su interior que la mantiene intacta

 Una inmensa nube de gas conocida como nube Smith está cayendo en picado hacia nuestra galaxia. Y a una velocidad superior a un millón cien mil km. por hora. ¿Qué consecuencias tendrá? Descúbrelo en el vídeo sobre estas líneas. 

La Nube Smith es una serpiente gigante de hidrógeno que se encuentra en rumbo de colisión con la Vía Láctea. Si las habituales leyes físicas se cumplieran, las nubes de alta velocidad como ésta deberían desintegrarse cuando chocan con los discos de las galaxias. Pero no es así, continúan intactas. Ahora, un grupo de científicos ha descubierto un campo magnético de fuerza en lo más profundo de Smith que sería la clave para explicar la pervivencia de estas nubes durante su caída meteórica.

Los astrónomos, utilizando el telescopio Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) de la Fundación Nacional de Ciencia y el Robert C. Byrd Green Bank Telescope (GBT) han descubierto un campo magnético en el interior profundo de la Nube Smith que puede protegerla cuando impacte con nuestra galaxia. Eso pasará dentro de unos 30 millones de años, porque la Gran Nube de Smith se precipita hacia la Vía Láctea a más de 150 kilómetros por segundo. Cuando lo haga, los astrónomos creen que supondrá el inicio de un espectacular estallido de nuevas estrellas. Pero primero tiene que sobrevivir a su impacto, a toda velocidad, contra el halo de gas caliente ionizado que rodea la Vía Láctea.

Este descubrimiento podría ayudar a explicar cómo las llamadas nubes de alta velocidad (CHV) se mantienen casi intactas durante sus fusiones con los discos de las galaxias, donde podrían proporcionar nuevo combustible para nuevas generaciones de estrellas. "La atmósfera galáctica provoca que estas nubes de hidrógeno alcancen temperaturas superiores al millón de grados, lo que debería destruirlas antes de que llegaran al disco, donde se forman la mayoría de las estrellas. Pero no es así", comenta Alex Hill, astrónomo de la Comunidad Científica de Australia y de la Organización de Investigación Industrial (CSIRO ) y principal autor de un artículo publicado en la revista Astrophysical Journal sobre este tema. "Las nuevas observaciones revelan a una de estas nubes en el proceso de ser destrozada, pero unos escudos de protección generados por el campo magnético de la nube pueden ayudarla a sobrevivir en su camino galáctico".

Muchos cientos de CHV recorren nuestra galaxia, pero sus obituarios rara vez son producidos por su interactuación con la galaxia. Esto ha llevado a los astrónomos a considerar que las CHV son los bloques de construcción sobrantes de la formación de las galaxias, o los restos salpicados producidos en un choque intergaláctico de hace miles de millones de años.


Mapa elaborado por la NASA con las nubes de alta velocidad (CHV) cercanas a nuestra galaxia

NASA

Aunque de un tamaño masivo, el gas que compone la CHV es muy tenue, y las simulaciones por ordenador que se han hecho con ellas predicen que carecen del peso necesario para sobrevivir cuando se introducen a través del halo y llegan al disco de la Vía Láctea. "Durante mucho tiempo hemos tenido problemas para entender cómo las CHV alcanzan el disco galáctico", explica Hill. "Ahora hay poderosas razones para creer que los campos magnéticos pueden evitar su 'quema' en el halo galáctico al igual que le sucede a un meteorito cuando arde al entrar en la atmósfera de la Tierra”.

A pesar de ser la mejor evidencia hasta ahora de un campo magnético en el interior de una CHV, el origen de la materia de la Nube de Smith sigue siendo un misterio. "El campo que observamos ahora es demasiado grande para haber existido en su estado actual cuando se formó la nube", dice Hill. "El campo se ha hecho probablemente más grande con el movimiento de la nube a través del halo”. 


Aspecto de cometa

Investigaciones anteriores indican que la Nube Smith ya ha sobrevivido una vez a su paso por el disco de nuestra galaxia, hace varios miles de millones de años, y ahora está a punto de dar otra “pasada”. "La Nube Smith es única entre las nubes de alta velocidad conocidas porque ya ha interactuado claramente con la Vía Láctea y lo va a hacer de nuevo, comenta Felix J. Lockman, astrónomo en el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO) en Green Bank." Tiene un aspecto similar al de los cometas, lo que indica que ya está sintiendo la influencia de la Vía Láctea".

La Gran Nube de Smith parece estar desprovista de estrellas, por lo que la única manera de observarla es con radiotelescopios extremadamente sensibles, como el GBT, que pueden detectar su débil emisión de hidrógeno neutro. Si fuera visible a simple vista, la Gran Nube de Smith cubriría casi tanto cielo como la constelación de Orión. Cuando la nube de Smith finalmente se fusione con la Vía Láctea , se podría producir un anillo brillante de estrellas similares al que hay relativamente cerca de nuestro Sol, conocido como el Cinturón de Gould. "Nuestra galaxia se encuentra en un entorno muy dinámico", concluye Hill, "y la forma en que interactúe con su entorno determinará si estrellas como el Sol se seguirán formando”.


Fuentes: ABC , YouTube

Stephen Hawking: «Se ha descubierto una nueva forma de mirar el universo»

 «Además de probar la Teoría de la Relatividad General, podemos esperar ver agujeros negros a lo largo de la historia del Universo», sostiene el prestigioso físico
 Stephen Hawking, en una imagen de archivo - ABC

 El físico Stephen Hawking ha afirmado este jueves que la detección de las ondas gravitacionales abre la puerta a «una nueva forma de mirar el universo», después de que se haya confirmado la última predicción que quedaba por comprobar de las teorías de Albert Einstein. 

«La capacidad de detectarlas tiene el potencial de revolucionar la astronomía», señaló a la BBC el físico teórico de 74 años, experto en el campo de los agujeros negros. 

La detección de estas ondas, las señales que dejan grandes cataclismos en el universo, supone además «la primera prueba de un sistema binario de agujeros negros y la primera observación de agujeros negros fusionándose», afirmó Hawking. 

«Además de probar la Teoría de la Relatividad General, podemos esperar ver agujeros negros a lo largo de la historia del Universo. Podríamos incluso ver los vestigios del Universo primordial, durante el Big Bang», gracias a las ondas gravitacionales, subrayó el físico. 

La investigadora de la Universidad de Glasgow Sheila Rowan, que ha participado en el proyecto LIGO que ha detectado las ondas, describió su trabajo como un «viaje fascinante». 

«Estamos sentados aquí en la Tierra observando cómo las costuras del Universo se estiran y se comprimen debido a una fusión de agujeros negros que ocurrió hace más de mil millones de años», reflexionó Rowan. «Cuando encendimos nuestros detectores, el Universo estaba listo, esperando para decir 'hola'», describió la investigadora. 

Fuentes: ABC

17 de enero de 2016

10 curiosidades sobre las galaxias


Millones de galaxias

Los astrónomos estiman que en el universo observable hay entre 100.000 y 200.000 millones de galaxias. La nuestra es de tipo espiral –destacan por sus brazos–, tiene una edad de 13.200 millones de años y un diámetro de 100.000 años luz.

La Vía Láctea

La Vía Láctea se mueve en su órbita a una velocidad de 965.000 km/h y su periodo de rotación es de 200 millones de años. Esto es, la última vez que completó un giro, la Tierra estaba poblada por los dinosaurios.


Millones de estrellas

Nuestra galaxia está formada por entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas. El Sol se encuentra a unos 28.000 años luz del centro galáctico, en un brazo menor conocido como Espolón de Orión.


Colisión con la galaxia Andrómeda

Dentro de 4.000 millones de años, la Vía Láctea entrará en colisión con la cercana Andrómeda, una galaxia más masiva que la nuestra. El gigantesco objeto que se originará como consecuencia de este proceso ha sido bautizado como Lactómeda.

La materia oscura

Si prescindimos de la elusiva materia oscura, las galaxias cuentan con grandes espacios vacíos. Imaginemos que convertimos una en una enorme cesta, y que sus estrellas fuesen del tamaño de naranjas. Pues bien, cada una de estas se encontraría a casi 5.000 km de la más cercana.


El supercúmulo de Virgo

El supercúmulo de Virgo es solo una parte de Laniakea, una titánica región del espacio de 520 millones de años luz dada a conocer el verano de 2014. Integra más de 100.000 galaxias.


Laniakea

El supercúmulo de Virgo es solo una parte de Laniakea, una titánica región del espacio de 520 millones de años luz dada a conocer el verano de 2014. Integra más de 100.000 galaxias.


El Gran Atractor

Las miles y miles de galaxias de Laniakea fluyen hacia el Gran Atractor, una enigmática anomalía gravitatoria situada en su centro que parece tirar de ellas.


El universo se expande

Pese a la acción de la gravedad, que mantiene unidas las galaxias, el universo sigue expandiéndose de forma acelerada. Esto podría deberse a la acción de una misteriosa energía oscura que, en esencia, llenaría el aparente vacío del espacio.


El Big Rip

Una hipótesis sobre el posible destino final del universo sostiene que en un proceso de expansión infinito, la gravedad acabaría siendo tan débil que las galaxias y todos sus elementos dejarían de estar cohesionados. Con el tiempo, este proceso originaría el desgarramiento de la materia, también conocido como Big Rip.


Fuentes: Muy Interesante

23 de agosto de 2015

Sondeando el Supervacío de Eridanus, la mayor estructura del Universo observable


En 2004, los astrónomos que analizaban los datos obtenidos durante el primer año de operaciones del satélite WMAP identificaron un área del firmamento con temperaturas inusualmente bajas y una extensión mayor a la esperada, ubicada en la constelación de Eridanus, a la que se denominó informalmente “Punto Frío”. Ahora, otro equipo de astrónomos ha logrado encontrar una explicación plausible para este fenómeno, al que caracterizaron como “la mayor estructura individual identificada hasta ahora por el ser humano”.

Unos 380.000 años después del Big Bang, el plasma opaco que conformaba el Universo se enfrió lo suficiente para permitir la formación de átomos neutros de hidrógeno. De esta forma, el Universo se volvió transparente a la radiación, permitiendo la libre circulación de fotones, que ya no eran dispersados por protones y electrones. Los cosmólogos llaman a ese proceso recombinación, y los primeros fotones que pudieron desplazarse libremente se han seguido propagando desde entonces, perdiendo energía a causa de la expansión del Universo. En la actualidad los detectamos como una débil radiación de microondas, observable en todas direcciones.

La física de la teoría del Big Bang predice la existencia de leves diferencias de temperatura al observar esa radiación de fondo cósmico a lo largo de todo el firmamento. Esas irregularidades son las únicas evidencias que tenemos de las estructuras existentes apenas cientos de miles de años después del nacimiento de nuestro Universo. La sonda WMAP, al igual que otras misiones como el satélite COBE y el más reciente telescopio espacial Planck, fue diseñada para crear un mapa cada vez más preciso de esas diferencias de temperatura, que los cosmólogos denominan anisotropías. Sin embargo, la detección de un área tan extensa y excepcionalmente fría resultó una sorpresa inesperada para los científicos.

En 2013, los datos obtenidos por la misión Planck confirmaron de manera independiente la existencia de esa región anómala, que sin embargo seguía sin tener una explicación convincente. Las características del Punto Frío resultaban sumamente problemáticas para el modelo cosmológico actual, ya que estadísticamente su temperatura está muy por debajo de las fluctuaciones anticipadas por nuestras teorías sobre el origen del Universo.


Esta proyección de las observaciones realizadas con altísima precisión a lo largo de todo el firmamento por el satélite Planck de la ESA permite confirmar la existencia de dos características anómalas en la radiación del fondo cósmico de microondas, ya detectadas por su antecesora, la sonda WMAP de la NASA. La primera es una asimetría en la temperatura promedio de los hemisferios celestes, divididos por la línea curva, que muestra temperaturas levemente superiores al sur de la eclíptica. La segunda es el denominado Punto Frío, una zona de temperatura notablemente inferior a sus alrededores, rodeada por el círculo, con un tamaño mucho mayor al de las predicciones teóricas. Créditos: ESA / Colaboración Planck.

Si el Punto Frío se originó a partir del Big Bang, podría ser evidencia de algún tipo de física exótica que la cosmología no es capaz de explicar. Por el contrario, si su detección se debe a una estructura ubicada entre nosotros y la radiación de fondo cósmico de microondas, estaríamos en presencia de una estructura a gran escala, algo extremadamente inusual en la distribución de la materia en nuestro Universo observable.

Recientemente, un equipo liderado por el astrónomo Istvan Szapudi, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawaii, reportó el descubrimiento de un vasto “supervacío” con un diámetro de 1.800 millones de años luz, donde prácticamente no hay galaxias y la densidad de la materia es muy inferior a la del espacio circundante. Al combinar las observaciones del telescopio Pan-STARRS1 (PS1) en longitudes de onda ópticas, y el satélite WISE de la NASA en longitudes de onda infrarrojas, los astrónomos estimaron la distancia y posición de cada galaxia en ese sector del firmamento. De esa forma determinaron con un alto grado de precisión la existencia de una gigantesca estructura que se interpone entre la radiación de fondo cósmico y nuestra perspectiva desde la Tierra.

Un estudio anterior había observado un área mucho menor en la dirección del Punto Frío, pero sólo pudo establecer que no había estructuras muy distantes en esa parte del firmamento. Paradójicamente, identificar grandes estructuras a poca distancia es más difícil que encontrar otras más lejanas, ya que deben mapearse porciones más grandes del cielo para detectar las estructuras cercanas.

Este supervacío se encuentra relativamente cerca, a unos 3.000 millones de años luz de nuestra galaxia, y está centrado exactamente en el mismo punto del firmamento donde se detectó el Punto Frío, en la constelación de Eridanus. Su diámetro en el cielo terrestre es de casi 10°, mientras las fluctuaciones más grandes de temperatura en la radiación de fondo cósmico suelen occurir a lo largo de escalas angulares de no más de 1°.


 Esta es la mejor imagen del Supervacío de Eridanus obtenida hasta el momento. Créditos: Proyecto Pan-STARRS / Gergő Kránicz.

Habiendo confirmado la existencia de este supervacío, los astrónomos liderados por Szapudi se abocaron a encontrar una explicación para las temperaturas extremadamente bajas del Punto Frío, y creen haber encontrado el culpable: la misteriosa energía oscura, responsable de la aceleración en la expansión del Universo detectada observacionalmente por primera vez en 1998.

Si colocamos una enorme “burbuja” de vacío, con muy poca materia, entre la radiación del fondo cósmico de microondas y un observador en la Tierra, esa radiación residual del Big Bang deberá atravesar el supervacío para llegar hasta nosotros. En términos de energía, podemos pensar en ese vacío como un plano inclinado: cuando los fotones ingresan a esa burbuja, deben perder algo de energía al escalar ese plano inclinado. Si la expansión del Universo no se estuviera acelerando a causa de la energía oscura, la estructura del supervacío no evolucionaría de forma significativa, por lo que los fotones descenderían del plano inclinado al salir de la burbuja de vacío, recuperando la totalidad de la energía que perdieron al ingresar en ella.

Sin embargo, debido a la aceleración de la expansión del Universo, el plano inclinado se estira mientras esos fotones viajan en el interior de la burbuja de vacío. Atravesar una estructura tan grande puede tomar millones de años, incluso a la velocidad de la luz; para el momento en que esos fotones emergen del otro lado de la burbuja, el plano se ha hecho menos inclinado, por lo que al descender por él, los fotones no pueden recuperar toda la energía que perdieron al ingresar en el supervacío. Esa radiación continúa su trayecto hacia el observador, ya con menos energía, y por lo tanto, con longitudes de onda más largas, que corresponden a temperaturas más bajas. Este fenómeno, denominado efecto Sachs-Wolfe integrado, es detectable a grandes escalas y podría confirmarse como la explicación definitiva para el Punto Frío, una de las anomalías más significativas encontradas hasta el momento en la radiación del fondo cósmico.

Si bien la existencia del Supervacío de Eridanus y su efecto sobre el fondo cósmico de microondas no alcanzan a explicar todas las características del Punto Frío, resulta extremadamente improbable que ambos tengan la misma ubicación en el firmamento simplemente por una coincidencia. “Serán necesarios estudios posteriores para investigar observacionalmente este supervacío y establecer de manera definitiva sus características excepcionales”, concluye el paper publicado por Szapudi y su equipo.

Los astrónomos seguirán analizándo ese colosal vacío cósmico mediante datos cada vez más precisos, provenientes del telescopio PS1 en Maui, Hawaii, y del proyecto Dark Energy Survey, una exploración del cielo en busca de energía oscura que actualmente se está llevando adelante a través de uno de los telescopios del Observatorio Interamericano de Cerro Tololo, en Chile. 


Fuentes: Astronomia Online, MNRAS, Arxiv.org, IFA – Universidad de Hawaii

13 de abril de 2015

Registrada la gestación de un ‘jet’ estelar en tiempo real

Gestación de un jet en una protoestrella de gran masa. Simulación de una eyección episódica en la protoestrella masiva W75N(B)-VLA 2. La eyección inicial en múltiples direcciones (izquierda) se transforma en una eyección colimada (derecha) según se expande en un medio con una distribución toroidal de gas y polvo. / Wolfgang Steffen, Instituto de Astronomía, UNAM

La joven estrella W75N (B)-VLA2 está ayudando a un grupo internacional de astrónomos a entender cómo se pueden haber formado las estrellas más masivas del universo. El equipo, liderado por investigadores mexicanos y con participación española, ha observado a lo largo de 18 años esta estrella en formación que muestra el inicio de la expulsión de materia a través de un jet que regula su crecimiento.

Las estrellas se forman en el interior de grandes nubes de gas y polvo, a partir de fragmentos algo más densos que comienzan a colapsar bajo su propia gravedad. En torno al embrión estelar se forma un disco, del que la estrella incorpora nuevo material, mientras se desarrolla un chorro bipolar que expulsa materia y energía.

El fenómeno de la expulsión colimada de materia –los jets– se produce en objetos astronómicos muy diversos, como estrellas jóvenes, agujeros negros en núcleos de galaxias o estrellas en las últimas etapas de su vida. Sin embargo, aún se desconoce cómo se inician y qué factores determinan su grado de colimación.

Ahora, un grupo internacional de astrónomos ha observado el momento en el que una una estrella masiva en formación, denominada la estrella W75N(B)-VLA2, comienza a desarrollar estos jets, que son fundamentales en el proceso de formación estelar.

La investigación, publicada en la revista Science, está encabezada por el investigador Carlos Carrasco-González de la Universidad Nacional Autónoma de México, pero cuenta con la participación de científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y los institutos catalanes de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC/IEEC) y Ciencias del Cosmos (ICC-UB).

El estudio muestra cómo W75N(B)-VLA2, una estrella masiva en formación, ha cambiado drásticamente el modo en que expulsa materia, pasando de hacerlo de forma prácticamente esférica a adoptar una forma alargada, con la eyección concentrada a lo largo de una sola dirección.

Aunque el proceso de formación estelar dura centenares de miles de años, en este caso los investigadores han sido testigos 'en vivo' de cómo, en apenas dieciocho años, entre 1996 y 2014, se producía la evolución hacia la formación de un jet.

"Las teorías actuales predicen que las estrellas jóvenes deben expulsar materia en forma de chorros colimados (como un haz de rayos paralelos). Sin embargo, en estudios anteriores habíamos visto que algunas estrellas masivas muy jóvenes pasan por episodios breves en los que expulsan materia en todas direcciones.

La transición deseada

Sospechábamos que en algún momento debería producirse la transición hacia la fase de alta colimación. Esta transición es justamente lo que estamos presenciando en W75N(B)-VLA2”, comenta Guillem Anglada, científico del IAA y coautor del trabajo.

Los datos obtenidos son consistentes también con la existencia de un disco en torno a la protoestrella, lo que completa el escenario de formación estelar descrito en los modelos.

“Nuestro trabajo abre una oportunidad única para estudiar en esta región cómo evolucionarán en los próximos años los ingredientes básicos de la formación estelar. Tenemos la suerte de estar en el momento adecuado para poder seguir y describir en tiempo real estos cambios tan rápidos” concluye José María Torrelles, investigador del ICE-ICC que participa en el estudio.


Referencia bibliográfica:

C. Carrasco-González, J.M. Torrelles, J. Cantó, S. Curiel, G. Surcis, W.H.T. Vlemmings, H.J. van Langevelde, C. Goddi, G. Anglada, S.-W. Kim, J.S. Kim, J.F. Gómez. "Observing the onset of outflow collimation in a massive protostar". Science, abril de 2015.
Zona geográfica: Internacional
Fuente: SINC IAA/ICE-ICC

7 de febrero de 2015

Planck descubre que las primeras estrellas nacieron tarde

Polarización de la radiación de fondo cósmico (CMB)

Los nuevos mapas de la luz polarizada que llena todo el cielo procedente del universo temprano, obtenidos por el satélite Planck, de la ESA, han revelado que las primeras estrellas se formaron mucho más tarde de lo que creía.

La historia de nuestro universo comenzó hace 13.800 millones de años. Los científicos se esfuerzan en leerla estudiando los planetas, asteroides, cometas y otros objetos de nuestro sistema solar, y observando la luz de estrellas y galaxias lejanas, y de la materia entre ellas.

Una fuente esencial de información es la radiación de fondo cósmico de microondas, o CMB -siglas en inglés-, la luz fósil procedente de una era en que el universo era caliente y denso, apenas 380.000 años tras el big bang.

Gracias a la expansión del universo hoy en día esta luz -no visible al ojo humano, solo detectable en el rango de las microontas- llena todo el cielo.

Entre 2009 y 2013 Planck barrió el cielo para estudiar esta luz primigenia con un grado de precisión nunca logrado. Las pequeñas diferencias en la temperatura de esta radiación en distintas regiones del cielo son indicativas de variaciones de densidad en el universo en la época en que se emitió la radiación CMB, y son las semillas de las acumulaciones de materia que vemos en el presente: las estrellas y galaxias.

Los científicos de Planck han publicado los resultados del análisis de la luz fósil emitida poco después del big bang en varios trabajos científicos a lo largo de los últimos dos años, confirmando el escenario cosmológico de nuestro Universo en gran detalle.

“Pero hay más aún. La radiación de fondo contiene todavía más información sobre nuestra historia cósmica, codificada en su polarización”, explica Jan Tauber, jefe científico de Planck, de la ESA.

“Planck ha medido esta señal por primera vez a alta resolución en todo el cielo, generando los mapas hoy hechos públicos”.

Historia del Universo

La luz se polariza cuando vibra en una dirección preferente, un fenómeno que puede producirse cuando los fotones -las partículas de luz- rebotan tras chocar con otras partículas. Eso es exactamente lo que sucedió cuando se emitió la CMB, 380.000 años después del big bang.

En un principio los fotones estaban atrapados en una densa y caliente sopa de partículas que, cuando el universo tenía apenas unos segundos de edad, consistía sobre todo en electrones, protones y neutrinos. Debido a la alta densidad, los electrones y fotones chocaban con tanta frecuencia que el universo temprano estaba lleno de 'niebla'.

Poco a poco, a medida que el cosmos se expandía y enfriaba, los fotones y las demás partículas se alejaban cada vez más, y las colisiones se volvían menos frecuentes.

Esto trajo dos consecuencias: los electrones y protones pudieron finalmente combinarse y dar lugar a átomos neutros sin ser destrozados por los choques con los fotones, y los fotones pudieron viajar libremente por primera vez, sin estar inmersos en la niebla cósmica.


Fuentes: ESA

17 de enero de 2015

Vida de una Estrella...


2 de noviembre de 2014

La luz 'fantasmal' de las galaxias muertas explica cómo ha evolucionado el Universo

Cúmulo de galaxias masivo Abell 2744.NASA, ESA, Mireia Montes (IAC), J. Lotz, M. Mountain, A. Koekemoer, Z. Levay y el equipo HFF (STScI).
  • Investigadores españoles han observado luz muy débil gracias a Hubble
  • La profundidad de las imágenes permite estudiar lejanísimos cúmulos
  • Hasta ahora no se había podido observar una luz tan débil
Una 'luz fantasmal' (luz intracumular) que se encuentra en un cúmulo situado a unos 4.000 millones de años luz de la Tierra ofrece pistas sobre la formación y evolución del Universo.

Se trata de una luz que proviene de estrellas en cúmulos que no están unidas gravitacionalmente a ninguna galaxia en particular. Según la predicción teórica, enormes fuerzas de marea destruirían las galaxias y forzarían a sus estrellas a vagar libremente por los cúmulos.

El gran problema al que se enfrentan los astrónomos al estudiar esta luz es que es muy débil y, por lo tanto, difícil de observar. Sin embargo, investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de La Laguna (ULL) han podido estudiar, por primera vez en detalle, las propiedades de esta luz.

Ha sido posible utilizando los datos más profundos de cúmulos de galaxias obtenidos gracias al telescopio espacial Hubble, hasta distancias de 350.000 años luz en el cúmulo Abell 2744, según informa el IAC.

Profundidad sin precedentes

Para obtener los resultados de este estudio, publicado en Astrophysical Journal, han usado los datos de un nuevo cartografiado -el Hubble Frontier Fields (Campos Frontera del Hubble)- que el telescopio Hubble está realizando y que incluye seis cúmulos de galaxias con una profundidad sin precedentes.

“Es un trabajo novedoso que supone un antes y un después en nuestro entendimiento sobre la formación y evolución de los cúmulos de galaxias, ya que hasta ahora los estudios sobre la luz intracumular habían contado con serias limitaciones en profundidad y en cubrimiento espectral para poder derivar edades y metalicidades de las estrellas que la emiten”, ha contado Mireia Montes, primera autora del artículo.

Estas observaciones en varias longitudes de onda (óptico e infrarrojo) son las más profundas que se han hecho de cúmulos de galaxias hasta la fecha.

Inicialmente, el proyecto Hubble Frontier Fields fue concebido para el estudio de galaxias muy lejanas aprovechando las propiedades gravitacionales de estos cúmulos, los cuales actúan como una especie de lente que magnifica los objetos pequeños y débiles que se encuentran detrás.

“No obstante -advierte Montes-, la profundidad de estas imágenes permite un estudio detallado del propio cúmulo, lo que las convierte en imágenes ideales para analizar la luz intracumular”.

Usar imágenes tan profundas permite trazar esta luz difusa a grandes distancias y, por lo tanto, evitar la contaminación causada por las partes más externas de las galaxias.

Grandes galaxias a partir de estructuras pequeñas

Además, la combinación de imágenes de varias longitudes de onda, desde el óptico al infrarrojo, permite discernir las poblaciones estelares que contribuyen a esta luz.

“El resultado del estudio demuestra que las galaxias que potencialmente pueden crear esta luz intracumular son muy parecidas a la Vía Láctea y que empezaron a caer en Abell 2744 hace 9.000 millones de años. La cantidad de masa que se observa en forma de esta luz es equivalente a la destrucción de entre 4 y 6 galaxias como la nuestra", ha explica Ignacio Trujillo, segundo autor del artículo.

Este resultado es acorde con las teorías actuales de formación de galaxias donde las grandes estructuras tienden a crecer añadiendo estructuras más pequeñas (modelo jerárquico).


Fuentes: Rtve.es

28 de octubre de 2014

¿Resuelto el problema de la antimateria?

Archivo
Cuando una partícula de materia entra en contacto con una de antimateria, ambas se aniquilan por completo


Investigadores descubren una extraña partícula subatómica, el mesón Bs, que se comporta de forma única y puede explicar uno de los más grandes misterios del Universo

Un grupo de investigadores de la Universidad de Syracusa acaba de anunciar una serie de importantes hallazgos sobre una extraña partícula subatómica, el mesón Bs, que podrían explicar por qué el Universo contiene mucha más materia que antimateria.

La cuestión de la "antimateria perdida" ha intrigado a los Físicos durante décadas. Según predicen los modelos vigentes, durante el Big Bang tuvo por fuerza que producirse una cantidad igual de materia que de antimateria. Pero en la actualidad todo lo que vemos a nuestro alrededor está hecho de materia. ¿Dónde está, pues, la antimateria que falta?

Igual que la materia, también la antimateria está constituida por átomos y partículas. De hecho, a cada partícula de materia que existe le corresponde su propia antipartícula, que es exactamente igual a ella excepto por la carga eléctrica, que es la opuesta. Por ejemplo, la antipartícula del electrón es el positrón, la del protón se llama antiprotón, y así sucesivamente. 


Aniquilación espontánea
Se da la circunstancia de que, cuando una partícula de materia entra en contacto con una de antimateria, ambas se aniquilan por completo en un súbito y luminoso fogonazo. Si un astronauta pusiera el pie sobre un hipotético planeta hecho de antimateria, todos sus átomos se desintegrarían al instante, al mismo tiempo que una cantidad equivalente de "antiátomos" del planeta haría lo propio.

Sin embargo, parece poco probable que existan planetas, estrellas o incluso galaxias enteras hechas de antimateria. Si así fuera, seríamos capaces de ver cómo ambas se aniquilan en la frontera entre la antimateria y la materia que las rodea. Y nadie ha visto jamás señal alguna de que algo parecido esté ocurriendo.

Sin embargo, en septiembre de 2006 un equipo de físicos del Fermilab descubrieron en su laboratorio un tipo de partícula, el mesón Bs, que hasta ese momento había sido solo una posibilidad teórica. Se da la circunstancia de que el mesón Bs tiene la extraordinaria capacidad de oscilar entre una partícua de materia y una de antimateria. Es decir, que puede ser, alternativamente, materia y antimateria.

El extraordinario hallazgo prometía abrir las puertas de una nueva física hasta ahora desconocida. Por eso, comprender mejor las características de este extraño mesón se ha convertido en uno de los principales objetivos del experimento LHCb, en el CERN, el laboratorio de Física más importante del mundo, con sede en Ginebra. Los físicos del LHCb llevan a cabo complicados experimentos que intentan aclarar lo que sucedió durante los primeros instantes del Big Bang, y cómo la materia que hoy nos resulta tan común logró crearse y extenderse por todo el Universo.

Fue precisamente allí, en un taller celebrado en el CERN, donde el profesor Sheldon Stone acaba de anunciar sus hallazgos. "Muchos experimentos internacionales -afirma el científico- están interesados en el mesón Bs porque es una partícula que puede oscilar entre materia y antimateria. Comprender sus propiedades podría explicar la violación de la simetría CP, que se refiere a la necesidad de que exista un equilibrio entre materia y antimateria en el Universo y cuyo aparente incumplimiento es uno de los mayores desafíos de la física de partículas". 


Quark y antiquark
Los investigadores creen que, hace unos 14.000 millones de años, la energía del Big Bang se fue transformando en cantidades idénticas de materia y de antimateria. Pero a medida que el Universo se enfriaba y se expandía, su composición fue cambiando. Tras el Big Bang, toda la antimateria desapareció dejando tras de sí a la materia ordinaria, a partir de la cual se fueron creando las primeras estrellas y galaxias, y todo lo demás hasta llegar a la Tierra y a las formas de vida que hay en ella.

"Algo tuvo que ocurrir -afirma Stone- para causar esta violación de la simetría CP y, por consiguiente, formar el Universo que podemos ver en la actualidad".

Stone está convencido de que parte de la respuesta está, precisamente, en el mesón Bs, que está formado por un antiquark y un quark extraño (una de las familias de los quarks) a los que mantiene unidos gracias a la interacción fuerte. Como se sabe, los quark son los componentes fundamentales de otras partículas, como protones y neutrones, dentro del núcleo atómico.

Stone y su equipo han estudiado a fondo los resultados de dos experimentos llevados a cabo en 2009 en el Fermilab, en Chicago, donde se encuentra otro de los aceleradores de partículas más grandes del mundo.

"Los resultados de esos experimentos - explica Stone- mostraban que las oscilaciones materia-antimateria del mesón Bs se desviaban de lo predicho por el Modelo Estandar de la Física, pero las propias incertidumbres alrededor de esos resultados eran demasiado altas como para llegar a conclusiones sólidas".

Así que el investigador, junto a sus colegas, no tuvo más remedio que desarrollar por sí mismo una nueva técnica que le permitiera tomar medidas mucho más precisas del mesón Bs. Y sus nuevos resultados muestran que las oscilaciones del mesón Bs entre materia y antimateria son, exactamente, las que predice el Modelo Estandar.

Stone afirma que las nuevas mediciones restringen enormemente los "reinos" en los que esa nueva física podría esconderse, lo que obligará a los investigadors a ampliar sus búsquedas en otras áreas. "Todo el mundo sabe que existe una nueva física -dice Stone-. Sólo necesitamos llevar a cabo análisis más sensibles para lograr olfatearla".





Fuentes: ABC.es

El Universo podría ser más viejo de lo que parece

efe
El estudio de una vieja estrella, cuya edad se data en 14.460 millones de años, ha llevado a los científicos a determinar que el Universo (datado actualmente en 13.817 millones de años) podría ser más viejo de lo que se creía 

El estudio de la estrella «Matusalén», cuya edad se data en 14.460 millones de años, ha llevado a los científicos a determinar que el Cosmos es más antiguo

El estudio de una vieja estrella, cuya edad se data en 14.460 millones de años, ha llevado a los científicos a determinar que el Universo (datado actualmente en 13.817 millones de años) podría ser más viejo de lo que se creía.

El astro, llamado HD 140283 o «estrella Matusalén», se encuentra a 190 años luz de la Tierra en la constelación de Libra y ha dejado a los investigadores «perplejos». Se trata de una rara estrella sub-gigante y pobre en metales, que fue descubierta desde hace un siglo como una estrella de alta velocidad, aunque su presencia en el vecindario del Sistema Solar y su composición ponían en duda esta teoría.

En el artículo, publicado en «International Journal of Exergy», los científicos revelaron que, en última instancia, los márgenes de error en la estimación de la edad de la estrella eran mucho más anchos de lo que la investigación original (la de su descubrimiento) sugería.

Estos márgenes de error podrían rejuvenecerla, pero aún así seguiría siendo uno de los objetos estelares más antiguos conocidos en el Universo, aunque dentro de los límites del tiempo desde el Big Bang. Pero esto plantea preguntas como si existe alguna posibilidad de que esta estrella fuera tan antigua como sugieren las mediciones originales.
«Disipador térmico»

Uno de los autores, Birol Kilkis, cree que sí. Este científico introdujo en 2004 el Modelo de Radiación del Universo (RUM), que sugiere que la exergía (una propiedad termodinámica que permite determinar el potencial de trabajo útil de una determinada cantidad de energía) fluye desde el Big Bang, hasta lo que él llama un «disipador térmico» de tamaño infinito en el cero absoluto (0ºK) lejano, lejano en el futuro.

Usando el modelo RUM, Kilkis calcula la edad del Universo en 14.885 +/- 0,040 mil millones de años, lo cual es ligeramente mayor que la estimación de fondo de microondas (los restos dejados por el Big Bang), pero se adapta fácilmente a la edad original de HD 140283.

La teoría RUM de Kilkis sugiere que la expansión del Universo se ha acelerado 4.400 millones años después del Big Bang, que bien puede adaptarse a la idea de la energía oscura.
 
 
Fuentes: ABC.es

14 de agosto de 2014

Dos galaxias muy lejanas confirman que sus estrellas se formaron en distintas fases

Centro de NGC 1569 observado por el Telescopio Espacial Hubble.
ESA, NASA y P. Anders
  • Las estrellas se formaron hace 100 y dos millones de años
  • Anteriormente se pensaba que las estrellas se formaban de manera continua
  • El estudio se ha realizado con las observaciones del Gran Telescopio Canarias
Dos galaxias primitivas muy próximas entre sí y que interactúan con una tercera, han tenido al menos dos brotes de formación estelar, es decir, la formación de sus estrellas no ha sido continua. El primero ocurrió hace 100 millones de años y otro muy reciente, hace tan solo dos millones de años.

Ambas datan de hace 12.550 millones de años, siendo la edad actual del universo de 13.700 millones de años.

Así lo han podido confirmar investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de La Laguna (ULL), quienes las han analizado con el espectrógrafo Osiris del Gran Telescopio Canarias (GTC), en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma).

 
Espectro bidimensional (arriba) y espectros de cada una de las galaxias (paneles central e inferior) del estudio.
Rodríguez Espinosa et al. 2014, MNRAS



Primeras estructuras del universo

El objetivo de este estudio, publicado en la revista MNRAS Letters, era comprender cómo se formaron las primeras estructuras en el universo a través de las galaxias más lejanas, según ha informado el IAC.

SHARDS, un proyecto ESO/GTC aprobado en 2009, pretende detectar decenas de miles de galaxias a diferentes distancias y, tras estudiarlas con detalle, comprender en mayor profundidad cómo se han formado las galaxias a lo largo de la vida del universo.

“El proyecto SHARDS puede, no obstante, usarse para encontrar galaxias con líneas de emisión. De entre ellas, hemos seleccionado dos galaxias muy próximas que parecen estar interaccionando entre sí e, incluso, con una tercera”, explica José Miguel Rodríguez Espinosa, investigador del IAC/ULL y primer autor del artículo publicado. 


Formación de estrellas episódica

A estas galaxias, muy difíciles de observar, se las reconoce porque las líneas espectrales de sus elementos químicos aparecen muy desplazadas hacia el rojo.

El espectrógrafo OSIRIS del GTC ha permitido confirmar, en tan solo dos horas, un desplazamiento al rojo de ambas galaxias en torno a z= 5,07, mediante la detección de su emisión en Lyman-alfa, la radiación que emite el hidrógeno cuando es ionizado por fuentes muy energéticas, como son las estrellas masivas y jóvenes.

La emisión Lyman-alfa es uno de los pocos trazadores disponibles para el estudio de las primeras galaxias que se formaron en la historia del universo debido a su desplazamiento al rojo cosmológico.

La combinación de los datos espectroscópicos con fotometría multibanda -del rango ultravioleta al visible- ha revelado también la presencia de dos poblaciones de estrellas distintas en cada una de las galaxias: una población muy joven, con poca masa en su conjunto, más una población vieja, responsable de la mayor parte de la masa de las galaxias observadas.

“Es la primera vez que se detecta formación estelar episódica en galaxias muy primitivas, aunque aún queda pendiente comprobar si este modo de formación estelar es común en galaxias lejanas o se debe a que las galaxias observadas se encuentran en un proceso de interacción”, ha subrayado Rodríguez Espinosa. 


Arqueología astronómica

El modelo teórico más aceptado que explica cómo se formaron las galaxias ('modelo jerárquico') establece que las más grandes se formaron como resultado de la fusión de galaxias más pequeñas.

En estos violentos procesos siempre se producen intensos brotes de formación estelar, tras los que se generan nuevas galaxias, más grandes y masivas que sus progenitoras.

En las últimas décadas, se ha progresado mucho en el estudio de estas galaxias lejanas gracias a una mejor instrumentación en los grandes telescopios y a nuevas técnicas de observación.

Sin embargo, una pregunta clave que aún faltaba por desvelar es cómo era la producción de estrellas en esas galaxias primigenias. La mayor parte de los estudios asume que las estrellas se formaban de manera continua, consumiendo paulatinamente el gas de la galaxia y convirtiéndolo en estrellas.

En el presente estudio también han participado investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), de la Universidad de Ginebra, la empresa pública GRANTECAN, el Instituto de Astrofísica de Cantabria (CISC-UC) y la Universidad de Bochum.



Fuentes: Rtve.es

9 de julio de 2014

La formación del polvo cósmico, vista en directo

ESO
Impresión artística de la formación de polvo alrededor de una explosión de supernova

Estas diminutas partículas se encuentran por todo el Cosmos y pueden llegar a formar planetas, pero su origen es todavía un misterio

El espacio está lleno de polvo. Diminutas partículas que se encuentran por todo el Cosmos, también en las galaxias, entre las estrellas, de la misma forma que en casa pueden encontrarse en cualquier rincón. Pueden llegar a formar planetas, pero su origen es todavía un misterio. Los astrónomos aún no tienen claro cómo y dónde se condensan y desarrollan estos pequeños granitos. Ahora, un equipo internacional ha logrado seguir en tiempo real la formación de este polvo interestelar, durante los momentos posteriores a la explosión de una supernova.

El equipo empleó el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO), localizado en el norte de Chile, para observar lasupernova SN2010jl mientras se desvanecía lentamente. Los astrónomos se fijaron en ella nueve veces en los meses siguientes a la explosión, y una décima vez 2,5 años después de la misma, en longitudes de onda visibles e infrarrojas cercanas. El estallido de esta supernova excepcionalmente brillante, resultado de la muerte de una estrella masiva, se produjo en la pequeña galaxia UGC 5189A.

Gran tamaño

«Al combinar los datos de las nueve series de observaciones iniciales pudimos realizar las primeras mediciones directas de cómo el polvo alrededor de una supernova absorbe los diferentes colores de la luz», explica la autora principal, Christa Gall, de la Universidad de Aarhus, Dinamarca. «Esto nos permitió descubrir más sobre el polvo de lo que alguna vez había sido posible».

El equipo, según escribe en la revista Nature, descubrió que partículas de polvo con diámetros superiores a 0,001 milímetros se formaron rápidamente en el material denso que rodea a la estrella. Aunque aún muy pequeñas para los estándares humanos, esta es una gran magnitud para una partícula de polvo cósmico, y estas dimensiones sorprendentemente grandes son las que las hacen resistentes a los procesos destructivos. Así, son capaces de sobrevivir en el violento y adverso entorno que se genera en los remanentes de una supernova.

«Nuestra detección de partículas de gran tamaño poco después de la explosión de la supernova implica que debe existir una manera rápida y eficiente de crearlas», indica el coautor Jens Hjorth, del Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague, Dinamarca.

Los astrónomos creen saber dónde debe haberse formado el nuevo polvo: en el material que la estrella expulsó al espacio, incluso antes de que estallara. A medida que la onda de choque de la supernova se expandía hacia el exterior, se creó una densa y fría capa de gas, precisamente el tipo de medio en el que las partículas de polvo podrían asentarse y desarrollarse.

Los resultados de las observaciones indican que en una segunda etapa, después de varios cientos de días, se da inicio a un acelerado proceso de formación de polvo que comprende el material que ha sido eyectado por la supernova. Si la producción de polvo en SN2010jl continúa con la tendencia observada, durante 25 años después de la supernova, la masa total de polvo será aproximadamente la mitad de la masa del Sol.


Fuentes: ABC.es

Las galaxias que acabaron con la «Edad Oscura» del Universo

JOHN WISE, GEORGIA TECH
Ampliación de la zona de la simulación que revela la presencia de una galaxia enana cuando el Universo tenía apenas 700 millones de años. La galaxia solo tiene tres millones de masas solares, comparado a los 60.000 millones de masas solares de nuestra Vía Láctea

Eran pequeñas y poco brillantes, pero lograron que el Cosmos adquiriera el aspecto que tiene hoy en día

La tenue luz de pequeñas galaxias a más de 13.000 millones de años luz de distancia, entre las primeras que se formaron, jugó un papel más destacado de lo que se pensaba para que se dieran las condiciones precisas que llevaron a que el Universo sea tal y como lo vemos en la actualidad.

Según un nuevo estudio Llevado a cabo por investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia y que se publica en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, la luz ultravioleta de las estrellas que formaban estas antiquísimas galaxias enanas ayudó a arrancar electrones al hidrógeno interestelar en un proceso de vital importancia llamado reionización.

La época de la reionización comenzó alrededor de doscientos millones de años después del Big Bang, cuando el Universo era aún muy joven, y los científicos creen que hicieron falta cerca de 800 millones de años más para que todo el Universo se reionizara por completo. Lo cual marcó la mayor fase de transición de todo el gas existente, que sigue estando ionizado en la actualidad.

El término reionización se usa porque el Universo ya estaba ionizado inmediatamente después del Big Bang. Durante esa época, la materia ordinaria, la que después formaría todas las galaxias, estrellas y planetas que vemos, sólo consistía en átomos de hidrógeno con protones cargados positivamente y electrones con carga negativa que viajaban libremente. Sin embargo, y a medida que se expandía, el Universo se fue enfriando hasta llegar a la temperatura suficiente como para que electrones y protones empezaran a combinarse para formar hidrógeno neutro (sin carga eléctrica).

Estos átomos no emitían ninguna clase de luz, ni visible ni ultravioleta. Y sin esa luz, los astrofísicos son incapaces de encontrar con sus telescopios pistas que les aclaren cómo evolucionó el Universo durante aquella "Edad Oscura". La luz, de hecho, no existió hasta cuando empezó la reionización, momento en que los investigadores empiezan a vislumbrar a jóvenes galaxias y a estudiar sus características.

Pero los astrofísicos no están de acuerdo cuando se trata de determinar qué clase de galaxias fueron exactamente las que jugaron un papel más destacado en aquella lejana época. Y es aquí donde el estudio de los investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia, y su nueva teoría, cobran relevancia. De hecho, afirman que no hay que fijarse en las galaxias más grandes, sino en las más pequeñas para comprender lo que sucedió. Sin ellas, aseguran, ninguno de nosotros estaría aquí para intentar reconstruir esa historia.

Utilizando simulaciones informáticas, los científicos han logrado demostrar cómo y por qué las galaxias más pequeñas y menos brillantes resultaron esenciales. De hecho, y a pesar de tener una masa mil veces menor (y un tamaño 30 veces inferior) a nuestra Vía Láctea, estas pequeñas galaxias contribuyeron con un impresionante 30 por ciento a la cantidad necesaria de rayos ultravioleta necesarios para el proceso.

Formación de estrellas

A menudo, los expertos en reionización han ignorado estas galaxias enanas porque suponían que no eran capaces de formar estrellas. Se suponía que la radiación ultravioleta procedente de otras galaxias mayores de los alrededores sería demasiado fuerte para permitir la génesis estelar en sus pequeñas vecinas.

"Pero resulta que sí formaron estrellas -explica John Wise, director de la investigación- por lo general en una sola ráfaga, cerca de 500 millones de años después del Big Bang. Las galaxias eran pequeñas, pero tan abundantes que, juntas, aportaron una fracción muy significativa de la luz ultravioleta necesaria para el proceso de reionización".

Las simulaciones llevadas a cabo por el equipo modelaron el flujo de luz ultravioleta estelar a través del gas, a medida que las estrellas se formaban. Y hallaron que la fracción de fotones ionizados que escapaban al espacio intergaláctico era de hasta un 50% en los halos galácticos más pequeños (de unos 10 millones de masas solares), mientras que sólo era de un 5% en los halos más grandes (de 300 millones de masas solares o más).

Ese porcentaje tan elevado, combinado con la extraordinaria abundancia de galaxias enanas en aquella época, jugó un papel esencial durante la reionización.

"Resulta muy difícil para los rayos ultravioleta escapar de las galaxias -explica Wise- a causa de la densidad de los gases que la forman. En las galaxias pequeñas, sin embargo, hay mucho menos gas entre las estrellas, lo que facilita que los rayos ultravioleta escapen, ya que no son absorbidos tan rápidamente. Además, las explosiones de supernovas pueden abrir auténticos canales en estas pequeñas galaxias, a través de los que los rayos ultravioleta también pueden escapar".

Completamente ionizado

Los resultados de las simulaciones ofrecen una escala temporal que reconstruye fielmente el proceso de reionización a lo largo de cientos de millones de años. Cerca de 300 millones de años tras el Big Bang, el Universo estaba ionizado en un 20%. Un porcentaje que subió hasta el 50% unos 200 millones de años después. El Universo estuvo completamente ionizado unos 860 millones de años después de su creación.

"El hecho de que estas galaxias tan pequeñas puedan contribuir tanto al proceso de reionización es toda una sorpresa", afirma Michael Norman, coautor del estudio. "Una vez más, los superordenadores nos enseñan algo nuevo e inesperado, algo que tendrá que ser incluído en los futuros estudios que se hagan sobre la reionización".

Los investigadores esperan aprender más sobre estas débiles galaxias cuando la próxima generación de telescopios esté operativa. Por ejemplo el Telescopio Espacial James Webb, cuyo lanzamiento está previsto para 2018 y que será capaz de ver muchos más detalles de estas pequeñas galaxias.


Fuentes: ABC.es

Kepler 10c, La primera "Mega Tierra"

El descubrimiento de este nuevo mundo 17 veces mayor que la Tierra ha causado sorpresa entre los astrónomos



El descubrimiento de Kepler 10c ha derribado un nuevo mito gracias a su tamaño y composición. Con una masa equivalente a la de 17 tierras, por lo que se sabe hasta hoy, nunca debería haberse formado como un ente sólido y rocoso, sino como un gigante gaseoso similar aJúpiter o Neptuno.

En el videoblog sobre estas líneas, José Manuel Nieves explica la posible formación de este planeta que se incluye en la categoría de las «megatierras».



Fuentes: ABC.es

Las estrellas



La diferencia básica entre una estrella y un planeta, es que una estrella emite luz producida en su interior por combustión nuclear, mientras que un planeta sólo brilla por la luz que pueda reflejar. El Sol es nuestra propia estrella especial pero, entre las estrellas, es una estrella muy común. Hay estrellas mucho más brillantes, o más tenues, más calientes, o más frías que el Sol. Básicamente, sin embargo, todas las estrellas que podemos ver en el cielo son objetos similares al Sol.

El Sol (y cualquier otra estrella) es una gran bola de gases compactada por su propia gravedad. La fuerza de la gravedad está continuamente tratando de compactar al Sol hacia su centro, y si no hubiese otra fuerza contrarrestándola, como la energía generada por la combustión nuclear, el Sol colapsaría. Las estrellas se clasifican por su tipo espectral y por su luminosidad, de acuerdo a las siguientes tablas:

Clasificación por tipos espectrales
Clasificación
Color
Temperatura en grados Cº
Estrella ejemplo
Comentario
Clasificación común
O
azul-violeta
40.000-25.000
Zeta Puppis
Son estrellas muy calientes y luminosas destacando en brillantes colores azules. Naos (en la constelación de Puppis) brilla con una potencia cercana a un millón de veces superior a la del Sol. Emiten la mayor parte de su radiación en el ultravioleta.
B
azul
25.000-11.000
Rigel
Extremadamente luminosas, como Rigel en Orión, una supergigante azul. Como las estrellas O y B tienen tanta masa consumen su energía mucho más deprisa que otras estrellas más pequeñas liberando cantidades inmensas de energía y viviendo durante un corto periodo de tiempo de unos millones de años. En este tiempo no pueden alejarse demasiado de las regiones de formación estelar en las que nacen por lo que suelen presentarse en grupos de varias estrellas en lo que se conoce como asociaciones OB1, formadas en el interior de nubes moleculares gigantes. La asociación OB1 de Orión es el ejemplo más cercano.
A
azul-blanco
11.000-7.500
Sirio
Son las estrellas más comunes que observamos a simple vista. Deneb en el Cisne es una estrella de gran brillo mientras que Sirio, la estrella más brillante desde la Tierra es también una estrella de tipo A muy cercana pero no tan grande como Deneb.
F
blanco
7.500-6.000
Procyon
Siguen siendo estrellas de gran masa y muy brillantes pero pertenecen ya a la secuencia principal. Como ejemplo podemos considerar Fomalhaut en Piscis Australis. Son de color blanco con un ligero componente amarillo.
G
blanco-amarillo
6.000-5.000
Sol
Son las mejor conocidas ya que nuestro Sol pertenece a esta clase siendo una estrella de tipo G2.
K
naranja
5.000-3.500
Arcturus
Estrellas naranja algo más frías que el Sol. Algunas de ellas son gigantes e incluso supergigantes como Antares, mientras que otras estrellas K como Alpha Centauri B pertenecen a la secuencia principal.
M
rojo
3.500-3.000
Betelgeuse
Es la más común de todas por el número de estrellas. Todas las enanas rojas pertenecen a esta clase y más del 90% de todas las estrellas son de este tipo como Próxima Centauri. La clase M también corresponde a la mayoría de las gigantes y a algunas supergigantes como Arcturus y Betelgeuse, así como a las variables Mira.
Estrellas infrarrojas
L
rojo-marrón
1.500-2.000
2MASS
Estrellas con masa insuficiente para desarrollar reacciones nucleares. Son enanas marrones , estrellas de poca masa incapaces de producir reacciones termonucleares de hidrógeno y que conservan intacto el litio que es destruido por reacciones termonucleares en estrellas mayores (L proviene de hecho del litio presente en estas estrellas). Estas estrellas son tan frías que emiten en el infrarrojo cercano.
T
infrarrojo
<1 .500="" div="">
Gliese 229B
Se trata de estrellas T Tauri, muy jóvenes y de baja masa, algunas a temperaturas tan frías como 600 K. Se trata muy probablemente de estrellas de baja masa en proceso de formación y suelen estar rodeadas de discos de acreción .
Otros tipos
D
blanco
-
Sirio B
Enanas blancas , por ejemplo Sirio B . La mayoría de las estrellas terminan sus vidas perteneciendo a este tipo.
C
rojo intenso (estrellas de carbono)
5.500-3.000
BL Orionis
Estrellas de carbono. Se subdividen en los siguientes tipos: R, N y S. Se trata de gigantes rojas en el final de sus vidas.
S
rojo (gigantes)
3.000
U Cassiopeiae
W
Ultracalientes compuestas de Helio
hasta 70.000
V1042 Cygni
Estrellas de Wolf-Rayet . Estas estrellas superluminosas son muy distintas a otros tipos estelares por mostrar grandes cantidades de helio. Se considera que son grandes supergigantes en el final de sus vidas con su capa de hidrógeno exterior expulsada por el fuerte viento estelar causado a tan altas temperaturas. Por este motivo dejan expuesto su núcleo rico en helio.
Crédito: Wikipedia

Clases de luminosidad
Clase
Descripción
Estrella ejemplo
0
Hiper-supergigantes
S Doradus
Ia
Supergigantes luminosas  
Rigel
Ib
Supergigantes
Canopus
II
Gigantes luminosas
BL Orionis
III
Gigantes
Arcturus
IV
Sub-gigantes
Eta Bootis
V
Enanas (Secuencia principal)
Sol
VI
Sub-enanas
Estrella de Barnard
VII
Enanas blancas
ZZ Ceti

La vida de una estrella

No se conoce la forma exacta del mecanismo de la formación de una estrella, pero de alguna manera el gas se empieza a aglutinar en diferentes puntos bajo el efecto de su propia gravedad, formando nubes cada vez más densas. Un núcleo denso, que podría ser unas 60 veces mayor que el sol, la protoestrella, empieza a formase rodeado por un halo de gas. Debido al aumento de presión, cada vez mayor, y tras unos 50.000 años, el centro de la protoestrella se vuelve tan caliente que da principio la combustión nuclear y se inicia la transformación de átomos de hidrógeno en átomos de helio. Ha nacido una estrella.

La fuerza de expansión de la energía liberada en esta transformación contrarresta la fuerza de la gravedad de la estrella, lo que impide que se colapse totalmente y se estabilice. Al cabo de unos 10 millones de años se acaba el hidrógeno del núcleo. Al no existir una fuerza que contrarreste a la gravedad, éste se contrae y calienta aún más. Al mismo tiempo, el hidrógeno restante, en una corteza exterior, continúa fusionándose y se convierte en helio; la estrella se expande hasta llegar a ser una gigante roja. El núcleo se calienta al grado de poder convertir, por fusión, el helio en carbono. En fusiones sucesivas, el carbono da origen a elementos mas pesados, hasta llegar al hierro. Al llegar a éste ya no se genera más energía por fusión nuclear, y la parte media de la estrella se desintegra en forma catastrófica por efecto de su propia gravedad. El colapso libera energía hacia las partes exteriores y origina la explosión mas violenta que se conoce en el universo: la supernova.

Después de la explosión, la supernova despide ondas de choque y nubes de gas. A partir de este gas se forma una nueva generación de estrellas, enriquecidas con elementos creados en las fusiones de la vieja estrella y elementos mas pesados creados en la tremenda explosión, y en el caso el Sol, de planetas en los que puede evolucionar la vida. Así, cada átomo de nuestro mundo se fusionó en el núcleo incandescente de una estrella gigante, que al explotar esparció los elementos necesarios para la formación de estrellas y planetas. Fue la primera generación de estrellas, estrellas gigantes, las cuales han desaparecido casi en su totalidad, y vivimos gracias a su legado. No todas las estrellas de la primera generación fueron así, pero estas son las que hicieron posible la creación de los planetas y de nosotros mismos.

De la supernova solo sobrevive el núcleo, de una extraordinaria densidad y de pocos kilómetros de diámetro. La enorme presión generada logra triturar absolutamente todo hasta convertirlo en neutrones, los que se concentran y compactan. Ha nacido una estrella de neutrones, la cual gira hasta 30 veces por segundo y emite señales de radio que se concentran en los polos magnéticos. Al barrer el espacio como el haz de la luz de un faro, los radioastrónomos captan esas señales en forma de pulsaciones, por ello, en su descubrimiento se los llamó púlsares.

Si la masa inicial es de 50 veces la del Sol, en vez de convertirse en una supernova, la inmensa fuerza de la gravedad hará que la estrella implosione sin remedio hasta convertirla en un agujero negro, donde ni siquiera la luz es capaz de escapar al intenso campo gravitatorio y donde el espacio y el tiempo se funden y contraen.

Durante la formación de una estrella como el Sol, los fragmentos de una nube de gas llegan a tardar un millón de años en contraerse hasta el tamaño del sistema solar. A medida que la nube se compacta, la liberación de energía gravitacional calienta el núcleo, el cual comienza a resplandecer. Un millón de años después de la condensación de la nube original, el Sol medía la mitad de su diámetro actual y su brillantez era de una vez y media la de la actual. En su núcleo se inician las reacciones termonucleares. La rotación obtenida al contraerse, aplanó la nube original y la cambió a un disco plano. El polvo y el gas del disco se aglutinaron en la periferia hasta formar protoplanetas.

30 millones de años después, el Sol alcanzó un estado semejante al que tiene ahora. Se inicia la transformación de hidrógeno en helio. Los protoplanetas crecieron lo suficiente para lograr atraer casi todas las partículas circundantes y convertirse así en planetas. El sistema se estabiliza y transcurren unos 4.600 millones de años así.

El hidrógeno de nuestra estrella se consumirá en unos 4.000 millones de años más. En ese momento, la combustión del hidrógeno se extenderá a las capas exteriores, las cuales se expandirán, como una gigante roja, absorbiendo en ese proceso a todos los planetas interiores. El helio que quedaba en el núcleo también se agotará, haciendo que el núcleo se contraiga y se caliente más, aunque no lo suficiente como para quemar elementos mas pesados. Las capas superiores del hidrógeno sin quemar se expandirán y formarán una nebulosa planetaria, y las capas inferiores darán lugar a una estrella enana blanca. Con el tiempo, la enana blanca se enfriará hasta convertirse en una enana negra, fría y densa, que no irradiará energía y será invisible.

Podemos resumir que la vida y nacimiento de una estrella cuenta con las siguientes etapa principales en su evolución:

1.- Una estrella comienza a formarse cuando una nube de gas y polvo se colapsa gravitatoriamente, aumentando así, su densidad, dando como consecuencia un calentamiento de la materia e imprimiendo giro a la masa de gas. Esta masa de gas se aplana.

2.- Se incian diversas reacciones nucleares en el seno de esa masa de gas. En algunas ocasiones, estas reacciones, hacen que salga expulsada del núcleo de dicha masa cierta cantidad de polvo sobrante, que es lo que formarán los planetas:

3.- La estrella entra en la secuencia principal, el hidrógeno empieza a transformase en helio, presentando un brillo uniforme y estable, dependiendo su brillo, tamaño, color y tiempo de vida de su masa inicial.

4.- Una vez agotado el hidrógeno, la estrella se hincha y el helio empieza a transformarse en carbono. Como la temperatura de su superficie disminuye, las capas externas de la estrella aparecen rojizas e infladas, denominándolas "gigantes rojas".

5.- La estrella sigue creciendo engunllendo los planetas que la orbitan y el carbono que se encuentra en su inferior empieza a transformar en hierro. Se las llama "supergigantes rojas".

6.- En su muerte, la estrella expulsa su parte gaseosa más externa y que con su interior o núcleo al descubierto. La materia expulsada da lugar a las nebulosas planetarias y una enana blanca en el centro de la misma.

7.- Este núcleo seguirá evolucionando, pero su final dependerá de la masa inicial de la estrella:

7a.- Estrellas con masa inferior a 9 o 10 veces la del sol: a nebulosa planetaria permanece mientras la enana blanca está lo suficientemente caliente como para ionizar el hidrógeno que es su componente principal (este periodo dura unos 10.000 años). Las enanas blancas se enfrían rápidamente al principio pero la tasa se ralentiza después. Una enana blanca no tiene fuentes de energía propias, por lo que su luminosidad procede de su energía térmica almacenada. Así, poco a poco se irá apagando hasta llegar a convertirse en una enana negra. No obstante, el tiempo necesario para ello es tan largo que ninguna enana blanca, ni siquiera las formadas al principio de la historia del universo, ha llegado hasta esa fase.

7b.- Estrellas con masas superiores a 9 o 10 masas solares: evolucionan a través de todas las fases de combustión hasta llegar al pico del hierro para agotar así toda la energía potencial nuclear de que disponen. Las últimas fases de quemado transcurren cada una más rápidamente que la anterior hasta llegar al quemado del silicio en hierro, el cuál tiene lugar en escalas de días. El núcleo incapaz de generar más energía no puede aguantar su propio peso ni el de la masa que tiene por encima de él por lo que se hunde sobre sí mismo. Durante la contracción gravitatoria final se producen una serie de reacciones que fabrican multitud de átomos más pesados que el hierro mediante procesos de captura de neutrones y de protones. Dependiendo de la masa de ese núcleo inerte el remanente que quedará será una estrella de neutrones o un agujero negro (cuando la masa supera las 30 masas solares). Cuando el remanente inicial sea una estrella de neutrones, una onda de choque se propagará por las capas exteriores, las cuales saldrán rebotadas hacia fuera. Dichas capas reciben además un excedente de energía de las reacciones nucleares producidas en el último estertor de la estrella, buena parte de él en forma de neutrinos. La conjunción de esos dos efectos da lugar a una supernova de colapso gravitatorio.

Tipos de sistemas

Aunque no se trate de algo que sea perceptible a simple vista, la mayoría de las estrellas forman parte de sistemas compuestos por dos o más elementos que se mantienen unidos entre sí gracias a una mutua acción gravitatoria. En este sentido el Sol, que no tiene compañera, es un tipo de estrella poco común. Sin embargo, no todas las estrellas que a simple vista o a través de un telescopio se ven muy próxima son binarias, así por ejemplo, las estrellas denominadas dobles ópticas se ven juntas y, sin embargo, no tienen nada que ver la una con la otra, una puede estar muy cerca de nuestro sistema y la otra muy alejada.

Sistemas aislados: No todas las estrellas mantienen lazos gravitatorios estables; la mayoría, lo mismo que el Sol, viajan solitarias, separándose mucho de la agrupación estelar en la que se formaron (hasta donde se sabe, nuestro sol podría haberse formado a media galaxia de distancia). Estas estrellas aisladas obedecen, tan solo, al campo gravitatorio global constituido por la superposición de los campos del total de objetos de la galaxia: agujeros negros, estrellas, objetos compactos y gas interestelar.

Sistemas binarios: Un sistema estelar de dos estrellas es conocido como estrella binaria, o estrella doble. Si no hay fuerzas de marea, ni perturbaciones producidas por otras fuerzas, ni transferencias de masa de una estrella a la otra, se trata de un sistema estable, y las dos estrellas trazan una órbita elíptica en torno al centro de masa del sistema de forma indefinida. Si el plano de órbita de estas estrella está alineado con nuestro sistema se convierten en binarias eclipsantes. Cuando una estrella pasa por delante de la otra, desde la Tierra, se observa una disminución de brillo de la estrella primaria (si es la compañera débil la que eclipsa a la brillante), o se observa un aumento de luminosidad si es a la inversa. Cuando las órbitas son estables, estos cambios de brillo se producen a intervalos regulares.

Sistema múltiples: Un sistema estelar con tres estrellas es una estrella triple, y existen sistemas más numerosos. Los sistemas con tres o más estrellas pueden ser inestables, y uno de los acontecimientos finales puede ser la expulsión de una o más estrellas del sistema. Los científicos encuentran mucha dificultad en modelizar tales sistemas, porque sus órbitas son a menudo caóticas. Una de las formas en las que los sistemas múltiples estelares pueden sobrevivir durante un largo plazo es cuando estrellas binarias forman a su vez sistemas binarios cuyos miembros se encuentran a mucha proximidad. En este caso, las dos estrellas cercanas se comportan como una única estrella en los extremos gravitacionales, y el sistema es estable. Cástor es un ejemplo de estrella de este tipo: dos binarias moviéndose estrechamente en órbita alrededor una alrededor de la otra, conformando un sistema cuádruple; otra binaria orbita alrededor de las primeras cuatro, llevando el total a seis. Tales sistemas estelares son algo comunes.

Estrellas variables

Las estrellas variables son estrellas que experimentan una variación en su brillo en el transcurso del tiempo. Algunas son muy conocidas y son el "prototipo" de una clase de variables, como Algol (Beta Persei), algólidas, Mira (Tau Ceti), tipo Mira, Delta Cephei , cefeidas...

Las estrellas variables de una constelación se denominan por el orden de descubrimiento si no tienen nombre propio. Si no es así se nombrarán con el alfabeto desde la R a Z, y si hay más se colocará doble letra: RR, RS, RT... ZZ. Si estas resultaran cortas, se haría el procedimiento de doble letra desde a la A a P, eliminando J. Esto hace un total de 334 estrellas, si hubiera más, se llamaría V, seguido del número de descubrimiento y el genitivo de la constelación.

Estas estrellas han sido muy útiles a los astrónomos ya que les ha permitido establecer la distancia a la que se encuentran algunas estrellas lejanas.

El diagrama Hertzprung-Russell es una representación estadística en la cual se clasifican las estrellas de acuerdo a su temperatura y a su luminosidad, ubicando estas propiedades en un plano de coordenadas. La luminosidad se dispone en el eje vertical, y la temperatura superficial y tipo espectral (y por lo tanto, su color) se coloca en el eje horizontal, en sentido decreciente de izquierda a derecha. Se observa que la mayor parte de las estrellas ocupan una zona diagonal del diagrama, la secuencia principal. Desde el punto de vista evolutivo, es la zona en las estrellas pasan la mayor parte de su vida, y allí permanecen mientras en su núcleo continúe la fusión de hidrógeno en helio. Las estrellas azules, de gran masa y luminosidad, se encuentran arriba y a la izquierda. Las amarillas, con luminosidad y temperatura medias (como nuestro Sol) se ubican en el centro, y las más rojas y pequeñas se posicionan abajo y a la derecha.


Ver listado de estrellas con nombre alfabéticamente o por constelación.

Las estrellas mas brillantes son (un "*" en tipo espectral significa que se trata de una estrella doble, indicando en este caso el tipo de la estrella mas brillante):

Estrella
Nombre
Magnitud
Ascensión Recta
Declinación
Tipo espectral
Distancia en años luz
Radios solares
alpha Cma Sirius 
-1,46 
06 45 8,9 
-16 42 58 
A1 V* 
8,6 
1,7
alpha Car Canopus 
-0,72 
06 23 57,2 
-52 41 44 
F0II 
74 
alpha Cen Rigil Kent 
-0,01 
14 39 36,2 
-60 50 07 
G2V+K1V 
4,3 
1,18
alpha Boo Arcturus 
-0,04 
14 15 39,6 
+19 10 57 
K1IIIbCN-1 
34 
25,1
alpha Lyr Vega 
0,03 
18 36 56,2 
+38 47 01 
A0V 
25,3 
2
alpha Aur Capella 
0,08 
05 16 41,3 
+45 59 53 
G8 
41 
13
beta Ori Rigel 
0,12 
05 14 32,2
-08 12 06 
B8 I* 
815 
63
alpha Cmi Procyon 
0,38 
07 39 18,1 
+05 13 30 
F5 IV 
11,4 
2
alpha Eri Archenar 
0,46 
01 37 42,9 
-57 14 12 
B3Vpe 
69 
5,0
alpha Ori Betelgeuse 
0,50 
05 55 10,3 
+07 24 25 
M2 I 
650 
226
beta Cen Hadar 
0,61 
14 03 49,4 
-60 22 22 
B1III 
320 
alpha Aql Altair 
0,77 
19 50 46,9 
+08 52,6 
A7V 
16,8 
1,6
alpha Tau Aldebaran 
0,85 
04 35 55,2 
+16 30 33 
K5 III 
60 
46
alpha Vir Spica 
0,98 
13 25 11,5 
-11 09 41 
B1 III + B2 V 
220 
6,6
alpha Sco Antares 
0,96 
16 29 24,4 
-26 25 25 
M1,5I* 
425 
510
beta Gem Pollux 
1,14 
07 45 18,9 
+28 01 34 
K0 III 
40 
10
alpha PsA Fomalhaut 
1,16 
22 57 39,0 
-29 37 20 
A3Va 
22 
1,5
alpha Cyg Deneb 
1,25 
20 41 25,8 
+45 16 49 
A2Iae 
1630 
beta Cru Mimosa 
1,25 
12 47 43,3 
-59 41 19 
B0,5III 
460 
alpha Leo Regulus 
1,35 
10 08 22,3 
+11 58 02 
B7V* 
69 
3,5
epsilon Cma Adhara 
1,50 
06 58 37,5 
-28 58 20 
B2II 
570 
alpha Cru Acrux 
1,58 
12 26 35,9 
-63 05 56 
B1* 
510 
alpha Gem Castor 
1,58 
07 34 35,9 
+31 53 18 
A1V* 
46 
1,7
gamma Cru Gacrux 
1,63 
12 31 09,9 
-57 06 47 
M3,5III 
120 
lambda Sco Shaula 
1,63 
17 33 36,4 
-37 06 13 
B1,5IV 
325 
6,6
gamma Ori Bellatrix 
1,64 
05 25 07,8 
+06 20 59 
B2III 
303 
8,1
beta Tau El Nath 
1,65 
05 26 17,5 
+28 36 27 
B7 III 
130 
5,2
beta Car Miaplacidus 
1,68 
09 13 12,1 
-69 43 02 
A2IV 
2,6
epsilon Ori Alnilam 
1,70 
05 36 12,7 
-01 12 07 
B0Iae 
31
alpha Gru Al Na'ir 
1,74 
22 08 13,9 
-46 57 40 
B7IV 
91 
3,6
epsilon Uma Alioth 
1,77 
12 54 01,7 
+55 57 35 
A0pCr 
49 
3
gamma Vel Regor 
1,78 
08 09 31,9 
-47 20 12 
WC8+O7,5e 
17
alpha Per Algenib 
1,79 
03 24 19,3 
+49 51 41 
F5Ib 
270 
55
alpha Uma Dubhe 
1,79 
11 03 43,6 
+61 45 03 
K0IIIa 
105 
delta Cma Al Wazor 
1,84 
07 08 23,4 
-26 23 35 
F8Ia 
650
300
epsilon Sgr Kaus Australis 
1,85 
18 24 10,3 
-34 23 05 
B9,5III 
160 
epsilon Car Avior 
1,86 
08 22 30,8 
-59 30 34 
K0II* 
330 
70
eta Uma Alkaid 
1,86 
13 47 32,3 
+49 18 48 
B3V 
3,9
theta Sco Sargas 
1,87 
17 37 19,0 
-42 59 52
F1II 
140 
40
beta Aur Menkalinam 
1,90 
05 59 31,7 
+44 56 51 
A2IV 
84 
2,5
alpha Tra Atria 
1,92 
16 48 39,9 
-69 01 40 
K2 II 
130 
37
gamma Gem Alhena 
1,93 
06 37 42,7 
+16 23 57 
A0IV 
78 
3
alpha Pav Peacock 
1,94 
20 25 38,8 
-56 44 07 
B2IV
160 
5
delta Vel Koo She 
1,96 
08 44 42,2 
-54 42 30 
A1 V 
70 
1,89
beta Cma Murzim 
1,98 
06 22 41,9 
-17 57 22 
B1II-II 
300 
9
alpha Hya Alphard 
1,98 
09 27 35,2 
-08 39 31 
K3III 
200 
37
alpha Ari Hamal 
2,00 
02 07 10,3 
+23 27 45 
K2IIIabCa-I 
74
21,4
alpha Umi Polaris 
2,02 
02 31 50,5 
+89 15 51 
F7:Ib-IIv 
470 
19,5
sigma Sgr Nunki 
2,02 
18 55 15,8 
-26 17 48 
B2,5V 
160 
4,5
beta Cet Diphda 
2,04 
00 43 35,3 
-17 59 12 
K0III 
57 
14
zeta1 Ori Alnitak 
2,05 
05 40 45,5 
-01 56 34 
O9,5Ibe* 
400 
20
alpha And Sirrah 
2,06 
00 08 23,2 
+29 05 26 
B8IVpMnHg 
120 
3,6
beta And Mirach 
2,06 
01 09 43,9 
+35 37 14 
M0IIIa 
76 
21,8
gamma1 And Alamach 
2,06 
02 03 53,9 
+42 19 47 
K3-IIb* 
400 
83,2
theta Cen Menkent 
2,06 
14 06 40,8 
-36 22 12 
K0IIIb 
56 
8,9
kappa Ori Saiph 
2,06 
05 47 45,3 
-09 40 11 
B0,5Iav 
550 
38
alpha Oph Ras Alhague 
2,08 
17 34 56,0 
+12 33 36 
A5III 
67 
3,15
beta Umi Kochab 
2,08 
14 50 42,2 
+74 09 20 
K4 III 
120 
37
beta Gru Al Dhanab 
2,10 
22 42 40,0 
-46 53 05 
M5III 
270 
beta Per Algol 
2,12 
03 08 10,1 
+40 57 21 
B8V 
100 
3,16
beta Leo Denebola 
2,14 
11 49 03,5 
+14 34 19 
A3V 
42 
1,8
gamma Cen Koo Low 
2,17 
12 41 30,9 
-48 57 34 
A1IV 
130 
gamma Cyg Sadr 
2,20 
20 22 13,6 
+40 15 24 
F8Ib 
470 
30,9
lambda Vel Suhail 
2,21 
09 07 59,7 
-43 25 12 
K4 Ib-II 
220 
alpha Cas Schedir 
2,23 
00 40 30,4 
+56 32 15 
K0IIIa 
230 
40,7
alpha Crb Gemma 
2,23 
15 34 41,2 
+26 42 53 
A0V 
67 
2,7
gamma Dra Etamin 
2,23 
17 56 36,3 
+51 29 20 
K5III 
148 
23,6
delta Ori Mintaka 
2,23 
05 32 00,3 
-00 17 57 
B0* 
600 
16
beta Cas Caph 
2,25 
00 09 10,6 
+59 08 59 
F2III 
45 
2,0
iota Car Tureis Aspidiske
2,25 
09 17 05,4 
-59 16 31 
A8Ib 
??? 
192
zeta Pup Naos 
2,25 
08 03 35,0 
-40 00 11 
O5Iaf 
800
16
zeta Uma Mizar 
2,27 
13 23 55,5 
+54 55 31 
A2VpSrSi* 
190 
1,6
epsilon Sco Wei 
2,29 
16 50 09,7 
-34 17 36 
K2,5III 
69 
16
alpha Lup 
2,30 
14 41 55,7 
-47 23 17 
B1,5III 
130 
epsilon Cen 
2,30 
13 39 53,2 
-53 27 59 
B1III 
eta Cen 
2,31 
14 35 30,3 
-42 09 28 
B1,5Vne 
delta Sco Dschubba 
2,32 
16 00 19,9 
-22 37 18
B0,3IV 
beta Uma Merak 
2,37 
11 01 50,4 
+56 22 56 
A0V 
76 
2,5
alpha Phe Ankaa 
2,39 
00 26 17,0 
-42 18 22 
K0III 
76 
10,2 
epsilon Peg 
2,39 
21 44 11,1 
+09 52 30 
K2Ib 
26,5
kappa Sco 
2,41 
17 42 29,1 
-39 01 48
B1,5III 
6,9
beta Peg Scheat 
2,42 
23 03 46,4 
+28 04 58 
M2,5II-III 
38,7
alpha Cep Alderamin 
2,44 
21 18 34,7 
62 35 08 
A7V 
49 
2
gamma Uma Phecda 
2,44 
11 53 49,8 
+53 41 41 
A0Ve 
88 
2,4
eta Cma Aludra 
2,45 
07 24 5,6 
-29 18 11 
B5Ia 
270 
60
epsilon Cyg 
2,46 
20 46 12,6 
+33 58 13 
K0III 
13,2
gamma Cas Cih 
var, (2,47) 
00 56 42,4 
+60 43 00 
B0IVe 
200 
23
alpha Peg Markab 
2,49 
23 04 45,6 
+15 12 19 
B9V 
2
kappa Vel Cih 
2,50 
09 22 06,8 
+55 00 38 
B2 IV 
6,9
Los nombres de las estrellas proceden tanto de los griegos tales como Sirio, Procyon, Polux, Castor, Régulo, Polaris, Arturo, Canopo, las Pléyades, como de los árabes como los nombres de Alcor, Mizar, Vega, Aldebarán, Deneb, Rigel, Algol, Betelgeuse, y unos centenares de nombres más. Ante la imposibilidad de dar nombre a la enorme cantidad de estrellas se planteó la idea de dar otro sistema de nomenclatura que resultase más útil para los astrónomos. En 1603 el alemán Johannes Bayer publicó una obra denominada Uranometría, un atlas de mapas estelares en el que se indicaban las estrellas de cada constelación utilizando letras del alfabeto griego al que seguía el genitivo del nombre latino de la constelación a la que pertenece.

Bayer estableció un orden de brillo dentro de cada constelación, de modo que llamó a a la estrella más brillante, b a la que le seguía en brillo, g a la siguiente, y así sucesivamente. El inconveniente de esta nomenclatura es que el alfabeto griego só lo consta de 24 letras, mientras que, por término medio, hay unas 70 estrellas visibles por constelación. Cuando las letras del alfabeto griego resultaban insuficientes para una constelación Bayer recurrió al empleo de las letras minúsculas del alfabeto latino, complicando el método empleado.

Tras la aparición del telescopio se demostró la existencia de un número mayor de estrellas, y se planteó de nuevo el problema de su denominación. En 1712, el astrónomo inglés John Flamsteed, hizo el primer catálogo con la ayuda del telescopio, denominado Historia Coelestis Britannica, recurrió al empleo de los números en vez de letras, asignó un número a cada estrella según el orden en que llegaba al meridiano. Con el tiempo se perfeccionaron los telescopios, observándose ya millones de estrellas en cada constelación, a las estrellas se las distingue, no por su nombre, ni letras, ni números, sino por la posición que ocupan en la esfera celeste, esto es, por su ascensión recta y declinación. Aún así, es común ver en las cartas celestes y en los planisferios la denominación usando las letras griegas, por orden de brillo, aquí incluyo el alfabeto griego:











Fuentes: Cielo del mes