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28 de octubre de 2014

El Universo podría ser más viejo de lo que parece

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El estudio de una vieja estrella, cuya edad se data en 14.460 millones de años, ha llevado a los científicos a determinar que el Universo (datado actualmente en 13.817 millones de años) podría ser más viejo de lo que se creía 

El estudio de la estrella «Matusalén», cuya edad se data en 14.460 millones de años, ha llevado a los científicos a determinar que el Cosmos es más antiguo

El estudio de una vieja estrella, cuya edad se data en 14.460 millones de años, ha llevado a los científicos a determinar que el Universo (datado actualmente en 13.817 millones de años) podría ser más viejo de lo que se creía.

El astro, llamado HD 140283 o «estrella Matusalén», se encuentra a 190 años luz de la Tierra en la constelación de Libra y ha dejado a los investigadores «perplejos». Se trata de una rara estrella sub-gigante y pobre en metales, que fue descubierta desde hace un siglo como una estrella de alta velocidad, aunque su presencia en el vecindario del Sistema Solar y su composición ponían en duda esta teoría.

En el artículo, publicado en «International Journal of Exergy», los científicos revelaron que, en última instancia, los márgenes de error en la estimación de la edad de la estrella eran mucho más anchos de lo que la investigación original (la de su descubrimiento) sugería.

Estos márgenes de error podrían rejuvenecerla, pero aún así seguiría siendo uno de los objetos estelares más antiguos conocidos en el Universo, aunque dentro de los límites del tiempo desde el Big Bang. Pero esto plantea preguntas como si existe alguna posibilidad de que esta estrella fuera tan antigua como sugieren las mediciones originales.
«Disipador térmico»

Uno de los autores, Birol Kilkis, cree que sí. Este científico introdujo en 2004 el Modelo de Radiación del Universo (RUM), que sugiere que la exergía (una propiedad termodinámica que permite determinar el potencial de trabajo útil de una determinada cantidad de energía) fluye desde el Big Bang, hasta lo que él llama un «disipador térmico» de tamaño infinito en el cero absoluto (0ºK) lejano, lejano en el futuro.

Usando el modelo RUM, Kilkis calcula la edad del Universo en 14.885 +/- 0,040 mil millones de años, lo cual es ligeramente mayor que la estimación de fondo de microondas (los restos dejados por el Big Bang), pero se adapta fácilmente a la edad original de HD 140283.

La teoría RUM de Kilkis sugiere que la expansión del Universo se ha acelerado 4.400 millones años después del Big Bang, que bien puede adaptarse a la idea de la energía oscura.
 
 
Fuentes: ABC.es

24 de agosto de 2014

Investigadores japoneses hallan una posible huella de las primeras estrellas del universo


Reproducción artística del Observatorio Astronómico de Japón.
  • Estaría formada por estrellas gigantes, con masas cientos de veces la del Sol
  • Podrían explotar y expulsar material que incluiría elementos pesados
Investigadores del Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) pueden haber encontrado el rastro de una población estelar hipotética conocida como población III, las primeras estrellas del universo.

La teoría predecía que esta primera generación estelar estaría formada por estrellas gigantes, con masas cientos de veces la del Sol, que habrían colapsado en supernovas particularmente violentas.

Ahora un equipo de científicos liderados desde el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) informa en Science que una estrella en principio muy pobre en metales conocida como SDSS J0018-0939, probablemente fue enriquecida con elementos como el hierro por una supernova de este tipo, por lo que lleva la huella impresa de una población estelar III. Así lo revelan los datos recogidos del Sloan Digital Sky Survey de EE.UU. y el telescopio japonés Subaru, informa Sinc.

En la imagen se muestra como las estrellas masivas y luminosas de primera generación del universo podrían formar un grupo o clúster. Entre ellas, las más masivas, con más de cien veces la masa del Sol, podrían explotar y expulsar material que incluiría elementos pesados​​, especialmente el hierro.


Fuentes: Rtve.es

14 de agosto de 2014

Dos galaxias muy lejanas confirman que sus estrellas se formaron en distintas fases

Centro de NGC 1569 observado por el Telescopio Espacial Hubble.
ESA, NASA y P. Anders
  • Las estrellas se formaron hace 100 y dos millones de años
  • Anteriormente se pensaba que las estrellas se formaban de manera continua
  • El estudio se ha realizado con las observaciones del Gran Telescopio Canarias
Dos galaxias primitivas muy próximas entre sí y que interactúan con una tercera, han tenido al menos dos brotes de formación estelar, es decir, la formación de sus estrellas no ha sido continua. El primero ocurrió hace 100 millones de años y otro muy reciente, hace tan solo dos millones de años.

Ambas datan de hace 12.550 millones de años, siendo la edad actual del universo de 13.700 millones de años.

Así lo han podido confirmar investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de La Laguna (ULL), quienes las han analizado con el espectrógrafo Osiris del Gran Telescopio Canarias (GTC), en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma).

 
Espectro bidimensional (arriba) y espectros de cada una de las galaxias (paneles central e inferior) del estudio.
Rodríguez Espinosa et al. 2014, MNRAS



Primeras estructuras del universo

El objetivo de este estudio, publicado en la revista MNRAS Letters, era comprender cómo se formaron las primeras estructuras en el universo a través de las galaxias más lejanas, según ha informado el IAC.

SHARDS, un proyecto ESO/GTC aprobado en 2009, pretende detectar decenas de miles de galaxias a diferentes distancias y, tras estudiarlas con detalle, comprender en mayor profundidad cómo se han formado las galaxias a lo largo de la vida del universo.

“El proyecto SHARDS puede, no obstante, usarse para encontrar galaxias con líneas de emisión. De entre ellas, hemos seleccionado dos galaxias muy próximas que parecen estar interaccionando entre sí e, incluso, con una tercera”, explica José Miguel Rodríguez Espinosa, investigador del IAC/ULL y primer autor del artículo publicado. 


Formación de estrellas episódica

A estas galaxias, muy difíciles de observar, se las reconoce porque las líneas espectrales de sus elementos químicos aparecen muy desplazadas hacia el rojo.

El espectrógrafo OSIRIS del GTC ha permitido confirmar, en tan solo dos horas, un desplazamiento al rojo de ambas galaxias en torno a z= 5,07, mediante la detección de su emisión en Lyman-alfa, la radiación que emite el hidrógeno cuando es ionizado por fuentes muy energéticas, como son las estrellas masivas y jóvenes.

La emisión Lyman-alfa es uno de los pocos trazadores disponibles para el estudio de las primeras galaxias que se formaron en la historia del universo debido a su desplazamiento al rojo cosmológico.

La combinación de los datos espectroscópicos con fotometría multibanda -del rango ultravioleta al visible- ha revelado también la presencia de dos poblaciones de estrellas distintas en cada una de las galaxias: una población muy joven, con poca masa en su conjunto, más una población vieja, responsable de la mayor parte de la masa de las galaxias observadas.

“Es la primera vez que se detecta formación estelar episódica en galaxias muy primitivas, aunque aún queda pendiente comprobar si este modo de formación estelar es común en galaxias lejanas o se debe a que las galaxias observadas se encuentran en un proceso de interacción”, ha subrayado Rodríguez Espinosa. 


Arqueología astronómica

El modelo teórico más aceptado que explica cómo se formaron las galaxias ('modelo jerárquico') establece que las más grandes se formaron como resultado de la fusión de galaxias más pequeñas.

En estos violentos procesos siempre se producen intensos brotes de formación estelar, tras los que se generan nuevas galaxias, más grandes y masivas que sus progenitoras.

En las últimas décadas, se ha progresado mucho en el estudio de estas galaxias lejanas gracias a una mejor instrumentación en los grandes telescopios y a nuevas técnicas de observación.

Sin embargo, una pregunta clave que aún faltaba por desvelar es cómo era la producción de estrellas en esas galaxias primigenias. La mayor parte de los estudios asume que las estrellas se formaban de manera continua, consumiendo paulatinamente el gas de la galaxia y convirtiéndolo en estrellas.

En el presente estudio también han participado investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), de la Universidad de Ginebra, la empresa pública GRANTECAN, el Instituto de Astrofísica de Cantabria (CISC-UC) y la Universidad de Bochum.



Fuentes: Rtve.es

6 de agosto de 2014

La sonda Rosetta llega con éxito a la órbita del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko


  • La sonda Rosetta está a 100 km del cometa al que va a estudiar
  • Tiene previsto continuar acercándose hasta posarse en él en noviembre
  • La misión Rosetta de la Agencia Espacial Europea lleva 10 años en marcha

"La maniobra de aproximación se ha realizado con éxito". Así ha anunciado uno de los técnicos de Control de Vuelo de Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) la culminación de las maniobras de acercamiento de la sonda al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, al que persigue desde hace diez años con el objetivo de estudiar en él los orígenes de la Tierra y del Sistema Solar. Y es que la sonda la sonda ha ido completando una serie de nueve maniobras orbitales desde que despertó de su hibernación el pasado 20 de enero. La décima, que ha tenido lugar este miércoles, ha consistido en ubicarse en la órbita del cometa 67P, a 100 kilómetros de él, reduciendo su velocidad a 1m/s. Esta fase crucial de operaciones de la misión de la sonda de la ESA finalizará en noviembre, mes en el que está previsto que Philae, una sonda que lleva adosada Rosetta, se enganche al cometa poder estudiar la composición y estructura del 67P. Ahora el cometa 67P y Rosetta se encuentran a 405 millones de kilómetros de la Tierra, a medio camino entre las órbitas de Júpiter y Marte, avanzando velozmente -a casi 55.000 kilómetros por hora- hacia el Sistema Solar interior.

Próximas maniobras de Rosetta

Al final de este miércoles, antes de las 20 hora peninsular española, la ESA espera tener todos los datos necesarios de las dinámicas de vuelo y de los instrumentos de Rosetta que indiquen que está preparada para continuar con los siguientes pasos de la misión.




Tras esta primera aproximación, la sonda Rosetta completará hasta el 13 de agosto dos trayectorias triangulares de 100 kilómetros de longitud. Está previsto que el próximo 20 de agosto la sonda se acerque a 80 km del cometa, y cuatro días después hasta 50 km, según ha informado la ESA.

En ese momento Rosetta llevará a cabo una 'fase de mapeo global' del cometa a una altitud de unos 30 km para empezar a conocer el entorno en el que está previsto que aterrice la sonda. Ya en octubre, la sonda observará el cometa desde una distancia de 10 km.

Conocer el origen de la Tierra

Durante la retransmisión de la ESA de la operación, el director científico y de Exploración robótica de la ESA, el astrofísico español, Álvaro Giménez, ha comentado que la llegada de Rosetta a la órbita del cometa 67P "es muy importante" y significa que están "preparados para analizarlo y entenderlo".

Además, ha confesado que cuantos más datos llegan del cometa se generan "más nuevas preguntas que respuestas".

Ha puesto como ejemplo el reciente descubrimiento de que la superficie del 67P está formada por polvo y no hielo según la primera toma de temperatura. "No es tan frío como si estuviera formado hielo", ha indicado Giménez.

Cuando Rosetta llegue al 67P estudiará la estructura y composición del núcleo del cometa -formado por hielo y polvo- para confirmar si son las mismas características de los bloques que formaron los planetas hace 4.000 millones de años y, por tanto, el origen del Sistema Solar.

Para ello, las cámaras que lleva adosadas Philae estudiarán la superficie con una resolución de aproximadamente 10 centímetros y se hará una tomografía del núcleo.

Asimismo, buscan contrastar varias hipótesis. Por un lado, saber si el agua llegó a la Tierra por el choque de muchos cometas. Para ello, Philae tomará muestras y las analizará en su laboratorio interior in situ para compararlas con el agua de los océanos.

Otra hipótesis que buscan confirmar es saber si podrían haber caído en nuestro planeta las moléculas orgánicas que formaron la vida procedentes de los cometas, para lo queestudiarán la composición del cometa 67P.


Fuentes: Rtve.es

9 de julio de 2014

Kepler 10c, La primera "Mega Tierra"

El descubrimiento de este nuevo mundo 17 veces mayor que la Tierra ha causado sorpresa entre los astrónomos



El descubrimiento de Kepler 10c ha derribado un nuevo mito gracias a su tamaño y composición. Con una masa equivalente a la de 17 tierras, por lo que se sabe hasta hoy, nunca debería haberse formado como un ente sólido y rocoso, sino como un gigante gaseoso similar aJúpiter o Neptuno.

En el videoblog sobre estas líneas, José Manuel Nieves explica la posible formación de este planeta que se incluye en la categoría de las «megatierras».



Fuentes: ABC.es

6 de julio de 2014

El universo



Representación artística de la Vía Láctea
Crédito: NASA















 


Representación artística del Sistema Solar
Crédito: NASA









¿Dónde estamos?

Nuestro pequeño planeta, inmerso en el espacio, que gira alrededor de una estrella común, se encuentra en el brazo (brazo de Orión) de una enorme galaxia espiral, la Vía Láctea, una más de las innumerables que se encuentran distribuidas por el universo. Cerca de la Tierra se encuentran otros planetas, planetas enanos, satélites, asteroides y cometas, todos ellos orbitando nuestro Sol, atrapados por su potente fuerza de atracción gravitatoria, formando lo que llamamos el Sistema Solar.


Alrededor de nuestro sistema estelar, a miles de años luz de distancia, se encuentran millones y millones de estrellas de todo tipo, enanas, supergigantes, agujeros negros, púlsares, estrellas múltiples ...; hay lugares donde nacen las estrellas y otros donde quedan los restos de las muertes de otras, como las nebulosas; y existen lugares donde parecen congregarse las estrellas, como los cúmulos. Todo este impresionante conjunto forma nuestra galaxia, la Vía Láctea. Se piensa que nuestra galaxia puede albergar unos 100.000 millones de estrellas.

La Vía Láctea se encuentra en un grupo de galaxias, el llamado Grupo Local, formado por unas 30 galaxias, divididas en 3 grandes grupos, uno por cada galaxia masiva del grupo:

- El Sistema de Andrómeda, que lo integran la propia Andrómeda (M31), M32, M110, NGC 147, NGC 185, Andrómeda I, Andrómeda II, Andrómeda III y Andrómeda IV.

- El Sistema de la Vía Láctea, integrado por la Vía Láctea, Enana de Sagitario, Gran Nube de Magallanes, Pequeña Nube de Magallanes, Enana de Ursa Minor, Enana de Draco, Enana de Carina, Enana de Sextans, Enana de Sculptor, Enana de Formas, Leo I, Leo II y Enana de Tucana.

- El Sistema del Triángulo, integrado por M33 y Enana de Piscis.




Galaxia NGC 4038-4039
Crédito: NASA , ESA , and the Hubble Heritage Team ( STScI / AURA )- ESA /Hubble Collaboration


















Galaxia espiral del Triángulo (M33)
Crédito: NASA 
















A su vez, este cúmulo de galaxias, queda integrado dentro del Supercúmulo de Virgo, el cual está formado por unos 10 grupos o cúmulos de galaxias. Se estima que pueden existir unos 10 millones de supercúmulos en el universo.

Cómo comenzó

Se cree que todo comenzó hace unos 15.000 millones de años, cuando todo el material del universo se encontraba concentrado en un solo punto. Las investigaciones indican que hubo una gran explosión, el llamado Big Bang, y desató el inicio de la formación del universo. En los primeros instantes de la explosión el universo se convierte en una inmensa bola de fuego que aumenta de tamaño a muchísima velocidad y con una temperatura de miles de millones de grados. Aproximadamente un minuto después de la explosión, el universo se ha convertido en un enorme reactor termonuclear y se comienzan a formar los primeros núcleos de helio a partir de los de hidrógeno. Es necesario que transcurran miles de años para que la temperatura descienda lo suficiente para que se puedan formar los átomos, es entonces cuando la materia comienza a agruparse por la fuerza de la gravedad y surgen las primeras estrellas. Se necesitarán aún miles de millones de años para que, gracias a la formación de inmensas nubes de gas, compuestas primordialmente de hidrógeno y helio, y por su propia gravitación, comiencen a aparecer las primeras galaxias.


Evolución del universo y de las galaxias
Crédito: NASA, ESA y A. Feild (STScl)




Galaxias espirales, NGC 2207 y 2163 interactuando
Crédito: NASA, ESA, Hubble Heritage Team (STScl) 

No se conoce la forma exacta del mecanismo de la formación de una estrella, pero de alguna manera el gas se empieza a aglutinar en diferentes puntos bajo el efecto de su propia gravedad, formando nubes cada vez más densas. Un núcleo denso, que podría ser unas 60 veces mayor que el sol, la protoestrella, empieza a formase rodeado por un halo de gas. Debido al aumento de presión, cada vez mayor, y tras unos 50.000 años, el centro de la protoestrella se vuelve tan caliente que da principio la combustión nuclear y se inicia la transformación de átomos de hidrógeno en átomos de helio. Ha nacido una estrella.

La fuerza de expansión de la energía liberada en esta transformación contrarresta la fuerza de la gravedad de la estrella, lo que impide que se colapse totalmente y se estabilice. Al cabo de unos 10 millones de años se acaba el hidrógeno del núcleo. Al no existir una fuerza que contrarreste a la gravedad, éste se contrae y calienta aún más. Al mismo tiempo, el hidrógeno restante, en una corteza exterior, continúa fusionándose y se convierte en helio; la estrella se expande hasta llegar a ser una gigante roja. El núcleo se calienta al grado de poder convertir, por fusión, el helio en carbono. En fusiones sucesivas, el carbono da origen a elementos mas pesados, hasta llegar al hierro. Al llegar a éste ya no se genera más energía por fusión nuclear, y la parte media de la estrella se desintegra en forma catastrófica por efecto de su propia gravedad. El colapso libera energía hacia las partes exteriores y origina la explosión mas violenta que se conoce en el universo: la supernova.


Supernova 1994D en Galaxia NGC 4526 (abajo-izquierda)
Crédito: NASA, ESA, The Hubble Key Project Team, and The High-Z Supernova Search Team 





Después de la explosión, la supernova despide ondas de choque y nubes de gas. A partir de este gas se forma una nueva generación de estrellas, enriquecidas con elementos creados en las fusiones de la vieja estrella y elementos mas pesados creados en la tremenda explosión, y en el caso el Sol, de planetas en los que puede evolucionar la vida. Así, cada átomo de nuestro mundo se fusionó en el núcleo incandescente de una estrella gigante, que al explotar esparció los elementos necesarios para la formación de estrellas y planetas. Fue la primera generación de estrellas, estrellas gigantes, las cuales han desaparecido casi en su totalidad, y vivimos gracias a su legado. No todas las estrellas de la primera generación fueron así, pero estas son las que hicieron posible la creación de los planetas y de nosotros mismos.

De la supernova solo sobrevive el núcleo, de una extraordinaria densidad y de pocos kilómetros de diámetro. La enorme presión generada logra triturar absolutamente todo hasta convertirlo en neutrones, los que se concentran y compactan. Ha nacido una estrella de neutrones, la cual gira hasta 30 veces por segundo y emite señales de radio que se concentran en los polos magnéticos. Al barrer el espacio como el haz de la luz de un faro, los radioastrónomos captan esas señales en forma de pulsaciones, por ello, en su descubrimiento se los llamó púlsares.

Si la masa inicial es de 50 veces la del Sol, en vez de convertirse en una supernova, la inmensa fuerza de la gravedad hará que la estrella implosione sin remedio hasta convertirla en un agujero negro, donde ni siquiera la luz es capaz de escapar al intenso campo gravitatorio y donde el espacio y el tiempo se funden y contraen.



Visión artística de un agujero negro
Crédito: NASA, G. Bacon (STScl) 


Nuestro sistema

Durante la formación de una estrella como el Sol, los fragmentos de una nube de gas llegan a tardar un millón de años en contraerse hasta el tamaño del sistema solar. A medida que la nube se compacta, la liberación de energía gravitacional calienta el núcleo, el cual comienza a resplandecer. Un millón de años después de la condensación de la nube original, el Sol medía la mitad de su diámetro actual y su brillantez era de una vez y media la de la actual. En su núcleo se inician las reacciones termonucleares. La rotación obtenida al contraerse, aplanó la nube original y la cambió a un disco plano. El polvo y el gas del disco se aglutinaron en la periferia hasta formar protoplanetas.

30 millones de años después, el Sol alcanzó un estado semejante al que tiene ahora. Se inicia la transformación de hidrógeno en helio. Los protoplanetas crecieron lo suficiente para lograr atraer casi todas las partículas circundantes y convertirse así en planetas. El sistema se estabiliza y transcurren unos 4.600 millones de años así.

El hidrógeno de nuestra estrella se consumirá en unos 4.000 millones de años más. En ese momento, la combustión del hidrógeno se extenderá a las capas exteriores, las cuales se expandirán, como una gigante roja, absorbiendo en ese proceso a todos los planetas interiores. El helio que quedaba en el núcleo también se agotará, haciendo que el núcleo se contraiga y se caliente más, aunque no lo suficiente como para quemar elementos mas pesados. Las capas superiores del hidrógeno sin quemar se expandirán y formarán una nebulosa planetaria, y las capas inferiores darán lugar a una estrella enana blanca. Con el tiempo, la enana blanca se enfriará hasta convertirse en una enana negra, fría y densa, que no irradiará energía y será invisible.




Nebulosa Planetaria
Crédito: NASA, Raghvendra Sahai, John Trauger (JPL), and the WFPC2 Science Team 



















Visión artística de una enana blanca, Sirio B
Crédito: NASA, ESA y G. Bacon (STScl) 











Nacimiento de un planeta

De una forma similar a las estrellas se forman los planetas, pues se forman a partir de las mismas nubes de gas y polvo, con la diferencia de que se trata de objetos en los que no se desarrollan procesos de fusión nuclear. El comienzo de su creación parte de los discos de gas y polvo que se han observado alrededor de algunas estrellas recién formadas, discos en los que las partículas se atraen unas a otras y se fusionan en objetos que cada vez tienen un mayor tamaño. Con el incremento de masa, se aumenta cada vez más rápidamente su fuerza de atracción sobre los objetos circundantes, terminando por "limpiar" la vecindad de su órbita.



Anillo de polvo alrededor de Fomalhaut. Estas observaciones se consideran la evidencia de la presencia de un planeta gigante modelando la densidad de polvo en el anillo de material observado.
Crédito: NASA , ESA , P. Kalas and J. Graham (University of California, Berkeley) and M. Clampin ( NASA /GSFC) 







Ilustración del supuesto planeta que orbita Fomalhaut por el interior del anillo, con estrellas y constelaciones de fondo, incluido el Sol en la constelación de Leo.
Crédito: NASA , ESA and A. Feild ( STScI ) 







En nuestro sistema contamos con ocho planetas, cuatro de tipo telúrico o rocosos (Mercurio, Venus, la Tierra y Marte) y otros cuatro de tipo joviano, esencialmente gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno).

Desde el año 1955, cuando se descubrió el primer planeta extrasolar (exoplaneta) orbitando la estrella 51 Pegasi b, la cifra ha ascendido a mas de 200 planetas, que en su mayoría corresponden con planetas gigantescos del tipo joviano y en algunos casos corresponden con sistemas planetarios múltiples (mas de un planeta orbitando una misma estrella, siendo el primer sistema múltiple detectado el de Upsilom Andromedae), aunque esto es normal, pues son los más fáciles de detectar con los medios técnicos disponibles. El planeta con una masa mas parecida a nuestra Tierra es OGLE-2005-BLG-390L b, orbitando a una estrella en la constelación de Sagitario, con unas 5,5 veces la masa de la Tierra.



Visión artística del exoplaneta OGLE-2005-BLG-390L b
Crédito: NASA y ESA 











Como evolucionan las estrellas

Como será una estrella y su final depende casi en exclusiva de la masa que tenía la nube de gas que se compactó para crearla. Si la nube original no tuviera la masa suficiente para iniciar procesos termonucleares del hidrógeno, se parecerían mas a un planeta gaseoso como Júpiter. A estas estrellas se las denomina enanas marrones. Objetos con una masa inferior a 80 veces la masa de Júpiter exhiben este comportamiento.




Objeto candidato a enana marrón (B), CHXR 73 B. orbitando alrededor de una enana roja (A)
Crédito: NASA, ESA y K. Luhman (Penn State University)













Si la masa inicial está por debajo de 0,5 veces la del Sol, solo conseguirán quemar el hidrógeno, convirtiéndose en enanas blancas de helio, con una vida en torno a los 50.000 millones de años. Son los objetos más longevos del universo.

Si la masa está entre 0,5 y 10 veces la del Sol, al agotar el hidrógeno serán capaces de calentarse lo suficiente como para iniciar la combustión del helio, acabando sus días como enanas blancas de carbono y oxígeno; y formando una nebulosa planetaria. Es el caso de nuestra estrella.

Si la masa es superior a 11 veces la del Sol, evolucionan a través de todas las fases de combustión hasta llegar al hierro y agotar así toda la energía potencial nuclear de que disponen. El final de estas estrellas será el inmenso estallido de una supernova, dejando como remanente una estrella de neutrones.

Mas allá de las 50 masas solares, la gravedad es tan excesiva que no hay nada que pueda contrarrestar el colapso total de la estrella, convirtiéndose en un agujero negro.


Como acabará

Desde el gran estallido original, Big Bang, el universo se sigue expandiendo, y las últimas mediciones indican que cada vez lo hace a mayor velocidad. Al mismo tiempo, toda la materia del universo se atrae la una a la otra por efecto de la gravedad. Esta fuerza podría ser capaz de detener la expansión, incluso de invertirla, todo dependerá de la cantidad de materia que exista, y esta es la gran incógnita, pues solo somos capaces de ver aproximadamente el 1% del total. El 99% restante la materia se cree que está ubicada en los inmensos halos que rodean a las galaxias, pero no la podemos ver ni medir, a esta materia es a la que se denomina materia oscura.



Posibles escenarios para el universo
Crédito: NASA y A. Feild (STScl) 


Dependiendo de la cantidad de materia total se vierten dos hipótesis:

La primera se basa en que la masa total existente no será suficiente para detener la expansión, abocando al universo a una expansión infinita, en la que las estrellas terminarán por consumir el total del combustible disponible y se terminarán apagando. Se trata de un universo oscuro, frío y yelmo. Se trata del Big Rip o Gran Desgarramiento, en la que la gravedad se llega a hacer tan débil que primero los sistemas solares perderían su cohesión, se difuminarían las estrellas y los planetas y al final terminarían destruyéndose los átomos, llegando el fin del tiempo, el cual se ha estimado en unos 35.000 millones de años.

La segunda es todo lo contrario. Si la masa disponible en el universo es suficiente para detener la expansión e invertirla, donde el universo volvería a comprimirse hasta colapsarse en una singularidad dentro de unos 20.000 millones de años, se trata del Big Crunch o la Gran Implosión. Este colapso podría volver a originar un nuevo Big Bang. 



Fuentes: El cielo del mes

26 de mayo de 2014

Ecos del Big Bang



Hace poco los cimientos de la cosmología temblaron tras el anuncio de que el telescopio de microondas BICEP2, instalado en el Polo Sur, había localizado huellas de algo denominado ondas gravitacionales primordiales.

Estas ondas podrían ser una prueba que confirmaría la teoría conocida como la inflación cósmica. Para los que estudian el Big Bang es una buena noticia.




Paul McNamara, científico de la ESA en la misión LISA:

“BICEP 2 ha encontrado la firma de las ondas gravitacionales primordiales. Para mí esta es una de las grandes cuestiones sin respuesta de la toda la ciencia. ¿Hubo inflación? Y si la hubo, ¿vienen de ahí las ondas gravitacionales? Parece que la respuesta es que sí”.

Einstein ya predijo que las ondas gravitacionales, una especie de ondas en el espacio-tiempo – tenían que existir. Los descubrimientos en el Polo Sur parecen confirmar su teoría.

El anuncio tuvo lugar meses antes de la publicación en otoño de los datos de polarización del satélite Planck de la Agencia Espacial Europea. Tanto BICEP2 como Planck estudiaron la radiación reliquia del Big Bang conocida como fondo cósmico de microondas.

“El anuncio de BICEP2 fue sorprendente. No sólo para los equipos del Planck, sino para todos los grupos de trabajo. Fue sorprendente por la enorme fuerza de la señal que encontraron”, cuenta Jan Tauber, del proyecto Planck.

La cuestión ahora es si las ondas gravitacionales proceden realmente de los primeros instantes del universo, del periodo conocido como inflación, o vienen de otro lugar.



Algunos científicos han insinuado que el BICEP2 pudo verse afectado por interferencias.

“Por supuesto, todos los experimentos quieren ser los primeros y en ese sentido fue un poco decepcionante. Pero si las mediciones del BICEP2 fueran correctas, podríamos medirlo y presentar el descubrimiento. Digo que “si”, en condicional, porque aún hay algunos interrogantes sobre las mediciones del BICEP que deben ser respondidas”, dice Tauber.

El motivo de esta emoción en el mundo de la cosmología es porque las ondas gravitacionales podrían enseñarnos mucho sobre el universo.

Con el interferómetro Virgo, en el Observatorio Gravitacional Europeo cerca de la ciudad italiana de Pisa, los científicos intentan detectar estas ondas.

Federico Ferrini es el director del Observatorio:

“Estamos aquí, cerca de este túnel que tiene tres kilómetros de longitud. Tenemos dos túneles, perpendiculares el uno del otro, y en cada uno de ellos hay una luz que brilla y que va desde el edificio central hasta el final de la torre. Allí se refleja la luz y vuelve al edificio central. El objetivo de esta enorme infraestructura es detectar ondas gravitacionales”.

En teoría, si una onda pasara por la Tierra estiraría los túneles, cambiando el tiempo que tarda la luz en recorrer su camino entre los espejos. Y eso puede ser detectado.

Giovanni Losurdo, líder del proyecto VIRGO, nos da más detalles:

“Este es el núcleo del detector, es el lugar donde los dos rayos láser brillan combinados y son detectados justo aquí. Éste es el lugar en el que vemos si una onda gravitacional ha pasado por nuestro detector. No es algo muy grande, en realidad el nivel de estiramiento es muy muy pequeño. Es del tamaño de una milésima parte de un protón”.

Estudiar el universo con las ondas gravitacionales proporcionaría muchísima información nueva. La mayoría procedente de catástrofes, como colisiones de agujeros negros, cuyas ondas son completamente diferentes a las de la radiación electromagnética. Es como poner sonido a nuestra imagen del Universo.

“Las frecuencias de coalescencia de estrellas compactas entran en el campo de la audio frecuencia, es decir, que las podríamos escuchar. Cuando se detectaron y se grabaron esas señales las podíamos oír”, explica Jean-Yves Vinet, portavoz del proyecto VIRGO.

Pero para capturar la vibración de una onda gravitacional los espejos del observatorio tienen que estar completamente estáticos. En nuestra Tierra, siempre en movimiento, no es algo fácil de conseguir.

“Luchamos contra las fluctuaciones térmicas, los ruidos sísmicos y obviamente contra los camiones y los ferrocarriles. ¡Es la típica misión del director!”, dice Federico Ferrini.

Una de las formas de evitar los ruidos de la Tierra es realizar los experimentos en el espacio. La misión de laESA, LISA, prevista para dentro de 20 años, colocará espejos ampliamente separados para mejorar la sensibilidad de las mediciones.

“LISA es la Antena Espacial de Interferometría Láser. Es una constelación de tres satélites que están a una distancia de un millón de kilómetros. Medimos la distancia entre dos de los brazos, muy parecida a la de la Tierra, y comparando la longitud de los brazos medimos las señales de las ondas gravitacionales”, explica Paul McNamara.

El trío de satélites, conectados por un rayo láser perfectamente alineado, seguirá a la Tierra a una distancia calculada para equilibrar las fuerzas gravitacionales.

“Cuando LISA sea lanzada y esté operativa será la mayor constelación artificial creada por el hombre, en el sentido de que los millones de kilómetros que separan los satélites será como dos veces y media la distancia a la Luna. Medimos la distancia entre los satélites en picómetros, que es una centésima parte del tamaño de un átomo, sobre un millón de kilómetros”.

La misión tiene como objetivo demostrar este concepto el año que viene y se espera que el observatorio LISAesté listo para 2034. Estamos a preparados para escuchar la sinfonía cósmica de las estrellas de neutrones hasta los primeros ecos del Big Bang.
Fuentes: euronews

4 de abril de 2014

Del Big Bang... ¿a los universos múltiples?

SILVER SPOON
La teoría del multiverso abre la posibilidad de que nuestro Universo no sea el único que existe
La evidencia de la teoría de la inflación abre la puerta a la posibilidad de que nuestro Cosmos no sea el único que existe
Esta misma semana, un equipo de científicos dirigido por el Centro Harvard-Smithsonian para la Astrofísica anunciaba que un telescopio en el Polo Sur (BICEP2) ha encontrado las llamadas ondas gravitacionales, las deformaciones en el espacio-tiempo provocadas por el Big Bang y que suponen la evidencia más fuerte de que el Universo se expandió exponencialmente en una fracción de segundo tras la gran explosión, hace 13.800 millones de años. Cosmólogos, físicos y astrofísicos han celebrado la detección, hasta el punto de que algunos de ellos lo consideran el «descubrimiento del siglo XXI». Es el máximo acercamiento nunca realizado al tiempo cero, cuando el Cosmos tenía el tamaño de una pelota de tenis. Pero las implicaciones de este hallazgo no se quedan ahí, algunos teóricos creen que puede ser la puerta al multiverso, es decir, a la posibilidad de que nuestro Universo no sea el único que existe, sino que varios floten como burbujas en una olla al fuego.

La teoría del multiverso postula que, cuando el Universo creció de manera exponencial en menos de un abrir y cerrar de ojos tras el Big Bang, algunas partes del espacio-tiempo se expandieron más rápidamente que otras, lo que podría haber creado una especie de burbujas que albergarían sus propios universos. Estos «compañeros» podrían tener leyes físicas y constantes fundamentales diferentes a las que conocemos, incluso muy extravagantes, como más dimensiones o la ausencia de átomos, por ejemplo.

Alan Guth, el primero en lanzar formalmente la idea de la inflación en 1979 y actualmente profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), es partidario de esta idea. «Es difícil construir modelos de inflación que no conduzcan a un multiverso», concluye. Su colega Andrei Linde, otro de los «padres» de la teoría de la inflación, físico teórico de la Universidad de Stanford, habló en el mismo sentido el lunes en la presentación del descubrimiento de las ondas gravitacionales: «En la mayoría de los modelos, si tienes una inflación, tienes un multiverso», dijo.

Los nuevos hallazgos permitirán ahondar en un campo del que, por el momento, no se tiene ninguna certeza y que es sumamente controvertido. No son pocos los astrofísicos que rechazan de plano esta posibilidad. Lo cierto es que, por el momento, nadie ha podido confirmar que nuestro Universo no está solo. Los físicos buscan señales en la radiación del fondo de microondas cósmico, la reliquia de la radiación térmica Big Bang, que podrían proporcionar la evidencia de colisiones entre otros universos y el nuestro.

El problema es que, hasta ahora, no ha existido una forma de buscar de manera eficiente esas señales, que fácilmente podrían confundirse con ruido, una marca aleatoria fruto del azar. Posiblemente, nuevos descubrimientos y el trabajo del telescopio espacial Planck de la Agencia Espacial Europea (ESA), que consiguió elaborar el mapa de la radiación del Big Bang, puedan ayudar a resolver el misterio.


Fuentes: ABC.es

26 de marzo de 2014

¿Quién descubrió el Big Bang?

Radiación de fondo de microondas, la prueba que confirma la teoría del Big Bangnoticias

- Un sacerdote católico teorizó sobre su existencia en los años 20 del siglo XX
- El equipo del físico George Gamow hizo los desarrollo matemáticos
- En 1968 se descubrió la primera evidencia palpable que confirma la teoría

Fue un sacerdote católico y astrónomo, el belga George Lamaître, el primero que hipotetizó en 1927 con la posibilidad de que el universo estaba comprimido en un pequeño punto, el ‘átomo primordial’, que en un momento dado se expandió y dio lugar a todo lo que conocemos ahora, incluido el espacio y tiempo. Él llamaba a este principio de los tiempos el ‘día sin ayer’.

Tan solo un par de años después, el astrónomo estadounidense Edwin Hubble descubrió que las galaxias se alejan de nosotros a gran velocidad. También observó que cuanto más lejos están de nosotros más rápido se alejan. Tras analizar los datos concluyó que el universo se expande de manera uniforme. Esto significa que en algún instante del pasado todas las galaxias del universo estaban amontonadas en el mismo lugar al mismo tiempo.

Un par de décadas más tarde, en 1948, el físico de origen ruso George Gamow, quien hizo, junto a sus colaboradores estadounidenses Ralph Alpher y Robert Herman, losdesarrollos matemáticos pertinentes para dar forma de teoría científica a esta idea.

El modelo de Gamow empezaba una fracción de segundo después del Big Bang. Según sus cálculos en ese momento el universo tenía una temperatura de 10 billones de grados y era una sopa primigenia la denominó hílem, término que ya usaban los filósofos de la antigua Grecia. Estaría compuesta de fotones, neutrones, protones y electrones libres bañados por una potente radiación electromagnética.

Según los cálculos del equipo, la primera luz surgió cuando la temperatura disminuyó, circunstancia que permitió a los fotones, viajar. Esto sucedió cuando el universo era ya un bebé y tenía poco más de 380.000 años de edad. Calcularon que la temperatura del universo entonces sería de 270 grados Celsius bajo cero lo que corresponde a un radiación de muy baja energía, en el rango de las microondas.

Gamow acertó en casi todo, pero no en cómo formación de los elementos químicos. Este físico creía que los elementos químicos se formaron durante los primeros minutos de vida del universo. Erró. Su colaborador Alpher calculó que la etapa de síntesis de elementos duró poco más de 20 minutos y que le 99% de los elementos que se formaron eran helio e hidrogeno. El resto eran trazas de litio y berilio.

El resto de los elementos químicos se formaron millones de años después en el interior de las estrellas. Esto lo descubrió el astrofísico Fred Hoyle, un buen amigo de Gamow pero a la vez uno de los mayores enemigos de su teoría del Big Bang, que a su vez, paradójicamente acuño el nombre sin pretenderlo. Le parecía ridícula en cierta ocasión la describió con desprecio usando las palabras ‘Big Bang’. Tanto gancho tuvo la descalificación que se convirtió en el nombre oficial.

Una trompetilla para escuchar el eco del Big Bang
La confirmación observacional de esta teoría del llegó en 1965 con el descubrimiento de esa radiación de fondo de microondas, que hoy en día conocemos como ‘el eco del Big Bang’, que predijo el equipo de Gamow. La descubrieron los físicos Arno Penzias y Robert Wilson por casualidad, cuando estaban trabajando en otra cosa que no tenía nada que ver. Recibieron por ello el Nobel de Física en 1978.

Estaban trabajando en desarrollar el primer satélite de comunicaciones para conectar zonas de la Tierra muy alejadas unas de otras. Para ello, pusieron en órbita unminisatélite con forma de bola de metal. Enviaban una señal al satélite con una fuerte antena situada en Nueva Jersey, en Holmdel, que tenía forma de trompetilla. La llamaban 'el Cuerno de Holmdel'. La señal rebotaba en el satélite y era recogido por otra antena, que estaba en California.

Tras el experimento querían reciclar el cuerno. Querían usar la antena a modo de radiotelescopio, para captar ondas de radio. Así que se pusieron manos a la obra, buscaron todas las posibles fuentes de ruido que pudieran afectarlo, para eliminarlas, para que así la detección fuera más nítida. Pero había una débil señal de microondas que no conseguían hacer desaparecer y que no sabían de dónde venía.

Estuvieron buscando todo tipo de posibles fuente de las ondas, incluso a llegaron a pensar que la culpa era de los excrementos de las palomas, a las que les encantaba la trompetilla para anidar. La limpiaron a conciencia, pero nada ahí estaba la débil señal de microondas, siempre con la misma intensidad.

Se lo comentaron a un compañero, que les sugirió que consultaran con Robert Dicke y James Peebles, cosmólogos de la Universidad de Princeton. Ellos estaban construyendo un detector para capturar la radiación de microondas del Big Bang. Penzias les llamó para consultarles qué diantres era aquél ruido. Cuando Dicke colgó el teléfono le dijo a sus compañeros: "Chicos, se nos han adelantado".


Fuentes: Rtve.es

18 de marzo de 2014

Los 'ecos' del Big Bang prueban "el mismísimo comienzo del Universo" para los científicos



- Los científicos creen que se podrá conocer antes el origen del Universo
- Se confirma la teoría de que el Universo creció en una fracción de segundo
- Otros proyectos, como el español Quijote o Planck corroborarán el hallazgo
- La teoría y el experimento merecerían el Nobel de Física, según los científicos


El hallazgo que hizo público este lunes el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (CFA) de Estados Unidos, la evidencia de haber observado las primeras ondas que se generaron tras el Big Bang -la gran explosión que dio origen al Universo- era una confirmación de las teorías en la que diversos equipos de todo el mundo han estado trabajando los últimos 30 años.

Los tres científicos consultados por TVE coinciden en manifestar, a la espera de que haya una confirmación definitiva de otros grupos de investigación, que estas ondas gravitacionales son "el mismísimo comienzo del Universo" y en que se "abre una ventana" para conocer cómo era el fondo, las características y propiedades de la física en el momento tras el Big Bang.

¿Qué se ha descubierto?
Como ha explicado el investigador del Departamento de Astrofísica de la UCM, Jesús Gallego, los científicos del CFA han detectado por primera vez en la historia la "huella' que habrían dejado las ondas gravitacionales generadas en la explosión original que dio lugar al Universo" y han obtenido pruebas de esa observación.

Gallego ha señalado que los científicos suponen que el Universo se formó mediante una gran explosión -lo que se conoce como la teoría del Big Bang-.

Asimismo, existía una teoría conocida como inflación cósmica, propuesta por primera vez por el físico Alan Guth e independientemente por Andrei Linde, Andreas Albrecth y Paul Steinhardt, según la cual el Universo pasó de tener un tamaño de un átomo a un tamaño muchísimo mayor -como de un balón de fútbol- en una fracción mínima de segundo.


Imagen de las ondas gravitacionales obtenidas por el equipo del Centro de Astrofísica Harvard-SmithsonianCFA


Se confirma la teoría de que el Universo creció enormemente en una fracción de segundo
La observación realizada con el telescopio de microondas BICEP2, ubicado en el Polo Sur, ha permitido obtener la evidencia observacional que se acaba de presentar.

Tras el Big Bang quedó un remanente en forma de luz. Como ha señalado Juan García Bellido, profesor de Física Teórica de la UCM e investigador del CSIC: "Esta luz tiene unas propiedades: temperatura y polarización. El patrón observado en la polarización del fondo de radiación indica que en el Universo primitivo se generaron unas ondas gravitacionales que han dejado esa señal y es lo que se ha visto".

Por su parte, el director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Rafael Rebolo, destaca que el experimento llevado a cabo revela una "propiedad importante" de las microondas, es decir, de la "radiación que nos llega del fondo del Universo y que lo inunda".

"Es una nueva descripción física de las leyes que conocemos en la naturaleza, excepto la fuerza de la gravedad, que aún no se puede combinar con las fuerzas restantes, que son las nucleares y electromagnéticas", ha rematado Rebolo.
El fondo de radiaciación de microondas

Los científicos estadounidenses han llevado a cabo sus observaciones con el telescopio de microondas BICEP2. Este ha estado "midiendo con mucho detalle el fondo de radiación de microondas que baña todo el Universo y que es el resultado del Big Bang", ha explicado Jesús Gallego, quien aclara que "cuando se estudia con mucho detalle esta radiación de fondo, se encuentran unas ligeras oscilaciones".

Estas variaciones, continúa Gallego, serían el resultado de unas ondas gravitacionales que se generaron en el momento de la gran explosión. De comprobarse su presencia, se tendría la evidencia de que efectivamente el Universo pasó por una fase inflacionaria.

El telescopio BICEP2 ha obtenido resultados de observación con un rango milimétrico

Las observaciones se han realizado desde el Polo Sur para aprovechar que hay seis meses de noche y que la zona es muy pobre en vapor de agua. Además, el BICEP2 ha conseguido unos resultados con una nitidez y calidad muy alta con un rango milimétrico.

El director del IAC ha explicado que el experimento Quijote, que están llevando a cabo en Tenerife, tiene el mismo objetivo que el proyecto de EE. UU., pero en un rango de centímetros. Rebolo ha indicado que en los próximos meses, otros proyectos, también Quijote o Planck, van a intentar corroborar el hallazgo.

En este sentido, el investigador ha indicado que es importante combinar resultados obtenidos en distintos hemisferios "porque se acabará teniendo una información muy completa de lo que pudo ser el fenómeno de ondas gravitacionales primigenias".

Hallazgo merecedor del Nobel de Física
Los tres investigadores tampoco han dudado en afirmar que tanto la teoría como el experimento son merecedores del Premio Nobel de Física, para 2015 o 2016.

A juicio del profesor García Bellido se podrían plantear perfectamente dos galardones: "Uno al equipo observacional, más experimental, ya que ha requerido un desarrollo tecnológico complicado y les ha llevado una década. Por otra parte, al desarrollo teórico" que se predijo en la década de los 80 del siglo XX.

Estamos  viviendo una época dorada de la cosmología


Para el profesor de la UCM, Jesús Gallego, estamos viviendo una "época dorada de la cosmología". "En una década, gracias a los grandes avances observacionales, estamos obteniendo unos resultados muy precisos de la evolución del Universo", ha concluido.


Fuentes: Rtve.es

Captan la huella de los primeros instantes del universo



Un equipo internacional de científicos asegura haber captado con un telescopio en el Polo Sur los temblores del universo inmediatamente después de su origen. Y describen ya esas ondas, por su importancia, como el Bosón de Higgs de la Cosmología.

Marc Kamionkowski, Johns Hopkins University:

“ Esta detección es el eslabón perdido de la Cosmología, es algo que siempre pensamos que debía estar ahí pero no estábamos seguros y lo hemos buscando activamente durante dos décadas. Este hallazgo es como el Grand Slam de la teoría de la inflación”




Los datos presentados en Harvard han disparado la euforia de la comunidad científica, porque parecen demostrar que la naturaleza, efectivamente funciona, como ellos habían conjeturado.

Mordecai-Mark Mac Low, Museo Americano de Historia Natural:

“ Lo que se ha anunciado hoy es una prueba directa que apoya la teoría que establece que el universo creció a partir de la talla de un átomo. Que el universo observable pasó de la talla de un átomo al tamaño de un balón de baloncesto en una ínfima fracción de segundo”

El Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica asegura que se trata de la primera evidencia directa de las ondas gravitacionales que recorrieron el Universo primitivo, durante el periodo de crecimiento explosivo llamado inflación, el eco de la expansión cósmica después del Big Bang hace 13.800 millones años.


Fuentes: euronews

17 de marzo de 2014

Espaldarazo definitivo a la teoría del Big Bang

Un equipo de científicos de Estados Unidos ha detectado por primera vez las llamadas “ondas gravitacionales primordiales” que se generaron tras la creación del Universo y que recorrieron el mismo durante su posterior periodo de inflación. Un impresionante descubrimiento logrado gracias a un telescopio situado en el Polo Sur que respaldaría la teoría más famosa sobre el inicio de todo.




Fuentes: Euronews

5 de marzo de 2014

4.000 millones de años luz, la mayor estructura de todo el Universo

ROGER CLOWES
Fragmento del Gran Grupo de Cuásares localizado por Roger Clowes y su equipo

Es tan gigantesco que llega incluso a desafiar el Principio Cosmológico, una de las principales hipótesis de la Astronomía


La que es sin duda la mayor estructura del Universo acaba de ser descubierta por un grupo internacional de astrónomos, dirigidos por investigadores de la Universidad de Central Lancashire (UCLan). Se trata de un LQG (Large Quasar Group o Gran Grupo de Cuásares), yes tan grande que se necesitaría viajar en una nave a la velocidad de la luz durante 4.000 millones de años para recorrerlo de punta a punta. El equipo ha publicado su hallazgo en la revista mensual de la Royal Astronomical Society.

Los cuásares son nucleos muy activos de galaxias formadas durante la juventud del Universo y que durante "breves" periodos (que duran entre 10 y 100 millones de años), se vuelven extraordinariamente brillantes, y por lo tanto visibles a enormes distancias.

Desde la década de los ochenta del pasado siglo se sabe que los cuásares tienden a agruparse en "racimos" o estructuras de gran tamaño, formando grupos que los astrónomos conocen como LGQs.

Pero el LGQ identificado por Roger Clowes y sus colegas es tan enorme que llega incluso a desafiar el Principio Cosmológico, una de las principales hipótesis de la Astronomía que afirma que si se contempla el Universo a una escala lo suficientemente grande, éste aparece igual en todas partes, sin que importe desde dónde se realice la observación. El Principio Cosmológico, del que dependen las modernas teorías sobre el Universo, es asumido como cierto aunque jamás ha podido ser demostrado "más allá de una duda razonable".

"Aunque es difícil comprender la magnitud de este LQG -afirma Clowes-, podemos decir, definitivamente, que se trata de la estructura más grande jamás vista en todo el universo".

Para hacerse una idea de la magnitud de esta estructura, basta pensar que la Vía Láctea, nuestra galaxia, está a unos dos millones y medio de años luz de la galaxia más próxima, Andrómeda, lo que equivale a 0,75 megaparsecs. Un megaparsec (Mpc) es igual a 3,26 millones de años luz.

Un cúmulo de galaxias como el nuestro, formado por unos veinte miembros, puede medir dos o tres Mgp, y los LQC, mucho mayores, pueden llegar a tener hasta 200 Mgp (esto es, unos 650 millones de años luz) de diámetro.

Pero para que se cumpla el Principio Cosmológico y según predicen las teorías más reconocidas, no debería de haber en todo el Universo estructuras mayores de 370 Mpc (1.200 millones de años luz). Pero el grupo de cuásares encontado por Clowes y sus colegas tiene una dimensiones mucho mayores: 1.200 megaparsecs o, lo que es lo mismo, 4.000 millones de años luz, mil seiscientas veces más que la distancia que nos separa de Andrómeda.

"Todo esto -afirma Clowes- resulta muy emocionante, y también muy importante, ya que va en contra de nuestra comprensión actual de las escalas del Universo".

"Incluso viajando a la velocidad de la luz -prosigue el investigador- se tardarían 4.000 millones de años en cruzarla. Y esto es relevante no solo a causa de su tamaño, sino porque desafía el Principio Cosmológico, cuya validez no se discute desde los tiempos de Einstein. Nuestro equipo ha estado buscando otros casos que reafirmen nuestro hallazgo, y vamos a seguir investigando estos fenómenos tan fascinantes".


Fuentes: ABC.es

23 de febrero de 2014

¿Cuál es el objeto más grande del Universo?

La mayor estructura conocida en el Universo se llama la Gran Muralla Hércules-Corona Boreal, un filamento galáctico -una vasta agrupación de galaxias unidas por la gravedad- que se encuentra a unos 10.000 millones de años luz. EFE

La mayor estructura conocida en el Universo se llama la Gran Muralla Hércules-Corona Boreal, descubierta en noviembre de 2013.

Se trata de un filamento galáctico -una vasta agrupación de galaxias unidas por la gravedad- que se encuentra a unos 10.000 millones de años luz.

El tamaño de este racimo de galaxias aparenta medir unos 10.000 millones de años luz de un extremo al otro; más del doble del tamaño del objeto que ostentaba el récord anterior.

Es más, este objeto es tan enorme que ha resultado ser un inconveniente para los astrónomos.

La cosmología moderna se basa en el principio de que la materia debe parecer distribuida de forma uniforme cuando es vista a una escala suficientemente grande.

El problema es que los astrónomos no pueden ponerse de acuerdo en cuál es esa escala pero, definitivamente, es mucho menor que el tamaño de la Gran Muralla Hércules-Corona Boreal.

La gran distancia a la que se encuentra también implica que este objeto llegó a existir apenas 4.000 millones de años después del big bang.


Fuentes: El universo